Fútbol argentino: Un torneo impresentable de violencia.

Por Carlos Juvenal
Télam. Buenos Aires, 29 de Octubre de 2006.

"Todo pasa", dice Grondona, pero la violencia sigue, pero los partidos se continuan suspendiéndose y más que "todo pasa", todo sigue igual, en realidad peor. Y no pasa nada.

¿Cómo se explica que en los estadios donde hubo incidentes, que provocaron la suspensión de partidos, se continúen, semanas después y en las mismas canchas?

No hay castigos, hasta se premia a los agresores, caso Colón de Santa Fe, que le terminó de ganar su partido a Vélez, cuando en cualquier país del mundo no sólo hubiera perdido ese encuentro sino que también estaría padeciendo la quita de puntos.

Pero en el fútbol argentino no pasa nada, porque "todo pasa". El tema es que nadie investiga como los barras bravas viajan a mundiales y pasean su prepotencia por el mundo. Nadie quiere saber para quienes trabajan en realidad esos barras. Los dirigentes siguen negando que los conocen. Insólito.

Claro, mucho de lo que sucede en el fútbol argentino tiene su explicación, si hasta los violentos tiene su programa de televisión en un canal muy importante de Argentina, llamado "El Aguante", donde se vanaglorian pasando las canciones que inventan estos energúmenos, anunciando que van a matar al rival.

Pero la violencia no es todo, en el fútbol argentino hay serios problemas estructurales. Lo sucedido ayer en la cancha de Banfield roza lo ridículo y lo absurdo.

Además, es inexplicable que se permita que haya fútbol en ese estadio, que está siendo reformado, tiene escombros por todos lados, las condiciones son tan precarias que la gente de Banfield ubicó a los medios de prensa en la tribuna popular local. Impresentable.

El fútbol argentino está herido de muerte y los que lo manejan no lo quieren ver, porque el negocio por ahora sigue funcionando. Pero será hora que se den cuenta que de la muerte no se vuelve, antes de que sea demasiado tarde.