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21 mars 2006

Las olas que produce la Armada norteamericana en Argentina

Justa polémica en Argentina por un evento científico financiado por una agencia de la Marina de los Estados Unidos

Presencia militar norteamericana en el Centro Atómico de Bariloche

 

Un encuentro científico realizado en Bariloche con financiación de la Armada de EE.UU. y presencia de un miembro del ejército produjo una fuerte discusión en la CNEA. El gerente del Centro Atómico lo consideró "muy preocupante". Las explicaciones del organizador. El organizador del encuentro es un científico que pertenece al Centro Atómico Bariloche.

Por Andrea Ferrari
Página 12
. Buenos Aires, sábado, 18 de Marzo de 2006

La carta del gerente del Centro Atómico Bariloche, José Granada, tiene un tono llamativamente duro. Fechada el 10 de marzo y dirigida a los jefes de las distintas unidades de la institución, considera "muy preocupantes" las informaciones recibidas sobre la participación de investigadores de ese centro "en una reunión patrocinada por una oficina de fuerzas armadas extranjeras". Se refiere a un encuentro científico que tuvo lugar en Bariloche entre el 5 y el 9 de marzo financiado por la Oficina de Investigación Naval de la Marina norteamericana. Meses atrás, la noticia de que investigadores argentinos recibían subsidios de esa fuerza militar -dada a conocer por este diario- dio lugar a un debate en la comunidad científica y a un pronunciamiento del Comité Nacional de Etica en la Ciencia. Ahora, este encuentro ha levantado en el seno de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) una polémica de difícil resolución.

La participación en la reunión científica realizada en el hotel Tunquelén, de Bariloche, no fue abierta, sino por invitación. El tema era "materiales multifuncionales" y el financiamiento provino principalmente de la Oficina de Investigación Naval (ONR) y en menor medida del ejército norteamericano. El comité organizador estuvo integrado por Alejandro Fainstein, del Centro Atómico Bariloche, y Sergio Ulloa, de la Universidad de Ohio, Estados Unidos. Durante la apertura del encuentro estuvo presente el brigadier general Mark Brown, encargado de investigación del ejército estadounidense.

Un día después de la finalización del evento empezó a circular por mail en el Centro Atómico Bariloche una crítica comunicación de la junta interna de ATE sobre la reunión que fue, decían, "de carácter hermético" y en la que "sólo pudieron ingresar invitados especiales, entre ellos aparentemente tres investigadores de este Centro Atómico". Agregaba que "la mayoría de los que han tomado conocimiento, han manifestado su preocupación por lo que puede ser una manera de colaborar con fuerzas navales de Estados Unidos, o con desarrollos bélicos en general. Pensamos que aunque la conferencia puede ser puramente científica, el personal del Centro Atómico no debería participar en eventos que la sociedad interprete como la colaboración con fuerzas armadas (norteamericanas)".

El mismo día, el gerente del Centro Atómico estampaba su firma sobre una nota interna donde pedía información sobre ese encuentro. Cuando en septiembre pasado trascendió a través de un pedido de informes de la diputada Lilia Puig de Stubrin que tres proyectos de investigación argentinos recibían subsidios de la fuerza naval norteamericana, fue justamente el gerente José Granada quien consideró que esos convenios no eran apropiados ni debían continuar. Ahora, en su carta recuerda ese antecedente y sostiene que "nuestra institución, la Comisión Nacional de Energía Atómica, fue creada para y trabaja desde hace más de medio siglo en el desarrollo de aplicaciones pacíficias de la energía nuclear, pero debe afrontar constantemente la visión popular que sigue asociando estas actividades con las más terribles armas de destrucción masiva".

"Así pues -sigue la nota- esta Gerencia considera muy preocupantes las informaciones que indicarían la participación de investigadores de este centro en una reunión patrocinada precisamente por una oficina de fuerzas armadas extranjeras, cuya misión es ciertamente buscar las aplicaciones científicas y tecnológicas para la mayor sofisticación de sus armas, entre las cuales se cuentan el mayor arsenal nuclear del planeta."

Al final del memo se requiere información sobre quienes hayan participado u organizado el evento. En verdad, probablemente ya lo sabía, pues no era un secreto que Alejandro Fainstein había sido uno de los organizadores.

Fainsten es un investigador de larga trayectoria, con numerosas publicaciones internacionales y premios por su trabajo. Su línea de investigación actualmente es "la manipulación de luz y sonido en la nanoescala", según su propia definición. Consultado por este diario, Fainstein sostuvo que la de Bariloche fue una reunión "de carácter puramente científico, sobre temáticas abiertas y que han sido publicadas o cuyo objetivo es hacerlo. La forma de la reunión fue por invitación, estilo simposios y esto de ninguna manera se relaciona con un carácter cerrado o clasificado de las temáticas a discutir, sino con la dinámica grupal y de discusión que se quiere conseguir". El investigador (leer màs abajo) defendió el subsidio que, entre otros, recibe su equipo por parte de la Oficina de Investigación Naval y aseguró que "no dudaría en interrumpir cualquier colaboración si percibiera que puede ser usada con fines bélicos, o que puede ser contraproducente para mi país".

Este diario intentó hablar con Granada, pero el gerente del CAB hizo saber a través del jefe de Relaciones Institucionales que aún estaba reuniendo la información pertinente sobre el encuentro y no se habían decidido los pasos a tomar.

En verdad, la discusión parece lejos de estar zanjada en el ámbito científico, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades por las que suelen atravesar los investigadores argentinos para poder financiar sus proyectos. Meses atrás, cuando el tema salió a la luz, la Secretaría de Ciencia y Ténica le pidió una evaluación al Comité Nacional de ética en la ciencia. En su pronunciamiento, ese cuerpo recomendó que que las autoridades del sector analizaran junto con la comunidad científica "la necesidad de distinguir entre las fuentes de financiamiento provenientes de organismos extranjeros y eventualmente limitar aquellas que provengan de fuerzas armadas extranjeras orientadas a la producción de armamento". La tarea aún parece estar pendiente.

"DEFINIR NUESTRA POLÍTICA"

Usted actuó como organizador en el encuentro financiado por la Oficina de Investigación Naval. ¿Cuál es su relación con esa fuerza ? -preguntó este diario a Alejandro Fainstein, del Centro Atómico Bariloche.

Mi única relación con la ONR es la de ser el investigador principal en un proyecto de investigación básica que ellos financian desde 2003 y que ha sido aprobado por las autoridades de la institución donde trabajo.

¿Por qué el encuentro no fue abierto ni publicitado ?

El carácter de la reunión fue puramente científico, sobre temáticas abiertas y que han sido publicadas o cuyo objetivo es hacerlo. La forma de la reunión fue por invitación, estilo simposio, igual que en las dos versiones anteriores, realizadas en 2002 en Chile, y en 2004 en México. Quien haga investigación sabe que los simposios por invitación no son algo inusual. Esto de ninguna manera se relaciona con un carácter cerrado o clasificado de las temáticas a discutir, sino con la dinámica grupal y de discusión que se quiere conseguir. Esta serie de simposios trata sobre los "materiales multifuncionales", una nueva perspectiva en la que se tratan de integrar en un mismo material conocimientos y funcionalidades que tienen que ver con aspectos usualmente considerados en forma separada, como el magnetismo, la electrónica y la óptica.

¿Participó algún miembro de las fuerzas armadas norteamericanas en el encuentro ?

Durante el simposio en sí no hubo presencia de nadie de las fuerzas armadas norteamericanas. Lo que sí hubo durante los primeros minutos del encuentro fue la presencia del brigadier general Mark Brown, encargado de investigación del ejército estadounidense. Esta persona vino vestida de civil y mantuvo un perfil muy bajo. La razón de su visita, a mi entender, que fue arreglada a último momento en forma muy informal, fue que el ejército vio que ONR tiene este modelo de proyectos que funcionan muy bien y quieren tratar de implementar una política similar. Entiendo que este representante del ejército estuvo visitando diferentes instituciones en diferentes lugares de Chile, la Argentina y Brasil.

Las autoridades del "Centro Atómico Bariloche" cuestionaron la participación de investigadores de la institución. También circuló un comunicado crítico de la comisión interna de ATE. ¿Cuál es su respuesta ?

El proyecto financiado por la ONR fue aprobado en 2003, con felicitaciones, por las autoridades de la institución a la que pertenezco. Por otro lado, hubo dos simposios anteriores de esta serie a la que yo y varios otros investigadores del CAB y del país hemos asistido, siempre autorizados por nuestra institución. De hecho, son innumerables las reuniones científicas internacionales financiadas parcialmente por Agencias de Defensa de Estados Unidos o de otros países. Me parece bien que existan cuestionamientos institucionales, y espero que sirva para resolver esto de una manera racional y definitiva. Con respecto al comunicado de ATE, prefiero no opinar. Creo que la sociedad, y en particular la prensa y los gremios, hacen muy bien en controlar e informar. Pero también considero que las cuestiones bajo discusión deberían analizarse en el marco de las instituciones específicas.

Meses atrás, cuando salió a la luz la existencia de proyectos de investigación que tenían financiamiento de la armada norteamericana, la gerencia del CAB se manifestó en contra. Sin embargo, evidentemente el subsidio de la ONR al equipo siguió vigente.

Entiendo que, en función de la repercusión pública de la nota de Página/12 de septiembre de 2005, y debido a que ésta podía dañar la imagen ante la sociedad de nuestra institución, la decisión de la Gerencia del CAB ha sido el no admitir en el futuro proyectos financiados por agencias de defensa extranjeras. Creo que es una decisión incorrecta, que daña los intereses y posibilidades de la ciencia y desarrollos tecnológicos de nuestro país, pero no me corresponde a mí decidir. Respecto del proyecto dela ONR, éste no ha terminado, y entiendo que la posición de la Gerencia del CAB es no solicitar su interrupción sino definir una política a futuro.

La diputada Puig presentó un pedido de informes donde se explicaban minuciosamente los métodos de selección de proyectos de investigación por parte de las autoridades de Defensa de Estados Unidos, limitadas por ley a usar los fondos sólo en aquellos vinculados de una manera u otra con un objetivo militar. ¿No plantea eso un cuestionamiento ético para aceptar esos subsidios ?

Creo que esa "explicación minuciosa" no podría ser menos adecuada para describir cómo en los hechos se hace esa selección, y quizá más que nada demuestra un desconocimiento de cómo se realiza la investigación científica y como ésta llega a posibles aplicaciones. Creo que es ingenuo distinguir entre la ONR y otras fuentes de financiamiento de Estados Unidos. La realidad es que la ONR es una de las agencias que financian prácticamente todas las áreas de la ciencia y el conocimiento en Estados Unidos. Todas estas agencias trabajan en forma conjunta, los orígenes de sus presupuestos son los mismos y todas responden a las políticas del gobierno de Estados Unidos. De excluirse una deberían excluirse todas. Creo que la opción es definir como país nuestra política de Estado, nuestros intereses, y actuar en consecuencia. En lo puntual, el eje debería ser cuál es el destino de los fondos, que tengan como producto la investigación de calidad, con estricto acuerdo a los principios éticos establecidos. Yo no dudaría en interrumpir cualquier colaboración si percibiera que puede ser usada con fines bélicos. Todos mis compromisos recaen sobre las instituciones nacionales a las que pertenezco.

PRESENCIA MILITAR

El brigadier general Mark Brown, quien estuvo presente en la apertura del encuentro en Bariloche, es el subcomandante de Integración de Sistemas en el Comando de Investigación, Desarrollo e Ingeniería del ejército norteamericano.

En mayo, con ocasión de su promoción, una gacetilla oficial del Ejército lo definía así : "Brown, un veterano con 28 años en el Ejército, es responsable por colocar rápidamente la tecnología correcta en las manos de los soldados e integrar la investigación, el desarrollo y la ingeniería a través de todo el espectro de la base tecnológica del Ejército, incluyendo laboratorios y centros de desarrollo, universidades, industria, servicios hermanos, servicios aliados y extranjeros y otras fuentes de ciencia y tecnología".

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