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25 octobre 2002

Los banqueros de Dios : Iglesia, dinero y poder

par Emilio J. Corbière y Federico Corbière

 

Días atrás la justicia ratificó el proceso contra el religioso Roberto Toledo. El paso próximo será el juicio oral. A continuación una exhaustiva investigación revela los entretelones de un presunto vaciamiento urdido entre políticos, sacerdotes y banqueros.

Si tener cuenta corriente en un banco, si confiar en el manejo que de ellas se haga, si aceptar algún regalo, que a uno le costeen un viaje, si creer en la amistad, en fin, es un pecado... Bueno, ¡reconozco que pequé ! Pero de ahí a atribuirme complicidad, negocios turbios, un aval de fraude que perjudique a mis hermanos, creo que es a esta altura de mi vida simplemente sumergirme en la congoja, en un dolor inexpresable, terrible’, declaró Antonio Quarracino cuando todos los indicios lo señalaban como responsable de una estafa por 10 millones de dólares relacionada con la quiebra del BCP. [1]

El hundimiento del Banco de Crédito Provincial se vio signado por un desfile de miembros influyentes de la Iglesia, abogados y hombres cercanos al poder. Sus principales protagonistas fueron Renato Dalle Nogare, Francisco Javier y Pablo Trusso ; además del clérigo Roberto Toledo. La estafa redondeó los 200 millones de dólares. El dinero nunca apareció.
El 21 de agosto de 1997 la justicia platense suspende al BCP por la causa que investiga la quiebra fraudulenta de entidad financiera. Francisco Javier y Pablo Trusso eran los socios principales con más del 50 por ciento de las acciones. Su hermano Juan Miguel no integraba formalmente el directorio pero se desempeñaba como asesor legal de la empresa familiar, además de ser el vicedirector de Cáritas Buenos Aires.

El 1º de noviembre Pablo Trusso, ex tesorero de Cáritas, y otros nueve directivos son detenidos por los delitos de ’asociación ilícita, defraudaciones reiteradas y falsificación de instrumento público’. Francisco Javier Trusso y Renato Dalle Nogare escapan de la justicia esperando tener la misma suerte que José Rafael Trozzo, prófugo en México y responsable por el vaciamiento del Banco de Intercambio Regional (BIR), a comienzos de los 80.

Curiosamente, uno de los asesores del BIR era Francisco Eduardo Trusso -padre de Francisco Javier, Pablo y Juan Miguel-, que además actuaba como director de la sucursal Buenos Aires del Banco Ambrosiano, cuya quiebra dejó al descubierto un desfalco por más de 1000 millones de dólares. Ambos datos fueron reconocidos por Trusso ante las periodistas Olga Wornat y Alicia Galimany durante una reunión un día del verano de 2001, en su departamento de Arrollo y Suipacha.
"¡Entre Trozzo y Trusso nos hicieron trizas !", refunfuñó masticando bronca un prestigioso jesuita que aún confía en la integridad de la Iglesia Católica como institución dedicada a la enseñanza religiosa y al trabajo social.

Trozzo, vinculado comercialmente a la firma Sasetru, para algunos cercana a la estrategia de los amigos del Opus Dei, usó como interlocutor ante el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla, al general Guillermo Suárez Mason, asociado a la fascista logia Propaganda Due (P-2). Casualmente, "Pajarito" Suárez Mason y Francisco Eduardo Trusso fueron condiscípulos en el Colegio La Salle [2]. En épocas de dictadura, Trusso representaría a la petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), en tanto su viejo colega conspiraba al mando el 1º Cuerpo del Ejército.
Según diversas fuentes, el fraude del Banco de Crédito Provincial sumó 21 mil créditos a nombres falsos copiados de la guía telefónica y en orden alfabético, por 64 millones de dólares presentados como activos propios ante el Banco Central de la República Argentina ; 16 millones en la falsificación de saldos de tarjetas de crédito ; más otro desvío por cuentas ’off shore’ de 100 millones.

Detenido en Brasil

Francisco Javier Trusso fue detenido en Brasil en agosto de 1999 mientras alquilaba un departamento en el distinguido barrio paulista Higienópolis, que costaba 3500 dólares mensuales. En diciembre de 2000, aprovechando la supuesta distracción de su único custodio, José Paraizo, escapó de una clínica de San Pablo a la que había sido trasladado tras simular un fuerte dolor en el pecho. Poco después es recapturado. El otro prófugo, Renato Dalle Nogare, es descubierto por la guardia civil española vendiendo filtros para piletas en las costas de Barcelona en marzo del año 2000.

La investigación alcanzó también a Juan Miguel Trusso, involucrado en presuntas maniobras con depósitos enviados al exterior y sospechado por otra supuesta estafa relacionada con la transferencia al BCP de las acciones de la Inversora Recoleta S.A., dueña del un tercio del shopping Buenos Aires Design.
Detenido el 1º de noviembre de 1999 en el destacamento policial de la localidad ’El Pato’, la jueza actuante Marcela Inés Garmendia consideró la falta de elementos suficientes para basar una acusación de "asociación ilícita" y fijó una fianza de 100 mil pesos. Juan Miguel Trusso recuperó la libertad por orden de la Sala III de la Cámara Penal, tras un confinamiento de 25 días. Sin embargo, la imputación por "administración fraudulenta y estafa" siguen vigentes.
Para esa fecha instituciones dependientes del clero habían sufrido importantes pérdidas. 500 mil pesos congelados de los fondos de Cáritas, 100 mil de la Universidad Austral del Opus Dei y otros 100 mil a la orden de la Comisión Pro Catedral para la refacción del histórico santuario ubicado en el viejo casco de la Ciudad de Buenos Aires.

Más llamativa resultó la imputación contra monseñor Roberto Marcial Toledo, ex secretario privado del cardenal Antonio Quarracino y vicario general de la diócesis de Avellaneda, detenido también en noviembre de 1999 y "excarcelado bajo caución juratoria". El cargo contra el prelado fue por el delito de "administración fraudulenta calificada", debido a un retiro de la cuenta corriente del Arzobispado en el BCP, por la suma de 700 mil dólares en un cheque con su firma. [3]
Dos años antes su nombre y el del secretario laico, el arquitecto Norberto Silva, giraron en torno a otro escándalo relacionado por un préstamo de 10 millones de dólares concedido por la mutual Sociedad Militar Seguros de Vida (SMSV) al Arzobispado, con aval del ex BCP.

Negativa de Quarracino

Silenciosamente y en forma paralela, los mismos fondos terminaron en las arcas de la entidad bancaria mediante un segundo préstamo otorgado a los Trusso. Antonio Quarracino negó hasta su muerte su participación en la maniobra supletoria y tampoco reconoció la rúbrica -certificada por el BCP- en la documentación que lo obligaba como deudor ante la presunta mesa de dinero administrada por militares retirados.

Durante su detención, monseñor Toledo aseguró haber "confiado" firmando dos cheques en blanco a los Trusso. De esta forma el consagrado relativizó su responsabilidad por el cobro de los cheques a la orden del BCP, de 5 millones cada uno. La asociación de retirados castrenses inició una querella contra el Arzobispado. En el allanamiento de la Curia ubicada en Rivadavia 415, los peritos contables judiciales inspeccionaron los balances del año 1997. La falta de asiento en los libros del Arzobispado de ese movimiento millonario fue justificada según Toledo, por tratarse de una cuenta personal del cardenal.

El estudio de abogados manejado por ex ministro de Obras Públicas, Roberto Dromi, intercedió a favor de los religiosos y, misteriosamente, la Iglesia y esa mutual de viejos hombres de armas acordaron resolver la disputa e iniciar acciones contra la entidad bancaria.

A juzgar por las declaraciones de Antonio Quarracino y monseñor Toledo, sus buenos oficios para en la concreción de una audiencia entre Juan Pablo II y altos directivos de la SMSV, pagados por los Trusso, nada tendrían que ver con el préstamo antes mencionado, entre otras operatoria financieras.
Luego de la estrepitosa caída del BCP, Toledo acusó a Francisco Javier Trusso de traición contra su persona y la de Antonio Quarracino, pero no rasgó sus vestiduras cuando se le recordó un viaje a Nueva York con alojamiento en un lujoso departamento del Hotel The Pierre, en Manhattan, con limosina y cargos de tarjeta también por cuenta de los Trusso.
Sostener que un sacerdote miente sería sumergirlo en una desvergüenza eterna. Y en el caso de comprobarse tal pecado ninguna congregación católica podría resguardarlo. Nadie resultó excomulgado, por tanto sospechar que tales "regalos" recibidos fueron devoluciones de favores -como la recomendación de Francisco Eduardo Trusso para representarnos en el Vaticano- o compromisos a futuro -entiéndase cheques firmados en blanco- sería una blasfemia que en ningún caso se desea cometer. Precisamente la intención de este escrito es preservar a los justos de quienes perpetran oficios poco santos.

Como aquellas aves desprovistas de plumaje que planean por corrientes cálidas y se alimentan de carroña, diversos hombres públicos ligados a otros entramados de poder muy cercanos al cavallismo explotaron el cierre del BCP. El 13 de noviembre de 1997 sobre las ruinas del banco platense se constituye el Mercobank (MKB). Nuevos conflictos financieros perjudicarían los intereses de empresas afectadas al Vaticano que no encontrarían aliados en el nuevo directorio.

Horacio Tomás Liendo (h), hijo del general que fuera ministro de Trabajo y del Interior durante las dictaduras de Jorge Rafael Videla y Roberto Viola ocuparía su presidencia. Liendo (h) cobró 660.000 dólares del millón y medio de honorarios fijados a ese directorio. Su estudio jurídico había participado en todas las negociaciones para la creación del MKB. Casualmente su hermano Gustavo se había desempeñado como gerente de Asuntos Legales del BCP y fue mencionado en las acciones penales y civiles que las socias del BCP, Fiorini Sistema y Fiorini Investiment iniciaron durante el proceso de capitalización que derivó en la constitución del MKB.

La disputa giro en torno a una transacción fallida que no se efectivizó por falta de cumplimiento del BCP, según alegaron los empresarios italianos. Entre esos activos están el edificio del ex Banco de Italia y tercio del paquete accionario del shopping Buenos Aires Design.

En noviembre de 1999 la jueza Marcela Inés Garmendia demostró que las acciones de Emprendimientos Recoleta pertenecían al grupo Fiorini. Actualmente el Banco Provincia tiene los bienes bajo su dominio pero nunca pudo escriturarlos. En septiembre del año 2000 el MKB cierra sus puertas arrojando pérdidas por casi 80 millones de dólares. Una explicación pormenorizada de toda la operatoria puede leerse en el artículo La Caja por Horacio Verbitsky en Página/12. [4]

La ley del dinero

Al inicio de la Causa Penal las actuaciones del juez Juan Carlos Bruni (h) confirmaron que la familia Trusso explotó sus relaciones en el Vaticano para hacer negocios con la Iglesia Católica Argentina. Los respaldaba el Banco Monte di Paschi di Siena, el más antiguo de Italia [5]. Una vez descubierto el desfalco aquella solidez emblemática se esfumaría. Pero la situación procesal de los implicados no dependería sólo de la pericia de los abogados defensores.
Aquellos viejos buenos tiempos en que Juan Miguel Trusso jaraneaba con Gustavo Béliz en Punta del Este habían terminado. De esa relación sólo quedaba un amigo común, el opusdeísta Diego Blasco Fúnes que apenas pudo ocuparse de la tarjeta Carta Credencial, una vez separada de los activos del BCP.
Tampoco sería conveniente ya la buena relación de Francisco Javier con Amalia Lacroze de Fortabat o con Ramón Hernández, entonces secretario privado de Carlos Menem, a quien frecuentaba semanalmente en el Hotel Alvear. Menos aún lo ayudarían sus conexiones que llegaron a reunirlo con los reyes de España. En tanto la Iglesia local lo quería bien lejos y con la boca cerrada.

Mientras el hábil operador menemista que arbitró en los 90 las leoninas privatizaciones de las empresas públicas, Roberto Dromi, cuidaba las espaldas de monseñor Toledo, muchos abogados de renombre que desfilaron por las causas contra el clan Trusso. Jorge Anzorregui, hermano del entonces jefe de la SIDE, fue el primero en defenderlos. Luego aparecerían Francisco Castex y Ramiro Pérez Duhalde, en aquel momento vicedecano de la Facultad de Derecho de La Plata, como patrocinantes de Juan Miguel Trusso.

Con el cambio de siglo y de signo político en el gobierno aparecieron nuevos personajes. Por la defensa de Francisco Javier Trusso también pasaron dos penalistas de alto impacto mediático y de reconocido mérito a la hora resolver a su favor complicados laberintos jurídicos, primero Mariano Cúneo Libarona y luego Fernando Burlando, además de la participación del abogado Gonzalo Díaz Cantón.

Mencionados continuamente en el ambiente farandulero, Cúneo Libarona logró su pico de popularidad en su actuación como patrocinante de Guillermo Cóppola en el caso del jarrón con cocaína ; y el siempre bronceado, Fernando Burlando, la obtuvo con la absolución, contra todas las conjeturas, de Alfredo Pesquera, acusado de provocar el accidente en el que falleció el cantante cuartetero Rodrigo Bueno.

Francisco Javier Trusso estuvo por largo tiempo en rebeldía ante la justicia platense evitando su inexorable extracción desde Brasil. Una vez trasladado a la Argentina Trusso insistió en no comparecer ante la justicia.

Hasta marzo de 2002 el estado de la causa era bastante confuso. Diversos artículos periodísticos anunciaban la inminente liberación de Francisco Javier Trusso y de Renato Dalle Nogare presos en la Unidad Penal (23) de Florencio Varela, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense.

Las estafas reiteradas

Fuentes tribunalicias que negaron esos transcendidos, explicaron que los últimos días de diciembre de 2001 la Sala III de la Cámara Penal de la Plata determinó que no existió "asociación ilícita" en la causa que se investiga la quiebra fraudulenta del BCP y mantuvo la acusación por ’estafas reiteradas’, delito excarcelable que beneficiaría a Trusso y Dalle Nogare. La Sala III, integrada por los camarista Carlos Silva Acevedo, Alfredo Sanucci y Armando Correa, estableció que no había suficientes elementos probatorios, en tanto se anunciaba la posible incompetencia de la magistrada platense Marcela Inés Garmendia.
Hasta mediados de febrero, la jueza Garmendia que aún continuaba a cargo del proceso, rechazó los insistentes pedidos de excarcelación por considerar que los únicos dos detenidos podrían ’eludir la acción de la justicia’ habida cuenta la magnitud de las penas de comprobarse los ilícitos y el antecedente de fugas anteriores.

Los camaristas dispusieron el sobreseimiento de los ex directivos de BCP, María Luján Andrade, Patricia Mulhall y Tarquino Della Nogare, sobrino del detenido, que manejaba las operatorias al exterior. No obstante, de resolverse una sentencia condenatoria varios imputados en el proceso podrían volver a la cárcel, entre ellos monseñor Roberto Toledo, otros integrantes del directorio del BCP, Pablo y Juan Miguel Trusso.

Respecto a los cheques fraudulentos que implican directamente a monseñor Toledo y a Juan Miguel Trusso, días atrás los magistrados Carlos Elbert y Carlos González, miembros la sala Sexta de la Cámara del Crimen, ratificaron un fallo de primera instancia del juez Facundo Cubas y trabaron embargo por cinco millones de pesos de los bienes de los acusados, por ser este delito excarcelable. Mejor suerte correría el otro hermano de la familia, Francisco Javier Trusso, quien podría ser liberado próximamente.

Según se desprende del fallo judicial, el cardenal Antonio Quarracino no estuvo en la reunión en la que se celebró el convenio. En cambio sí lo habría hecho su secretario privado, monseñor Toledo, que ’procedió a retirarse junto a Juan Trusso a otras dependencias, donde supuestamente debía hacérsele firmar al cardenal Quarracino, para luego regresar trayendo en sus manos un sobre conteniendo el contrato, ya presuntamente suscripto por quien debía hacerlo’.
Según publicó el diario Clarín, personajes del Vaticano se han preocupado recientemente por la libertad de Francisco Javier Trusso. Es de imaginar quiénes son los inquietos miembros de la curia romana interesados en auxiliar al asociado opusdeísta.

Los jueces también agregan que Toledo ’tuvo decidida intervención en los pasos posteriores de la maniobra al firmar los dos cheques contra la cuenta del Arzobispado, de la cual se disiparon’ los fondos transferidos al BCP de la caja de ahorro de la SMSV. Los próximos pasos del religioso serán en una instancia de juicio oral [6].

Sin embargo, el obispo duerme sin frazada. Sabe que cuando la larga mano del Opus Dei es vista desde lejos, los implicados en las causas que rozan sus intereses terrenales terminan libres de culpa y cargo, o en el peor de los casos prófugos de la justicia. Quizás monseñor Toledo ya tenga hechas sus maletas para acompañar a José Rafael Trozzo en los cursos de Etica que dicta en alguna facultad de México.

Por Emilio J. Corbière y Federico Corbière
Argenpresse.info, 22/10/2002 y Argenpress.info, 23/10/2002

Notas :

Notes

[1Maximiliano Seitz, Quarracino niega lazos con el banco, diario La Nación, Buenos Aires, 30 de septiembre de 1997.

[2La logia criminal PDOS, liderada por Licio Gelli, fue expulsada y repudiada por la masonería mundial. Por tanto sobra aclarar que Suárez Mason de masón no tuvo nada, aunque el silencio de radio que guardaron algunos de sus dirigentes durante la dictadura militar haya sido bochornoso. Sin embargo, el Opus Dei y la Masonería parecen bailar un eterno minué en un tablero de ajedrez donde el Opus siempre tiene las piezas blancas. Inspirado en el secreto divino y bancario, el Opus acaba de consagrar a su líder con la santificación. La masonería, en cambio, dedicada a lo místico y filosófico se parece mas a los siete samurais de Akira Kurosawa. Con solo comparar el volumen patrimonial administrado por ambas partes puede observarse el desequilibrio de fuerzas. Investigar sobre el origen de las riquezas del de las "sociedades auxiliares" del Opus Dei y la existencia de eventuales "hombres de paja" es un buen comienzo para dar cuenta de tal diferencia.

[3Javier Navarrete Ibáñez, Un monseñor y 14 directivos cerca de la condena, diario Hoy, La Plata, 29 de marzo de 2001.

[4Horacio Verbitsky, La Caja, Página/12, 9 de setiembre de 2001.

[5Los últimos escándalos bancarios, diario La Nación, Buenos Aires, 15 de mayo de 1998.

[6El obispo Toledo sigue procesado por estafa, diario La Nación, Buenos Aires, 9 de octubre de 2002 y El procesamiento del monseñor, diario Página/12, Buenos Aires, 9 de octubre de 2002.

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