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Hoy termina la medida que impedía reclamar ante la OMC por los subsidios. Europa destina 2.900 millones de dólares a sus lácteos y así daña las exportaciones argentinas. Si se gana, crecerán ventas y precios.
Por Matías Longoni
Clarín, 31 de diciembre del 2003
mlongoni@clarin.com
La Argentina ya comenzó a preparar el primer juicio contra los países que aplican subsidios agrícolas y perjudican su economía. En el banquillo de los acusados de la Organización Mundial de Comercio (OMC) sentará a la Unión Europea, por las millonarias subvenciones que concede a sus exportaciones de productos lácteos.
Esta medianoche, con el fin de año, vencerá la denominada "cláusula de paz", que desde 1994 protegió a los países ricos que subsidian de ser acusados por los países afectados. Gracias a esa cláusula, las potencias esquivaron hasta ahora los tribunales de la OMC. Por eso, muchos la rebautizaron como "cláusula de impunidad".
Vencida dicha cobertura, y para no quedarse en amenazas, el Gobierno ya tomó la decisión de avanzar con un caso testigo. Según pudo confirmar Clarín, el primer planteo de la Argentina será contra la UE, que cada año concede unos 5.800 millones de dólares de ayuda a su sector lácteo. Frente a la OMC, se cuestionará específicamente el uso de subsidios a la exportación, que suman 2.900 millones y resultan los más perjudiciales y distorsivos para el mercado.
El secretario de Agricultura, Miguel Campos, ya puso a sus técnicos a trabajar en el asunto. Y convocó la semana pasada a representantes de la producción lechera y del Centro de la Industria Láctea (CIL). "Empezamos a estudiar si pedir un panel ante la OMC. En principio todo indica que sí, porque el daño es muy claro. Pero tenemos que hacer los deberes para poder demostrarlo", explicó Raúl Rocatagliata, de la Sociedad Rural.
El sector lácteo se eligió como caso testigo para enjuiciar a las potencias porque refleja como pocos el daño que produce el proteccionismo en aquellos países que no tienen posibilidad de defensa. Desde 1999, la lechería local vive una profunda crisis -desaparecieron casi 3.000 tambos- debido a la sobreproducción de materia prima, que deprimió las cotizaciones. Ese excedente de leche podría haberse colocado en el exterior. Pero eso fue imposible por las barreras y la competencia desleal de las potencias, sobre todo de Europa.
"El bajo precio internacional de los lácteos está determinado por los subsidios a la exportación. Y la Argentina no puede exportar más debido a estos subsidios", enfatizó el titular de Agricultura.
En esa cartera efectuaron una simulación sobre qué sucedería si la UE se viera obligada por la OMC a eliminar sus subsidios en lácteos : la Argentina podría vender 22% más de leche en polvo, 266% más de quesos y 79% más de manteca. Y los precios de esos tres productos crecerían 15%, 10% y 19% respectivamente.
Eduardo Sigal, subsecretario de Integración de la Cancillería, confirmó que la decisión política de recurrir al Tribunal de Controversias de la OMC contra los países que subsidian está tomada. Aunque aclaró que "no vamos a hacer una cosa improvisada. Sólo recurriremos a la OMC si tenemos elementos suficientes para demostrar que hay daño".
En rigor, pese a que el perjuicio de los subsidios sobre los países en desarrollo es innegable, no resulta nada sencillo ganar un juicio en la OMC contra una potencia, sobre todo para un país con "poca tradición" en este tipo de controversias, como la Argentina.
El experto Ernesto Liboreiro añadió que llevar adelante una causa puede resultar muy costoso, de 200.000 a 500.000 dólares. Por eso recomendó a las autoridades avanzar codo a codo con el sector privado e incluso sumar en la demanda a otros países. Es lo que planea hacer Agricultura, donde ya se pensó en invitar a Australia y Nueva Zelanda a acoplarse al primer juicio que iniciará la Argentina.