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6 novembre 2025

La « Doctrina del shock » en Argentina : « El pánico social como arma »

par Nora Merlín

 

Los afectos negativos como el odio y el miedo se convirtieron en los principales organizadores sociales.

La victoria de Javier Milei —tanto en 2023 como en las recientes elecciones de medio término— no puede ser comprendida con las categorías políticas tradicionales. La razón hoy se constata de manera contundente : la realidad de la calle, más allá de los análisis de laboratorio, indica que la mayoría social no llega a fin de mes, vive angustiada y está profundamente descontenta con la gestión de gobierno.

De ahí se desprende que el resultado electoral reciente de La Libertad Avanza no se debió a la mera adhesión programática o de intereses económicos. Nuestra hipótesis central es que la revolución cibernética ha erosionado las viejas categorías y alterado el paradigma : el voto de elección de representantes ya no refleja necesariamente una coincidencia de valores o ideología. Esta victoria es, en cambio, un espejo de la profunda mutación de la subjetividad que se encuentra desorientada, en pánico, desestabilizada en relación a los pilares que la sostenían hasta hace unos años y sin representación política.

El triunfo de LLA en 2023 fue el resultado de la convergencia de una serie de amenazas vitales —el trauma persistente de la pandemia del coronavirus, la inflación galopante y la inestabilidad crónica— factores que han generado un estado de agonía, cansancio y angustia social que demandó una salida intempestiva y urgente. El pánico no es un fenómeno monetario, sino una asfixia del cuerpo singular y social, un agujero en el campo de las representaciones.

Bajo este prisma, cualquier propuesta, por más extrema o violenta que sea (como el desguace del Estado), fue aceptada y recientemente revalidada, porque se presentó como una salida, una vía de escape. El voto no fue por la tranquilidad económica o por convicción ideológica, sino por unanhelo de supuesta estabilización y supervivencia.

La ventana de oportunidad

Este fenómeno se alinea directamente con la tesis de Naomi Klein en el libro «  La doctrina del shock  ». La tesis que la autora propone es que las políticas económicas de Milton Friedman y de la Escuela de Economía de Chicagohan alcanzado importancia en países con modelos de libre mercado no porque fuesen populares, sino a través de impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias, provocando que, ante la conmoción y confusión, se puedan hacer reformas impopulares. Klein sostiene que el capitalismo no solo sobrevive a las crisis, sino que las aprovecha activamente para imponer cambios radicales que, en condiciones normales, serían rechazados por la sociedad. La angustia económica y existencial se convirtió en el shock colectivo que volvió a la sociedad más permeable a propuestas extremas, neutralizando la resistencia democrática.

La insatisfacción democrática fue la ventana de oportunidad que Milei pudo capitalizar. El ciudadano promedio percibió que las fuerzas políticas establecidas estaban inmersas en sus disputas internas, desconectadas de las soluciones concretas. El miedo al statu quo económico y a la hiperinflación actuó como un poderoso catalizador, llevando al electorado a abrazar la promesa radical que garantizaba el mayor shock posible.

Este enfoque es la clave para entender por qué un proyecto de desguace de derechos y del Estado pudo obtener un triunfo contundente en 2023, que fue revalidado en las últimas elecciones de medio término. El pánico facilita la implementación de las medidas extremas de dos maneras fundamentales :

Neutralización de la resistencia colectiva : la sociedad, traumatizada por años de crisis, percibe el shock de la nueva terapia (el ajuste radical) como un peligro menor que la continuación de la agonía anterior. Al estar agotado y atemorizado, el cuerpo social prioriza la promesa de estabilidad sobre la defensa de los derechos o el debate democrático, neutralizando la capacidad de articular una oposición coherente.
La coartada de la urgencia absoluta : la dirigencia puede imponer las medidas rápidamente (vía DNU o leyes extensas) bajo la justificación de que « no hay plata » o « el país recibido no deja otra opción ». Esto maximiza el efecto shock de la terapia, antes de que la oposición o la ciudadanía puedan dimensionar y resistir las consecuencias reales del desguace.

El odio funcionó como un poderoso aglutinador de voluntades. El discurso de Milei se centró en la creación de un « enemigo » claro : la « casta » y, fundamentalmente los « kukas »y sus votantes. Esta estrategia de « Nosotros contra Ellos » ofreció a una base social un chivo expiatorio para la frustración acumulada, reforzando la identidad social a través del rechazo común.

La campaña de La Libertad Avanza demostró una maestría en el uso de la tecnopolítica. El mensaje no solo se basó en el discurso, sino en la gestión hábil de afectos y algoritmos. Las redes sociales, y en particular plataformas como TikTok o X, funcionaron como cámaras de eco donde el contenido emocional (el miedo, la bronca, la fascinación por la performance) se propagaba orgánicamente y era potenciado por la segmentación algorítmica.

El miedo, la indignación y la identificación con la rebeldía se tejieron en una narrativa a puro fake news pero verosímil y viral. Los algoritmos priorizaron el contenido de alta carga emocional, asegurando que el mensaje libertario llegara a todos los segmentos junto con la promesa de una refundación nacional.

Finalmente, la identificación de Milei con figuras de la derecha radical global, como Donald Trump, funcionó como un anclaje ideológico. Este alineamiento no es meramente simbólico, sino que valida la propuesta de modelo de crueldad económica y social. Al emular discursos que sugieren la idea de que la eliminación de derechos adquiridos y la desregulación total son pasos necesarios para la prosperidad, sin importar las consecuencias para los sectores más vulnerables.

La ’Terapia’ : la crueldad como sinceridad y la cohesión por el odio

La terapia de shock no fue un cálculo económico, sino un fenómeno psicológico y afectivo. En un clima de desconfianza total hacia los políticos tradicionales, la virulencia y la agresividad del discurso de La Libertad Avanza fueron interpretadas como sinceridad brutal y autenticidad. La cruel amenaza extorsiva de Trump funcionó, « si no ganan, si no apoyan al presidente, no hay ayuda económica », se escuchó como un signo de que « va en serio ».

En ausencia de un proyecto colectivo de futuro, los afectos negativos como el odio y el miedo se convirtieron en los principales organizadores sociales. El miedo debilita y anula el cálculo de las consecuencias, mientras que el odio hacia un enemigo común (la « casta » o el « kuka ») se convierte en un aglutinador social que construye ideología e identidad colectiva basada en el repudio a un « otro ».

Para una porción del electorado, el proyecto de crueldad económica fue redefinido como una "purga moral necesaria". Se impuso la narrativa de que el Estado de Bienestar es sinónimo de « derroche » y « corrupción ». El ajuste drástico es visto como la única « medicina amarga » para un cuerpo social enfermo. La frustración por décadas de crisis generó un agotamiento que lleva al deseo de destrucción total (tabula rasa), el pánico hace que se prefiera un dolor agudo y rápido (el ajuste brutal) a un dolor crónico (la inflación constante). Paradójicamente, el líder que encarna esta crueldad se convierte en una figura de identificación. Al ser el vocero de la bronca colectiva, su agresividad es interpretada como la máxima expresión de la sinceridad en un sistema percibido como mentiroso.

La victoria de este modelo que propone la anulación de consensos históricos sobre derechos es el trágico reflejo de una subjetividad exhausta, furiosa y, sobre todo, aterrorizada, que se define en el instante y bajo la presión de la amenaza. Se vota por la crueldad cuando funciona el miedo y cuando la rabia encuentra una figura que la canaliza y la valida.

La victoria de Milei es el epílogo de una crisis multicausal : una sociedad aterrorizada por la economía, estresada por los cambios tecnológicos, desencantada con la política y hábilmente movilizada por una estrategia digital que transformó el vacío y la bronca en votos para un proyecto que redefine dramáticamente la relación entre el ciudadano, los derechos y el futuro del Estado argentino.

El triunfo de Milei en 2025 radicó en la misma fórmula que en 2023... Lo viejo funciona.

Nora Merlin* para Página 12

Página 12. Buenos Aires, 6 de noviembre de 2025

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