recherche

Accueil > Argentine > Notre infance > Multinacionales : principales beneficiadas por trabajo infantil en América (…)

28 juillet 2004

Multinacionales : principales beneficiadas por trabajo infantil en América Latina

 

¿Qué es lo que alimenta la creciente explotación global del trabajo infantil, principalmente en áreas del mundo en desarrollo como América Latina ? Entidades como la Organización Internacional de Trabajo (OIT) parecen constatar el aumento de los niños y niñas ilegalmente ocupados en actividades laborales, sin mayores preocupaciones con las causas de este fenómeno.

Por Adital
El Salvador, 16 de junio del 2004

Identificarlas sería el primer paso para la erradicación de esta violencia que actualmente afecta a 200 millones de infantes en todo el mundo, de acuerdo a datos divulgados por el órgano de las Naciones Unidas en atención al día internacional contra el trabajo infantil, celebrado mañana, día 12 de junio.

El examen de situaciones específicas mostrará que costumbres culturales de profundas raíces que justifican la utilización de niños y niñas en los más diversos tipos de labores encuentran razón de permanencia en virtud del aprovechamiento, aunque indirecto, de las empresas transnacionales. Por lo menos éste es el caso del uso de mano de obra infantil en la cosecha de caña de azúcar en El Salvador, objeto del estudio de la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch.

Según el informe, hasta un tercio de los trabajadores de las plantaciones de caña de El Salvador son menores de 18 años, muchos de los cuales empezaron a trabajar en los campos cuando tenían entre 8 y 13 años. La OIT registra que al menos 5.000 y hasta 30.000 menores de 18 años trabajan en los cultivos de caña salvadoreños.

El organismo clasifica la participación infantil en actividades como la cosecha de caña de "trabajo infantil peligroso", que deben ser urgentemente erradicadas. Tanto que existe en El Salvador una Unidad para la Erradicación de las Peores Formas de Trabajo Infantil de la propia OIT, que hasta ahora no ha logrado avances en la desmovilización de niños y niñas del cultivo.

La zafra requiere que los niños usen machetes y otros cuchillos afilados para cortar la caña de azúcar y arrancar las hojas de los tallos, un trabajo que realizan hasta nueve horas al día bajo un sol abrasador. Con frecuencia no se dispone de atención médica en las plantaciones, y las consecuencias de los accidentes queden totalmente por cuenta de la víctima. Se estima que a cada año 22 mil niños mueren en accidentes relacionados al trabajo.

Pese a las patentes evidencias de los daños físicos y psicológicos de la actividad para el individuo en formación, los dueños de la actividad prosiguen sin tomar conocimiento de los esfuerzos de combatirla emprendidos por el gobierno salvadoreño y la OIT. Esto porque la mano de obra infantil es barata y eficiente, generando grandes lucros tanto para los empleadores como para los compradores de los productos originados de la explotación.

Uno de los principales beneficiados por el bajo precio del azúcar de El Salvador, obtenido al final del proceso descrito arriba, es una de las más importantes trasnacionales de la economía globalizada, The Coca Cola Company, de origen estadounidense.

El embotellador local de la compañía compra azúcar refinado al ingenio más grande de El Salvador, Central Izalco. Al menos cuatro de las plantaciones que suministran caña de azúcar a Central Izalco utilizan regularmente mano de obra infantil, conforme atesta la Human Rights Watch a partir de entrevistas con trabajadores.

Sin embargo, la empresa posee un código con los "Principios Rectores para Proveedores de The Coca-Cola Company", pero éste se limita a cubrir a los proveedores directos, lo que incluye a los ingenios azucareros pero excluye a las plantaciones. Así, como indica el título del estudio de la entidad, "Oídos Sordos", la transnacional cumple formalmente el "papel social" de no promover directamente la explotación del trabajo infantil, usufructuando, a la vez, de los resultados de esta misma actividad, sin escuchar las denuncias que la involucran indirectamente.

"Si Coca-Cola se toma en serio evitar la complicidad en el uso de trabajo infantil peligroso, la compañía debe reconocer que su responsabilidad de asegurar el respeto por los derechos humanos se extiende más allá de sus proveedores directos", afirma Michael Bochenek, consejero de la Human Rights Watch.

Sin embargo, las condiciones precarias de las poblaciones rurales de El Salvador y la idea de que la mayoría de los niños que cortan caña son simplemente "ayudantes" de sus padres, hace con que las familias de los menores insistan en colocar los hijos en las plantaciones de caña y en otros tipos de trabajos forzados, como el doméstico. Incluso la situación de niños y niñas convertidos desde temprana edad en serviciales de los hogares de terceros es el tema de la campaña de la OIT para el día de combate al trabajo infantil de este año.

El mito del beneficio del trabajo infantil doméstico

Sólo en América Latina y el Caribe existen 2 millones de niños y principalmente niñas trabajando en el servicio doméstico, bajo la excusa de que este empleo de la mano de obra infantil sirve de ayuda para las familias pobres y para los pequeños, que tendrán una casa para albergarlos y alimentarlos en cambio de los prestamos que en muchos casos son tan nocivos como el corte de la caña.

"La presunción de que el servicio doméstico es beneficioso para las niñas y la idea de que los empleadores aparezcan como "benefactores" constituye un medio para adquirir mano de obra barata y reforzar la subordinación", denuncia la OIT. Estos benefactores son responsables por el hecho de que la mayoría de los 2 millones de trabajadores domésticos infantiles sean víctimas de abusos como malos tratos verbales y emocionales hasta la violencia sexual y física.

De acuerdo a OIT, este tipo de trabajo y abusos asociados ocurren de manera oculta, detrás de las puertas cerradas de los hogares, en donde se puede disponer del servicio de niños abajo de la edad legal para ingresar en el mercado laboral, sin la posibilidad de fiscalización y reglamentación de las relaciones entre patrón y empleado, que con ello está sujeto a violaciones que se quedarán muchas veces en secreto.

Asimismo, lo que se torna posible de mensura sobre esta cuestión en América Latina acaba por alcanzar dimensiones alarmantes. Por ejemplo, en Venezuela, 60% de todas las niñas de entre 10 y 14 años que trabajan lo hacen en el servicio doméstico. En Brasil, 559.000 niños de entre 10 y 17 años son trabajadores domésticos ; 98% son mujeres y 69% de raza negra.

Esto último sugiere una forma de discriminación o de establecimiento de "jerarquías" entre grupos de personas que viven en un mismo país o región, quizás remanecientes del pasado de esclavitud negra que todavía persiste de manera más sutil en el país. "El trabajo doméstico tiene raíces muy profundas en esta región, lo cual le ha concedido legitimidad y en gran medida lo ha hecho invisible", evalúa la OIT.

En El Salvador, el 66,4% de las niñas que realizaban trabajo doméstico informaron que habían sido sometidas a maltrato físico o psicológico, en muchos casos a abuso sexual ; en Nicaragua, el 89,5 % de 250 niños encuestados comenzó a trabajar a la edad de siete años en jornadas laborales que duraban entre 15 y 16 horas ; en Honduras, siete de cada diez niños de los 250 encuestados debían comenzar a trabajar a las seis de la mañana y más de la mitad no se acostaba hasta después de las nueve de la noche. Estos datos comprueban que aunque bajo techos de "casas de familia" se puede encontrar explotaciones y violencias a los niños y niñas similares a casos de trabajos peligrosos y extremos hasta para adultos como la cosecha de la caña de azúcar.

Sin embargo, el trabajo infantil doméstico y el trabajo infantil agrícola (que corresponde a 70% de los puestos ocupados informalmente por niños) son sólo dos rostros de este problema de múltiples facetas. De acuerdo con la OIT, 8,4 millones de niños están atrapados en situaciones de esclavitud, tráfico (del cual 1,2 millones de infantes han sido objeto), servidumbre por deudas, prostitución, pornografía y otras actividades ilícitas.

Retour en haut de la page

El Correo

|

Patte blanche

|

Plan du site