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7 août 2012

La imagen de Cristina Fernández de Kirchner.
Hay encuestas que dan bien y otras mal. ¿Y la verdad ?

par Emilio Marín*

 

Aunque no hay elecciones en el corto plazo, comenzó el juego contrapuesto de encuestas que tienen que ver con aquéllas. Algunas dan muy bien a la presidenta y otras no tanto. ¿Cuáles son las más acertadas ?

Cuando a un político le da mal una encuesta suele argumentar que fue encargada por un rival, que la pagó. Si es favorecido tratará que los números adquieran una vigencia absoluta en el tiempo, como si lo ganado no pudiera perderse. Y esos guarismos positivos serán empleados en forma sistemática para influir en la opinión -y el voto- de los propios, los ajenos y los indecisos.

Así es la política. Un sondeo dependerá mucho de la calidad de la empresa que lo realice y de las condiciones sociales del lugar donde se haga. Puede haber miedo en un país que lleve a respuestas equívocas. En la Libia devastada y ocupada, difícilmente los adeptos del asesinado Muammar Khadafy se atreverían a opinar a su favor. Hay situaciones donde un sí o un no pueden costar la vida, la estabilidad en el trabajo o tener que ir al hospital.

Una encuesta de preferencias políticas debe ser tomada con pinzas, para no negarla pero tampoco darle una entidad cien por ciento científica. Además está el componente psicológico del entrevistado en ese momento concreto. Este cronista contestó ayer en un reportaje de los colegas de Radio Gráfica, de la Capital Federal, que una cosa era su estado de ánimo de ese lunes, luego de la dolorosa caída del club de sus amores (River) frente a Belgrano, y otro muy diferente era el 23 de junio pasado, cuando se logró el ascenso a Primera. Si se le hacía una encuesta ayer su ánimo no iba a ser el mismo de aquella otra jornada y todo eso agrega matices a un sondeo de opinión.

Ese es a lo sumo una fotografía tomada en un momento dado, que puede marcar una tendencia más general, pero por un determinado lapso. No dura una eternidad.

En el país ya comenzaron los cruces de encuestas de impacto electoral, con resultados distintos. El domingo pasado Página/12 comentó una realizada por Ipsos/Mora y Araujo, que arrojó porcentajes muy favorables a Cristina Fernández de Kirchner. En síntesis, allí se plantea que « seis de cada diez ciudadanos aprueba mucho o algo su gestión, frente al 39 por ciento que la desaprueba algo o mucho. Sigue siendo la dirigente política con mejor imagen, seguida por Daniel Scioli y Hermes Binner, y ganaría las elecciones nuevamente con casi 30 puntos de ventaja sobre el segundo, Binner. En intención de voto, Mauricio Macri recién aparece en el tercer lugar ».

Ipsos/Mora y Araujo hizo las encuestas personales en Capital, Gran Buenos Aires y ocho provincias argentinas. Al cabo, vio el vaso medio lleno ; sesenta por ciento lleno.

Medio lleno.

Aquella buena imagen presidencial se reforzaba a la hora de preguntar por el voto en 2015. CFK obtendría 45 por ciento, que se estiraría a 50 con la proyección de indecisos. Binner quedaba muy atrás, casi 30 puntos abajo, con el único consuelo de postergar a Macri a un incómodo tercer puesto.

Siendo generoso con la presidenta, ese sondeo no resolvía el problema político y legal de que hoy aquella no tiene re-reelección. Si aspirara a eso debería promover una reforma constitucional, pero ha sido esquiva y es algo que resulta difícil -no imposible- de lograr antes de 2015.
Aquella encuesta deja muy bien parada a la actual mandataria, pero al mismo tiempo agita un drama kirchnerista : si ella no puede competir, hoy el mejor posicionado es Scioli, que no es santo de esa devoción. "Está con nosotros pero no es de los nuestros", se podría parafrasear a Lenin hablando de León Trotsky, para describir el pensamiento cristinista frente al gobernador.

Y hay un elemento que seguramente Ipsos/Mora y Araujo habrá consignado, pero que el artículo de Kollman no incluyó : la fecha de la encuesta. Como se dijo antes con el ejemplo del ánimo riverplatense por el suelo o las nubes, ubicar el sondeo en el tiempo es clave para entender sus resultados.

Salvo los acérrimos opositores políticos y del monopolio Clarín, la mayoría de los argentinos entendió por qué la candidata del Frente para la Victoria arrasó con el 54 por ciento en octubre pasado. Otro que no lo digirió fue el ruralista de vaca atada, Hugo Luis Biolcati, alias « huevos grandes » o huevón, quien atribuyó la victoria a que la gente veía a Tinelli y pagaba el plasma.

Imagen positiva.

Desde entonces para aquí han pasado nueve meses y este cronista no cree que haya variado sustancialmente la imagen positiva de la presidenta. Para que se mantenga en ese alto nivel se combinan dos elementos. Uno, haber tomado medidas de alto impacto social, como la renacionalización de YPF, aplaudida por el 80 por ciento de los argentinos o por un margen menor según las encuestas. Otra vez los matices en esos estudios : Poliarquía, que suele trabajar sólo con el diario oligárquico « La Nación », informó el 22 de abril de este año que la adhesión a tal reestatización era del 62 por ciento. El matutino, sangrando por la herida, no pudo con su genio y agregó : « sin embargo, el 44% responsabiliza al Gobierno por la crisis petrolera ».

La otra explicación es que los políticos opositores no le hicieron sombra a la titular del PEN y siguieron navegando en la mediocridad, a la sombra de Magneto.

De todas maneras, es válido preguntarse por la fecha del estudio. Es que en los últimos dos meses, después del shock de confianza con lo de YPF, hubo ciertos hechos que pueden haber limado en parte, sólo en parte, aquel registro positivo del 60 por ciento. Sobre todo la caída en la actividad económica.

Vaso medio vacío.

Frente a aquel panorama tan positivo, se plantó otro muy diferente realizado por Management & Fit, asegurando que « la gestión del gobierno tiene un 40 por ciento de aprobación y un 53 de desaprobación ; en Provincia, Cristina tiene 41 por ciento de imagen positiva y Scioli 48 ».

Esa conclusión básica la dio a conocer Mariel Fornoni, de esa consultora, en declaraciones a Radio Mitre, y recogidas en la edición on line del 2/8 del matutino que mejor expresa a la Bolsa de Comercio y la Sociedad Rural. Usted sabe cuál es.

« Si se compara con el 65 por ciento (de aprobación) que tenía en octubre cuando fue la reelección, ha tenido una pérdida importante », subrayó Fornoni ante un embelesado Nelson Castro, de « Primera Mañana » y Clarín.

Preguntada sobre las razones de esa supuesta merma, la encuestadora puntualizó el impacto de los fenómenos de inseguridad, inflación y corrupción en las filas del gobierno. Como en algunas letras de tangos todo va mezclado, junto con esos temas la mujer habló de otro que sin duda tiene su impacto en la medición : las preocupaciones por el futuro económico. « Hoy hay mucha más gente que cree que le va a ir peor en los próximos meses que gente que cree que le va a ir mejor », dijo. Y en este punto puede ser que no esté mal orientada.

En cambio, los otros aspectos planteados son muy relativos. Cuando Kollman interrogó a Luis Costa, el director de Ipsos/Mora y Araujo, sobre la inseguridad, éste contestó : « Mire, los reclamos por la inseguridad son los mismos hace diez años. No influyen en la imagen presidencial ». La verdad podría estar a mitad de camino entre la absolutización de Fornoni y la negación de Costa.

Sobre la base de algunos crímenes resonantes, repetidos mil veces por los canales amarillistas de TV que rezuman sangre por todos sus noticieros, y en el marco de campañas políticas como la del seudo ingeniero Blumberg, los sondeos suelen acercarse a lo medido por Management & Fit. Pero esa no es la cuestión central, aún cuando haya sondeos donde el 80 por ciento de los encuestados diga que sí. Admirable actitud del muy criticado Luis D’Elía, que ante el asalto sufrido por su mujer e hijo, declaró que él no tiene derecho a generalizar...

Inventario.

Como muestra final de lo relativo de las encuestas, en la Web de Poliarquía hay un estudio donde se hace el inventario de cuáles son « Las principales preocupaciones de los argentinos », en 2008, 2009, 2010 y 2011. Aunque parezca increíble, la número uno sería « la baja calidad institucional », con el 29 por ciento de los votos, seguida por la inflación con el 19.

¿Usted quiere saber qué lugar ocupa la famosa « inseguridad » ? El octavo puesto, con sólo el 4 por ciento de los votos. Y el desempleo está todavía más abajo, en el puesto 13 con apenas el 2 por ciento.
Eso demuestra la volatilidad y los cambios de las diferentes percepciones de los problemas. Seguramente hoy la preocupación por el desempleo ha subido en la consideración pública, y por eso mismo, junto a otros factores como la represión policial a los pueblos originarios y a los ambientalistas que se oponen a la megaminería, la calurosa bienvenida a Monsanto y otras multinacionales contaminadoras, las sospechas de corrupción que pesan sobre Amado Boudou y el contrato de la Tarjeta Sube, las desafortunadas expresiones presidenciales casi bendiciendo a los « barras bravas » del fútbol, etc., puede haber bajado unos puntos, sólo unos puntos, la imagen de CFK.

La Arena. Buenos Aires, 7 de agosto de 2012.

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