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La política internacional del gobierno argentino, al tope de la agenda en Nueva York
Por Emilio Marín
La Arena. Buenos Aires, 30 de septiembre de 2007.
Casi no quedan personas con un mínimo de conocimientos que crean que la política internacional del gobierno no tiene importancia, en aras de la política doméstica. La línea exterior también ha empeorado tanto como la interna.
Es posible que Cristina de Kirchner gane el 28 de octubre, tal como vaticina la mayoría de las encuestas. Pero con cada paso que da en su peculiar manera de hacer campaña electoral sólo logra complicar ese resultado que muchos dan por consagrado.
Por ejemplo, en vez de convocar a sus votantes e indecisos del cordón bonaerense o de su patria adoptiva de Santa Cruz, para debatir las propuestas de su eventual gobierno, ella considera como clave a las giras internacionales.
Pero esos periplos, como el reciente en Nueva York, desnudan aspectos de la política exterior del actual gobierno y del hipotético suyo. Hasta un tiempo atrás, esa área política -la línea internacional- permitía devaneos tercermundistas al matrimonio Kirchner, especialmente en su relación con el gobierno de Hugo Chávez.
Y no es que la relación con Caracas haya desaparecido, pero lo visto y oído esta semana en las reuniones en la sede de Naciones Unidas, la bolsa de Wall Street y los hoteles cinco estrellas (Four Seasons y Waldorf Astoria) ha dejado palmariamente en claro que la prioridad del gobierno K es la recomposición del vínculo con la superpotencia. Más aún, apuesta a una cierta reconciliación con el Fondo Monetario Internacional, que hasta aquí había funcionado como blanco para lograr el aplauso fácil de la mayoría de los argentinos.
Cristina de Kirchner hizo de virtual presidenta en su disertación ante el poderoso Consejo de las Américas dirigido por los banqueros Susan Segal y William Rhodes. Buscando su aval insistió en que no es nada pecaminoso ganar dinero y que eso es lo que pueden hacer los miembros del Consejo en Argentina. La estabilidad del "modelo de acumulación con inclusión social" estaría dada por un "alto superávit fiscal", o sea por un Estado dispuesto a gastarse los ahorros del fondo social en sacar del agua a empresarios amigos.
La candidata y su marido también recibieron a los directivos de Wal Mart, quienes les informaron de un aumento en una módica inversión. Esto podría verse como una regresión justicialista porque se trata de una marca emblemática de las causas antilaborales. También como parte del fenómeno de la inflación que sacude los bolsillos de los consumidores argentinos.
En línea con la concepción que enfatiza tanto la inversión externa y el visado de Wall Street, la senadora de Kirchner se reunió con Henry Kissinger y varios pesos pesados de la Reserva Federal estadounidense y bancos de inversión.
Lo último que dejó la incursión neoyorquina fue la cita con la canciller israelí, Zipi Livni, quien le agradeció el discurso anti iraní pronunciado por su esposo ante la ONU.
De todas estas reuniones uno puede tener una opinión favorable o no. Lo único que no puede hacer es calificarlas de progresistas ni de tercermundistas. Son lo que son.
Varios aprietes
La estadía de la comitiva oficial en Estados Unidos fue aprovechada por la administración Bush para solicitarle una serie de reuniones oficiales y de las otras donde ejerció considerable presión política.
Muy satisfechos con el discurso de Kirchner contra Irán en Naciones Unidas, esta vez el punto de mayor presión yanqui fue contra la relación de Argentina con Venezuela. Total, sobre el asunto Teherán ya habían logrado todo cuanto querían, con las gestiones previas y el acompañamiento de la pinza del lobby israelita. Restaba afectar el vínculo de la Casa Rosada con el Palacio de Miraflores en Caracas.
Ese asunto estuvo presente en la conversación de la secretaria de Estado Condoleeza Rice con Jorge Taiana, aunque no fue el único. También se reclamó al canciller que debía arreglarse la deuda pendiente de 6.500 millones de dólares con el Club de París mediando previamente algún tipo de compromiso con el FMI. Este es un asunto duro de digerir para el gobierno aún cuando ahora haya sido designado Strauss-Khan como nuevo titular de la entidad.
Meter la cuña entre el patagónico y Chávez fue el objetivo de Rice y de otros funcionarios como Tom Shannon y Nicholas Burns, quienes platicaron por separado con Taiana y el vicecanciller Roberto García Moritán.
Según la crónica periodística, la pregunta sobre qué actitud tendrá frente al bolivariano fue también hecha por Kissinger a CFK en el almuerzo de los banqueros en la Reserva Federal. Fue una sucesión de aprietes.
Hasta Bill Clinton, aunque en otro tono, más campechano y menos imperativo, le preguntó a los Kirchner por el mandatario venezolano y también por Evo Morales. Fue en la conversación previa a la presencia del jefe del PEN en el Foro Iniciativa Global que lleva el nombre del ex presidente demócrata.
El patagónico, en vez de defender allí su política de buenos negocios y ayuda recíproca con Venezuela, a la que invitó a ser parte del Mercosur, derivó la responsabilidad de la continuidad de Chávez al comercio que Washington mantiene con éste, particularmente la adquisición de petróleo venezolano.
En sus comentarios en el Foro de Clinton, el patagónico deslizó una crítica a la actitud reticente de Estados Unidos hacia la Argentina que se incendiaba en 2001. Ese punto no es compartido por los hombres de Bush, que consideran haber hecho todo lo posible. La relación con el chavismo, más allá de todas las explicaciones, tampoco dejó una satisfacción plena en esos interlocutores. Y finalmente, los reparos a firmar algún compromiso o programa con el Fondo, pone otra pizca de desconfianza a la buena voluntad estadounidense para con las autoridades de nuestro país.
Quiere decir que aún con los considerables gestos kirchneristas en pro de un acercamiento con EEUU, el vínculo bilateral sigue atravesado por algunos conflictos.
¿Dónde está el enemigo ?
Si se toman muy en serio los gestos anti iraníes "pour la galerie" del matrimonio presidencial, se puede creer que Néstor y Cristina piensan que en Teherán habita el enemigo principal de Argentina y la humanidad. Irak devastado les sugiere buscar por otro lado al peor del mundo. Las sucesivas matanzas de palestinos en Gaza y Cisjordania sirven para identificar al socio de esa superpotencia en Medio Oriente.
La realidad siempre emite señales para que los políticos tengan en cuenta. Después lo hacen o no, ese es su problema y sobre todo de quienes los votan.
Si ese matrimonio regresa feliz del anuncio de Wal Mart, y no repara en que los diarios argentinos informaron hace un mes que los supermercados son responsables de una parte de la inflación pues ganan hasta el 30 por ciento en los precios de harinas y aceites, allá los Kirchner.
En todo caso es más entendible la alegría de Beatriz Nofal con aquella cadena de tiendas norteamericana porque puede anotarse un poroto en su Agencia Nacional de Desarrollo de Inversiones. Nofal era diputada de la Alianza y renunció en diciembre de 2001 en disconformidad con el anuncio de suspensión de pagos de la deuda externa, como consultora disciplinada del capital foráneo.
La realidad argentina y mundial también indicó que es un problema para el país la ocupación de Malvinas por parte del Reino Unido. Más grave aún, Kirchner tuvo que enfatizar en su mensaje ante la 62º Asamblea de la ONU el rechazo que le merece el intento británico de extender a 350 millas su actual zona ilegal de exclusión de 200 millas en torno a las islas.
En buena hora que el mensaje presidencial haya dejado en claro que tal jugada inglesa no será convalidada por nuestro país. Pero ese rechazo, con ser justo, no alcanza para dar ni un paso adelante en la búsqueda de la soberanía argentina sobre las islas del Atlántico Sur.
En una campaña para la recuperación de esos archipiélagos sería muy necesario el apoyo de Venezuela, Bolivia y otros países del Tercer Mundo, entre ellos Irán. Sin embargo, en estos días se vio a Kirchner alineado de hecho con Bush, el primer ministro Gordon Brown y el israelita Ehud Olmert, mientras Chávez y Morales abrían su país al presidente iraní Mahmud Ahmadinejad.
Acusar a Irán sin pruebas del atentado a la AMIA, que esto es lo que deslizó sibilinamente Kirchner, enfila la política del Palacio San Martín en una dirección equivocada. Si tanto le interesa la situación de Malvinas, habría que ser parte -y no mero invitado- al Movimiento de Países No Alineados de 118 miembros.
Dentro del NOAL está Irán y la presidencia por dos años la ejerce Cuba, pues la última cita se realizó en La Habana en setiembre de 2006. Como se recordará, Argentina mandó a ese evento a una delegación de cuarto orden, sin el canciller ni el vice. Tampoco fue el presidente, que está culminando su mandato sin haber viajado ni una sola vez a la isla. ¿Casualidades ? No, opciones políticas y ahora electorales.
Los gobernadores que Kirchner más elogió en las últimas semanas, Mario Das Neves en Chubut y Daniel Peralta en Santa Cruz, firmaron la extensión por hasta 40 años de la explotación petrolera de Cerro Dragón en beneficio de la Pan American Energy. PAE está dominada en un 60 por ciento por la British Petroleum, inglesa, de modo que para Londres todo estará bien, aún con menciones críticas en el plenario de la ONU, en la medida que sus multinacionales puedan seguir participando, sin ser perturbadas, del saqueo de los recursos naturales argentinos.
Lo actuado por los Kirchner en Nueva York fue pésimo ; lo bueno es que puede colar el debate de política internacional en una campaña vaciada de temas importantes.