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– Fragmento de GEAB N°54 (17 de abril de 2011) -
En enero de 2011, en el GEAB N°51 , el equipo del LEAP/E2020 anticipaba que este año sería un año despiadado, principalmente para todos los que no están preparados para los nuevas conmociones de la crisis sistémica global, habiendo pasado los últimos dos años intentando subsanar los síntomas en lugar de las causas de la crisis. La intervención militar en Libia nos parece emblemática de esta situación porque envuelve a una serie de actores que no se prepararon para los cambios inducidos por la crisis e intentan reaccionar de manera confusa y consiguientemente peligrosa.
En efecto, al incluir el «cortoplacismo » de un imperio que colapsa (EEUU), de su segundo que intenta sobrevivir (RU) y de una potencia plena de errores estratégicos (Francia), en el seno de una región sumida en una convulsión histórica con grandes consecuencias geopolíticas, la participación de potencias emergentes que juegan al largo plazo, esta intervención franco-estadounidense-británica en Libia constituye para el LEAP/E2020 una flagrante ilustración de la anticipación de enero de 2011 así como un poderoso acelerante del proceso de desarticulación geopolítica mundial [1].
En este número del GEAB, nuestro equipo optó por analizar el contexto y los agentes del conflicto y finalmente elaborar una lista de las diez rupturas y las tendencias globales emergentes que el conflicto libio cataliza.
Detengámonos un momento en el contexto y los actores de este conflicto.
El contexto es el de las revoluciones populares árabes que comenzaron con la tunecina a fines de 2010 y que progresivamente se extendieron a la casi totalidad de los países árabes con resultados diversos. En el GEAB N° 52 , en ocasión de nuestro análisis sobre « la caída del muro de los petrodólares », habíamos presentado un indicador sintético de anticipación de las revoluciones árabes donde Libia figuraba en la categoría 3: « Países donde los regímenes pueden estar en jaque, incluiso por la violencia, las tentativas de cambio por lo menos hasta finales de 2012 ». En esta categoría están Libia junto con Argelia, Siria y Arabia Saudita, tres países que experimentan movimientos populares protesta. Pero, nuestro equipo está seguro que ni Francia, ni el Reino Unido, ni Estados Unidos emprenderán ninguna acción militar para « defender a la población civil » o para « acelerar un cambio de régimen hacia la democracia »; y esto por las siguientes razones:
. poblaciones demasiado importantes;
. regímenes cuya desestabilización es peligrosa para Occidente;
. implicaciones regionales potencialmente « explosivas »;
. grandes dificultades logísticas,
. difícil preparación mediática de las poblaciones occidentales;
. una oposición cierta de las grandes potencias no occidentales a apoyar a la ONU:
. dudoso resultado militar;
. inmediato gran impacto en la cotización mundial del petróleo y del gas.
La diferencia de tratamiento entre el caso libio y los tres países árabes restantes plantean problemas político-democráticos similares, la operación militar en Libia aporta una primera explicación: se emprendió porque parecía política, técnica y militarmente posible con menor riesgo; lo cual no sería el caso de una intervención en uno de los tres otros países de esta categoría.
En efecto, el dictador libio está acostumbrado a las sanciones de la ONU. Es un personaje ya satanizado por los medios de comunicación occidentales [2]. Es excéntrico y arrogante y no es apreciado por ninguna gran potencia mundial. Su país es vasto pero poco poblado. Ofrece una geografía ideal para efectuar ataques aéreos. Tiene mucho petróleo en una región tradicionalmente conflictiva con el poder central del país. En pocas palabras, es el blanco ideal para una acción militar « barata » que goza de la legitimidad internacional [3].
El único inconveniente que presenta este cuadro, es que, a pesar de tal pedigrí, se había convertido en « amigo » de Occidente en los últimos años, ¡petróleo obliga! Por eso, cuando repentinamente se agitan los grandes principios universales para legitimar una acción militar [4], la lucidez (calidad esencial en todo trabajo de anticipación política) impone cuestionar el nuevo discurso oficial que emana de París, Washington y Londres que se puede deconstruir así:
« El pueblo libio (que Washington, Londres y París ridiculizaban totalmente algunas semanas antes) es brutalmente atacado por un infame dictador (que París, por ejemplo, acogía con honores militares hace apenas dos años); las democracias (una especie de delicada palabra mágica de la OTAN) deben urgentemente proteger al pueblo libio que se rebeló ( rebelión de las que nadie jamás vio imágenes [5] - incluso en las ciudades en las que Gadafi ha perdido el control como Bengasi [6] - a diferencia de las multitudes que se vieron en Túnez, Egipto, Yemen, Bahrein, Jordania, ...) de las grandes matanzas perpetradas por el dictador libio (también sin imágenes y ningún elemento de prueba [7]; los revolucionarios mientras tanto constituyeron un gobierno alternativo en Bengasi que hay que legitimar con toda urgencia (sin saber verdaderamente quienes lo componen, excepto el antiguo ministro del interior de Gadafi, Abdel Fattah Younis - un gran demócrata seguramente - y algunos inmigrados que vienen de Londres y de Estados Unidos después de décadas del exilio [8]. Todos los que están contra de tal intervención son, a la elección:
. pacifistas irresponsables;
. cómplices del dictador;
. traidores la solidaridad occidental;
. sepultureros de la democracia ».
En resumen, es un tipo de discurso sacado directamente de los manuales de propaganda de las « Guerras del Golfo 1 y 2 », apoyado por un tsunami de los medios de comunicación (en particular en Francia [9] sin ninguna intención de ser objetivos: los ciudadanos fueron convocados para aprobar, no para reflexionar.
Los días transcurridos mostraron rápidamente que:
. el pueblo libio no estaba tan en rebelión ya que los rebeldes se mostraron incapaces de extenderse más allá de Bengasi sin un apoyo masivo franco—anglo-estadounidense
. tales rebeldes se parecían más a revolucionarios de opereta que a combatientes feroces [10]
. el servicio de contraespionaje estadounidense, británico y francés estaban actuando en Libia antes de la « activación » oficial de la rebelión [11]
. los apoyos al ataque de Washington/París/Londres por parte de los países árabes o africanos [12] son casi-inexistentes o sea francamente dudosos
. una parte importante de « Occidente » (Alemania, Polonia [13],…) continuaba oponiéndose a esta intervención militar
. en pocos días, las promesas de victoria estaban enredándose en un conflicto permanente
. Sarkozy, Cameron y Obama no habían previsto un plan B si su« blitzkrieg » aéreo fallaba [14]
. la situación estaba cargada de importantes riesgos geopolíticos para Europa y para el mundo árabe.
El contexto de este conflicto se revela, según LEAP/E2020, muy diferente de lo machacan desde hace un mes los dirigentes y los medios de comunicación franceses, británicos y estadounidenses. Esto nos conduce a cuestionar la naturaleza exacta de los actores involucrados y sus interacciones con el fin de poder identificar las tendencias en acción en este importante episodio de la desarticulación geopolítica global.
Del lado de Libia, encontramos:
. un dictador tradicionalmente antioccidental que envejece [15]
. su entorno: familia y clan
. un estado policial
. mercenarios africanos
. petróleo y pequeña población (6,5 millones de habitantes)
. reservas financieras importantes;
. una sociedad caracterizada por fuertes lealtades tribales
. la región oriental (la Cirenaica) culturalmente próxima a Egipto y la región occidental (Tripolitania) muy ligada a Túnez
. el pueblo desde hace mucho tiempo sin ninguna interacción con resto del mundo a causa de una autarquía intelectual cultivada por el régimen, ayudado en esto por los embargos establecidos por las Naciones Unidas (en particular del 1992 al 1999, debido a la participación directa del régimen libio en diversos atentados)
. rebeldes de naturaleza incierta, que reúnen a tránsfugas del régimen actual, militantes islamistas, simples ciudadanos [16] y agentes de diversos servicios occidentales (esencialmente estadounidense, británico y francés) y probablemente de países árabes
. y, para concluir este rápido panorama, una población que goza del nivel de vida más alto de África según el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas de 2010 y de grandes proyectos populares de planificación del territorio libio como es el « Gran Río Artificial [17] » [18].
Del lado de los tres países que condujeron el ataque sobre Libia, encontramos:
. Estados Unidos: un imperio que lucha desesperadamente tratando de evitar el colapso del « muro de los petrodólares » desencadenado por las revoluciones árabes, pero se enreda en inextrincables problemas económicos, financieros y presupuestarios y no puede permitirse mostrar abiertamente una tercera agresión contra un país musulmán (después de Afganistán e Irak). Su política exterior en la región está dirigida según cuatro ejes tradicionales: mantener el « muro de los petrodólares » gracias a la instalación de regímenes « amigos », reforzar el campo occidental generando conflictos entre Occidente y el resto del mundo, vender armas [19] y crear zonas de inestabilidad alrededor de la Unión Europea para reducir las veleidades europeas de independencia estratégica. La crisis del país y los fracasos político-diplomáticos de las aventuras de la época G.W. Bush redujeron en gran medida la influencia del pensamiento « neoconservador » (o estadounidense) que reivindica el papel de liderazgo de Estados Unidos en las intervenciones militares occidentales.
. El Reino Unido: el fiel segundo del precedente, también enfrenta una histórica crisis financiera, presupuestaria y económica que lo ha llevado, recientemente, a reducir masivamente sus gastos públicos - incluso el presupuesto militar [20] - y a pesar de ello trata de no perder su estatus internacional. Sus objetivos tradicionales son más o menos idénticos a Estados Unidos, añadiéndole el interés, jamás desmentido, de debilitar la cohesión de Europa continental. Fue el diseñador de la política de división y de las repetidas intervenciones en el mundo árabe desde fines del siglo XIX°, que los estadounidenses luego repitieron por su cuenta.
. Francia recientemente convertida por las virtudes de la visión política estadounidense del mundo que legitima en nombre de la democracia toda acción que sirva a los intereses de las élites occidentales, también se enfrenta a las consecuencias de la crisis mundial, procurando nuevamente expresar su característica histórica dentro del cepo atlantista al cual el presidente francés actual circunscribió a la diplomacia y la defensa del país. En una lógica de sumisión a los poderosos, marca de fábrica de Nicolás Sarkozy, mostrarse como el mejor discípulo parece ser la vía escogida para canalizar esta necesidad de distinguirse de la ex « Gran Nación ». Tradicionalmente intervencionista en África (la Costa de Marfil es actualmente otro ejemplo), el país no rechaza utilizar sus fuerzas armadas [21] para servir a sus intereses o a los de sus agentes económicos clave como los grupos petroleros o de defensa, de gran influencia en el gobierno actual. En cambio, Francia procura también tradicionalmente, desde hace décadas, reforzar la cohesión de Europa continental y particularmente la franco-alemana, reivindicando el surgimiento de la Defensa de Europa. El debilitamiento de la influencia estadounidense en la cuenca mediterránea es también un objetivo habitual francés. Estos dos últimos aspectos han sido abandonados por el actual presidente franco, sacrificados sobre el altar de la intervención en Libia. Paralelamente, comprometió al país en varios conflictos que comienzan a plantearle a Francia importantes problemas logísticos y presupuestarios [22].
Como siempre cuando se trata de geopolítica, más allá de los Estados-naciones, encontramos también dirigentes cuyos caracteres y situaciones políticas directamente influyen en las decisiones en materia de conflictos militares. Los tres líderes, Barack Obama, David Cameron y Nicolás Sarkozy, tienen en común estar en grandes dificultades políticas y dirigir países que querían hacer negocios con Gadafi, hace todavía pocas semanas, en particular Francia y el Reino Unido.
Nicolás Sarkozy bate niveles récord de impopularidad y finge creer que puede ser reelecto en 2012 [23]. Sin embargo, hasta los más fervientes partidarios de la intervención en Libia reconocen que para el presidente francés se trata en gran parte de una operación de política interior destinada a intentar recuperar popularidad [24]. Por lo demás, probablemente es el último dirigente de un gran país europeo formateado por la visión política estadounidense de la época G.W. Bush, con la característica de ser fácilmente manipulado por los servicios de inteligencia, de adherirse a las visiones neoconservadora del mundo que estipula que el uso de la fuerza da forma a la Historia, mucho más cuando es Occidente quién la ejerce, y de estar desprovisto de toda comprensión y de la menor empatía por cualquiera de las tendencias históricas actuales [25]. En el fondo, le da un disfraz formidable a Washington y a Londres al permitirles adornar con la bandera francesa (la de la oposición a la invasión de Irak) un ataque a un país árabe. A cambio, se lo deja jugar al jefe de guerra por algunos días [26]. ¡ Y si las cosas van mal, será para Washington el responsable ideal [27]!
Barack Obama , que acaba de anunciar su candidatura para 2012, también está en una configuración muy « sarkoziana ». Aunque su popularidad no llega a las profundidades de su colega francés, está en netas dificultades para obtener un segundo mandato ya que perdió el apoyo de los electores independientes y la izquierda del partido demócrata no le perdona la traición a varios de sus compromisos de campaña (de las que el cierre de Guantánamo no es la menos simbólica). Esta configuración explica, además, por qué es reticente a poner de manifiesto el papel central de Estados Unidos en la operación de Libia, cuando es evidente que es el orquestador como lo confirmó la presencia de agentes de la CIA en el terreno antes del estallido de la rebelión. No tiene los lazos privilegiados con la industria petrolera y de defensa que tenía la familia Bush [28]. Las mentiras sobre Irak [29] debieron pesar también en las vacilaciones de Obama al lanzarse a una especie de « Bahía de Cochinos » líbica y forjar su decisión de no aparecer para nada en primera línea, ya que Francia y Sarkozy lo hacían perfectamente.
David Cameron , por fin, sin ninguna experiencia internacional (y sometido a los análisis de los múltiples servicios de inteligencia y otros grupos de presión a favor de la intervención), debe enfrentarse a una caída de su popularidad, simultáneamente al riesgo de implosión de su coalición ante el fracaso de su apuesta a recortar masivamente el presupuesto británico afirmando que el crecimiento económico no sería afectado por ello. Es, desde luego, como nuestro equipo lo había anticipado hace aproximadamente un año, todo lo contrario de lo que ocurre. David Cameron está de ahora en más a merced de una importante crisis política. ¿Entonces por qué se negaría a una diversión bienvenida por su opinión pública… esperando el matrimonio real?
Podemos así comprobar que entre los principales actores de la obra brutal que se representa en Libia, no sólo es Gadafi quién está al final de la carrera. De hecho, es un guión concebido y representado por los que «ya fueron ». Como se desprende si se considera a otros actores/espectadores esenciales, a saber:
. Los países árabes , que se oponen a priori a las intervenciones occidentales sobre sus territorios respectivos, salvo el peligro colectivo. Entonces, hay realmente un peligro colectivo a la vista: no con Gadafi, sino con las revoluciones populares árabes. Todo lo que pueda debilitar este movimiento popular es bienvenido por los dirigentes árabes, incluso si esto significa desviarse de la solidaridad entre dictadores. En este caso, los dirigentes árabes se complacen en ver a los Occidentales comprometerse en un conflicto que les impide en lo sucesivo dar el menor apoyo efectivo a los movimientos revolucionarios que agitan a los otros países del mundo árabe, ya que París, Londres y Washington necesitan a toda costa la « garantía árabe », incluso meramente formal, para evitar un fiasco con su intervención en Libia.
. Los países del BRIC se abstuvieron en el Consejo de Seguridad de la ONU. China y Rusia habrían podido bloquear la intervención usando su derecho de veto. No lo hicieron porque no tenían ganas de aparecer como apoyando al régimen Gadafi y sobre todo porque disfrutaban al dejar a los occidentales empantanarse en un nuevo conflicto, en el mismo momento cuando, con la crisis, las relaciones a nivel mundial son cada vez más basada en la fuerza. Los costes financieros, diplomáticos y políticos de la operación Libia debilitan todavía más la posición de los tres países que la conducen en el gran juego de reorganización del sistema mundial.
. Israel , del que habíamos indicado en un GEAB precedente que su punto de vista sobre los acontecimientos del mundo árabe era uno de los más interesantes porque estaba en los primeros lugares en todos los sentidos del término. La intervención decisiva de los neocons europeos y estadounidenses en esta aventura, totalmente favorables a una visión ideológica de Occidente en el eje Washington-Tel Aviv , ilustra el hecho de que oculta tras la discreción oficial del estado hebreo una fuerte influencia israelí en la intervención de Libia. Gadafi es irritante para Israel, la ocasión era muy tentadora, ya que permitía debilitar el proceso de las revoluciones populares árabes que preocupa mucho a los actuales dirigentes israelíes.
El conflicto libio: catalizador de diez rupturas y de las principales tendencias del proceso de desarticulación geopolítica mundial
El «cortoplacismo » de un imperio que colapsa (EEUU), de su segundo que intenta sobrevivir (RU) y de una potencia plena errores estratégicos (Francia), en el seno de una región sumida en una convulsión histórica con las principales consecuencias geopolíticas, y la participación de potencias emergentes que juegan al largo plazo, esta intervención franco-estadounidense-británica en Libia, constituye para LEAP/E2020 un poderoso acelerante del proceso de desarticulación geopolítica mundial. Como conclusión de este análisis del conflicto, de su contexto y de sus actores, nuestro equipo compiló una lista de las diez rupturas y las tendencias globales emergentes que el conflicto libio cataliza:
La Incapacidad de Estados Unidos para asumir plenamente su liderazgo militar
Es la primera desde 1945 y es una tendencia continua porque esta basada en las dificultades estructurales del país (parálisis del poder central, problemas económicos, financieros y presupuestarios estructurales, rechazo de Estados Unidos por las opinión pública árabes, … Atlas está agotado). Por otra parte es también un agotamiento diplomático: desde el 1945, jamás una coalición militar formada por Washington reunió tan pocos países, provenientes de tan pocas regiones del mundo. No hay asiáticos, ningún latinoamericano [30] ni africano. Los árabes figuran pero nadie sabe exactamente si efectivamente participan, a parte de Qatar. Encontramos allí a Occidente reducido a los bienes gananciales; incluso hasta una parte de la OTAN se negó a intervenir, y no con países menores como Alemania y Polonia,.
Canto del cisne de los neocons y de los clones europeos de Bush
La ausencia de liderazgo estadounidense se muestra también como resultado del agotamiento de la vena intelectual, desde hace una veintena de año, que proporciona el marco teórico de las acciones exteriores de Estados Unidos: los neocons son una especie en vías de extinción en Estados Unidos. Las nuevas tendencias están o en lucha contra Washington a favor de Estados Unidos, o por el aislacionismo y el fin del sobre-dimensionamiento militar. Francia, con el tándem de los « neocons estadounidensistas » y « neocons franchouillards » [31] está nuevamente a la saga de la Historia. Con su obsoleto centralismo parisino, continúa perdiendo los trenes de la Historia: se quedó con el último partido comunista de Europa Occidental, eligió a un presidente pro Estados Unidos cuando este país colapsaba y tiene intelectuales que apelan al neoconservadurismo en el momento en el que al otro lado del Atlántico ya nadie más se interesa por él. Para unos como para otros, esta intervención y los vencimientos de 2012 signarán el fin del viaje. El tiempo (el de las elecciones, la crisis financiera, las nuevas relaciones de fuerza mundiales, la edad media de la población) juega desde ahora contra ellos, contrariamente a la época de la invasión de Irak.
Nuevo surgimiento de un polo de acción europeo autónomo
La paradoja de esta aventura en Libia, es que el tándem británico en delante debe asumir una parte más importante del liderazgo de la operación que tradicionalmente, en sus aventuras militares, se atribuía a los socios estadounidenses, el mundo redescubre que los europeos pueden ser agresivos. Una vez disipada la niebla de la guerra y efectuados los cambios políticos de 2012, el LEAP/E2020 considera que los futuros dirigentes europeos podrán utilizar esta aventura para acelerar el surgimiento de un verdadero polo de defensa europeo. Y más allá de la defensa, son las posiciones encarnadas por Alemania [32], que desea utilizar la diplomacia, las que prevalecerán. Francamente, que pensar que esta región en plena revolución, que necesita tanto de ayuda económica [33] y financiera, … a los europeos no se les ocurre una cumbre mejor que organizar una cumbre guerrera para bombardear uno de los países afectados. Una cumbre europea para un vasto de apoyo político-económico de la región habría tenido una dimensión histórica distinta a la de los ademanes marciales de líderes al final su carrera. Según el LEAP/E2020, habrá que esperar de 2 a 3 años para esta otra cumbre.
Ruptura de la cohesión de la Alianza Atlántica
La OTAN puso de manifiesto que su cohesión se deshace cada año un poco más. Nunca la Alianza experimentó una división así. Además, refleja la total ausencia de capacidad para expresar los intereses europeos ahora sin poder imponer a los de Estados Unidos. En este caso, las posiciones alemanas y polacas se inscriben claramente en la lógica del interés colectivo europeo (en total continuidad, por otra parte, con la posición alemana de 2002 contra la invasión de Irak): no es llevando la guerra a un país o a una región que se mejora la situación de las poblaciones. Por otra parte, la intervención en Libia ya creó multitudes de problemas en los países vecinos provocando una fuerte inmigración que contribuye a debilitar a Túnez, Egipto, … Nicolás Sarkozy desertó de la política tradicional de Francia, llevando a traicionar el interés colectivo europeo, al seguir al eje Washington-Londres y adoptando una actitud pro estadounidense según la cual automáticamente toda intervención militar occidental es conducida en nombre de la democracia. Según nuestro equipo, en poco más de un año, cerrando el paréntesis Sarkozy, Francia habrá vuelto a su política exterior tradicional y el cambio de política europea podrá continuar. La aventura en Libia reforzará por otra parte el sentimiento de la urgencia de ese proceso europeo. Basta con leer el artículo del New York Times del 13/04/2011 sobre las reuniones en Alemania y en Qatar, a propósito del callejón sin salida en Libia, para comprender hasta qué punto la Alianza Atlántica y su brazo armado, la OTAN, están debilitados y divididos, ahora perdurablemente. ¡Todo el mundo critica a todo el mundo, y en público! Una señal segura de una gran crisis.
Nacimiento de la aproximación diplomática Euro-BRIC
El hecho de que Alemania se haya abstenido en el Consejo de Seguridad como Brasil, Rusia, la India y China no es anecdótico. La anécdota de la Historia europea actual, es Nicolás Sarkozy. De hecho, las decisiones de la Alemania de Ángela Merkel y del tándem CDU/FDP [34], de tradición muy atlantista, traducen, por una parte, el hecho que el país más poderoso de la UE continúa encarnando la línea propiamente europea y ahora independiente de Washington, iniciada por el SPD de Gerhard Schröder; y por otra parte, que los intereses estratégicos de Alemania (como los de Eurolandia en su conjunto [35] van hacia una convergencia creciente de análisis con el BRIC, y cada vez menos con Washington [36]. Este voto es para nuestro equipo uno de los primeros signos patentes de la futuras discusión Euro-BRIC que se efectuarán entre Eurolandia y estos cuatro países. Y es muy simbólico para el futuro ver a Alemania y China juntos demandar un alto a la intervención militar en Libia [37].
Puesta en evidencia de las drásticas limitaciones financieras de toda futura acción militar occidental
Si en la Francia de Nicolás Sarkozy nadie se atreve a hablar del coste presupuestario de la operación en Libia, no es el caso ni del Reino Unido ni de Estados Unidos. En Londres sale a la luz la evidencia que Inglaterra no se halla en situación de sostener un conflicto que dure más de algunas semanas [38] al mismo tiempo que el gobierno intenta reducir fuertemente el presupuesto de Defensa. Mientras que en Washington, más allá del coste de 1 millardo de USD que está por alcanzarse [39], sería necesario pedir suplementos presupuestarios al Congreso en plena crisis de reducción de gastos. Francia no podrá ignorar por mucho tiempo la misma realidad en cuanto a costes. Simplemente, el resto del mundo está descubriendo que detrás de las baladronadas de sus jefes, « Occidente » ya no se halla en situación de financiar un conflicto que no sea simbólico. Si París, Londres y Washington piensan que este detalle pudo habérsele escapado a Gadafi, están totalmente equivocados.
Atascamiento europeo en la creación de una « Somalia mediterránea »
Es también una de las razones que motivan a nuestro equipo a considerar que se corre peligro que Libia se transforme en una « Somalia bis » (como lo llamó Moussa Koussa , el ex ministro de los Asuntos Exteriores de Gadafi que desertó en Londres [40]: piratería, mafias en todo género, terrorismo, inestabilidad regional, estos son resultados que están lejos de las promesas de cambio democrático en Libia hechas por la coalición. El estallido de operaciones humanitarias europeas del que se habla actualmente formará parte de este escenario de encenagamiento porque servirá de pantalla para iniciar las operaciones en tierra, distorsionado el mandato de la ONU. Una vez que los soldados franceses e ingleses (antiguas armadas coloniales) pisen el suelo de África del Norte, la situación se volverá incontrolable en toda la región. No olvidemos que hasta los servicios estadounidenses confirman que se encuentra numerosos fundamentalistas islámicos entre los revolucionarios libios. La intervención en Libia puede dar origen a una pesadilla geopolítica que conjuga los peores aspectos de la ex Yugoslavia, Irak y Afganistán: ¡Somalia! En Bengazi donde penurias de todas clases comienzan a hacerse sentir, la situación madura para una inestabilidad crónica [41].
Tentativa de hacer abortar el desarrollo del proceso espontáneo de las revoluciones populares árabes y de neutralizar el posible apoyo Occidental a estas revoluciones
Así como analizamos precedentemente, esta intervención es caída del cielo para todos los que desean debilitar los movimientos revolucionarios en el mundo árabe y mantener el mayor tiempo posible el statu quo, incluso empujar a los europeos en una lógica de conflicto con el mundo árabe, como es el caso de Estados Unidos e Israel. En apariencia paradójica pero los hechos prueban que los occidentales ya son totalmente incapaces de alzar la voz en lo que se refiere al trato violento de los movimientos populares ante los regímenes árabes pro-occidentales. « ¿A quién beneficia el crimen? », también es una pregunta legítima en materia de anticipación política.
Reactivación permanente del incontrolable flujo migratorio desde África hacia Europa
¿Efecto secundario imprevisto de la desestabilización de Libia o componente deseado por el proceso de confrontación Occidente/Islam, Europa/Mundo árabe o una forma de desvalorizar en los medios de comunicación las temáticas de inmigración? En ello encontramos maniobrando a los mismos asesores, a los mismos ideólogos. Lo cierto es, que más allá de las intenciones de unos y otros, esta nueva ola migratoria obligará rápidamente a la UE a rever por completo su política respecto del mundo árabe y de África del Norte en particular. Según el LEAP/E2020, esta evolución también juega a favor del surgimiento de una nueva gran zona de trabajo europeo destinado a los países de su frontera Meridional a partir de 2010/2011
Cansancio de la opinión pública occidental
Con el 50 % de opiniones favorables en Estados Unidos y el 40 % en el Reino unido, comprobamos que las opiniones públicas de los países « jingoístas » comienzan a cansarse. En Francia el grado de manipulación de los medios y las encuestas es tal que es absolutamente imposible conceder la menor credibilidad al supuesto 63 % de franceses que están a favor de la intervención en Libia. De un lado al otro lado del Atlántico y más allá de la Mancha, ya comprobamos un fuerte debilitamiento por la duración del conflicto. En Francia no hay ninguna razón para ver tal evolución, aunque la propaganda popular al respecto sea bastante más fuerte [42]. Así como, para las elecciones francesas de 2012 ninguna encuesta presentó como tendencia la de nuestras anticipaciones (el Frente Nacional esta por delante de la UMP y la eliminación de Nicolás Sarkozy en la primera ronda de las elecciones presidenciales), el LEAP/E2020 estima ahora que al menos de uno de cada tres franceses apoya a la intervención en Libia [43]. Por otra parte, la popularidad de Nicolás Sarkozy continúa disminuyendo, lo cual es muy incompatible con la fuerte adhesión, según los encuestadores, a su política sobre Libia. De Irak a las mentiras en Afganistán y sus ilusiones, pasando por la crisis económica y sus desilusiones, las opiniones públicas occidentales no creen más en sus dirigentes. Esta es también una tendencia perdurable.
GEAB, 6 Juillet 2011
[2] Lo que los dirigentes occidentales, que hasta el pasado enero intentaban venderle armamentos, centrales nucleares y otros equipos de todo género, saben bien, Nicolás Sarkozy primero que todos, ya que fue amplia y justamente reprochado estos últimos años por desenrollarle la alfombra roja a un personaje políticamente sulfuroso. Pero, visiblemente, la norma político-moral que prevalecía hasta enero de 2011 precipitadamente caducó en el trascurso de febrero de 2011.
[3] Podemos encontrar paralelos con la Serbia de Milosevic y la operación de Kosovo. Esta vez, el territorio del Este libio, alrededor de Bengazi, sería un tipo de Kosovo con petróleo. Por otra parte, se haya del lado de los partidarios de la intervención militar en Libia, Hillary Clinton, la actual secretaria de Estado estadounidense y esposa del ex presidente Bill Clinton que inició la operación militar de la OTAN en Kosovo. Otro punto común, la confusa aparición del gobierno rebelde de Bengazi presenta numerosas similitudes con la aparición súbita en 1999 del UCK (Armada de Liberación de Kosovo) en los medios de comunicación en el momento en el que había que justificar la intervención. Fuente: Asia Times , 31/03/2011
[4] Ver al respecto los discursos del Ministro de los Asuntos Exteriores Alain Juppé en el Consejo de Seguridad de la ONU, del presidente francés Nicolás Sarkozy , del Primer ministro británico David Cameron y del Presidente estadounidense Barack Obama , así como la unanimidad de los editoriales de los medios de comunicación franceses, británicos y estadounidenses de los primeros días del conflicto. Como lo subrayó el primer ministro polaco, Donald Tusk, cuyo país se negó a asociarse con la intervención militar: “ ¿ por qué de pronto Libia? Gadafi ya maltrató a su población en el pasado y hay muchos otros países donde se presentan problemas más graves para la población ».
[5] Salvo las escenas siempre idénticas de algunos milicianos en postura paramilitar que tiran a cualquier parte y levantan la V de victoria delante de las cámaras occidentales condescendientes.
[6] Para « evitar un baño de sangre en Bengazi », hipotética justificación de la urgencia de la intervención militar en Libia, se podrían haber implementado dos procesos alternativos: no impulsar a los « rebeldes » a actuar sin tener los medios y amenazar con nuevas medidas de embargo y con represalias directas contra él y sus allegados. Esto habría sido ampliamente suficiente para calmar sus ardores. Pero evidentemente, otro fue el escenario deseado.
[7] Lo que no quiere decir que no hubo matanzas. Pero, habría que ser muy ingenuo, después de la invasión de Irak y las « armas de destrucción masiva de Saddam », creer a pies juntillas las declaraciones de los dirigentes occidentales en la materia.
[8] Encontramos allí, todavía, un extraño paralelo con Irak y podemos sólo interrogarnos sobre la legitimidad popular (y revolucionaria) de este tipo de personas.
[9] Donde por ejemplo Francia 24, financiada por el gobierno francés, se mostró desde el principio del conflicto libio como un clon de Fox News durante la invasión de Irak, al tener un medio de comunicación durante guerra con un solo objetivo: legitimar la acción del gobierno francés. De manera general, seguir los acontecimientos libios vía los medios de comunicación rusos, chinos, alemanes, indios o brasileños es un método eficaz para hacerse su propia opinión. Fuentes: RT , 08/03/2011
[10] Foreign Policy del 25/03/2011 y Le Temps del 30/03/2011 describen, cada uno a su manera, la inexistencia del gobierno rebelde aunque ya para ese momento había sido reconocido por el estado francés de Nicolás Sarkozy.
[11] Según nuestro equipo, las diversas agencias estadounidenses, británicas y francesas actuantes en Libia simplemente incitaron a varios grupos libios poco o no organizados a poner en marcha la rebelión prometiéndoles apoyo y una victoria fácil y rápida. Es un método clásico y a menudo utilizado en el mundo árabe, particularmente desde hace décadas. Frente a una resistencia del régimen libio mayor a la prevista en tan « sencillo plan », éste fracasó y exigió con urgencia una escalada intervencionista. Pregunta inevitable: ¿qué servicios de inteligencia occidentales o de los rebeldes libios apareció primero en Bengazi? Fuente: Msnbc , 30/03/2011
[12] La Unión africana se muestra claramente del lado de Gadafi, proponiendo planes de paz que perfectamente le convienen. Fuente: Libération , 11/04/2011
[13] Donald Tusk, el primer ministro polaco, hasta denuncia la hipocresía de la UE sobre Libia. Fuente: Le Monde , 08/04/2011
[14] Thomas Friedman, en el New York Times del 29/03/2011, reduce la esperanza a que la suerte esté con la coalición para salir de este avispero.
[15] Pero a lo que la intervención militar ha devuelto el brillo y categoría es a « resistir al imperialismo occidental ». Parecía un viejo dictador al final de su carrera y ahí está otra vez « instalado » por el trío Obama, Cameron y Sarkozy. Fuentes: SlateAfrique , 06/04/2011; Asia Times , 31/03/2011
[16] Fuente: Intérêt-Général-Info , 11/04/2011
[17] Proyecto inmenso que consiste en transportar el agua de las capas freáticas subterráneas saharianas a las ciudades costeras. Fuente: Wikipedia. Fuente: Wikipedia
[18] Este aspecto quizá no es extraño a la evidente falta de levantamiento generalizado contra el régimen en Libia: Gaddafi no es la misma clase de dictadores que Ben Ali o Mubarak. Fuente: Télérama , 30/03/2011
[19] Y sobre este punto, el conflicto libio parece ser un show multinacional que reemplaza por sí solo al Salón de Bourget y al de Farnborough. En efecto, cada uno de los países implicados en el hecho hacen una demostración de sus aviones de combate. El último país en entrar, Suecia ha enviado ocho ejemplares de los Gripen que según SwedishWire de 29/03/2011 aclara que se trata de competir en varios mercados con el francés Rafale y el F-16 de Boeing (también en exposición permanente en el cielo libio).
[20] De manera irónica, los medios de comunicación franceses hablan del problema del coste de la intervención militar para el Reino Unido, pero se abstienen bien referirse a Francia. Fuente: Le Parisien , 22/03/2011
[21] Francia esta envuelta simultáneamente en cinco guerras, sin que el Parlamento lo hubiera decidido y sin que la oposición socialista tuviera el coraje de hacer de los temas combate político con el pretexto de la unidad nacional en caso de conflicto.
[23] Mientras que todas las tendencias actuales en Francia confirman la anticipación del LEAP/E200 de noviembre de 2011 según la cual no figurará en la segunda vuelta de la elección presidencial francesa de 2012. Será peor que su mentor, G.W. Bush. Su futuro político ya está por detrás de él, pero la lucidez que no es el punto fuerte del actual dirigente francés, no lo sabe y es así que es tentado cualquier « proeza » con la esperanza que pueda darle un empujón para las elecciones.
[24] Particularmente intentando hacer olvidar su apoyo hasta el último minuto a los regímenes de Ben Ali y de Mubarak y su acogida servil a Gadafi en 2007.
[25] El balance de su mandato en el cargo después de 4 años es también elocuente. El último éxito hasta la fecha es la implosión de su partido, la UMP. En este sentido, los mismos asesores consejeros que le soplan su estrategia en materia electoral son los que le asesoran en el caso libio!
[26] Fuente: Libération , 30/03/2011; New York Times , 20/03/2011
[27] Por otra parte, las mentes comienzan a ser preparadas para ello vía artículos que evocan los riesgos tomados por Sarkozy. Fuente: New York Times , 09/04/2011
[28] Es más bien una criatura del medio financiero.
[29] Intoxicación de las agencias de información, falsos líderes revolucionarios, …
[31] Para retomar las categorías del libro de Franck Biancheri, « Crisis mundial: encaminados hacia el mundo del mañana », Bernard Henry Lévy pertenece a la primera categoría y un Emmanuel Todd a la segunda. Los dos son caras de la misma moneda: los del 68 al final su carrera.
[32] Y que las mantiene con firmeza durante más de un mes después del inicio de la intervención en contra de las esperanzas de París, Londres y Washington. Fuente: Deutsche Welle , 13/04/2011
[33] Por ejemplo, en un momento en que las economías del África del Norte sufren de una fuerte caída en los ingresos por el turismo (véase el gráfico), esencial para su supervivencia, la coalición franco-estadounidense-británica al sumar un conflicto militar a la región agravan la fuga de turistas y sus problemas económicos.
[34] En este sentido, es útil recordar que el poder tutelar de la FDP, Hans-Dietrich Genscher , insumergible Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania desde 1974 hasta 1992, siempre ha considerado que la Alianza Atlántica como una situación impuesta por las consecuencias la Segunda Guerra Mundial y no como una aspiración natural de la política exterior alemana. Del mismo modo, su compromiso pro-europeo siempre ha sido diseñado en una lógica donde los intereses alemanes se hayan en el corazón de las prioridades europeas. Hoy, durante una crisis geopolítica, frente a una Francia sin proyecto europeo y Estados Unidos en plena estampida, no es de extrañar que estas tendencias luzcan con mayor claridad.
[35] La elección de Polonia en este sentido es ejemplar. El paréntesis de los gemelos Americanistas Kaczinczy se ha cerrado, Varsovia se reemprende naturalmente la lógica estratégica europea, al igual que la mayoría de los nuevos Estados miembros.
[36] Sólo los Verdes alemanes, muchos de cuyos dirigentes sostienen relaciones más que confusas con Estados Unidos desde su turbulenta juventud en los años 1960/1970, Joschka Fischer en primer lugar, son muy dóciles ante las exigencias geopolíticas de Washington. El SPD, con una generación de atlantistas inveterados que llega a su fin, personificado por Karsten Voigt, también se propuso criticar el voto de Alemania en el Consejo de Seguridad, fue desde 1999 hasta 2010 el « Sr. Transatlantico.», Ministerio alemán de Asuntos Exteriores, ya no hay más doctrina más precisa sobre las relaciones con Estados Unidos. Por último, para Alemania, sola y sin la necesidad de la garantía francesa como en el caso de Irak, la intervención de Libia y el voto en el Consejo de Seguridad representa una nueva etapa en su continuo alejamiento de los intereses estratégicos de Estados Unidos.
[38] Incluso se están agotando las existencias de misiles después de sólo de algunos días de ataque. Esta operación Libia mostrará la naturaleza muy « virtual » de la potencias de fuego británico y francesa. Fuentes: Telegraph , 23/03/2011; Telegraph , 28/03/2011
[40] En este sentido, recordemos que las deserciones de los funcionarios libios, aclamada por los líderes y medios de EE.UU., Gran Bretaña y Francia puede tener dos interpretaciones: o bien que el régimen de Gadafi se está desmoronando y los funcionarios abandonaron el barco, o por al contrario el régimen de Gadafi esta bien y los que de alguna manera estaban implicados en la operación de caída del régimen prefieren huir para no terminar en prisión o ejecutados. Las próximas semanas serán decisivas. Fuente: Telegraph , 11/04/2011
[42] Invitamos a nuestros lectores entre ellos a los franceses e ingleses mirando en paralelo a France 24 , France 2 y TF1 por una parte, y la CNN , Skynews , BBC por la otra. Podrán ver con sus propios ojos el grado de control político que se ejerce sobre los medios de comunicación franceses en el caso de Libia.
[43] De ahora a fines de abril, nuestro equipo considera que todas las encuestas en los tres países deben confirmarán esta tendencia