Por Eduardo R. Saguier*
En una contribucion anterior de mi autoria titulada "Indiferencia Moral durante la Dictadura sobre los Desaparecidos, por parte de una Elite Intelectual Argentina" http://www.hipforums.com/thread-13-..., me centre exclusivamente alrededor de la figura de la "indiferencia moral", una suerte de punto intermedio entre los extremos de la resistencia y el colaboracionismo. En este escrito de hoy quisiera explayarme sobre las connotaciones y naturaleza del colaboracionismo, como expresion de complicidad con los gobiernos de facto que practican el terrorismo de estado.
Sabido es que el colaboracionismo con los regimenes despoticos es tan viejo como la historia, pues se dio en tiempos de los faraones egipcios, los emperadores romanos, los papados medievales, las monarquias absolutas, las dictaduras decimononicas, y los totalitarismos modernos (fascismos, nazismos, stalinismos). Pero tambien es cierto que no todos los colaboracionismos fueron de igual entidad o ponderacion, pues en la historia de la humanidad se dieron diversos tipos de colaboracionismos, comenzando con el colaboracionismo obtenido a instancias de la tortura, pasando por el colaboracionismo venal o tactico-economico, y por los colaboracionismos institucionales e ideologicos, hasta alcanzar el grado maximo con el colaboracionismo de estado, categoria esta ultima que se dio durante las guerras mundiales por parte de aquellos estados vasallos o amenazados por la conquista o la invasion (e.g. : la Francia de Vichy, la Hungria de Horthy, la Noruega de Quisling).
Entre los mas bajos en la escala, los colaboracionismos venales o tactico-economicos fueron los mas hipocritas, pues estuvieron orientados por el mero interes economico, de los cuales nuestra historia ofrece innumerables ejemplos tanto en nuestro pasado reciente como asi tambien en el mas remoto. Como olvidarnos de la conducta politica del Partido Comunista en tiempos de Videla a los efectos de garantir la venta de trigo a la Union Sovietica. Ni que hablar de la conducta de la Union Industrial, de la Sociedad Rural, y de nuestros grandes periodicos, vorazmente interesados en la licitacion publica de Papel Prensa, la cual fuera violentamente confiscada de manos de la familia Graiver-Papaleo.
En cuanto a los colaboracionismos institucionales cabe establecer una nueva desagregacion, pues se dieron colaboracionismos sindicales, eclesiasticos, educativos y culturales, los cuales tampoco fueron gratuitos, pues en el caso de nuestra burocracia sindical estaba seducida con el control de las obras sociales, en el caso de la burocracia educativa con la habilitacion de los titulos profesionales, en el caso de la burocracia eclesiastica con el mantenimiento del vicariato castrense y el encubrimiento de la pedofilia clerical, y en el caso del colaboracionismo cultural, como el de las Academias Nacionales, fueron compradas con un plato de lentejas (subsidios para congresos internacionales con consiguientes besamanos presidenciales publicamente publicitados).
Y en cuanto a los colaboracionismos ideologicos, los mas elevados en la escala de responsabilidades, han sido los mas deletereos y perversos, pues cuentan en su haber con la responsabilidad de haber legitimado intelectualmente, de una forma activa o pasiva, tacita o expresa, la opresion y el genocidio, los cuales tambien cuentan en la historia universal con innumerables precedentes, unanimemente condenados por el juicio historico. Este colaboracionismo ideologico puede asimismo desagregarse en colaboracionismos periodisticos, universitarios y cientificos, cada uno de los cuales contaba tambien con un alcance muy desigual en la masa de la poblacion. Por cierto, de todos ellos el que cuenta con la dosis mas alta de responsabilidad es el colaboracionismo periodistico, pues fue el que se encargo durante la ultima y genocida dictadura, de alimentar un ciego odio irracional contra los llamados "subversivos", y luego de dicha dictadura, procuro curiosamente asumir un rol apaciguador clamando por la paz y el olvido, difundiendo hasta el hartazgo la Teoria de los Dos Demonios. Asimismo, este colaboracionismo periodistico debe tambien desagregarse en los colaboracionismos escritos, radiales y televisivos, contando los mismos con muy diversa penetracion, donde el colaboracionismo escrito llegaba a las clases superiores y los colaboracionismos de los medios radio-televisivos (e.g. : Neustadt-Grondona) inundaba al comun de la poblacion (ver Knudson, 1997).
El analisis del colaboracionismo escrito viene precisamente a cuento, no con motivo de la prensa terrorista y sus periodistas lacayos (e.g. : diario Conviccion), o de la prensa confiscada (e.g. : La Opinion), sino por cuanto en el dia de ayer, Sabado 16 de agosto, esa Tribuna de Doctrina, que es el diario La Nacion, ha publicado sendas notas de los periodistas Felix Luna y Santiago Kovadloff, en las cuales dichos intelectuales confunden adrede la verdad historica al no diferenciar el terrorismo de estado practicado por gobiernos legitimos (Triple A) de aquel otro practicado por gobiernos ilegitimos, dando asi rienda suelta a una conocida teogonia demoniaca, metamorfoseada con un barniz ilustrado de factura jesuitica. ¿Cómo es posible que Felix Luna, quien ademas de periodista oficia justamente de historiador y correligionario, pueda mostrarse "triste" y "confundido" porque un gobierno legitimo pretenda juzgar el pasado tenebroso de un gobierno ilegitimo que permanece aun impune ? ¿Cómo es posible que el historiador Luna evoque elogiosamente el ejemplo del fusilamiento de Cuitiño, Badia, Alen y otros sicarios Mazorqueros, y supongo que tambien la condena a muerte del Edecan Antonino Reyes, practicado por las autoridades del Estado de Buenos Aires, para simultaneamente desacreditar dicho elogio al sostener que ello fue un "blanqueo" de la propia sociedad porteña, complice del terrorismo Rosista ; y en cambio, cuando se refiere a nuestra propia actualidad, donde prevalece una mayoria de golpistas terroristas de estado aun impunes (que no han sido siquiera debidamente procesados, ni soñar debidamente ejecutados), nos viene a insinuar la conveniencia de una contradictoria, cinica y eterna amnesia ? ¿Cómo es posible que el historiador Luna llame a clausurar una Caja de Pandora cuando su propia persona, desde su tribuna de Todo es Historia, se canso de ejercitar durante el Proceso una autocensura internalizada, institucionalizada y quiero creer libre de publicidad oficial —semejante a la que Pedro de Angelis practicaba en el Buenos Aires Rosista— al extremo de que nunca su publicacion fuera prohibida ni censurada ?
¿Cómo es posible que un periodista lucido y comprometido como Santiago Kovadloff caiga en la implementacion de la teoria del Demonio Bicefalo igualando a los terroristas de estado con aquellos otros que mal o bien procuraron inutil y temerariamente resistir al terrorismo de estado ? ¿de que otra forma puede interpretarse su caracterizacion de igual "inflexibilidad", "intolerancia", "intransigencia", y "repugnancia", formulada justamente desde un periodico que en tiempos del Proceso guardo un prudente y complice silencio con el Terrorismo de Estado ? ¿O no sera acaso que estos periodicos buscan valerse de plumas alquiladas para evitar que se investigue su propio colaboracionismo venal con el Terrorismo de Estado ?
Debo concluir entonces que para que el terrorismo de estado sea definitivamente erradicado de los justificados miedos del pueblo y la sociedad civil se debera no solo procesar y condenar a aquellos autores materiales de crimenes de lesa humanidad sino tambien identificar y castigar a los colaboracionistas intelectuales del terrorismo de estado.
Fuentes :
Knudson, Jerry W. (1997) : Veil of silence : the Argentine press and the Dirty War, 1976-1983. (Latin American Perspectives, 24:6, Nov. 1997, p. 93-112, bibl.)
*Eduardo R. Saguier, Investigador CONICET
Correo : saguiere@ssdnet.com.ar