Accueil > Les Cousins > Bolivie > El libre comercio es letal para la agricultura campesina boliviana.
Es un suicidio que la economía campesina de Bolivia compita con la producción extranjera, cuando su productividad es 500 veces más baja que la de países desarrollados, advierte el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado
Por Econoticiasbolivia.com
La Paz, 27 de agosto 2003
El DS 21060 y el libre comercio, vigentes en Bolivia desde el 29 de agosto de 1985, fueron nefastos para la economía campesina y los pequeños agricultores, revela una evaluación del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA).
En los 18 años de neoliberalismo, los pequeños productores agrícolas del país fueron víctimas de una salvaje competencia externa, que los está liquidando aceleradamente, advirtió la economista del CIPCA, Nele Marien.
"Los pequeños productores campesinos e indígenas bolivianos tienen que competir en el mercado nacional con los productores de los países vecinos y aún con los países del norte. Los productores extranjeros, al tener una productividad mucho más alta, tienen la posibilidad de vender en el mercado nacional a precios muy reducidos, lo que ha significado que los campesinos e indígenas bolivianos pierdan mercados e ingresos".
Antes del DS 21060, la producción nacional era protegida contra la invasión de los productos extranjeros, mediante aranceles altos, cuotas y apoyo del gobierno a la producción nacional y compras estatales de productos campesinos. Pero, desde 1985 todo esto dejó de existir, y la política de apertura comercial irrestricta ocasionó la rebaja de los precios de los productos agrícolas de origen nacional, explicó Marien.
Según la evaluación del CIPCA, la rebaja de precios benefició inicialmente a la población urbana que, afectada por la crisis y el desempleo, tenía necesidad de alimentos baratos. Pero, después, al disminuir los ingresos en el área rural, los campesinos e indígenas ya no encontraron los medios de subsistencia necesarios en el campo, por lo que migraron a la ciudad y aumentaron de nuevo el desempleo urbano. "Este círculo vicioso continúa y se agrava peligrosamente".
Según la filosofía del 21060, la competencia internacional debería provocar un aumento de la competitividad de los productores. Sin embargo, ante la ausencia de apoyo gubernamental para los pequeños productores locales, la brecha productiva se amplió en contra de los bolivianos, ya que los agricultores de los países desarrollados, e incluso de los vecinos, recibieron fuertes incentivos de sus gobiernos.
"Por eso se ha llegado a una situación extrema : actualmente la diferencia entre la productividad de la agricultura boliviana y la de los países del primer mundo es de 1 a 500. Un siglo atrás la diferencia era de 1 al 20", señala la investigación.
"Esto significa que entrar en la carrera del aumento de la productividad, en estas condiciones, es una carrera perdida de antemano. Sin embargo esa es la carrera a la que apuesta el 21060 y todas las políticas neoliberales posteriores, por lo que el resultado previsible es la ruina de los campesinos y pequeños productores del agro boliviano".