Accueil > Les Cousins > Paraguay > En Paraguay la gente quiere saber
Los grandes medios de información en Paraguay, obedientes a la línea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), son la principal fuerza de oposición al proceso de cambios para el que, hace dos años, fue elegido Presidente Fernando Lugo, cuyo Gobierno es, a su vez, el mayor abrevadero de la incomunicación con el pueblo.
Las primeras planas de los cotidianos y de las radios y televisión comerciales, priorizan a diario y a mansalva, los temas de escándalos íntimos y corrupción por malversación, prebendarismo o desfalcos, vinculados con el Ejecutivo, como jamás se ocuparon con las anteriores administraciones.
Se habla, exagerando, de roces diplomáticos con Estados Unidos y, por efectos de su implantación militar, también con Colombia, pero la escasa aclaración oficial precisa, alimenta los rumores.
Un tema, muy explotado estos días por la contra mediática, es la postura del Ministro de Defensa, Bareiro Spaini, quien se declaró enemigo de toda ingerencia de expertos extranjeros que lesione la soberanía nacional, prohibiendo unas charlas antiguerrillas que estaba recibiendo un grupo de oficiales y suboficiales, en la Comandancia en Jefe, dictadas por un insolente Agregado Militar de Colombia en Asunción.
Entre los absurdos de las relaciones internacionales, destaca el de los mitos, como el de Chile desarrollado, o el de Colombia democrática y con éxitos militares, siendo una tiranía maquillada de legal y el país que más fracasos registra contra la insurrección popular armada.
Tremenda desfachatez la de salir a dar lecciones antiinsurgencia por el mundo, cuando hace medio siglo que no pueden derrotar a las FARC, pese a toda la ayuda contrarrevolucionaria de Estados Unidos e Israel.
Bareiro, cuya decisión es saludada por la izquierda, aunque le acarrearía su inminente destitución, según la prensa, reaccionó igualmente con firmeza contra la presencia en el país de una misión militar colombiana-estadounidense de combate al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), muy presente en la prensa pero desconocido por el pueblo.
Bajo el rótulo antiterrorista, ese manto que utiliza el Pentágono en su mañosa lucha ideológica y estrategia anexionista, que le ha permitido instalar cerca de 900 bases de guerra en todo el mundo, uno de los objetivos del Gobierno de Obama para la zona, es el de establecer un puente de operaciones a partir del territorio paraguayo.
Con el pretexto de que la numerosa población comerciante, de origen árabe, establecida desde décadas en Ciudad del Este, triángulo fronterizo con Argentina y Brasil, financiaría a grupos terroristas en Medio Oriente, el Pentágono busca controlar la zona, regada por el codiciado Acuífero Guaraní y, atravesando el Chaco, llegar rápidamente a Bolivia y Venezuela, sus dos blancos preferidos en la región.
“En pleno ejercicio de respeto y acatamiento a los innegables principios de soberanía nacional (el Ministerio) reitera que no ha tenido, no tiene, ni tendrá, cualquiera que fuese la denominación o calificación, asesores ni expertos extranjeros que pretendan dictar normas a seguir en circunstancias especiales”, precisó el Ministro Bareiro Spaini.
Su clara oposición afecta, además, y por ello la derecha reclama su reemplazo, a la asistencia militar colombiana-usa que implantó el Ministro del Interior Rafael Filizzola para combatir al EPP, tema que el empresariado informador manipula, influyendo entre un pueblo que carece de una versión confiable del Gobierno.
El Viceministro de Emergencia Nacional, Camilo Soares, agraciado con mucha difusión tramposa de los enemigos del proceso de cambios, que ensalzan su discurso de izquierdista radical, paralelamente es acusado de corrupción por esa misma prensa, tras abrirse una investigación fiscal por sospechas de malversación de fondos en su cartera.
En lugar de informar a la población de inmediato, con claridad, el gobierno prefiere contraatacar hablando de planes de conspiración, que existen, sin dudas, pero habría que ver cómo y dónde se originan. El plan desestabilizador aprovecha la pobreza informativa y la falta de transparencia del accionar de todo el componente gubernista.
Lugo, quien prometió el 15 de agosto del 2008, al asumir el mando, que renunciaba a su salario para entregarlo a obras sociales, entre las que priorizaba a los indígenas y a los niños pobres, quienes tendrían entrada libre a la casa presidencial, como a un jardín de diversión, es acusado por su incumplimiento, pero la gente continúa ignorando la razón o motivación que lo condujo a esa retracción. Los escándalos por paternidad continúan.
Todo indica que en filas del Ejecutivo no hay confianza en la capacidad de la gente de comprender dónde está la verdad y dónde la mentira, dejando libertad a los enemigos para que formen opinión pública y conciencia a favor del sistema capitalista.
Por elemental sentido común, la gente partidaria del cambio, por más lento y frágil que sea, no puede entender cómo Lugo, sin la más mínima explicación pública, mantiene en funciones estatales a personajes de comprobada inmoralidad, que se han enriquecido en la corrupción y la impunidad durante los años del absolutismo colorado.
Tampoco entiende el pueblo que el gobierno “del cambio”, continúe representado en el extranjero por un buen número de funcionarios de la Cancillería formados en el estronismo, mezcla de ineptos, saboteadores, contrabandistas, con diplomas comprados o regalados, sobre los cuales, casualmente, nada dice la prensa enemiga.
Por el momento, el luguismo no tiene respuesta a la avalancha ensoberbecida de la prensa patronal, convertida en el primer Partido de la oposición, sustituyendo al Partido Colorado, corroído por sus hábitos ilícitos y desmembrado por falta de ideas y generosidad patriótica de sus dirigentes.
El Liberal, cogobernante, está cerca de Lugo cuando le conviene. Hay un ala de apoyo decidido al proceso de cambios, pero hay otra que impulsa un juicio político para sustituir al mandatario por el Vicepresidente Federico Franco, abanderado de la derecha más conservadora, con mucha apoyatura en la prensa venal, de cuatro diarios, seis emisoras y cuatro canales de televisión, sin contrincante en la cancha informativa.
Hasta ahora, los pocos emprendimientos del gobierno, para resolver su vacío de política comunicacional, constituyen una especie de antídoto que usa el arsénico contra el cianuro. Por suerte para el país, la gente sabe que la oposición es aún peor.
Cuando un gobierno carece de transparencia, cuando desdeña informar de sus actividades a la población, cuando sus responsables por áreas se mueven en secreto, como si no tuvieran que rendir balances de su función a nadie, en todo país se instala un clima social insano, el pueblo se siente marginado, innecesario, desmotivado, y sus enemigos políticos y mediáticos, aprovechan para sembrar toda clase de cizañas.
En Paraguay está ocurriendo eso. A nivel del Ejecutivo, en el caso de que existiera interés por informar honestamente a la gente, parece predominar la idea de que sus comunicados formales, generalmente con muchas fotos de sus primeros actores, son suficiente, aunque el contenido no rinda cuentas del contenido de sus actividades, con el respeto y rigor que la cosa pública merita.
La desatención a la población, en ese y otros puntos, es grotesca a nivel parlamentario, donde senadores y diputados cultivan un estilo exclusivista, con rarísimas excepciones que no elimina complicidad, acerca del derecho del pueblo a conocer detalladamente en qué utilizan el tiempo para lo que generosamente los remunera.
Claro, es feo golpearse los dientes con una piedra. Si no fuera así, tendrían que explicarle a la gente porqué se sumaron nuevas cuotas de combustible y viáticos a los cuatro a cinco mil dólares que reciben por mes, sin sumar las comisiones y otras prebendas, que duplican haberes. La excepción es minúscula.
Frente a esos abusos, están los 250 dólares del salario mínimo, que cobra una ínfima minoría de trabajadores, y los 800 mil jóvenes sin trabajo, en la franja de 18 a 29 años, y el 40 por ciento de los seis millones de habitantes sumidos en la pobreza y la mitad de ella en la inanición. El parlamento corea contra la inseguridad que reina en el país, pero sus acartonados integrantes ignoran que su conducta ostentosa la está fabricando.
Los escasos proyectos de ley presentados en cada ejercicio, duermen en los cajones o en las memorias de las computadoras, algunas utilizadas en sala para mirar pornografía. Hay parlamentarios que terminan su quinquenio sin que su nombre jamás aparezca mencionado en alguna actividad, brillando por su autismo, del que se recuperan sólo en el momento de retirar los cheques o vociferar para ser excluidos del pago del IVA y del Impuesto a la Renta Personal, recién inaugurado.
El Poder Judicial es el colmo de la impudicia y del desprecio. Un bunker en el que se protege una cofradía aristocrática, intocable, dotada de poderes celestiales que le impide el contacto con la gente común, al punto que no puede enterarse de que hay cantidad de presos sin condena en las abarrotadas cárceles del país, y que la imputación es la regla más practicada por los fiscales para meter en prisión infinitus a cualquier sospechoso.
Si no tiene mucho dinero, el que cae preso puede olvidarse de la luz del sol por años. Las necesidades básicas de una población, enjaulada como animales, no son atendidas. Los reclusorios, para 800, desabrigan a tres mil, y enfermedades como la tuberculosis y el sida, campean. Ninguna defensa comienza sin dinero y para que no sienta hambre el bolsillo del abogado hay que alimentarlo constantemente.
A varios presos, casualmente todos de origen humilde y mayoría purgando delitos menores, se les ha comunicado que estaban libres cuando ya habían pasado años de cumplida su condena, mientras continúa la impunidad para los delincuentes grandes.
Esa criminal omisión se conoce sólo gracias a la transmisión boca a oreja, por el relato de familiares o por la acción de algún sabueso, voluntario o no, dado que la profesión de informante o delator, la del “piragué” estronista, de triste recordación, está relanzada con dinero por el Ministro del Interior Rafael Filizzola, quien celebra esa indecencia porque le ha permitido meter en la cárcel a dos jóvenes sospechados de conspiración.
Argenpress . Paraguay, 8 de marzo de 2010.