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26 janvier 2004

Deficit comercial record : Estados Unidos amenaza a la economia mundial.

 

Por Mario Esquivel
Argenpress.com, 20 de enero del 2004

Las astronómicas cifras "en rojo vivo" de Estados Unidos, concentradas en los desbalances presupuestario y comercial, se perfilan como una seria amenaza a la estabilidad de la economía internacional en sus esfuerzos por avanzar hacia la recuperación.

Paradójicamente, la mayor potencia comercial y financiera del orbe es a la vez el principal peligro en la actualidad para la economía mundial dada su enorme influencia en los mercados de valores y cambiarios.

La advertencia surgió esta vez de un lugar inesperado, el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo donde Washington ejerce su predominio y que sin embargo encendió la señal de alerta en un reciente informe dedicado al análisis de la política fiscal de la Casa Blanca y las prioridades para la sustentabilidad a largo plazo.

De acuerdo con los expertos de la institución multilateral, los recortes impositivos promovidos por el presidente George W. Bush y el déficit fiscal ponen al descubierto "riesgos de envergadura" no sólo en la economía norteamericana, sino también para todo el planeta.

El desequilibrio presupuestario, según cifras oficiales, llegó el pasado ejercicio al nivel histórico de 374 mil millones de dólares, con claras opciones de marcar este año un nuevo máximo, pues se espera que exceda los 400 mil millones.

El reporte del FMI alerta que, de continuar la actual tendencia, las obligaciones financieras netas de Estados Unidos podrían ser equivalentes en los próximos años al 40 por ciento de su economía total, en "un nivel sin precedente de deuda externa para un país industrializado".

Al referirse al tema, Robert Rubin, ex secretario estadounidense del Tesoro, manifestó que el pronóstico de cifras negativas en el presupuesto federal es tan enorme que "el riesgo de severas consecuencias adversas debe ser tomado muy en serio".

Para muchos economistas, existe el temor de que ocurra un panorama similar al de 1980, cuando Estados Unidos dejó de ser la principal fuente de créditos a nivel global para convertirse en el mayor deudor mundial, bajo la influencia de los recortes de impuestos y las enormes asignaciones militares bajo la administración de Ronald Reagan.

Por otra parte, el FMI centró además su atención en el comportamiento del dólar en los mercados cambiarios, donde muestra un retroceso de hasta el 25 % respecto al euro, más acentuado en los últimos meses.

Al respecto, advirtió que ese panorama -unido a tasas de interés del uno por ciento- podría debilitar la afluencia de capital hacia inversiones en el país, lo cual resulta en extremo negativo para una nación con una deuda externa en niveles sin precedentes.

Asimismo, el organismo alertó que el déficit presupuestario frenaría a largo plazo el crecimiento de la productividad, además de amenazar la vitalidad de los mecanismos de seguridad social y salud pública.

El avance por encima del ocho por ciento registrado en el tercer trimestre del 2003 dio paso a un fenómeno en extremo curioso, pues con una expansión superior al promedio mundial los consumidores demandan más importaciones y el país se ve obligado a solicitar préstamos con vistas a financiar el déficit de cuenta corriente.

La presión sobre el billete verde aumenta de esa forma, a lo cual se añade el hecho de que el bajo precio del dinero desestimula los flujos de capital hacia la economía estadounidense.

Ese fenómeno ya inquieta a expertos de Europa y Japón, pues la excesiva apreciación del yen y el euro atenta contra la gestión exportadora de las empresas de esas regiones al reducir la competitividad de sus productos en el mercado internacional.

El Comisario Europeo de Comercio, Pascal Lamy, advirtió que la divisa comunitaria se acerca a un nivel donde podría representar "serias dificultades" para las exportaciones de la Eurozona.

A su vez, las autoridades japonesas reconocieron el empleo de más de 185 mil millones de dólares el pasado año en intervenciones en los mercados cambiarios, con el propósito de frenar la caída del dólar norteamericano y aliviar las presiones sobre las ventas externas, convertidas en una pieza clave para la estrategia oficial de recuperación económica.

En lo inmediato, indicaron analistas de Goldman Sachs, la debilidad del dólar podría favorecer a la industria estadounidense al abaratar los bienes y servicios que oferta en el exterior, lo cual no compensa en impacto negativo que tendría a largo plazo.

En un intento por minimizar los efectos del informe, el secretario del Tesoro, John Snow, recordó que la actual administración tiene el compromiso de reducir el déficit a la mitad en los próximos cinco años, si bien aseguró que se mantendrán los recortes impositivos aplicados por la Casa Blanca.

Sin embargo, muchos todavía recuerdan que el presidente William Clinton entregó la Casa Blanca a su sucesor con un superávit presupuestario, situación que Bush se "esforzó" en borrar hasta llegar a los actuales "números rojos".

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