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Pagina 12, 13 de septiembre 2003
La reestructuración de la deuda en bonos es el próximo paso. El Gobierno hará su propuesta en siete días, en Dubai. Lavagna adelantó ayer que la primera reacción será de rechazo, seguramente. "Habrá caras largas, en varios idiomas, pero la realidad irá indicando que lo que ofrecemos es lo que se puede hacer."
Roberto Lavagna busca su mejor rostro para recibir el primer encontronazo con los acreedores. Un menú de quitas, plazos y tasas.
Superada la negociación con el Fondo Monetario, el Gobierno ya prepara el terreno para enfrentarse a los acreedores por la reestructuración de la deuda. Un proceso que se abrirá dentro de ocho a diez días, con la presentación de las distintas alternativas que proponga el Gobierno. Roberto Lavagna ya imagina ese momento. "Habrá un montón de caras largas (entre los acreedores). Seguramente no van a festejar. Habrá tironeos. Pero si alguien cree que sin crecer la Argentina va a pagar, se equivoca", advirtió el titular del Palacio de Hacienda.
Lavagna hizo declaraciones durante media hora en el programa "Desayuno", que se emite por el canal estatal, con la conducción de Víctor Hugo Morales. Acorde con ese título, el ministro llegó al estudio con un paquete de medialunas en la mano. El primer elogio que recibió Lavagna fue por lo sabrosas de las facturas. Después hubo otros, más ligados al éxito de la negociación con el FMI. Por la tarde, el director gerente del FMI, Horst Köhler, salió al cruce de tanta onda positiva, reiterando sus demandas a favor de los aumentos tarifarios en las privatizadas y las compensaciones a los bancos (ver nota aparte).
El ministro se mostró optimista respecto de la renegociación de la deuda. "Preparémonos a que nos digan que rechazan (las propuestas) totalmente. Pero la realidad irá indicando que esto es lo que se puede hacer", señaló. El funcionario calificó a la deuda como "monumental", que "no puede ser pagada en el cortísimo plazo, como algunos pretenden", añadió, dando a entender que la Argentina propondrá varios años de gracia antes de volver a cumplir con los acreedores.
La presentación de las diferentes alternativas ocurrirá en Dubai, dentro de diez días, en el marco de la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial. Lavagna dijo tajantemente que la única manera de retomar los pagos será con un país en crecimiento, que sea capaz de "pagar también la deuda interna, con nuestra propia población".
Durante la entrevista, no dio precisiones sobre la negociación que se avecina. Se limitó a comentar que habrá un menú de opciones que los acreedores podrán elegir. "Primero habrá caras largas. Caras largas en distintos idiomas. Pero espero que cuando (los acreedores) se calmen y pase la reacción inicial comprendan que la Argentina hará una oferta creíble, pagable. Habrá términos más largos pero creíbles. Y, en todo caso, será una situación mejor que la actual, donde los acreedores no están cobrando", pronosticó.
Además de hacer comentarios sobre el próximo evento que atravesará su gestión, el jefe de Economía hizo referencias a otros aspectos :
- Negociación con el FMI I : Lo primero que hizo Lavagna fue bajarle el perfil al entendimiento. "Seamos cuidadosos. No hagamos alharaca", dijo, al evitar mostrarse como triunfador en desmedro del staff del FMI. No obstante, mencionó que algunas recomendaciones del organismo "son un desatino total. Y hay que resistir ese desatino". Después aseguró que la Argentina abrió "un nuevo camino de cómo negociar con el Fondo".
- Negociación con el FMI II : También confirmó que Estados Unidos fue uno de los países que más apoyó la posición argentina. Sobre los efectos del acuerdo, apuntó que "refuerza las tendencias positivas" de la economía : atraerán inversiones, no las especulativas, sino las inversiones en negocios productivos. A su vez, destacó que, en el acuerdo, el FMI "reconoce que este es un proceso donde debe combinarse crecimiento con la atención a los problemas sociales y la pobreza".
- Relación con Néstor Kirchner : "Nunca hubo diferencias de fondo sobre lo que era esencial en la negociación." Eso no implicó que se dieran algunas discusiones, a las que el ministro le restó importancia.
- Tarifas : Lavagna fue tajante : "No hay ningún compromiso en términos de cantidad ni de tiempos". En el convenio se incluyó la ley por la cual se pesificaron y congelaron las tarifas y la media sanción en la que el Ejecutivo se propone como renegociador de los contratos con las privatizadas. En esa norma se menciona que tales renegociaciones debentener en cuenta la rentabilidad empresaria. Según los empresarios, y aparentemente también Köhler, esa mención abre las puertas a futuros aumentos.
- Sistema financiero : Lavagna se mantuvo en la postura que viene mostrando desde que asumió en el cargo : "En la crisis, la tarea inicial fue repartir las pérdidas. No había ninguna ganancia para repartir, y una parte les tocó a los bancos. Como nos tocó a todos".
- Presupuesto 2004 : Se presentará en el Congreso pasado mañana. Reveló que habrá aumentos en las partidas para distintos rubros referidos a lo social, aunque no dio precisiones.
El Fondo lo sigue peleando
Horst Köhler dejó salir sus verdaderos sentimientos tras el preacuerdo alcanzado por el organismo que encabeza, el FMI, con Argentina. En una rueda con periodistas en Washington, explicó que "quería poner en claro a Argentina que si no avanzan con respecto a las empresas de servicios (públicos), esto podría ser un nuevo impedimento para un crecimiento sostenido para superar la pobreza y la situación social", en una velada amenaza por la resistencia del gobierno argentino a ceder en el incremento de tarifas. Tratando de sonar convincente para su audiencia europea, el director gerente sostuvo ayer desde la capital estadounidense que "en el programa se podrá advertir que están incluidos la compensación a los bancos y a las empresas de servicios públicos", contradiciendo abiertamente lo señalado hasta ahora por las autoridades argentinas.
El director gerente del FMI intercaló las advertencias con elogios. "Este presidente (por Néstor Kirchner) es sincero sobre sus objetivos y su compromiso para trabajar, para guiar a Argentina hacia la normalidad", apuntó como conclusión de las conversaciones que, recordó, mantuvo con el mandatario argentino. "Este programa es un paso adelante", subrayó enseguida. Pero no se quedó ahí y en el resto de su contacto con la prensa estadounidense se dedicó a volver a traer sobre la mesa de discusión todos aquellos temas que el gobierno argentino exhibió como superados y resignados por el FMI en el calor de la negociación.
Un consultor de alto nivel del sistema financiero local indicó a este diario que la reacción del director gerente del FMI está en línea con el disgusto que provocó, entre las naciones europeas, el acuerdo de refinanciación sin compromiso de parte del gobierno para fijar un cronograma de aumentos. De todos modos, Köhler intenta convencer a los delegados europeos ante el Fondo que la administración Kirchner aseguró, de palabra, que apurará el tratamiento de los ajustes al menos en gas y electricidad.
"El Gobierno aceptó que tiene que haber una ley que establezca el marco para el ajuste de los precios de los servicios públicos", indicó Köhler desde Washington, con intención de ser escuchado en las capitales europeas. El viernes próximo, en Dubai, el directorio del Fondo se reunirá para prestar su acuerdo a la Carta de Intención elevada por Köhler para la refinanciación de la deuda argentina. En esa ciudad de los Emiratos Arabes Unidos se desarrollará, además, la Asamblea Conjunta del FMI y el Banco Mundial. El gobierno de Estados Unidos ya adelantó su firme respaldo al acuerdo, pero en los países europeos hay resistencias. No existen antecedentes de que un acuerdo elevado por el director gerente sea rechazado por el directorio, pero Köhler prefiere curarse en salud.
Opiniones sobre la pulseada que se viene
MIGUEL KIGUEL : "Deberán aceptar"
Roberto Lavagna dará a conocer en una semana, durante la asamblea anual del FMI, un primer boceto de la propuesta del Gobierno para la reestructuración de la deuda. Luego de ese puntapié inicial, la negociación con los acreedores llevará varios meses. Miguel Kiguel, especialista en el tema y ex secretario de Finanzas de Roque Fernández, estimó que en el mejor de los casos, un acuerdo podría cerrarse hacia mediados de 2004. Su opinión está fundada en el contacto permanente que mantiene con los tenedores de bonos argentinos. "La quita terminará siendo del 70 por ciento", pronosticó, en diálogo con Página/12.
Otro elemento clave de la negociación será conseguir, por lo menos, cinco años de gracia en la amortización de los títulos que se coloquen en reemplazo de los que se mantienen impagos. Kiguel lo consideró muy probable. El esquema que diseña el Gobierno contempla distintas ofertas a los acreedores. Una de ellas sería un bono a treinta años, con diez de gracia en el pago del capital, con una tasa de interés del 5 por ciento anual. Una segunda opción sería un título a 15 años, con tasa flotante del 3,5 por ciento. Y otra alternativa sería un bono a 10 años, atado al crecimiento de la economía.
Kiguel apuntó otro dato importante. La porción de la deuda que se sigue pagando, que incluye los Boden que recibieron ahorristas, empleados públicos y jubilados, los préstamos garantizados y los vencimientos de intereses con los organismos internacionales, pondrá al Gobierno en una situación difícil en 2005 y 2006. Cada uno de esos años habrá que desembolsar 5 mil millones de dólares. Esa cifra excede largamente el 3 por ciento de superávit primario que se pactó con el FMI. Para evitar una nueva reestructuración sobre esa deuda, "el Gobierno necesita volver al mercado", para conseguir financiamiento.
Otra opción hubiera sido reclamar a los organismos una refinanciación de los intereses. El FMI lo rechazó e incluso presionó hasta último momento para que el Gobierno cancele capital durante los tres años que durará el acuerdo. Los acreedores privados se lo reprochan. Más cuando saben que "no tienen muchas más alternativas que aceptar lo que les ofrezca Lavagna", según la interpretación de Kiguel.
ALFREDO E. CALCAGNO : "Sólo la legítima"
A diferencia de la estrategia oficial, que parte de reconocer la deuda como válida y negociar cuánto de eso se paga, Alfredo Eric Calcagno plantea otra idea. Propone rediscutir toda la deuda, no sólo la que está en default. Hay que analizar caso por caso todos los compromisos, primero para determinar cuáles de ellos son legítimos, y después para encarar negociaciones específicas. "Al diversificar la discusión se asume una posición negociadora más favorable, porque cada tema se analiza detenidamente. Ya no tenemos un problema sino varias negociaciones separadas", indicó este ex funcionario de las Naciones Unidas y la Cepal.
La deuda tiene una composición heterogénea. Los organismos internacionales son acreedores privilegiados que no sufrirán ninguna quita a pesar de su responsabilidad por la crisis. "Los acreedores privados están indignados con el FMI y eso habría que aprovecharlo", apuntó Calcagno. El objetivo sería conseguir que ellos también resignen algo, aunque en el acuerdo que acaba de firmarse con el Fondo se dejó de lado esa posibilidad.
"Una deuda importante es la emitida para pagar a los bancos la pesificación asimétrica, que asciende a 11.025 millones de dólares", puntualizó Calcagno. "Los 80 principales grupos empresarios -agregó- debían a los bancos locales antes de la devaluación 7955 millones de dólares, y con la pesificación recibieron una subvención estatal de 19.887 millones de pesos." Frente a este escenario, lo justo sería aplicarles a esas compañías un impuesto que capte esa renta injustificada.
Otro análisis específico merecen los bonos Brady, declarados ilegales por el juez Jorge Luis Ballestero, ante la famosa demanda de Alejandro Olmos. Una investigación igual habría que llevar adelante para verificar la legalidad del megacanje de junio de 2001, que según la Auditoría General de la Nación, significó un recargo de 55.281 millones de dólares en la deuda global por capital e intereses. "Hay que atacar el problema mismo y cuestionar su existencia, antes que aceptar una salida predeterminada", concluyó Calcagno.