Accueil > Empire et Résistance > Bataille pour l’information > "Los medios son el gran partido de derecha en Argentina"
Para el intelectual se están tornando "visibles" como actores con sus propios intereses, lo que consideró positivo para la democracia, al visitar el stand de la agencia Télam en la Feria del Libro. Además, señaló que el peronismo en la actualidad es un "capitalismo reformista" y celebró que los intelectuales vuelvan a interesarse por pensar la política.
Telam. Buenos Aires, 4 de mayo de 2008.
El intelectual Nicolás Casullo afirmó este sábado que los medios de comunicación en Argentina "son el gran partido no constituido de derecha" y que se están tornando "visibles" como actores con sus propios intereses, lo que consideró positivo para la democracia, al visitar el stand de la agencia Télam en la Feria del Libro.
Casullo advirtió en diálogo con Télam, que "El Proceso todavía late" en un sector de la sociedad, un problema que el Estado debe considerar "de primer orden".
El profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, autor del libro "Las Cuestiones", dijo a su vez que el peronismo en la actualidad es un "capitalismo reformista" pero que "ni así" es "aceptado por el establishment", en tanto celebró que los intelectuales vuelvan a interesarse por pensar la política y dijo que lo mismo sucede en gran parte de la sociedad, tras una conferencia junto al director de la Biblioteca Nacional, Horacio González.
¿Qué queda hoy del peronismo ?
Queda por un lado una fuerza organizada como partido político y, por otro lado, podríamos decir que ha perdido mucha de su mística, como la tuvo durante tantos años, pero conserva todavía la posibilidad de generar políticas, de generar confrontación, de darle al país los sentidos del conflicto como ninguna otra instancia lo puede dar, en términos de una política que caracterizaría como capitalista reformista. El peronismo hoy es un capitalismo reformista pero ni eso acepta la dominación, ni eso acepta el establishment, por eso reacciona de manera destituyente. -En los últimos años pareció que los intelectuales volvieron a tener cierta tendencia a reconciliarse con la dirigencia política, parece que el pensamiento va de nuevo unido a política.
¿Es así ?
Creo que hay un regreso a la política de mucha gente. Creo que hay una intencionalidad política en la gente, que se sintió conmovida por la confrontación con el agro, conmovida por el manejo que hicieron los medios de comunicación con ese conflicto... De lo que se trata es que el intelectual, el profesional, el periodista, el comunicador y el profesor se vuelvan a relacionar con la política desde una perspectiva de corte democrático popular, frente a una reacción en la Argentina que ahora toma como leit motiv al campo, que y empieza a decir que es una reserva moral. Nosotros sabemos, cuando la derecha empieza a decir eso, qué es lo que quiere decir : durante 40 años "reserva moral" fueron los militares. Es un momento propicio para que el intelectual se vuelva a comprometer políticamente y deje su individualismo.
Los últimos dos meses fueron de una convulsión particular : el conflicto de agro, se volvió a hablar de intereses golpistas, hace unos días secuestraron a un militante de Derechos Humanos. ¿Por qué surgen de nuevo tensiones no resueltas en un plazo tan corto ?
La Argentina vive los conflictos de las cosas no resueltas, de un gobierno que en algunas políticas y variables no retrocede, hace del Estado el Estado, que hace de la política la política. Hay una política de Estado, cosa que hoy la Argentina de los lobbies no acepta porque se acostumbró desde el ’76 en adelante a que ellos gobiernan : la Iglesia, el campo, los fijadores de precios, las privatizadas. Hoy hay una variable : nos encontramos con una política dura, que se puede discutir pero que existe realmente, que disputa rentabilidad, márgenes de ganancia y habla de inclusión social, palabra prohibida. Esto ha generado un gran conflicto que es el de los medios, que salen a la visibilidad y a escena como actores políticos, muchas veces mucho más corruptos que los políticos. Definen el habla diaria y nos construyen las representaciones, el sentido común y la opinión pública. Me parece excelente que hoy se discuta de Clarín y La Nación como se discute de Elisa Carrió o de Kirchner. Que se hagan visibles y ojalá que la nueva Ley de Radiodifusión pueda constituirse con claridad.
Los medios nunca antes habían sido tan señalados como entidades que pueden ser cuestionadas, pero ¿la sociedad está preparada para apuntar a un medio ?
A mí no me interesa acusar a los medios ni condenarlos sino que se hagan visibles en la escena política como actores con sus intereses, sus intenciones, con su movidas, con sus políticas, con sus transas, sobre todo los grandes medios. Que la gente empiece a pensar que tendría que haber una reforma social que piense en términos plurales y democráticos qué lógica de medios de comunicación le interesa para la democracia.
¿Esa es la base para la nueva ley de Radiodifusión ?
Tendría que intentar basarse no en el estatismo, no en el privatismo, sino en una suerte de ciudadanía de derecho social a la información y la comunicación, donde distintos grupos, partidos, asociaciones y profesionales y ONG discutan qué forma, qué lógica, qué diseño de comunicación tienen. Si es lo que estamos escuchando desde las 6 hasta las 12 de la noche, es lo mínimo que se puede pedir.
En lo personal, pienso que los medios son el gran partido de derecha en Argentina. Es el partido no constituido de la derecha argentina. -¿Con su correlato material en el agro ?
Por supuesto. Por ejemplo, (Alfredo) De Angeli aparece como el opuesto a (Luis) D’elía cuando en realidad ha dicho cosas y brutalidades que si no fuese porque los medios lo están amparando tendría que ser criticado brutalmente. En lugar de contenido de lo que se está planteando, discuten un teleteatro de cuarta. Es necesario que los medios empiecen a dar cuenta. Todos dan cuenta.
Cuando ve los sucesos que se dieron esta semana cuanto a derechos humanos, ¿qué cree que puede y debe hacer el Estado para evitar los secuestros y la intimidación ?
Evidentemente el Estado se ve impotente. No ha tomado las cosas de la manera más adecuada. Es el procesismo, porque los adherentes al proceso, están vivitos y coleando. Si uno ve los comentarios de los lectores de los diarios y escucha lo que decían las señoras caceroleras en Santa Fe y Callao se va a dar cuenta que no nos debe extrañar que desde una defensa del proceso rapte y torture a una persona. El proceso todavía late. Eso es un problema de primer orden que el gobierno debe encarar de la mejor manera. Y ahí tendrían que ayudar los medios. Ahora ayudan en términos de escándalo. El medio no solamente informa, también tendría que formar.