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Un alerta del líder izquierdista boliviano Evo Morales contra un golpe de Estado propiciado por Estados Unidos, coincidió hoy con denuncias militares contra la vigencia de altos mandos afines al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Por Argenpress.info
15 de diciembre del 2003
Morales reiteró su denuncia de que Washington y el ex gobernante cobijado en el país del norte alistan un golpe de Estado, mientras la prensa divulgó un pronunciamiento de militares anónimos, con duras críticas a la cúpula castrense designada el mes pasado por el presidente Carlos Mesa.
En declaraciones en un congreso de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), Morales exhortó al pueblo a prepararse para enfrentar y derrotar un golpe preparado por Estados Unidos y el ex Presidente, obligado a renunciar por una vasta protesta ciudadana en octubre pasado.
Dijo que Washington apela a la carta golpista, como tantas veces en la historia, debido a que la democracia representativa ya no le sirve, por el ascenso de fuerzas populares como el MAS y por la debacle de su principal instrumento, Sánchez de Lozada.
Según Morales, el partido del ex gobernante, Movimiento Nacionalista Revolucionario, ha estado ligado a todos los golpes militares en las últimas cuatro décadas y, derrotado y aislado, está dispuesto a volver a las andadas golpistas.
Insistió en que el objetivo del cuartelazo denunciado es descabezar al MAS y a las organizaciones sociales, con el asesinato de sus dirigentes -a los que llamó a tomar recaudos de seguridad-, como ocurrió con el golpe de 1980, cuando fue eliminado el líder socialista Marcelo Quiroga.
Entretanto, los medios de comunicación divulgaron un comunicado atribuido a oficiales de las Fuerzas Armadas, que denuncia que la institucionalidad militar está en peligro por medidas tomadas por el alto mando castrense, de línea afín a Sánchez de Lozada.
El pronunciamiento señala que la designación por el presidente Mesa del almirante Luis Aranda como nuevo jefe de las Fuerzas Armadas, fue un error porque el nuevo titular, ex comandante de la Fuerza Naval bajo régimen anterior, impedirá una apropiada investigación de la represión militar contra las protestas de octubre, con un saldo oficial de 59 víctimas.
Agrega que los ex jefes de Estado Mayor ejecutores de la sangrienta represión de octubre ocupan altos cargos en la nueva cúpula castrense, pese a no reunir los requisitos profesionales establecidos por las normas militares.
El nombramiento de Arandia fue elogiado por preservar la continuidad institucional, por su antecesor y decidido defensor del gobierno de Sánchez de Lozada, general Roberto Claros.
Claros coincidió por otra parte con el ministro de Defensa de la nueva administración, Gonzalo Arredondo, en exculpar a las Fuerzas Armadas de las muertes de octubre y cargar toda la responsabilidad al gobierno de entonces.
Arredondo y los pasados y nuevos mandos coinciden también en que eventuales procesos contra jefes castrenses deben ventilarse en tribunales militares, que propician la impunidad según organizaciones de derechos humanos que demandan se haga cargo la justicia común.