Accueil > Empire et Résistance > Ingérences, abus et pillages > Jueces y políticos de todo color en la cena de la masonería argentina
Fueron desde Coti Nosiglia a Vanossi y Polino. También Urso, Bonadio y Canicoba.
Por Sergio Rubín
Clarín, 8 de diciembre del 2004
Hace tiempo que la masonería vernácula quiere dejar atrás su hálito de secretismo y lealtades cerradas y abrirse a todos los sectores con un mensaje de refundación ética. La celebración de fin de año y del día del masón en un coqueto restaurante de la Costanera Norte, la noche del lunes, fue una ocasión privilegiada para avanzar en esa dirección. La presencia de políticos, jueces y empresarios le dio a la convocatoria una lectura con cierta miga política y, por qué no, una vigencia a una organización surcada durante siglos por el misterio atrapante.
Si de misterios se trata, no podía faltar la presencia del legendario dirigente radical Enrique "Coti" Nosiglia, que supo construir poder en otras épocas -y mantenerlo con el paso de los años- al calor de operaciones siempre muy discretas. Por aquello de que el radicalismo es un partido con una vertiente masónica -según decían antiguamente dirigentes de la Iglesia, recelosos del perfil anticlerical que le adjudicaban a la masonería-, otros miembros del partido de Alem dieron el presente, como el senador Mario Losada.
Tampoco faltaron radicales disidentes como el ex ministro de Justicia hoy abrazado al macrismo Jorge Vanossi. Otro que dio el presente fue el diputado socialista Héctor Polino, un habitué de estos encuentros, según el maestro de ceremonias. Varios jueces federales con causas resonantes también se anotaron : Jorge Urso, Rodolfo Canicoba Corral y Claudio Bonadio. Si del ámbito judicial se trata, también se anotó el abogado Ricardo Monner Sans. En la mesa principal se ubicó el empresario de medios Daniel Hadad, quien conversó animadamente con el Gran Maestre de la Gran Logia Argentina, Jorge Vallejos.
No fue fácil establecer quiénes eran miembros (hermanos en la jerga) y quiénes no de la masonería. Hubo numerosos brindis durante la velada, por caso, por la incipiente Unión Sudamericana que camina hacia la concreción del sueño de unidad continental de los próceres de antaño, varios de los cuales abrevaron en la masonería, según se subrayó. Algunos brindis debían hacerlo sólo los "hermanos", poniéndose de pie. Pero la muchedumbre, la escasa luz y el despiste de más de uno que, sin serlo, igual se paraba, impedían una determinación certera de su filiación.
La calidez con la que fueron recibidos los políticos -varios de ellos parecían como en su casa- no impidió que en los discursos llovieran palos hacia los dirigentes por la falta de una enérgica dedicación a la educación (pública y laica, claro). Aquí fue inevitable que, en contraposición, se exaltara la figura de un "hermano" eminente : Domingo Faustino Sarmiento. También los políticos fueron criticados por la falta de políticas de Estado en temas como salud y seguridad.
Por lo demás, el "Feliz Navidad" de Vallejos en el brindis final denotó que con la Iglesia se viven tiempos de reconciliación.