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14 décembre 2002

Todo es más claro con un enemigo común para la salida de la economía Argentina

Lavagna recibió con un gesto de aprobación la propuesta del Grupo Fénix

 

Los referentes del Grupo Fénix y el ministro de Economía coincidieron en condenar el tipo de cambio sobrevaluado del régimen de convertibilidad, como una "fatalidad" para el país. Lavagna les dedicó más de una hora a los mentores de un plan marcadamente antineoliberal.

Por Claudio Scaletta

Los economistas de la UBA y otras universidades nacionales que integran el Grupo Fénix entregaron al ministro de Economía, Roberto Lavagna, una copia del plan con el que, aseguran, podría terminarse con la indigencia en el término de un año, a la vez que mantener un crecimiento económico sostenido del 6% anual. A diferencia de sus presentaciones anteriores, en las que fueron desoídos por las autoridades políticas, esta vez lograron ser recibidos orgánicamente por la máxima autoridad económica. La reunión de más de una hora, en la que el ministro destacó los signos de la supuesta recuperación económica, fue definida por los participantes como "una discusión entre colegas".

"Hemos presentado al ministro el producto de más de dos años de labor de los especialistas de la UBA", dijo el rector de la universidad, Guillermo Jaim Etcheverry. "Hemos encontrado una gran receptividad de su parte", agregó el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Carlos Degrossi, en una conferencia de prensa ofrecida tras el encuentro.

"Estamos convencidos, como lo ha señalado el ministro, de que mantener un tipo de cambio sobrevaluado fue fatal para el país", expresó Aldo Ferrer, ex ministro de Economía e integrante del Fénix. Aunque reconoció que la devaluación, "desde luego, generó distorsiones en los precios relativos y un alza del costo de vida", indicó que eso se dio fundamentalmente porque "la salida de la Convertibilidad ha sido desordenada". No obstante, convencido de las afirmaciones de Lavagna, Ferrer destacó que "se ha logrado reactivar" y añadió que "se emerge de la pesificación con un esquema fiscal equilibrado, que permite políticas activas".

En materia de política exterior, el Plan Fénix habla de revitalizar el Mercosur, para que "deje de ser una unión aduanera imperfecta y pase a ser un mercado común con miras a convertirse, en el mediano plazo en una unión económica". "Tenemos que estar en el mundo, el problema es cómo. La deuda es incumplible en los términos en que fue originalmente pactada. Hace falta una negociación inteligente para salir de la cesación de pagos", estimó Ferrer en la conferencia de prensa.

"La reactivación no depende de la voluntad del Fondo", agregó, tras respaldar la posición que viene adoptando Economía respecto de las negociaciones con los organismos multilaterales. En rigor, la propuesta del Fénix sobre la deuda resulta muy similar a lo que está sucediendo de hecho. Los universitarios sostuvieron que "es necesaria una reprogramación con los organismos multilaterales y acreedores oficiales y, en lo que hace a los acreedores privados, pactar una quita sustancial del capital adeudado y una tasa de interés que no supere el 2 por ciento sobre las internacionales de referencia". Además "es necesario evitar que las negociaciones vuelvan a ser conducidas por los exponentes del pensamiento único y los intereses especulativos. Nunca más la Argentina puede repetir la vergüenza de condecorar a sus acreedores como benefactores de la patria, indexar tarifas de servicios públicos por índices inflacionarios de otro país o mendigar caridad internacional", completaron.
Lavagna recibió al grupo de académicos por más de una hora y les entregó una serie de indicadores que comienzan a mostrar síntomas de reversión de la crisis. Tras la reunión, los integrantes del Fénix resaltaron el gesto del jefe del Palacio de Hacienda y hasta hablaron de "una discusión entre colegas", por su experiencia como docente e investigador.

"La política económica de Lavagna tiene muchos signos positivos, el problema es que tiene que estar inserta en una política más general y no lo está", señaló el especialista en economía industrial Jorge Schvartzer, sin disimular el respaldo implícito del Plan a los lineamientos generales de la gestión del ministro.

El año pasado, cuando fue presentada la primera versión del trabajo del grupo, el entonces ministro Domingo Cavallo se negó a recibirlos y rechazó las ideas que planteaban, entre las cuales estaba la "salida ordenada de la Convertibilidad". Entre las muchas propuestas del Fénix también se destaca "la recuperación y preservación de las fuentes de renta originadas en la explotación de los recursos naturales no renovables", lo que está lejos de ser la renacionalización de YPF, sino que "el Estado fije los precios de los hidrocarburos en todas sus etapas, en función principalmente de los costos internos, pero considerando también las tendencias de largo plazo de los precios internacionales".

La propuesta también incluye la eliminación del régimen de AFJP, dado que "tras su privatización el sistema se ha caracterizado por un elevado costo de funcionamiento, que no ha demostrado capacidad para asegurar una cobertura universal y adecuada para la población ni certeza a los aportantes", además del quebranto que le produjo al Estado dicha transferencia de ingresos al sector privado, destacan los autores.

Gasto Público : No cuánto sino cómo.

Por Salvador Treber

 En términos absolutos y a moneda constante (pesos de 2001), durante el período 1980-2000, el Gasto Público Total acumulado de las tres jurisdicciones (Nación, provincias, municipios) tuvo una media anual de $ 66.657,5 millones.

 La relación Gasto Público Consolidado Total/PBI arroja en el caso argentino una media anual, en las dos décadas precitadas, del 28,7 por ciento.

 La clasificación económica del Gasto Público Total Consolidado -sin incluir los municipios- revela la continua caída de los gastos de capital y, dentro de ellos, los vinculados a la inversión real.

 Dentro de los Gastos Corrientes, los referidos a "Remuneraciones" durante el período 1980-90 representaban -en promedio anual- 33,25 por ciento de las erogaciones totales ; en la década 1991-2000 se mantuvieron en niveles semejantes (33,97 por ciento).

 El rubro "Intereses de la Deuda" en todo el período analizado, en lo que respecta a la jurisdicción nacional tuvo una media anual del 12,85 por ciento del gasto. Debido a los crecientes desequilibrios, en el período 1995/2000, se elevó considerablemente (15,9 por ciento).

De lo expuesto precedentemente, se puede colegir que no ha habido el desmesurado aumento del gasto público -como en ciertos sectores se pregona sin fundamentos serios- y que en la Argentina su dimensión no es superior a la de otros países de semejante nivel de desarrollo. Esta constatación no implica que su ejecución sea satisfactoria, pues existen múltiples evidencias de mala administración e incluso de prácticas corruptas que inciden en hacerlo improductivo.
En consecuencia, más que sobre la magnitud del gasto, sería de fundamental importancia que se arbitren los medios para mejorar su gestión a través de una más eficiente realización que permita cumplir con los objetivos a un menor costo social y económico. La reiteración y acumulación de vicios se manifiesta en todas sus etapas desde la elaboración de las estimaciones iniciales hasta su posterior ejecución y rendición de cuentas. Tan graves falencias esterilizan recursos y frustran la concreción de los fines propios del Estado -lacras éstas que nadie ignora pero sobre las cuales no se ha avanzado para corregirlas- inducen a pensar que será indispensable cortar drásticamente esa "cadena" causal. El nuevo hito en esa materia se debe concretar mediante la inmediata implementación del denominado "Presupuesto Base Cero", cuyo indispensable complemento son los Presupuestos por Programas y por Resultados. De esta forma, las decisiones en materia de criterios para definir las asignaciones que deben orientar al gasto y su posterior seguimiento requieren extremar el control. Las experiencias internacionales más recientes enseñan que mediante una doble expresión o media técnica -en unidades reales de producción y en términos monetarios- se crea un escenario nuevo que asegura el adecuado cumplimiento de las funciones a cargo del Estado.

Por las características que ha tenido la ejecución del gasto en la Argentina, sería muy conveniente que se adopten normas semejantes a las que puso en vigencia Nueva Zelanda a partir de 1994 con el dictado de la llamada "Ley de Responsabilidad Fiscal", luego también imitada por Australia y el Reino Unido. Según el FMI, "los elementos clave de todos estos marcos son : una base legal explícita, la elaboración de principios rectores de la política fiscal, el requisito de que se especifiquen claramente los objetivos perseguidos, la necesidad de aplicar una política fiscal con una orientación a más largo plazo, y la imposición de requisitos rigurosos en materia de información al público sobre la situación fiscal" ("Perspectivas de la Economía Mundial" -Mayo de 2001- pág. 115). Es evidente que sólo de esta forma se podrá recrear el rol delEstado al dotarlo de un urgente y necesario nivel de eficiencia y productividad.

Deuda externa : Lo primero es crecer.

Por Benjamín Hopenhayn y Alejandro Vanoli

 El proceso de endeudamiento en la Argentina, si bien similar al de otros países subdesarrollados en cuanto a sus orígenes, fuentes y cuantía, se caracterizó por una muy baja contrapartida en aumento de la inversión pública y privada. Un proceso de endeudamiento es sólo justificable si sirve para financiar proyectos cuya rentabilidad económica y/o social superen los niveles de la tasa de interés, lo que posibilita la generación de recursos netos en el mediano y largo plazo.

 En el ejercicio de refinanciación propuesto se priorizan los recursos necesarios para el crecimiento con equidad y se subordinan los pagos de la deuda pública al cumplimiento de dicho objetivo. La renegociación adecuada de la deuda resulta un elemento clave para eliminar las restricciones externas, de ahorro e inversión, y fiscales. Un acuerdo que no implique una reducción importante en la magnitud de la deuda, la reprogramación de los pagos, un período de gracia y una reducción en las tasas de interés, implica replicar políticas que desembocan en sucesivas reestructuraciones y crisis financieras.

 La prioridad en el uso de los recursos es para financiar la reconstrucción del país, lo que implica la necesidad de estimular la oferta y demanda agregadas para salir de la depresión, canalizando el ahorro a la inversión productiva ; la reactivación del consumo popular resulta imprescindible no sólo por cuestiones de índole ética sino de sustentabilidad económica y social.

 Un esquema de refinanciación de la deuda como el que aquí se propone, supone que el pago de la deuda permite orientar recursos al crecimiento sustentable del país, única garantía para los acreedores de poder regularizar la deuda en el mediano plazo.

 Hacia el futuro, se debe priorizar el nuevo endeudamiento en el mercado interno. Los acontecimientos de principios de los años ochenta y fundamentalmente de los noventa, cuando Argentina sufrió varias crisis financieras que desembocaron en la depresión actual, se explican en gran parte por el abuso del endeudamiento externo con inversores especulativos.

 La situación actual de unión aduanera imperfecta y las crisis financieras regionales requieren establecer una política financiera externa común con los países del Mercosur para complementar los acuerdos comerciales y acelerar la convergencia macroeconómica, de modo de crear un entorno más favorable para una estrategia común.

Además, se debe establecer un vínculo entre el nivel de transferencias netas al exterior por el pago de la deuda con una progresiva eliminación de las restricciones y los subsidios aplicados por los países desarrollados y que afectan, particularmente, los precios de productos exportables y por ende el equilibrio externo de países exportadores de bienes primarios como la Argentina. El escenario planteado supone destinar al pago de la deuda un monto inferior al 5 por ciento de las exportaciones, lo que está en línea con límites aceptables de transferencias de recursos para países en crisis, en distintas experiencias históricas de las últimas décadas.

Pagina 12, del 14/12/02

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