Accueil > Empire et Résistance > Bataille pour l’information > La Guerra de Clarín y La Nación :La « inseguridad », esa bolsa en la que (…)
La presentación del caso como una muestra más del flagelo de la « delincuencia » (cuando todo hace pensar que se trata de un episodio de entrega) ayuda a entender mejor los criterios según los cuales se estructura la percepción social del problema.
El sábado pasado Clarín difundió una encuesta realizada por Latinbarómetro según la cual nada menos que el 35% de los argentinos opina que « la delincuencia » o « la seguridad pública » figuran entre los principales problemas del país, lo que nos posiciona en el quinto lugar de Latinoamérica en este ítem. Se trata de una lista encabezada por Venezuela, donde el 64% de los encuestados ubicaron a la inseguridad como su máxima preocupación. En la Argentina, además, el 75% de los entrevistados (3 de cada 4) apuntó que considera que « vivir en el país es cada día más inseguro », una cifra sólo superada por Guatemala. Claro que estos datos podrían explicarse por una multiplicidad de factores, aunque tampoco puede ser ajena a la discusión la amplia cobertura mediática que, especialmente en el caso de la televisión, suelen obtener las noticias policiales.
Ayer, por ejemplo, todos los diarios sin excepción otorgaron espacios relativamente importantes al robo que sufrió en su casa la conductora televisiva Mirtha Legrand. Nadie duda de que el hecho constituye en sí una noticia, aunque su presentación como un nuevo caso de « inseguridad », así como las suspicacias que despertó el tema, ameritan cuando menos un par de apostillas.
Clarín publicó la historia en tapa, donde comenzó explicando que es la tercera vez desde 1997 que la conductora es víctima de robos, para añadir luego en la bajada que « tres hombres armados dominaron al conserje del edificio y subieron a su departamento. ‘Se llevaron muchísimo’,dijo la estrella, que mantiene una fuerte polémica con el Gobierno por la inseguridad ». Finalmente, en un pequeño recuadro con la foto de Mirtha, el diario citó su frase : « Que investiguen bien. No fue un robo cualquiera. No eran rateritos », una declaración que revela más por lo no dicho que por lo explícito : ¿qué quiere decir, para empezar, que no fue un robo « cualquiera » ? ¿Qué tipo de hipótesis promueve esa afirmación ? ¿Existe, por otro lado, algún argumento sólido para sostenerla ?
La Nación también incluyó el tema en portada bajo la volanta « inseguridad », aunque en páginas interiores sólo le dedicó un espacio menor. Página/12 otorgó a la noticia una página casi completa, pero variando radicalmente el foco, ya que habló de « un caso de inseguridad privada ». « Para los investigadores policiales –explicó la nota– la información precisa del lugar, de su ausencia prolongada y la posesión de las llaves apunta la lupa hacia algún entregador cercano. » « Mal que le pese a Mirtha, es un problema de inseguridad privada en su entorno. El desorden en el interior del departamento lo generaron en lugares puntuales y no forzaron nada », agregó.
También Tiempo Argentino tomó esta línea al citar a uno de los comisarios presentes en las pericias, quien señaló que « este fue un hecho que nada tiene que ver con la llamada ‘inseguridad’ o con los dichos de la señora en su programa de televisión. Es un episodio típico de entrega ». Vale la pena, una vez más, poner la lupa entonces sobre la mentada « sensación de inseguridad », esa categoría subjetiva y variable que así y todo, e independientemente de su distancia con los datos duros aún es capaz de definir políticas, voltear funcionarios y hasta hundir o levantar candidatos.
Tiempo Argentino . Buenos Aires, el 7 de Diciembre de 2010