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Trabajadores de fábricas recuperadas establecen acuerdos de cooperación y proponen otro modo de integración regional.
Por Pablo Waisberg.
Noticias Aliadas. 1° de diciembre de 2005
Acuerdos de cooperación económica, de formación, de complementariedad y asistencia, así como el intercambio de experiencias y la demostración empírica de que en la región se aplicaron políticas destinadas a destruir los aparatos productivos y a vaciar de capital a la industria local, fueron algunos de los resultados y conclusiones del "Primer Encuentro Latinoamericano de Empresas Recuperadas" que se realizó en Caracas, Venezuela, del 27 al 29 de octubre.
Más de 600 trabajadores de 263 empresas de Argentina, Brasil, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela analizaron sus experiencias e hicieron negocios para beneficio mutuo.
Como parte del encuentro, se realizaron mesas de debate con sindicatos y representantes de los gobiernos de esos países, que ofrecen una apoyo dispar a estas empresas.
"Ante el destino de ser desocupados estructurales recuperamos nuestras fábricas", subrayó Eduardo Murúa, dirigente del Movimiento de Empresas Recuperadas (MNER) de Argentina. "Ahora estamos discutiendo otra forma de integración y no es casualidad que los gobiernos, salvo honrosas excepciones, hayan ignorado este encuentro".
La delegación argentina fue la más numerosa : 300 trabajadores de 141 empresas. Fue en ese país donde las políticas neoliberales se aplicaron con mayor rigurosidad y donde la crisis golpeó con mayor dureza.
Trabajadores reclaman expropiación
Pese a que en Argentina existen unos 10,000 trabajadores integrantes de empresas recuperadas por los empleados, buena parte de ellos reclaman la creación de leyes de expropiación. Según la legislación vigente, cuando una empresa quiebra el juez debe avanzar en la liquidación de los bienes. El producto de esa venta va a parar en primer término a los bancos acreedores y en último término a los trabajadores y al Estado. Por eso los trabajadores argentinos piden que se inviertan las prioridades y que se dicte una norma para expropiar las unidades productivas ociosas y entregárselas a sus empleados.
En Brasil los trabajadores reclaman la estatización de las fábricas y no son tomados en cuenta por la administración central. "Nosotros pedimos la estatización porque las deudas de los empresarios son en un 80% con el Estado y en un 10% con los trabajadores. Hacerlo no le costaría un solo peso al Estado, pero la decisión es política e ideológica porque tiene que ver con la protección de la propiedad privada", señaló Serge Goulart, de CIPLA (productora de plásticos), dirigente del movimiento de fábricas bajo control obrero.
En el Perú los trabajadores no pudieron conformar cooperativas "porque el gobierno las ataca constantemente y la decisión fue hacer sociedades anónimas", explicó Luis, un trabajador de la textil limeña Tutex (ex Duotex). Allí enfrentan problemas similares al resto de las fábricas recuperadas de la región : necesitan capital para realizar la reconversión tecnológica y, en general, no existen créditos para este tipo de empresas.
En Venezuela, el gobierno respalda la recuperación de empresas que fueron abandonadas por su dueños. Estatiza las plantas y las entrega en gestión a los trabajadores organizados, quienes también están apoyados por la Unión Nacional de Trabajadores.
El encuentro fue marco de la suscripción de acuerdos comerciales entre empresas recuperadas y entre países.
Venezuela, por ejemplo, firmó 75 acuerdos -29 en la modalidad de cartas de intención y 46 como cartas de compromiso- en las áreas de turismo, confección de prendas de vestir, calzado, alimentos, plástico, transporte, madera, papel y cartón.
Uruguay -cuyo gobierno dio un importante respaldo al movimiento de empresas recuperadas- fue el país que logró convenios más relevantes : firmó con Venezuela un acuerdo por el cual Funsa, fabricante de neumáticos, y la curtiembre Vicental (ex Midober’s) recibirán los primeros US$5 millones del fondo creado por el presidente Hugo Chávez para asistir a las empresas recuperadas de la región. Así las fábricas uruguayas podrán adquirir materias primas y como contrapartida capacitarán a los venezolanos y los ayudarán a instalar plantas hermanas.
"Queremos una verdadera red de empresas recuperadas a la que yo llamaría Empresur, Empresas Recuperadas del Sur", dijo Chávez al inaugurar el Encuentro y anunciar su próxima creación.
Apoyo sindical
Los representantes sindicales se comprometieron a cobijar a todos los trabajadores -cualquiera sea su condición- y a fomentar el desarrollo de empresas de recuperadas por los trabajadores, cualquiera sea su forma legal. Actualmente, en la mayoría de los países los sindicatos sólo respaldan a "los trabajadores bajo relación de dependencia", de modo que para estar protegidos por los gremios deben trabajar para un patrón y no pueden administrar o gestionar los propios medios de producción..
El encuentro concluyó con el documento titulado "Compromiso de Caracas. En la ruta de la integración latinoamericana", que impulsa el mantenimiento de los "activos productivos o la reapertura y reactivación de empresas bajo el protagonismo del Estado y la dirección de los trabajadores" como forma de "garantizar condiciones de seguridad para disfrutar de una vida digna".
"Ellos cierran las fábricas, nosotros las abrimos. Ellos roban las tierras, nosotros las ocupamos. Ellos hacen guerras y destrozan las naciones, nosotros defendemos la paz y la integración soberana de los pueblos. Ellos dividen, nosotros unimos", dijo Edith, trabajadora de la cooperativa argentina Cefomar (gráfica) durante el acto de cierre del primer Encuentro, que se repetirá en julio de 2006, también en Venezuela.