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14 de abril de 2014

Nigeria: Una tragedia cotidiana.

por Guadi Calvo *

 

Es obvio que la compleja situación de Ucrania atrae el interés de la prensa mundial, ya que el mundo ha descubierto que la Guerra Fría, ha vuelto rebosante de salud y lista para quedarse un buen tiempo. Está en manos de alguna torpeza de los fascistas de Kiev que la frontera Este del país se encienda en una guerra de proporciones desconocidas.
La maradoniana cintura del experimentado ministro de relaciones exteriores ruso Serguei Lavrov, se pondrá a prueba el próximo viernes 17 cuando en Ginebra se encuentre con su devaluado colega norteamericano John Kerry, que tendrá que rendirle cuentas no solo por las torpes amenazas de su mandante Barack Obama, sino también por la visitas programadas del vicepresidente Joe Biden y el jefe de la CIA John Brennan a Kiev.

El mundo seguirá con preocupación las negociaciones diplomáticas que por muchas cuestiones, fundamentalmente económicas, no apelaran otros medios como lo advierte el buen Von Clausewitz.

Mientras en los salones europeos la puja continuara delicadamente y sin hacer caso a fantoches como el secretario de la OTAN Anders Fogh Rasmussen, que habla como si tuviera algo que decir y alguien lo escuchara, el mundo, los pueblos pobres del mundo, se desangran sin que a nadie le importe demasiado.

En julio del año pasado no hemos ocupado de la situación en Nigeria y la larvada guerra que el grupo de adscripción al-qaedeana Boko Haram, (La educación occidental es pecado en haunsa, una de las quinientas lenguas que se hablan en Nigeria) desarrolla contra el gobierno federal.
(http://hamartia.com.ar/2013/07/12/%C2%BFcomo-se-dice-al-qaeda-en-nigeriano/).

Desde su cuartel general, Boko Haram, llamado muy simbólicamente “Afganistán”, viene desarrollado una guerra de guerrilla contra el gobierno federal atacando puestos policiales y fuerzas de seguridad, y poblaciones católicas, con la intención de establecer un estado islámico en el país africano. Su metodología se reduce a provocar atentados resonantes contra la población, desaparecer un tiempo para volver a atacar del mismo modo, se estima que desde su aparición ya son cerca de seis mil sus víctimas, solo mil quinientos en lo que va del año según Amnistía Internacional (AI).

Sus actividades se localizan en el norte y en la franja central del país de mayoría musulmana, a diferencia del sur, mayormente cristiana y económicamente más dinámica. Por ejemplo su virulenta irrupción durante los días 13, 14 y 15 de febrero ha dejado un centenar de muertos. En el estado de Borno, en el noreste del país, las localidades de Baga, en la frontera con el Chad (país musulmán), el viernes 13, fueron asesinadas 10 personas y en Izge, en la mañana del domingo fueron ejecutadas otras 90 personas. Un grupo de yihadista de unos cien integrantes tomó el poblado de Izge, durante cinco horas y tras ejecutar a los hombres que tenían prisioneros, se lanzaron al saqueo de casas, asesinado a quienes se encontraban en su interior. Los hombres del ejército, habían sido retirados de la zona, días antes tras la muerte de nueve soldados en una emboscada.

A comienzos de abril otro ataque del Boko Haram había dejado casi ochenta muertos en la región noroccidental contra los participantes de una reunión de dirigentes de la comunidad y con líderes de las autodefensas, armadas para resistir los ataques de la organización yihadista y de los ladrones de ganado.

Algunas guerras menores

Lo que parecería inscribirse en el marco de una contraofensiva, la organización religiosa musulmana nigeriana Jama’atu Nasril Islam (JNI) ha acusado al Ejército de exterminar a la población musulmana, como excusa de la guerra contra el Boko Haram. La JNI declaró que la población musulmana es una “especie en extinción” en los estados norteños de Adamawa, Borno y Yobe, justamente la zona de influencia la banda islamita.

El pasado viernes cuatro de abril, veintitrés pastores de la etnia fulani, pastores de confesión islámica, semi nómade del estado de Nasarawa, en el centro del país, fueron masacrados por hombres del ejército nigeriano, cuando se reunían para un funeral. Según la JNI, este no sería el primer caso de asesinatos masivos de musulmanes a manos del ejército, bajo la excusa de lucha contra el terrorismo.

Como para agregar más confusión a la violencia generalizado en todo el país subyacen guerras menores como por ejemplo la de las bandas de ladrones de ganado y los grupos de autodefensa, conformado por pastores hausa y fulani. Al tiempo que en otras regiones del país se enfrentan los pastores fulani con agricultores hausa, en disputas territoriales que en una década ya lleva varios cientos de muertos. El mes pasado, entre la noche de 11 y 12 unas 100 personas murieron en el estado de Kaduna, cuando asaltantes armados con pistolas y machetes atacaron aldeas campesinas.

Este lunes 14 de abril cerca de ochenta personas murieron y 124 resultaron heridas en un ataque con explosivos en una de las más importantes terminales de ómnibus de Abuya, la capital del país, el Presidente Goodluck Jonathan, no tardó en acusar del atentado a el grupo pro al-Qaeda Boko Haram.

El atentado podría ser en venganza por la ejecución de una veintena de militantes islamitas en un intento de fuga de una cárcel secreta a fines de marzo.

Nigeria es el mayor productor de petróleo de África, pero más de la mitad de sus ciento setenta millones de habitantes vive con menos de dos dólares por día, quizás esto explique tanta muerte nigeriana y tanto silencio occidental.

Guadi Calvo para Hamartia

Hamartia, Buenos Aires, 14 abril de 2014

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