La presidenta de la Nación hizo explícita su candidatura para el período 2011-2015. La oposición, quedó desairada y temerosa ante el anuncio del martes. Ahora falta conocer quién la acompañará como candidato o candidata a vice.
La aceptación de la candidatura a presidente para un nuevo período por parte de Cristina Fernández bien pudo haber sido oficializada en el acto por el Día de la Bandera, el lunes 20 en Rosario. Hubieran dicho que aprovechaba una fecha nacional para lanzar una fórmula partidaria. Los medios monopólicos criticaron que una parte del público kirchnerista hostigó por instantes al gobernador Hermes Binner, y dijeron que por ese motivo CFK había sido la única oradora. Pero esos medios siempre buscarán la quinta pata al gato.
El lanzamiento de Cristina sí fue el martes 21, en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos, en un acto vinculado con el programa "LCD para Todos" y la ampliación de la oferta de canales de la TV digital por aire. Lindo ámbito por los retratos de varios grandes de la política latinoamericana. Y lindo tema, tan íntimamente vinculado a la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales.
La oradora fue un poco elíptica pero clara para el anuncio electoral, cuando le dijo al ministro Julio de Vido que podía hacer hasta fin de año la mitad de las torres transmisoras « porque vamos a seguir adelante ». El público saltó de sus asientos, comprendiendo al toque el sentido de la alusión.
El pequeñísimo margen de duda fue despejado minutos más tarde, cuando la presidenta expresó que se sometería otra vez a la voluntad popular, como siempre lo hizo. Y planteó su deseo de ser "puente entre dos generaciones", alentando a la participación política de la juventud, un fenómeno masivo de los últimos años.
Seguir a la cabeza.
Recapitulando el origen de su decisión, CFK se remontó al 28 de octubre de 2010, cuando el velorio de su esposo Néstor Kirchner. Desde entonces sabía que debía seguir a la cabeza del gobierno, como un acto de responsabilidad política y personal.
En cuanto al momento del anuncio, ella dijo que fue ahora porque quería terminar con las falsificaciones de algunos medios. Estos aseguraron que el sentido de su último viaje a El Calafate habría sido para meditar y consultar con sus hijos. Esas mismas publicaciones hicieron hincapié en un supuesto estado calamitoso de salud, por lo que la oradora se burló de esos análisis que ingresaban sin títulos en el terreno de la medicina y la psicología.
La jefa de Estado no puso nombre y apellido a esas trapisondas. Bien pudo haberse referido a la nota de Mariano Obarrio, en « La Nación », del 10 de junio : « Hubo fuertes rumores de que la Presidenta no quiere la reelección. Tensión en la Casa Rosada por las presiones de Moyano ; el condicionamiento familiar. La Presidenta presenta un cuadro clínico de baja presión, según sus médicos. Su salud no corre peligro, pero el consejo de los profesionales es que tenga mayor descanso físico ».
Esos pronosticadores de turno fueron desairados. Igual le pasó a la pitonisa Elisa Carrió, que pifió por enésima vez al sostener que Cristina no se presentaría. Lilly Sullos lo habría hecho mejor.
Críticas, y más críticas.
Un principio elemental aconsejaría que quienes tenían una posición en contra de la presentación de CFK a la reelección y que, peor aún, dieron por seguro que la mujer se volvería a la bucólica finca de El Calafate, deberían dar cuenta de su error. Podrían apelar a ese método que los marxistas llaman autocrítica. Difícilmente se lea ese reconocimiento de las primeras plumas de « La Nación » y « Clarín ». Estos confundieron deseos propios con realidad. La matrona de la Apocalipsis, lejos de reflexionar sobre su error número cien, dijo que había sido engañada por las lágrimas de la viuda ; incluso afirmó que quizás ésta no lloró tanto. O sea, la culpa es de la otra...
Eduardo Duhalde, aún después de la novedad del Salón de los Patriotas Latinoamericanos, siguió aferrado a su teoría de 2007, de que Cristina no sabe gobernar. Dijo el ex senador que tan bien gobernó en 2002 : « No está preparada para gestionar, el que movía los hilos era Néstor Kirchner ».
Esas afirmaciones nacen de la envidia y el resentimiento más absoluto, sin que el cronista pretenda ingresar en la psicología ni la psiquiatría aludidas por la presidenta. El problema es que a Duhalde las encuestas le dan 5 puntos de intención de voto y a Carrió menos de 2, en tanto el CEOP de Roberto Bacman difundió un estudio que adjudica a la presidenta un 48 por ciento para una primera vuelta que en tal caso sería única. De allí la furia de esos políticos.
Peor que cenizas volcánicas.
Los desairados medios de comunicación tratan de reacomodarse con la interpretación de por qué Cristina comunicó tarde su decisión. Según Eduardo Van der Kooy, de Clarín, « Cristina podría lograr con su lanzamiento y el misterio de la fórmula algo que no logró con la acción de su gobierno : sacar el foco de la atención público de los escándalos que la conmueven, desde el caso de Sergio Schoklender hasta el desbarajuste en el Inadi ».
O sea que el anuncio habría sido para ocultar esos dos temas. No parece que esta versión sea la correcta. El sábado 25 se vencían los plazos para inscribir los candidatos presidenciales y el Frente para la Victoria comunicó la suya cuatro días antes. Punto. Unos días antes o después, habría sido igual. Y aún concediendo que el gobierno quiso sobreponerse al asunto Schoklender, que no es el caso, pero aún si hubiera sido para secundarizarlo, ¿cuál sería el delito ?
Los buscadores de gatos con cinco patas protestaron porque Cristina usó la cadena nacional. Antes se quejaban porque ella no se decidía. Ahora la critican porque despejó la incógnita por medio de esa cadena, como si la oposición no tuviera una cadena privada a su servicio las 24 horas, grupo Clarín mediante.
Las cenizas del volcán Puyehue, con todo el daño que hacen, según algunos especialistas tendrían algunos valores para enriquecer la tierra. La oposición conservadora en ebullición, en cambio, sólo destila veneno y contaminación.
Lo que falta.
Como es público y notorio, al anuncio cristinista le falta su acompañante en la fórmula del Frente para la Victoria-PJ. Allí ponen el acento los medios y partidos opositores, aunque deberían tranquilizarse porque antes del sábado 25 ese casillero estará ocupado.
Van der Kooy busca meter cizaña en el oficialismo en ese punto y en el referido a la candidatura a vicegobernador en Buenos Aires. En síntesis desliza que la intención de la presidenta es poner alguien ligado a La Cámpora o del núcleo santacruceño en la fórmula nacional, y a Gabriel Mariotto en la provincial. La pluma de Clarín trata de azuzar a Daniel Scioli y los barones del PJ bonaerense, picaneándolos con la chicana de que van a ser dejados de lado en beneficio de los jóvenes.
Lo que tiene de bueno esta mini-campaña es que trasunta cuál sería el candidato que los medios monopólicos verían con mayor agrado : en ambos casos, prefieren a alguien del riñón del PJ, cercano al gobernador Scioli.
Habrá que esperar la palabra oficial de la presidenta sobre quién completará su fórmula. A tenor por lo dicho el martes, de que quiere ser el puente entre dos generaciones, podría inclinarse por una persona relativamente joven.
Tiempos de crecimiento.
Como se puede apreciar en todos los medios, los kirchneristas y círculos amplios de la sociedad han recibido con buen talante el lanzamiento de Cristina. La ven como una buena señal para los próximos cuatro años, sobre todo cuando la economía argentina da señales de relativa robustez, frente al cuadro de desastre y crisis que recorre Grecia, España y otras latitudes.
Los opositores van a gastar sus últimos cartuchos disparando contra el gobierno nacional y su primer representante. Mientras se mantengan en la raya del debate político y no vuelvan a las andadas destituyentes y cortes de rutas con « los piquetes de la abundancia », estarán en su derecho democrático (aún cuando muchos de ellos no se destacaron precisamente por su oposición a la dictadura militar-cívica).
Lo que está mal es « sangrar por la herida » y hacer acusaciones irresponsables, interpretando que la presidenta ha decidido ir ahora por la reelección perpetua. La acusación corona la columna de Carlos Pagni, uno de los periodistas más provocadores de « La Nación ». Su columna del miércoles se tituló : « En la línea de largada hacia la eternidad ». Y sentenció que « Las repúblicas caudillescas resuelven la misma encrucijada con otra receta : la reelección indefinida ».
Tamaña afirmación significa « abrir el paraguas antes que llueva » y confirmar que esos círculos oligárquicos ya dan por descontado que el cristinismo ganará en octubre. Y antes que eso se produzca, ya cuestionan las otras victorias que pueden venir sin que nadie las haya planteado. Así de derrotista y provocador está el ambiente que rodea a la Sociedad Rural, Clarín, el establishment y la derecha.
La Arena. Santa Rosa, La Pampa, Argentina, 23 de junio de 2011