Por Hugo Presman
El Almirantazgo se reunió y decidió que la justicia clandestina pondría las cosas en su lugar. Se usaría la ley de fuga para justificar un fusilamiento. El Estado decidía ensayar los métodos de las sombras. El azar permitió que hubiera tres sobrevivientes, gravemente heridos, que destruyeron la mentira oficial. Dieciséis jóvenes fueron vilmente ejecutados. Entre ellos, Ana Villarroel de Santucho, la compañera embarazada de Roberto Santucho.
Una semana atrás, el 15 de agosto, 25 militantes guerrilleros de un total de 125 que debían fugarse, escaparon de la entonces inexpugnable cárcel de Rawson. Un error en el sistema de señales retrasó la fuga de los 19 que se rendirían en el Aeropuerto de Trelew. Los seis dirigentes principales tomaron el avión de Austral y lo desviaron primero a Puerto Montt y luego arribaron al Santiago de Salvador Allende. Seguirían posteriormente hacia Cuba.
Los 19 rezagados intentaron abordar un avión de Aerolíneas, pero alertado desde la torre de control, el piloto continuo el vuelo sin aterrizar. Una tensa negociación entre los guerrilleros armados y las fuerzas que cercaron el aeropuerto se realizó ante periodistas, cámaras de televisión, un médico, el abogado Mario Abel Amaya y un juez. El acuerdo fue claro : deponían las armas, se los revisaba para constatar que estaban en perfecto estado y se los devolvía al penal de Rawson. Ha quedado en una película de imagen difusa de la conferencia de prensa que dieron, Mariano Pujadas de Montoneros, Rubén Pedro Bonet del ERP y María Antonia Berger.de la FAR en medio de la tensión reinante. El capitán de fragata, Luis Sosa, segundo jefe de la base naval Almirante Zar, se comprometió a cumplir lo convenido. Cuando los presos subieron al colectivo el camino recorrido fue hacia la base naval. Siete días más tarde se cumplió la orden de fusilamiento instrumentada personalmente por Luis Sosa y el teniente Roberto Bravo.
Transcurridos tres décadas de aquellos hechos, los asesinatos de Trelew continúan a los realizados por el ejército a los peones patagónicos, o como en este caso por la misma Marina que bombardeo a civiles en Plaza de Mayo en 1955, regenteo el Auschwitz argentino que fue la ESMA, y propulso la guerra de Malvinas, para luego decidir guardar los barcos.
Los hechos criminales acaecidos tienen una simbología difícil de soslayar. Desde el poder, un ensayo desprolijo de lo que vendría pocos años después : el terrorismo de estado. Desde la oposición armada un anticipo de la enorme derrota que sobrevendría años después, cuando elegido un gobierno constitucional, continuaron sus acciones como si nada hubiera pasado. Se aislaron de las masas y lo sustituyeron por acciones terroristas. Ese 15 de agosto cuando la mayoría de los fugados no pudo tomar el avión de Austral ni de Aerolíneas, tal vez no sólo perdieron el instrumento que convertía la huida en un éxito. Sus continuadores empezaban a perder el avión de la historia. Impacientes, intentaron forzar las condiciones objetivas. Aislados de la sociedad, murieron en combate o fueron asesinados clandestinamente miles de jóvenes, después de crueles torturas en las mazmorras de la dictadura genocida, como dramáticamente ocurriría con los tres sobrevivientes de los fusilamientos de Trelew.
* Hugo Presman es periodista.