"La fuerza material esta en la masa,
la fuerza moral en el movimiento."
Simón Rodríguez,
Maestro del libertador Bolívar
"La fuerza transformadora (está) en la masa
en movimiento acelerado y consciente."
Hugo Chávez, actual presidente venezolano
En las siguientes líneas se pretende realizar un aporte para el debate abierto frente al inminente congreso de la Central de trabajadores Argentinos. Fundamentalmente se reflejan aquí posiciones personales de quienes hemos redactado estas notas, aunque pueden hacerse eventuales menciones a ideas sustentadas por otros compañeros.
En primer lugar, se analiza brevemente la situación mundial y sus rasgos relevantes. En segundo término, el contexto de nuestra región sudamericana. A continuación, se observan los aspectos más destacables de lo que acontece en la Argentina de este tiempo. Dentro de esta temática, se efectúa un mínimo balance de las experiencias obreras y populares de las décadas del 80 y el 90. Además, dejamos sentadas algunas diferencias con el documento de la C.T.A. Apuntes sobre nuestra estrategia. Finalmente, se mencionan las que, a nuestro entender, son las tareas más importantes de las fuerzas que se postulan para transformar el actual status-quo, así como proponemos algunas sugerencias para un programa, en todo compatibles con las medidas del documento citado.
"La guerra es la continuación de
los negocios por otros medios."
Bertold Brecht,
poeta y dramaturgo alemán del siglo XX.
Desde el punto de vista internacional, la situación no parece tener una única tendencia que pueda imponerse con un rumbo precisa y decididamente definido. Por lo tanto, haremos alusión a las diversas orientaciones que pueden observarse, y, en el orden en que las enunciamos, existe una cierta definición- de mayor a menor- acerca de la importancia que le asignamos a cada una de ellas.
En el centro imperialista del capitalismo mundial sigue afirmándose- aunque no sin contradicciones- el ala más demencialmente belicista encarnada por la fracción republicana del presidente George Bush. El dato más preocupante de esta situación es el hecho que cuanto más agresiva es esta orientación, más se fortalece y se consolida- entre vastos sectores del pueblo norteamericano- la popularidad del hijo del ex director de la C.I.A. y ex presidente en el período 1988-1992. No es esta una cuestión menor. El crecimiento de la industria bélica impulsa el desarrollo del conjunto de la economía norteamericana y- desgraciadamente- importantes fracciones del pueblo de aquel país se muestran como activos cómplices del imperialismo : es decir, el enemigo de la humanidad. Así se produce, de hecho, una contradicción entre el bienestar material del pueblo norteamericano y las expectativas e intereses de los pueblos del resto del mundo.
Por otra parte, esta orientación militarista no es casual : en el contexto recesivo que presenta la economía mundial en la actualidad, el belicismo ha constituido históricamente uno de los modos con que los capitalistas y los gobernantes que les son adictos, tratan de lograr una salida a la crisis. De esta manera pretenden perpetuar el crecimiento basado en las ramas más parasitarias e improductivas de la economía, especialmente en la llamada burbuja financiera. Particularmente, no puede dejar de llamar la atención las consecuencias sociales del estallido de la referida burbuja financiera. Las compañías aseguradoras de fondos de pensión han invertido los ahorros de sus afiliados en valores bursátiles y bonos de la deuda cuyo valor... está por debajo del subsuelo. En consecuencia, la jubilación inminente o futura de muchísimos trabajadores se ha esfumado... como pompa de jabón o burbuja financiera. Los próximos tiempos- tal vez- muestren a los pasivos norteamericanos hermanados en la lucha por sus derechos con sus contemporáneos argentinos.
Con relación a lo que ocurre en E.E.U.U., la lectura de los diarios nos exime de mayores precisiones acerca de la existencia de la mencionada fase critica. Las sonadas quiebras de la Enron- vinculada a su vez a la crisis energética en California- y World Com ; el crecimiento del desempleo (según el diario español el País del 2 de mayo de 2002 La tasa de paro de Estados Unidos se situó en abril en el 6% de la población activa, el nivel más alto de los últimos 7 años), y el incremento de la pobreza consiguiente ; la percepción que inflar, dibujar y falsificar balances para atraer inversores estaba lejos de ser un recurso utilizado por algunos C.E.O.S. inescrupulosos, si no que más bien es una práctica habitual en las grandes empresas, tal como han reconocido economistas burgueses, por ejemplo, Paul Samuelson. Estos datos nos hablan de un contexto difícil y crítico, sin el cual la emergencia del gobierno de Bush- y su popularidad- resulta totalmente ininteligible. Por cierto que la recesión comenzó en los últimos meses de la presidencia de William Clinton y amenaza en la actualidad con convertirse en una severa depresión. Además, la fase recesiva alcanza a la Comunidad Europea, Japón y los restante países industriales del Asia. Sólo parece escapar a esta tendencia el crecimiento de la llamada República Popular China, cuyos indicadores macroeconómicos muestran una constante expansión.
Por otra parte, el gobierno de Bush apuesta a una fuga hacia delante, cuando quiere reafirmar la condición de superpotencia y el liderazgo de su país en el entramado de las relaciones intergubernamentales de los grandes países capitalistas. De allí que pisotea la propia legalidad burguesa- tanto en el interior de la sociedad norteamericana, en la que el respeto a los derechos humanos sólo rige en los discursos, como en las relaciones internacionales- erigiéndose en supergendarme de todo el orbe y sin aceptar ningún condicionamiento jurídico a sus acciones. La actual dirigencia política de los E.E.U.U está embarcada en un rumbo profundamente negador de las garantías y derechos constitucionales del pueblo norteamericano, por no mencionar los correspondientes a los ciudadanos de otros países que caen bajo sus garras.
Frente al avance de estas derechas agresivas en la economía más grande del mundo, la resistencia de algunos abnegados intelectuales, artistas populares y los distintos movimientos sociales- aunque elogiable y necesaria- asume un carácter marcadamente testimonial, pues no logra influir en el rumbo de quienes toman las decisiones en el centro del capitalismo imperialista. Contradictoriamente, otro aspecto vinculado a lo anterior, es el hecho que Bush no logra la adhesión incondicional de las burguesías europeas a su orientación militarista. Salvo la insalvable y habitual genuflexión del primer ministro británico, el laborista Tony Blair- para quien el calificativo de lamebotas, elaborado en otro espacio y con distinto destinatario, resulta insuficiente- la influyente dirigencia germana y la conservadora de Francia, por poner dos ejemplos, se han negado a firmar a libro cerrado la aventura del militarismo estadounidense. Además, las caídas registradas en las bolsas de todos los mercados importantes en la primer semana de octubre señalan la desconfianza que genera el sector de Bush, aún en el capital financiero. De todos modos y fundado en las razones económicas y políticas antes señaladas, el ataque a Irak parece ser sólo una cuestión de tiempo y la tan débil como discursiva oposición de estas burguesías se agotará en la impotencia y es muy probable que no lo detendrá.
Desde el punto de vista de los sectores populares de América Latina, lo que ocurre con el país de las mil y una noches- sin que lo que sigue pueda ser interpretado como un aval o apoyo a Sadam Hussein- implica un espejo de su propio porvenir, por utilizar las palabras de Karl Marx. En efecto, en la medida que se pueda construir y consolidar una vasta red de fuerzas políticas, movimientos sociales, espacios institucionales y aún gobiernos nacionales contra la cara económica (el A. L.C.A.) de la orientación imperialista no es desechable, si no más bien altamente factible que acciones punitivas caigan contra los diversos pueblos resistentes. Es más, ya lo sufre el pueblo colombiano así como este año, los venezolanos padecieron- en ocasión del fallido golpe contra el presidente Chavez- en carne propia que los grandes capitalistas no vacilan en pisotear su propia legalidad, cuando se trata de hincar el diente sobre algunos buenos negocios, como las jugosas rentas petroleras.
Tal es la orientación que muestra la entente de los sectores más derechistas del capitalismo mundial : los fabricantes y traficantes de armas, productores y comercializadores de petróleo, el capital financiero y los grandes monopolios de todo tipo, especialmente los de la informática y las comunicaciones.
A favor, puede mencionarse el hecho que desde la propia interioridad de los organismos financieros internacionales, surgieron voces críticas como la de Joseph Stiglitz. Este economista parece ser vocero de sectores del capitalismo norteamericano fuertemente orientados hacia el crecimiento industrial. Las políticas recesivas recomendadas contra viento y marea por el F.M.I. son indudablemente un freno al crecimiento económico, y por ende, al reequipamiento industrial de nuestros países. Eventualmente, tal crecimiento demandaría bienes de capital de los E.E.U.U.. Tal es la raíz que explica estos enfrentamientos discursivos. Por lo tanto, el hipotético triunfo de cualquier orientación neoindustrialista en la Argentina (si existiere en nuestro país tal tendencia con chances electorales), no necesariamente implicará una confrontación en bloque contra la totalidad del capitalismo americano. Estas contradicciones deben ser analizadas por las fuerzas que se postulan para encabezar una transformación social en todo el mundo.
Desde el punto de vista de los espacios gubernamentales e institucionales, parece haberse moderado el avance sin cortapisas de la derecha más conservadora (Aznar, Chirac, Berlusconi) y aún autoritaria (Haider, en Austria ; Le Pen, en Francia) ; a favor de los recientes triunfos electorales de los socialistas suecos y de la coalición social demócrata-verde en Alemania.
Otro aspecto destacable y alentador es la reaparición de los movimientos globalifobicos- que habían caído en una impasse luego del asesinato en Génova de un militante el año pasado, y, fundamentalmente del 11 de septiembre de 2001- y pacifistas. Estas agrupaciones lentamente comienzan a hacer sentir su voz en el demencial contexto belicista actual. Además, la reanimación del movimiento de las rondas catondas en Italia pone un cierto freno a la hegemonía de Berlusconi. La brutal política privatizadora de la derecha conservadora garantiza que habrá fundamentos de sobra para la resistencia de los pueblos. Una vez más, desde la Argentina nos constituimos en ejemplo (de las nefastas consecuencias de los planes neoliberales). No nos convirtamos en otra Argentina era una de las consignas de los trabajadores estatales de Francia. Es que- beneficios de la globalización- la secuela de pobreza y desocupación que dejó aquí el proceso privatizador es conocida hasta por los sujetos más desprevenidos y poco informados de todo el mundo ; salvo quizás, los que viven en nuestro país. Resistencia a las mencionadas privatizaciones, al militarismo o la flexibilización laboral ; defensa de los derechos de los inmigrantes y de todas las minorías son algunas de las muchas reivindicaciones de estos movimientos. De todos modos, los avances son lentos, débiles y problemáticos. A cada paso adelante del movimiento popular, corresponden varios atrás, como diría Lenin.
Todo lo anterior nos lleva a afirmar que la actual etapa en el mundo continúa siendo fundamentalmente de carácter defensivo. Por citar sólo un ejemplo, la heroica resistencia del pueblo palestino se encuentra más cerca de evitar la desaparición física de tal pueblo, que de un lejano triunfo contra la barbarie conjunta del imperialismo, de sectores del sionismo y de la criminal y cómplice indiferencia de los otros países Arabes, sus históricos enemigos.
A modo de síntesis y cierre del conjunto del parágrafo, extraeremos las conclusiones más importantes del análisis realizado.
1) La economía mundial presenta un cuadro de crisis que nos parece fuera de toda demostración. Este es el contexto en el cual hay que hacer comprensible el ascenso de los republicanos al gobierno de E.E.U.U.. Por otra parte, el poderío del imperialismo es tal que subordina al conjunto de las burguesías de los restantes países poderosos, sin hacer mención a otros que no lo son tanto.
2) Es en este marco general que se hace necesario leer la actual etapa de resistencia y autodefensa de los movimientos populares. Dicha etapa tiene sus inicios a comienzos de la década del 80, y, particularmente, desde 1989, con el derrumbe del llamado socialismo real. La orientación crudamente reaccionaria y belicista de la clase dirigente de E.E.U.U. coloca a los citados sectores populares en la situación que ya hemos definido y que lejos está de haberse cerrado.
3) Los datos más alentadores de esta situación son la lenta y progresiva reconstitución de los diversos movimientos sociales. Esta recomposición se refleja en diversos frenos contra la derecha, como los que hemos analizado precedentemente. De todos modos, tales límites son necesariamente provisorios.
A continuación, focalizaremos el análisis en las dificultades de los movimientos populares que pueden observarse en Sudamérica.
América del Sur :
A donde vaya Brasil...
Una colombina, es decir,
una extraña mezcla de
Colombia con la Argentina
Frei Beto, Teólogo de la liberación.
La situación social general de América Latina muestra un fuerte aumento de la pobreza y la desigualdad social bajo el predominio de las ideas y las prácticas del neoliberalismo. En tiempos recesivos (década del °80) o de crecimiento económico (comienzos de los °90), este sistema le ha deparado a los pueblos sólo sangre, sudor y lágrimas. Llegados a este acuerdo, las únicas diferencias radican en datar el origen de esta situación : si la última década, los últimos tres lustros o el último cuarto de siglo. Pero el empeoramiento de las condiciones de vida de los pueblos configura y determina una situación más que compleja : nuestro continente es una caldera harto conflictiva, siempre al borde del estallido.
En este dramático contexto, las elecciones presidenciales de octubre en la antigua colonia portuguesa constituyen un auténtico momento de inflexión en la historia de los pueblos latinoamericanos. Fundamentaremos tal afirmación. Brasil, en principio, está por la magnitud de su producto bruto entre las diez primeras economías del mundo. Por lo tanto, la casi segura llegada de una fuerza de izquierda al control del gobierno en tal país- independientemente de los compromisos y condicionamientos que este arribo le puede haber generado- abre expectativas en las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias de todo el orbe y supera en importancia y trascendencia a la experiencia del gobierno de la Unidad Popular, en Chile (1970-1973). Por otra parte, otra es la situación general, muy distinta por cierto a la que existía en la década del °70. A nuestro entender, la principal diferencia radica en que por entonces parecía no estar amenazada la existencia de nuestras naciones latinoamericanas. Hoy tal amenaza ha dejado de ser una asechanza discursiva y se ha convertido en uno de los horrores cotidianos. La punta de lanza de estos peligros es el A.L.C.A., la iniciativa económica, social, cultural e ideológica impulsada por el imperialismo. De imponerse este conjunto de medidas, será no sólo el final de la producción propia de cada país, salvo en el caso de algunas elaboraciones primarias en las que las economías latinoamericanas son históricamente competitivos. También tocará a su fin la historia independiente de nuestros pueblos y aún muchos de sus integrantes estarán amenazados por el exterminio físico, más aún de lo que lo están en la actualidad. Pero nuestras sociedades se hayan corroídas por otros problemas, no menos graves y vinculados a lo que decíamos precedentemente. La pobreza y la marginación social, a las que nos conduce irremediablemente el capitalismo dependiente que padecemos, nos colocan al borde de la desintegración. No existe, en rigor, una auténtica nación en condiciones de fragmentación extrema. La citada es una problemática antiquísima en el pensamiento social. Hace más de dos milenios, decía Aristóteles que Todo estado... es una asociación y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien. (Aristóteles. La Política). Para el filósofo citado, estado y nación son términos equivalentes. Este bien no es otro que hacer lo mejor para toda la sociedad. Por lo tanto, la formación estatal que no coadyude a integrar socialmente a todos los miembros de una comunidad nacional, estará aquejada de vicios de legitimidad insalvables. Tal es la raíz última de la crisis de representatividad actual, particularmente en la Argentina : la impotencia de los gobernantes para resolver los problemas sociales. Dicho de otro modo, la subordinación del estado- y de la propia sociedad civil- a la economía de rapiña mercantil que padecemos. Además, para nuestra concepción, no existe verdaderamente una nación, si no hay, por otra parte, estado soberano. La realidad descripta nos hace comprensible la brutal fobia antiestatista, esa extraña suerte de anarquismo de ultraderecha desatada por los distintos voceros y personeros del poder económico, es decir el neoliberalismo.
Liquidando los mecanismos regulatorios de la economía, predomina el salvajismo de mercado, lógica que conduce inexorablemente al empobrecimiento, a la marginación de vastos sectores del pueblo, y, en consecuencia, a la desintegración social y nacional. Nunca está de más repetir que en el varias veces citado mercado no prevalece una dinámica de inclusión. Menos algún tipo de participación de todos los habitantes, por restringida que esta fuera. Es inocultable que en una sociedad diseñada a imagen y semejanza del libre mercado predomina la competencia agresiva y salvaje, la segmentación excluyente y la selectividad arbitraria.
Las condiciones de la actualidad- presión incesante de E.E.U.U. por imponer el A.L.C.A., intervención militar en Colombia, asfixia política del gobierno de Chavez, lenta agonía económica de la Argentina, inducida por el F.M.I, que quiere aplicarle a nuestro país un castigo ejemplar, por citar lo que ocurre sólo en los países importantes de Sudamérica.- son por demás difíciles. Pero, a su vez, es factible infligir derrotas significativas al neoliberalismo. Es en este complejo escenario que se hace necesario interpretar las elecciones de Brasil. Este país presenta destacables ventajas para revertir las derrotas y los retrocesos que hemos sufrido en el último cuarto de siglo los pueblos latinoamericanos. Enumeraremos algunas.
1) Existe en Brasil- a diferencia de la Argentina- una burguesía nacional que mantiene un proyecto propio, tanto en lo referente a su simple existencia de clase, como al desarrollo de un modelo de crecimiento para el conjunto de la sociedad. Esta burguesía alentó un pacto con el P.T. (realizado en la candidatura de José Alencar a vicepresidente) a sabiendas que no puede mantener el rumbo- ni su condición de clase dominante- sin integrar socialmente a los sectores fragmentados, que en el país de habla portuguesa son aproximadamente cincuenta millones de personas. Estos son una reserva (un mercado potencial) para un ulterior desarrollo capitalista. Tales son los fundamentos económicos del giro pro-Lula del pujante empresariado paulista.
2) Vinculado a lo anterior, la existencia de un vasto sector productivo estatal, industria informática propia y empresas privadas de capital nacional constituye la base material sobre la cual erigir y profundizar un modelo de desarrollo que pueda satisfacer las demandas de los cincuenta millones de brasileños, que hoy están marginados. Además de mejorar las condiciones de vida de los que están integrados, pero en la pobreza. Por cierto que nada de esto se verifica en la Argentina actual. En Brasil, la estructura productiva está intacta. Aquí hay que reconstruirla tras más de un cuarto de siglo de una política económica que privilegió la renta financiera y de servicios.
3) La posibilidad de fortalecer, desde el control del gobierno nacional brasileño y con las posibilidades económicas, políticas y presupuestarias que ello implica, la red de fuerzas institucionales, gubernamentales, sociales y políticas que resisten al imperialismo en América Latina y particularmente en Sudamérica. Un eje Brasil, Venezuela, Cuba, un hipotético Uruguay frenteamplista constituye una base excepcional para resistir el avance del poder de los monopolios. Por no hablar de la segura influencia que ejercería sobre la realidad social y política argentina.
4) La vigencia de movimientos sociales aguerridos y combativos- el M.S.T., el propio movimiento obrero, las distintas comunidades cristianas comprometidas con la liberación, los estudiantes, entre otros- significa un límite a la inexorable tendencia que aparecerá, dentro y fuera del futuro gobierno, tendiente a desvirtuar el contenido de la voluntad popular.
5) La propia construcción del P.T es una auténtica novedad, distinta del clásico partido obrero nacido como destacamento local de la segunda o tercera internacional o impulsado verticalmente desde el estado, de acuerdo a la voluntad de gobernantes populistas, como ocurrió entre 1930 y 1950, con el varguismo y el peronismo. La fuerza que impulsa la candidatura de Lula es expresión auténtica de fenómenos sociales, como el nuevo movimiento obrero generado por el desarrollo industrial, que data de los tiempos de la dictadura en el país hermano (1964-1984).
En este largo proceso de construcción, el P.T. se convirtió en un dato insoslayable de la política brasileña. De hecho, controla una gran cantidad de alcaldías y ciertos gobernaciones estaduales. Por lo expuesto, no puede tomarse ninguna decisión de estado importante sin tomar en cuenta su presencia en el juego político. Además, es un partido orgánico de masas, en el sentido que todas sus fuerzas integrantes influyen y participan de modo democrático en la toma de decisiones. Tal vez, el único de América Latina, continente más que rico en tradiciones personalistas, visto desde la historia de sus fuerzas políticas. De esta manera, ha logrado incluir bajo un paraguas común a todas las fuerzas contestatarias al poder. Quien rompe con él, queda a la intemperie política, casi en la vereda opuesta de las masas.
6) Siguiendo el análisis anterior, no es un dato menor la existencia de un partido de los trabajadores que en la derrota alcanzó cerca de 30 millones de sufragios, capital político que se ampliará inexorablemente sea cual sea el resultado de la elección. Independientemente de la valoración que pueda hacerse de la construcción Petista, es evidente que el poder no maneja ni la conciencia ni el discurso político de vastos sectores de las masas del país hermano. Reforma agraria, democracia de masas, ciudadanía social, alimentación, vivienda, trabajo, educación y salud para todos y otras son consignas internalizadas completamente en el pueblo brasileño.
De allí que asignemos importancia superlativa al acto comicial del mes de octubre de 2002. El control del aparato gubernamental nacional implica posibilidades inéditas, mas también existen algunos peligros que no se nos escapan. Enunciaremos en primer lugar las posibilidades favorables que se presentan en esta oportunidad.
a) Condiciones inigualables para resistir y denunciar al A.L.C.A., denunciado por el candidato en términos que no hay una política de integración, sino una política de anexión.
b) La posibilidad de formular e impulsar desde el aparato gubernamental más grande y poderoso de nuestra América aspectos fundamentales de un programa económico mínimo como el siguiente : En un desayuno con los embajadores del Mercosur (Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile), el candidato del PT propuso fortalecer las instituciones del mercado común para caminar hacia un modelo tipo Unión Europea (con banco central y moneda común). ¿Acaso puede haber algún otro tipo de salida a la espantosa pobreza que padece nuestra América Latina, que la integración solidaria entre todos los países ? El Mercosur debe ser sólo el punto de partida de una construcción que apunte a la unidad del conjunto de Latinoamérica.
c) También es una ocasión inigualable para diseñar y aplicar un programa social común. Lula también propuso la creación de un programa de soberanía alimentaria del Mercosur, para eliminar el hambre en los países socios del bloque. Piénsese en la importancia que asumiría una ley votada simultáneamente por los parlamentos de todos los países que asuma, aunque más no sea discursivamente, la necesidad de eliminar el hambre y la indigencia. (Todas las citas fueron tomadas de despachos de la agencia electrónica Argenpres). El ex obrero metalúrgico reafirmó por otra parte que realizará la reforma agraria, con lo cual comenzará la realización práctica del programa de los movimientos sociales. Seguramente, en este caso, se verificará una contradicción entre la urgencia de los campesinos y los lentos ritmos de la legalidad burguesa. Tales contradicciones son parte de la dinámica del proceso
d) El manejo del aparato represivo- desgraciadamente, no el control absoluto- será un límite a la brutal arbitrariedad (que no le va en zaga a sus equivalentes argentinos) de los organismos policiales y policíaco militares brasileños.
En síntesis, el triunfo del P.T. será un salto en calidad del proceso de democratización del Brasil. Basta recordar las palabras del financista húngaro George Soros... En Brasil, votamos los mercados. Tal vez, cerca de setenta millones de votos sepulten la petulancia del millonario, y, a la vez, impliquen una rotunda reafirmación de la democracia, tal como la entendemos los sectores populares, y, no sólo en sus faces puramente representativa y procedimental, como pretenden las clases dominantes.
Entre las dificultades que sin dudas se observarán en el proceso brasileño, en primer lugar estarán los condicionamientos económicos. Según una entrevista realizada a Antonio Mata, coordinador de los equipos ad hoc de Lula, para el suplemento especializado del diario Clarín del domingo 22 de setiembre de 2002 :
En el 2003 vamos a mantener los tres pilares de la política actual : el superávit fiscal primario de 3,75% ; el régimen de cambio flotante y las metas inflacionarias.
En esta declaración se verifica una fuerte hegemonía del neoliberalismo. Al reafirmar la necesidad de mantener el superávit fiscal primario se producen dos circunstancias que muestran el evidente predominio de tópicos clásicos de los enemigos del pueblo.
Estas son :
a) El superávit primario tiene por finalidad fundamental garantizar los pagos de la deuda externa. Nunca está de más decir que o se paga la mencionada deuda externa o se asegura una vida digna para nuestros pueblos. Y en este punto no puede haber medias tintas. De cada cien dólares tomados por los estados de las naciones pobres en préstamo, noventa y tres son utilizados para pagar deuda antigua. Esta mención- que hemos tomado de un reportaje a Jeremy Rifkin en Clarín Económico del 20 de octubre de 2002- nos pinta de cuerpo entero el carácter de la deuda : un círculo vicioso que esteriliza los esfuerzos del pueblo trabajador e imposibilita todo plan de auténtico crecimiento económico.
b) Si un estado tiene déficit, extrae menos recursos que los que vuelca en la sociedad. Por el contrario, la situación superavitaria nos muestra un estado que le quita a su pueblo más de lo que le da. La ponderación que esta última condición alcanza en vastos sectores de la sociedad nos demuestra la influencia cultural e ideológica de los sectores dominantes. Para llevar a cabo una tarea de gobierno que mejore las condiciones de vida de las masas brasileñas- y de todos los pueblos- es necesario tener déficit ; ya que, aún cobrándole impuestos a los poderosos, la creación de un estado que maximice los beneficios para los débiles y minimice sus funciones represivas y de subsidio a los bancos y grandes corporaciones, implicará sin duda alguna formade expansión del gasto público.Ensíntesis : un fuerte estado social y no uno represivo y de prebendas a monopolios y otros parásitos es incompatible con el puntilloso cuidado del superávit primario.
Por otra parte, la determinación de la política monetaria y cambiaria es un atributo irrenunciable de todo estado soberano. Si antes de asumir el gobierno existe el compromiso de mantener el régimen de cambio flotante, se está de hecho renunciando a mecanismos que no tienen reemplazo para mejorar el bienestar popular. Además, queda consagrado el predominio de los mercados frente al estado, por añadidura, de los mercados de capitales, los más parasitarios y vampirescos.
Además, la alianza del P.T. con la burguesía paulista no elimina las contradicciones de clase, sólo atenúa su vigencia en aras de la unidad frente al enemigo común : los sectores financieros y el imperialismo. Llegado el otrora dirigente obrero del A.B.C a la primera magistratura, es valido pensar que el conflicto social pueda agudizarse, y, con ello, temblar parte de la convergencia de clases y estratos que sostendrá al nuevo mandatario.
Otro factor negativo dependerá de cómo resuelva el P.T. una antigua contradicción que viven todas las fuerzas populares de masas participantes en los mecanismos institucionales de la democracia. Tal es la existencia de sectores en su organigrama de dirigentes y representantes que tienden a asumir sus propios intereses, y, se alejan de la percepción de las expectativas y sufrimientos del pueblo. El ejemplo clásico es la social democracia alemana, en las tres primeras décadas del siglo XX. El más grande partido obrero del mundo colaboró con la guerra imperialista (1914-1918), y, posteriormente, observó impotente como los trabajadores eran derrotados por la barbarie nazi (1933). La pesadez de su maquinaria burocrática está- sin dudas- entre las causas de los fenómenos que hemos descrito.
Segunda parte
Por Raúl Isman y Jorge Muller
Argenpress.info, 2 de diciembre 2002.