recherche

Accueil > Argentine > Cambios drasticos en las actividades productivas y lo que afectaria a (…)

5 avril 2003

Cambios drasticos en las actividades productivas y lo que afectaria a nuestro país

 

LA GUERRA EN IRAK Y SUS EFECTOS SOBRE EL COMERCIO INTERNACIONAL

Por J.B.

El escenario mundial cambió drásticamente en estas dos últimas semanas y las actividades productivas podrían verse afectadas si el conflicto se regionaliza y se prolonga. El Medio Oriente representa hoy el 10% de las exportaciones de granos, aceites y subproductos argentinos, y durante 2002 compró 40.000 toneladas de carne por un valor de 48 millones de dólares.

Los analistas piensan que si el conflicto se expande más allá de los límites de Irak, habrá una sensible caída de la actividad económica, con recesión y achicamiento de mercados.

Los antecedentes históricos indican que las guerras provocan la aparición de nuevos escenarios políticos y económicos. El ataque de los Estados Unidos a Irak, muy posiblemente, confirme esta regla. La situación que se vive hoy es de gran desorden y confusión, y las respuestas concretas aparecen lejanas y borrosas en un horizonte en el que se entremezclan intereses, con fuerte olor a pólvora y color de petróleo. La Argentina no escapa a esta preocupación como país exportador de ’commodities’ y alimentos. Las cifras de exportación al Medio Oriente quizá sean para nuestro país relativamente bajas si se las compara con la que tienen como destino a los países de la Unión Europea, el MERCOSUR o inclusive el sudeste asiático. Sin embargo, se trata de una región integrada por una población numerosa, con una demanda potencial de alimentos insatisfecha como consecuencia de los bajos ingresos y sus propias economías.

Otro factor de tonalidad oscura se agrega a este panorama poco alentador : la contienda está teniendo influencia en el precio internacional del petróleo. Hasta antes del conflicto los valores del crudo estaban en alza. Esta circunstancia impactó en el precio de los fertilizantes que registraron un aumento del 30%. Los fabricantes nacionales y los importadores descartaron, sin embargo, que se puedan registrar problemas de abastecimiento.

¿Qué pasará con los insumos ?

Esta es la principal pregunta que ronda en la mente de los productores locales. Si bien todos sabemos que existe un cierto grado de imprevisibilidad en lo referido a lo que acontecerá en el futuro inmediato, es indudable que uno de los principales factores que incidieron en el incremento en el valor de los fertilizantes fueron el alza en el precio del petróleo, los fletes y los seguros. Nos referimos a lo que sucede en la Argentina y esto no constituye un hecho casual. Por ejemplo el caso de la urea, que es el fertilizante más utilizado en la Argentina. Se calcula que su consumo trepa a las 600.000 toneladas por campaña. Si bien es cierto que se fabrica en el país, el precio está regulado por los mercados internacionales. Las cotizaciones arrastraron el valor del barril de petróleo en el mercado mundial, del cual deriva el gas natural que es un componente fundamental de la urea. Esto arrastró el costo de los fletes por el aumento del crudo y de los seguros.

Otras opiniones menos pesimistas, señalan que los aumentos que arrastran desde hace algún tiempo los fertilizantes son normales y que no existirán problemas de abastecimiento con la urea granulada. Se calcula que la producción anual argentina de este fertilizante, llega a 1.100.000 toneladas y que se exportan alrededor del 40% de excedentes.

Otros fertilizantes importados, como el fósforo y el potasio también estarían en la ’línea de fuego’, dependiendo de la duración que tenga el conflicto bélico. Un panorama similar tendrían los agroquímicos con los que no se esperan dificultades de abastecimiento en el caso de un conflicto de corta duración. Los principales referentes del sector de insumos se muestran moderadamente optimistas y justifican esta actitud afirmando que el mercado se agrandó con una mayor oferta después de la pesificación de las deudas de los productores, lo que impulsó sus precios a la baja.

Los subsidios en la OMC

La Unión Europea y Japón se resisten a reducir el proteccionismo y a fines de marzo venció el plazo para establecer las modalidades de negociación. Todo parece indicar que la Organización Mundial de Comercio, así como también otros organismos internacionales, estarían ubicados en el frente de tormenta ante el frustrado intento de la ONU por resolver el conflicto por la vía diplomática. La guerra entre los Estados Unidos e Irak se desencadenó durante una instancia en que el acuerdo sobre la agricultura de la OMC está empantanado. El punto clave es que los países que integran este organismo, deben establecer las modalidades que tendrá la liberación gradual del comercio agrícola. Se trata, nada más ni nada menos, que ponerse de acuerdo sobre cómo eliminar los subsidios a las exportaciones, reducir los subsidios a la producción y el mejoramiento de los mercados. Las actuales evidencias demuestran que la Unión Europea y Japón tienen muy poca voluntad de avanzar en las negociaciones.

La estrategia que viene

Suponiendo la existencia de un ’posguerra’, esta marcará cambios sustanciales en el contexto mundial. De eso no hay ninguna duda. El flujo comercial hacia las naciones del Medio Oriente -según todos los especialistas consultados- estará influenciado por la penetración norteamericana en ese mercado. En este aspecto, la Argentina deberá iniciar nuevas etapas de negociaciones con los países de esa región, si desea mantener el camino ganado.

No se trata de una cuestión menor si se tiene en cuenta que el Medio Oriente importa alrededor del 30% de las exportaciones totales argentinas de aceite de soja, el 40% de las exportaciones de aceite de girasol y más del 30% de maíz. De esto se desprende la trascendencia que tiene para la Argentina el comercio con esa región en actual conflicto.

En el campo de las especulaciones, los principales analistas y operadores internacionales estiman que la guerra tendrá un desenlace rápido. Como consecuencia de esto se registró durante los últimos días una fuerte caída en el precio del petróleo que cerró con un valor futuro para mayo de U$S 29,36 el barril.

Hasta el momento, la demanda de materias primas agrícolas no se ha visto afectada por la guerra y continúa firme. Salvo el trigo, los ’commodities’ como la soja y el maíz prácticamente no han experimentado ningún cambio en cuanto a los precios. El trigo fue el único producto que bajó en los últimos 10 días de marzo. A principios de ese mes, cotizaba a 148,5 U$S la tonelada, precios FOB Golfo de México. El maíz cerró en 105,10 U$S/t, experimentando una suba de 1,5 U$S/t desde principios de marzo. La soja se mantiene prácticamente en el mismo nivel que desde hace un mes. La posición mayo FOB Golfo se mantenía en 225 U$S/tonelada.

El triángulo de la discordia

La pregunta clave flota en la enrarecida atmósfera de la incertidumbre. ¿Por qué lado la Argentina acusará el impacto que innegablemente desatará este conflicto bélico ? La respuesta de los analistas es contundente : cereales, petróleo y transportes. Veamos de qué manera estos tres protagonistas de nuestra economía acusarán recibo del conflicto.

En cuanto al petróleo, la capacidad argentina para exportar crudo es muy relativa, se ubica alrededor de los 250.000 barriles diarios, alcanzando solamente el 1% de la cuota de la Organización de Países Exportadores de Petróleo que trepa a 24,5 millones de barriles. Este es el motivo por el cual nuestro país no tiene incidencia en este mercado, de manera que no hay que esperar ventajas significativas. Con excepción de algunas remesas que tienen como destino a los Estados Unidos, la mayor parte de los envíos están dirigidos a naciones del Cono Sur. Si el conflicto se extiende, el precio del crudo puede subir y esto tendrá directa relación con el aumento de las naftas.

Las deducciones de los especialistas se inclinan por el hecho de que el sector agrícola es el que recibiría el mayor impacto. Pruebas al canto : en 2002 se registró un importante número de embarques de trigo y aceites. Entre Irán e Irak importaron por un valor de 391 millones de dólares. En su gran mayoría se trató de productos de origen agropecuario. En volumen, Irán adquirió 1,2 millones de toneladas y se ubicó como el cuarto cliente en el mercado cerealero argentino. Irak adquirió 330 toneladas de granos procedentes de nuestros campos. La incidencia de la guerra, aunque sea corta, producirá la detención automática de los embarques que también tienen como destino a otros países de la región como Egipto, que es el mayor comprador de maíz argentino, Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Arabes, Siria y Jordania.

El ’día después’ también despierta recelos en el incierto destino de nuestros granos. Los temores no son infundados. Existiría la posibilidad de que los Estados Unidos se apropie de buena parte de los mercados que actualmente abastece la Argentina. Este hecho, lejos de convertirse en una aventurada especulación, obedece a un antecedente real. En la posguerra, el mercado japonés del trigo se lo dividieron entre los Estados Unidos, Canadá y Australia casi como un botín de guerra.

El tema de los transportes exige un análisis particular. Las penalizaciones que impone la guerra y que incluyen el encarecimiento de fletes y seguros, entre otros, repercute indudablemente en los transportes de crudos y cereales. Esta incidencia, por supuesto, que no es la misma que la que se experimenta en las regiones más cercanas al conflicto, como son el Mediterráneo y el Golfo Pérsico.

Algunos analistas mantienen la esperanza de una ’dispersión del riesgo’ debido a acuerdos que se están llevando adelante entre el MERCOSUR y la Unión Europea, las tratativas con la UE, el ALCA, acuerdos con Sudáfrica, México, los países andinos y China e India.

Retour en haut de la page

El Correo

|

Patte blanche

|

Plan du site