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6 juin 2005

La crisis del bipartidismo en Argentina : El internismo no deja ver qué ocurre en el mundo.

 

El peronismo está sacudido en varios de sus niveles y si no, ¿cómo observar la crisis desatada en la provincia de Buenos Aires por quien impone las listas de candidatos a legisladores en todos los niveles y la que ha colocado a la CGT al borde de una nueva ruptura ?

Por Isidoro Gilbert
La República
Desde Buenos Aires, 5 de junio del 2005

Los diversos posicionamientos no son homogéneos. Pesa el poder de Néstor Kirchner por el buen momento que pasa o el uso de los recursos del Estado para facilitar sus planes. Es así como que todo lo que está ladeándose hacia el Presidente no es químicamente puro, lo que hace complicado aceptar que lo que ocurre pueda ser un momento de inflexión en la política. Es que también está en crisis (y muy aguda) la otra pata del bipartidismo de los últimos 60 años, la Unión Cívica Radical.

Con todas las objeciones posibles se asiste a la decadencia de ese sistema, que puede dar paso a otro limitativo para otras expresiones políticas y acaso, perverso, si el kirchnerismo (o el peronismo que salga de la crisis actual), se convierte en fuerza hegemónica en el peor sentido del término.

Esa perspectiva y la decadencia radical han desbrozado el camino para la creación del polo de la derecha, de súbito ganada por la defensa de las instituciones y la carta magna. A falta de una alternativa de izquierda o progresista que pueda ser atractiva, la conjunción entre Ricardo López Murphy y Mauricio Macri puede ser aceptada no sólo para los llamados "moderados", sobre todo en la provincia de Buenos Aires.

Elisa Carrió está bien posicionada en la Capital Federal, pero no parece juiciosa la calificación que hizo del actual presidente como "neofascista", porque ni tiene rigor en la ciencia política, no está basado en la realidad (aun con las ínfulas hegemonistas) y es agresiva incluso para el ciudadano común. Al ARI, más allá de como sea su performance en octubre, el tema de cómo convertirse en fuerza alternativa (o líder de un nuevo contrato social) no le cierra ni cómo acumular ni cómo influir en la lucha social, fuera del mensaje, guste o no, de su conductora.

Con todo, se está asistiendo a la decadencia del poder político más poderoso posdictadura : el que construyó Eduardo Duhalde, conservador-populista pero realista. Pero nunca se sabe cómo actúan las pasiones.

Lo viejo y lo ¿nuevo ?

Repasemos lo que en la superficie está en debate. Kirchner quiere que la representación legislativa nacional para el último día de octubre le sea leal a sus objetivos. Es la que debería alinearse detrás de su esposa, la senadora nacional Cristina Fernández, que iría por la renovación de su banca pero no por su distrito original, Santa Cruz, sino por el bonaerense : es oriunda de allí. Curiosidad : en octubre se renueva un tercio de las bancas de los senadores nacionales y la mitad de los diputados, amén de otras representaciones, pero se dio el caso que en aquel porcentaje hayan entrado las dos provincias donde puede ser pretendiente la esposa de Kirchner. Esto además se destaca porque la primera dama podría no ser candidata con un justicialismo bonaerense partido en dos, según se comenta.

Pero también hay renovaciones legislativas locales y el Presidente ha decidido apoyar al gobernador Felipe Solá, el que empezó el derrumbamiento del caudillo bonaerense con aliento obvio pero sin saber cómo podría encauzarse. Reclama su tajada en la representación legislativa que le permita finalizar su mandato en 2007. Esta puja partidaria daña la institucionalidad, porque Solá, por caso, está amenazado por un juicio político que aunque lo pidió el ARI, lo respalda el duhaldismo.

Lo que suplantará al bloque que construyó Duhalde no es totalmente su antagónico. La casa nueva se construye en gran parte con escombros y ladrillos de lo que va camino a derrumbarse, lo que es así siempre. En la Revolución Rusa la administración inicial y el Ejército Rojo se manejó o creó con gran parte de lo heredado del zarismo. Vale una aclaración : no se está comparando una gesta que cambió gran parte del siglo XX con esta pelea de aldea ; si es interesante recordar que nada se construye de la nada.

¿Habrá encuentro entre los dos caudillos para dar fin a la controversia que puede extenderse a otros lugares ? No, en tanto Hilda González "Chiche" Duhalde diga formalmente que no será pretendiente, una especie de santo y seña de que el duhaldismo acepta las condiciones de la hegemonía kirchnerista en el distrito decisivo.

El ex presidente puede decir que el no es el dueño de las ambiciones de su esposa, pero para Kirchner es quien debe resolverla.

Y aunque se mantenga la división, y los votos del electorado entronicen a Cristina Fernández (siempre que sea pretendiente ; aún no dio el si) y ello repercute sobre la suma global de sufragios que apoyen al Presidente y ponga en duda que su gestión será plebiscitada, una eventual debacle electoral del duhaldismo lo colocará definitivamente en el pasado.

Las dudas de Duhalde

Para el caudillo ponerse en estadista y dar el paso al costado no es sencillo. Está bajo la amenaza que en el juicio contra los policías asesinos de dos piqueteros el 26 de junio de 2002, quede engarzado en el expediente que temprano o tarde se abrirá sobre las responsabilidades políticas de la masacre del puente Pueyrredón y Avellaneda. Hay demasiadas carpetas con tráficos de influencia que repercutieron en las finanzas del Banco Provincia de Buenos Aires que podrían dañar al caudillo ya sin poder. Una pregunta : ¿puede reclamar garantías sobre esos asuntos al Presidente ?

Y last but not the least, aunque no se ve, los norteamericanos tienen un viejo agravio con Duhalde de distinta composición anímica, de la que no es menor que a su aparato se lo acusa de haber corroído la suerte de Fernando de la Rúa, tanto como la ira social de los días de la caída en diciembre de 2001.

Aunque parezca de señora gorda exigirle al peronismo que no mezcle al Estado con sus penurias, lo real es que en estos días de decisiones (días, porque vencen los plazos legales par la inscripción de alianzas o partidos y semanas para presentar la listas de candidatos) es que el Parlamento lo sufre. Si no, preguntarle al ministro de Economía, Roberto Lavagna que no consigue hacer aprobar una ley sobre lavado de dinero, por la trifulca.

¿La crisis por la conducción de la CGT tiene la misma impronta ? Es más difícil incluirla totalmente pero es parte del desorden, aunque no decisivo, como se planta la central conducida por el sindicalismo justicialista en el proceso electoral. También en la superficie se pelean dos facciones por el liderazgo unipersonal de Hugo Moyano con otro grupo de los sindicatos numéricamente más numerosos que en fueron la cobertura social durante gran tiempo del menemismo y que demanda un triunvirato.

Moyano enfrentó a su manera a Carlos Menem pero a su lado hay personajes que fueron menemistas entusiastas o pillos ávidos de poder y negocios como el dirigente gastronómico Luis Barrionuevo que detesta a Kirchner y viceversa. El dirigente camionero ha sido bendecido por el Presidente y para ganarse el apoyo de la CGT dejó de lado la promesa de contribuir a la democracia sindical como revela el no otorgamiento de la personería gremial a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

Todavía más : el Presidente dio señales más atrevidas contra la CTA, que podría influir sobre su quiebre, apoyándose en el kirchnerismo que tiene peso en esa central. si es que moviliza demasiado.

La decisión en favor de la CGT fue pragmática : debía ser el canal de la conflictividad social previsible desde hace tiempo. Actualmente hay 80 conflictos laborales fuertes, inclusive con huelgas y cortes de calles u ocupaciones de establecimientos y hasta de edificios públicos. En algunas luchas reivindicativas el sindicalismo tradicional se enfrente con clasistas de diversas procedencias e incluso del CTA, que es crítico pero no rupturista.

La crisis radical

El año electoral no está desligado de las reivindicaciones acuciantes, con más conflictividad social, por lo que hay que prever algún incremento de las mismas. La prensa de izquierda supone que hay condiciones objetivas y subjetivas para una alternativa opositora frontal. Solo ellos ven así las cosas, pero en el gobierno la tendencia a convencerse del uso político de la conflictividad social, abre a aquella afirmación una rendija.

La crisis de la Unión Cívica Radical se entronizó estos días, y no por casualidad, en el distrito bonaerense.

El ex presidente Raúl Alfonsín, quien quiere volver a controlar el partido nacionalmente, impuso como candidato a senador nacional al actor Luis Brandoni. Se usó como argumento que "es conocido", por que la TV es uno de sus fuertes. Flaco favor, con ese criterio menemista, a un hombre que tiene trayectoria política y sindical.

Con ese "golpe de timón", se frenó un proceso de recambio que encabeza la diputada Margarita Stolbizer, con compromisos personales con quienes bregan por una alternativa de centro izquierda.

Ella había sido designada como la candidata, porque mientras la UCR capotaba nacionalmente, consiguió en la provincia el 10% de los sufragios. Renunció a cualquier honor en muestra de dignidad : el futuro la reivindicará.

Su salida, disgrega aún más los entendimientos entre numerosos intendentes radicales que ante la obcecación alfonsinista y la ausencia de objetivos y liderazgos claros, o acuerdan con Kirchner o se anotan en negociaciones con el polo de la derecha. Mal augurio para la UCR.

El triunfo del No en Francia y Holanda colocó a Europa en una fuerte crisis, que más allá del detalle del comportamiento del electorado, sus motivaciones en cada caso, fortalecen las posturas neoliberales de Tony Blair, pone en crisis el euro, y le dan a George W. Bush o a su sector más extremista la posibilidad de golpear al viejo continente : es el ganador real.

¿Hay inquietud o curiosidad por los efectos de estas novedades ? Curiosamente, Kirchner suspendió dos visitas importantes, la del presidente de Sudáfrica, una potencia en ascenso y la del de Portugal, para centrarse en la lucha electoral. Prefiere, como se ve, rapiñarle intendentes al radicalismo y a ello dedica tiempo, que a hablar de alta política con sus colegas.

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