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Por Ingrid Tempel
La manipulación de la identidad de los niños
robados durante la aplicación del Plan Cóndor en el Cono Sur, el esfuerzo de las madres y abuelas por recuperar a esas criaturas que se reintegran al
espacio democrático y el trabajo de memoria son algunos de los temas tratados por el psiquiatra uruguayo Edmundo Gómez Mango en su libro "La mort enfant" (La muerte niño).
En esta obra, publicada en la colección "Connaissance de l’inconscient" (Conocimiento del inconsciente) de la prestigiosa editorial francesa Gallimard, el Dr. Gómez Mango se refiere al caso de Mariana, una joven
uruguaya.
"Se trata de un gran tema de la actualidad latinoamericana. Antes hablábamos de la desaparición, y ahora hablamos de la reaparición. Una situación simétricamente inversa a la de los desaparecidos. Estos niños que fueron robados cuando tenían apenas algunos meses de vida, que fueron sustraidos no sólo a los padres, sino también al seno de la familia, y que
eran dados en general a amigos o a los mismos funcionarios de la policía o a militares que habían hecho desaparecer, encarcelado o asesinado a los
padres de estos niños."
"Esta es una situación trágica porque las abuelas carnales la descubren cuando ella es una adolescente. Esta niña había sido robada de la familia originaria cuando tenía apenas unos meses de vida. La madre había sido capturada cuando estaba embarazada. Tuvo el parto. Los militares secuestraron a la niña, mataron a la madre y dieron este bebé de meses a una familia cercana a los militares que la adoptó. Cuando lo supo el shock
fue tan grande que no lo aceptó", declaró a la AFP.
Igual que en su libro anterior, "La place des Mères" (La plaza -o lugar- de las madres, también publicado en la colección "Connaissance de l’inconscient" de Gallimard), el Dr. Gómez Mango acude a la literatura para dar ejemplos, para desarrollar una teoría.
"Me gusta mucho trabajar en esa frontera que existe entre el trabajo de los escritores, poetas, novelistas, y el de los psicólogos, los psicoanalistas. Freud mismo consideraba a los escritores como sus adelantados. Son dos modalidades de acceder a una verdad humana que nos
habita, que para Freud es el inconsciente, pero que para los poetas puede llamarse destino, misterio o intuición", dijo.
Al preguntarle si no es un shock cultural para un lector francés su análisis de la obra del escritor mexicano Juan Rulfo, responde que "Rulfo es uno de los más grandes genios de la literatura de todos los tiempos. Es una nueva versión del descenso a los infiernos, de ese conocimiento que puede tener el escritor de algo que lo trasciende, que pueden ser las
sombras, las almas, pero que en fondo son nuestros muertos, los muertos que nos habitan a todos. Ese diálogo con los muertos y con la muerte es una fuente viva de muchas obras literarias. En la novela latinoamericana Rulfo lo retoma y hace un verdadero fenómeno de resurrección de esa temática que es admirable, que está a la altura de las más grandes obras de la literatura mundial."
También se refiere al poeta Paul Celan. "Yo he tomado el texto de ’El discurso de Brema’, de Paul Celan, donde él habla de la lengua y de la importancia que tiene la lengua, para aproximarme a la problemática de la lengua en el exilio o del exilio de la lengua, que evidentemente hemos conocido todos los que nos fuimos de nuestros países natales. La lengua como un país natal, como un país naciente, a la que se puede volver o la que nunca nos deja", explica.
Al preguntarle cómo se siente al escribir en francés, reconoce que "yo escribo en francés y siempre tengo una gran añoranza por mi lengua materna.
No es lo mismo escribir en francés que en español. Pero me gusta mucho estar entre las dos lenguas. Creo que es una de las cosas positivas del exilio. El problema del exilio y de la lengua está en todo lo que yo escribo."
PARIS, Mardi 12 mars 2003(AFP) -