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1er novembre 2006

Una historia de silencio entre un criminal nazi y la sociedad de Bariloche, Argentina.

 

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El documental "Pacto de Silencio", de Carlos Echeverría, trata sobre Erich Priebke, el ex capitán de las SS que pasó parte de su vida en Argentina hasta que fue extraditado para ser juzgado en Roma.

El documental "Pacto de Silencio", estrenado ayer a nivel mundial, es un largometraje de Carlos Echeverría centrado en la relación entre el ex criminal nazi Erich Priebke y la sociedad de Bariloche, ciudad donde vivió cuarenta años hasta que fue extraditado a Italia, donde lo condenaron a cadena perpetua.

Ex capitán de las SS, Priebke fue uno de los protagonistas salientes de la masacre de las Fosas Ardeatinas, en Roma, en marzo de 1944, en la que los nazis mataron a 335 italianos presos, en venganza de una emboscada de los partisanos en la que murieron 33 nazis.

En 1995 Argentina habilitó la extradición de Priebke, quien fue juzgado en Roma y condenado a cadena perpetua por la masacre. Ahora, la presentación de la película vino precedida de una polémica mediática singular y el debate tiene que ver justamente con el tema que resalta la película : la persistencia de cierta empatía con el nazismo entre alemanes y descendientes que lleva a negar esa parte de la historia, como lo explicó a Télam Echeverría.

"Esto no es excluyente entre los alemanes, ya que puede observarse también en buena parte de la sociedad argentina, que sin ser militante o simpatizante del nazismo, cae en actitudes de negación o rechazo a ciertos cuestionamientos", señaló.

Agregó que "esto fue bien claro en el proceso que llevó a la extradición de Priebke y en las opiniones que surgieron a favor de él, condenado a quienes atacaban a un ’buen vecino’ y un ’pobre anciano’, menoscabando la importancia de su historia como criminal de guerra nazi".

"Varios testimonios sostienen esa posición en la película, y además señalan a los judíos o al sionismo mundial como generador de esos ataques", agregó el cineasta. Explicó que "en el fondo, es como si los ataques al nazismo fuesen ataques a Alemania, y los ponen en posición defensiva".

La película cuenta con una documentación exhaustiva, tanto del rol desempeñado por Priebke como capitán de las SS, en particular sobre su misión en Italia, y luego sobre su huída de Europa y su veloz paso por Buenos Aires, para refugiarse definitivamente en Bariloche.

Recrea su vida en la ciudad, primero como un discreto mozo de hotel, y luego su ascenso hasta convertirse en un influyente dirigente alemán, presidente de la Asociación Alemana local y director del colegio germano Primo Capraro.

Es en ese ascendente estatus social cuando él y otros alemanes fugitivos de Europa lograr recrear en Bariloche un entorno de prestigio social, que no se interesaba en su oscuro pasado y no lo incomodaba en su anonimato ideológico.

Esa construcción social en su torno sobrevivió al escándalo internacional que significó una entrevista de la cadena televisiva estadounidense ABC en plena calle de Bariloche, que terminó por enviar a Priebke a la cárcel.

Buena parte de la comunidad de Bariloche, entre la que hubo funcionarios municipales, rechazaron los cuestionamientos al asado del ex capitán nazi en virtud de que se trataba de un "buen vecino".

Incluso la película comienza con imágenes de una misa celebrada en su homenaje el 24 de marzo de 1995 en el Colegio María Auxiliadora. En ese momento Priebke salió por unas horas de su arresto domiciliario de un año y medio, debido a un rechazo del Superior Tribunal de Justicia de Río Negro de la extradición reclamada por
Italia.

En el interín hasta caer de nuevo bajo arresto, que luego estableció la justicia federal, Priebke asistió a esa misa que congregó a fieles de la colectividad alemana, en la que incluso comulgó.

En las imágenes se ve a los asistentes a la misa increpando a Echeverría por su labor de registro fílmico del momento, e incluso lo cuestionaron por ir "al colegio Primo Capraro a filmar". La película muestra con claridad además cómo el colegio y la Asociación cuidaron manejaron los contenidos en forma ideológica, evidenciando cierta cercanía con el nazismo que encarnaba Priebke.

Incluso por esa misma razón llegaron a censurar -en plena época democrática- a una docente por usar libros de Enrich Boll y Gunter Grass en sus clases. Uno de los testimonios (ex alumno del Capraro) ilustra con claridad cómo funcionó en forma oculta este esquema social de "pacto de silencio", en forma de "círculos concéntricos".

En su definición, en los anillos exteriores interactúan alemanes y no alemanes con relaciones más sutiles con esta ideología, y en la medida en que los vecinos se aproximan al núcleo del esquema virtual la afinidad al nazismo es más desembozada.

Entre otros eventos, la película consigna que todos los abriles durante veinte años se festejó en forma ruidosa el cumpleaños de Adolf Hitler en una hostería céntrica.

También presenta otros mítines nazis, en los que aparecen pioneros del esquí y reconocidas personalidades del Bariloche de la década del 30 y el 40. Echeverría también muestra aspectos menos conocidos de Priebke, como su autoridad absoluta en la delegación nazi en Brescia, y la decisión de deportar cerca de mil italianos (poco después de quitarles su patrimonio en oro) a Auschwitz, donde sobrevivieron apenas quince.

El director consideró que esta conducta de los alemanes en el país del "pacto de silencio" se basó en "una historia familiar y comunal, en la que no supieron qué rol asumir respecto de los crímenes del nazismo después del ’45. En las antípodas de la evolución que vivieron los alemanes de Alemania".

"Y lo mismo, o peor aún, puede encontrarse en Buenos Aires y todo el conurbano, donde la militancia nazi posterior a la guerra fue muy difundida", agregó.

"La película nace justamente ahí, en la responsabilidad que debieron asumir los alemanes de Argentina, en especial en Bariloche y en la Asociación Alemana", sostuvo.

Dijo que "automáticamente surge la respuesta de ’fuerzas ocultas del judaísmo’ ante cualquier propuesta de reflexión, y es algo que aprendieron así de sus padres, a lo largo de tres generaciones".

Al respecto remarcó que en algunas cartas de lector enviadas hace quince días al diario digital "Bariloche 2000", "hubo un firme rechazo a la película y defensa del colegio en gente que ni siquiera había visto la película, como una defensa natural y espontánea, aunque sin fundamentos".

"Esa actitud está además marcada por muchos otros factores, de complejo análisis, como podría ser el conservadurismo europeo, o nuestra misma visión europeísta y nuestro deseo de pertenencia con Europa", afirmó.

"De todos modos, aquí se apunta a la dificultad de separar Alemania del nazismo. En la mayoría de los casos no creo que se trate de militantes nazis, aunque hay varios, sino de gente que en mayor o menor medida tiene esta empatía sin darse cuenta", definió.

Echeverría nació en Bariloche y completó su formación en cine en Alemania. Anteriormente realizó la película "Cuarentena" (1983), sobre el exilio del escritor Osvaldo Bayer y el regreso a la democracia en Argentina ; y "El gringo loco", sobre la vida del pionero del esquí y también filonazi Otto Mailing.

También, en 1987 presentó "Juan, como si nada hubiera sucedido", sobre la historia del único desaparecido en Bariloche, el estudiante y militante peronista Juan Marcos Hermann, quien fue secuestrado en 1977.

Télam. Buenos Aires, 29 de septiembre de 2006.

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