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La retaguardia
Por C. M. Duré
SICLA , 22 de Marzo de 2003
La prensa boliviana avisa que Illanes - "el ministro del gas"- renunció el miércoles pasado. Y, seguido, que el puesto de Patillos en Chile, es el elegido para embarcar gas a Estados Unidos.
Dos días antes, el lunes 17 de marzo, se había informado que un sector del ejercito boliviano se oponía a la decisión del gobierno de Sánchez de Lozada de embarcar el gas en territorio chileno.
De lo que se deduce que la renuncia de Illanes se debería a su alineamiento con la posición del ejército, lo que provocó un choque con el presidente Sánchez de Lozada cuando este laudó finalmente por el puerto de Patillos persuadido por el informe de la norteamericana Global Energy (puerto de Ilo en Perú : costo : 930 millones de dólares ; puerto de Patillos en Chile : 610 millones millones de dólares).
Fernando Illanes había objetado ese informe aduciendo que la alternativa del puerto peruano no había sido estudiada con la misma profundidad del chileno, por lo que iba a solicitar precisiones. El ministro condicionó la elección del puerto al acuerdo definitivo de compra-venta de gas entre Pacific Ling y la distribuidora Sempra.
La crítica decisión se produjo en el momento de iniciarse los ataques norteamericanos contra Irak, de manera que es lícito interpretar esta maniobra como una apresurada acción en la retaguardia de los Estados Unidos.
En octubre del 2002, en el final de la campaña electoral, el entonces candidato Sánchez de Lozada, había anticipado sin basarse en ninguna consultoría, que el gas boliviano se embarcaría en un puerto chileno.
La información en aquella oportunidad mencionaba el puerto de Iquique cuyo lobby fue resistido por manifestaciones populares que repudiaban esa perspectiva tanto como a la propia candidatura de Sánchez de Lozada.
Las manifestaciones antigubernamentales de enero dejaron a Sánchez de Lozada al borde del abismo, sin autoridad y sin decisión política. A tal punto que el propio ejército -que causara la trágica represión de enero, en franca subordinación al gobierno y a la embajada de los Estados Unidos - se enfrentó al presidente sumándose a la posición popular en el tema estratégico del gas. Solo la ingerencia directa de los Estados Unidos podía resucitar a un Sánchez de Lozada aislado para decidirse por el puerto chileno.
Como lo señalara esta agencia el año pasado, la decisión norteamericana de proveerse de gas boliviano en un puerto chileno se debe a que Chile es el aliado preferencial de los Estados Unidos. La potencia considera que la planta de licuación de gas, el puerto mismo y los barcos sólo pueden ser custodiados en prevención de sabotajes por el ejército de Augusto Pinochet. Por otro lado, también es una forma de revitalizar un poco a Chile que junto con Colombia son los países más encuadrados en la estrategia norteamericana en la región donde predomina el MERCOSUR (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), donde la propia Confederación Andina de Naciones presenta a 3 de sus miembros -Venezuela, Perú y Bolivia- en franca convergencia con el MERCOSUR (los otros dos son Colombia y Ecuador).
En la cuestión del gas boliviano se advierte la estrecha alianza de los Estados Unidos con España en un marco mas amplio que el de la guerra en Irak. La empresa Repsol YPF es la que invierte 6000 millones de dólares en la obra que garantizará el gas, y en consecuencia a la electricidad, de toda la costa oeste norteamericana. Repsol ya embarca gas con ese destino. Se trata de gas argentino de yacimientos patagónicos. No obstante embarcarse en puertos chilenos, ese gas se licua en plantas argentinas, de manera que, a los ojos del Pentágono, se ve muy expuesto a la portentosa variabilidad política de ese miembro del MERCOSUR. Algo parecido a la vulnerabilidad del gas que los Estados Unidos importa de Venezuela, cuyo presidente, Hugo Chávez, antes del golpe de estado que intentó derrocarlo el 11 de abril del 2002, se había entrevistado con Sadam Hussein en procura de un alza de los precios de los hidrocarburos.
Como se puede apreciar, la ofensiva norteamericana en Irak fue acompañada por otras operaciones de retaguardia. Eventualmente, cualquier frustración de su estrategia en esta, alentará a los Estados Unidos a convertirla en un frente de intervención.
La instalación de bases navales en la isla de Manta, Ecuador, y la de Margarita, Venezuela, no excluyen las tácticas preventivas más políticas, como la defenestración de un ministro de energía, pero no han sido instaladas sólo para impresionar.