Accueil > Réflexions et travaux > Libre circulación : "No existen los seres humanos ilegales"
Funcionarias de distintos gobiernos latinoamericanos, intelectuales y representantes de organismos internacionales condenaron la idea de que los inmigrantes sin papeles sean "ilegales" al tiempo que definieron a la trata de personas y los abusos en el empleo doméstico como los dos problemas de la migración femenina.
"Si la globalización permite la libre circulación de bienes de capitales, ¿por qué no permite la circulación de personas ?", disparó la ministra ecuatoriana de Patrimonio Cultural y Natural, Doris Solís Carrión, quien participó de la mesa "La mujer y las migraciones", en la que representantes de diferentes países latinoamericanos debatieron sobre la cuestión.
Sobre esta idea, que apunta hacia Estados Unidos y los países europeos que ven al inmigrante como un potencial delincuente, apuntaron varios de los oradores, remarcando que parte de aceptar la interculturalidad es recibir a los inmigrantes como ciudadanos plenos y no "de segunda".
"No existen seres humanos ilegales", denunció Solís Carrión, y expresó el repudio hacia los que consideran a la migración como un tema asociado a la seguridad nacional, a la vez que "desconocen los aportes que los inmigrantes realizan a las economías regionales".
Latinoamérica vive procesos migratorios en diferentes direcciones. El 60% de su población va a países desarrollados, mientras que otro alto porcentaje migra a zonas de la región que ofrece mejores oportunidades.
"La migración del sur hacia el norte descansa en la incapacidad del sistema capitalista de generar desarrollo uniforme", explicó la Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional mexicano, Beatriz Paredes Rangel, quien denunció que Estados Unidos tiene una política cada vez más restrictiva.
"En Estados Unidos hay rebrotes de xenofobia -dijo- y poco a poco las comunidades latinas van perdiendo algunas conquistas que habían obtenido. Esto también sucede en Europa, donde las comunidades musulmanas son vistas como una amenaza".
En este sentido, Paredes propuso a la UNESCO que intervenga en realizar trabajos educativos que permitan concientizar que las migraciones pueden ser fructíferas para "la alianza de civilizaciones".
Otro punto central del debate migratorio es el análisis de la situación de las mujeres, quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad que el resto de los inmigrantes ilegales.
Esta fue la reflexión de la mayoría de los expositores, entre quienes se encontraron, además, Cristian Koch Castro (representante regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), María Bernabela Herrera Sanguinetti (ex vicenciller uruguaya), Olga Martin Hammar (del Ministerio de Trabajo argentino), Mario Santillo (Director del Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos), Rina Córdova (Subdirectora de Asuntos Internacionales de Perú, entre otros.
También coincidieron en que la trata de personas para sometimiento sexual y la explotación laboral son los dos problemas centrales que sufren un alto porcentaje de las mujeres que dejan su país en busca de "mejores destinos".
A su vez, las mujeres que migran con sus hijos se convierten generalmente en el sustento familiar, situación que las obliga a aceptar trabajos precarizados.
La otra contracara del proceso migratorio es la mujer que se queda en el país de origen con los chicos, mientras que su pareja va hacia otro país y pocas veces regresa.
A pesar de lo mucho que se habla sobre el tema, el estudio del movimiento migratorio con perspectiva de género femenino está poco desarrollado, según explicó Nora Pérez Vichich, asesora de la Dirección General de Asuntos Consulares de la Cancillería argentina, quien sostuvo que en las investigaciones se sigue viendo a la mujer como una acompañante del hombre.
"La mujer y las migraciones" fue el tercer panel del Seminario Regional "La mujer y la Alianza de Civilizaciones", un encuentro promovido por la cancillería argentina, que se realizó entres lunes y martes de esta semana en el marco del I Foro Anual de la Alianza de Civilizaciones.
La Alianza de Civilizaciones es un emprendimiento inspirado originalmente por los gobiernos de España y de Turquía, en 2005, que pronto recibió el apoyo formal por parte de Naciones Unidas y al que Argentina adhirió desde un primer momento.
Télam. Buenos Aires, 30 de abril de 2008.