Accueil > Réflexions et travaux > Izquierda, ni anticapitalista, ni antiimperialista, no es Izquierda
Una recién comprada alfombra roja fue extendida en el suelo para que Hillary Clinton ingrese por ella al Palacio de Carondelet. Allí, con una enorme sonrisa y una mirada brillante esperaba Rafael Correa para, con un fuerte y cariñoso abrazo, dar la bienvenida a la representante del gobierno norteamericano que tiene tropas de ocupación en Afganistán e Irak y fue cómplice del ataque a Angostura en nuestra amazonía. Ricardo Patiño y Kintto Lucas poco antes le mostraron la misma efusividad, que luego quedaría refrendada con la declaración de huésped ilustre otorgada por el alcalde Augusto Barrera. ¡Qué indignación !
Pero es poco todavía. Como quien hace méritos ante sus superiores, el Presidente Correa aprovechó la ocasión para hacer claras definiciones de orden ideológico y político de su gobierno y del movimiento PAIS. « La nueva izquierda a la que represento –dijo- no es antinada, no es anticapitalista, antinorteamericana, antiimperialista ». Recordé en ese momento las palabras de Lucio Gutiérrez cuando se declaró el mejor aliado de los Estados Unidos.
Una izquierda que no es anticapitalista y antiimperialista no es izquierda, puede ser cualquier otra cosa : socialdemocracia, reformismo, populismo, desarrollismo, keynesianismo pero no izquierda. Si no se lucha en contra del capitalismo y del imperialismo se ayuda a su sostenimiento y reproducción, por más verborrea que hable de redimir a los pobres, a los excluidos e inclusive de comandar una revolución.
Las declaraciones de Rafael Correa dan razón a las críticas que la verdadera izquierda realiza al contenido de la denominada « revolución ciudadana ». Por el lado que se lo mire, el proyecto político que está en curso es funcional al sistema imperante. Las leyes aprobadas y los proyectos que el gobierno tiene en carpeta se encuentran en esa línea. Hace pocos días, con la bullanga que le caracteriza, el gobierno anunció el inicio de la « revolución agraria » que de tal solo tiene la etiqueta y gira en su totalidad en la formación de las denominadas Escuelas de la Revolución Agraria, cuyo propósito es capacitar a los agro productores. « Tenemos que aprender las nuevas tecnologías para tener mayor eficiencia » dijo Correa al inaugurar las ERA’s, con lo que, igualmente, marca los alcances de tan « revolucionaria » medida. Pero, ¿Qué ocurre con la tenencia de la tierra ? ¿Continuará intocada su concentración en pocas manos ? ¿Es eso revolución ? ¿Así como revolución educativa es implantar una evaluación punitiva a los maestros o anular la autonomía universitaria ? ¿Es una medida revolucionaria abrir las puertas al capital chino para la explotación de nuestros recursos naturales ? ¡Esa es la revolución ciudadana de la « nueva izquierda » dirigida por Rafael Correa !
Correa se distancia cada vez más del proyecto de cambio por el que votó el pueblo. Hace pocas semanas llamó a los « sectores productivos » (léase empresarios) a trabajar juntos por el desarrollo del país ; hoy se abraza con una representante del imperialismo. ¡Qué distinto cuando increpó a Uribe tras el ataque a Angostura ! Cuánto ha cambiado Correa ; ahora lanza fuegos en contra de las organizaciones populares, ordena cadenas de televisión que fomentan el racismo y el odio a los indígenas, envilece la actividad de los dirigentes sindicales, estudiantiles, del magisterio, acusa de terroristas a quienes sí quieren el cambio.
Bien para la izquierda que Correa marque distancias ideológicas y políticas, pues, la confusión aún es grande y el daño al movimiento popular similar.
Opción. Ecuador, Junio 2010