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28 mai 2004

Cumbre de Guadalajara

 

Por Ignacio Ramonet
La Voz de Galicia, 27 de mayo del 2004

El 28 de mayo comienza en la bella ciudad de Guadalajara, en México, la tercera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, del Caribe y de América Latina. Este tipo de encuentros pretende reforzar (sin la presencia de Estados Unidos) la asociación estratégica entre sus tres componentes y se produce cada dos años. La primera cumbre se celebró en Río de Janeiro en junio de 1999 ; la segunda, en Madrid, en mayo del 2002.

La reunión de este año tendrá un carácter muy particular, porque intervienen en ella por primera vez los diez nuevos Estados europeos incorporados en el seno de la Unión el pasado primero de mayo. Se espera pues en Guadalajara la participación de 58 países (33 por parte de América Latina y el Caribe, y 25 de Europa) entre los que se cuentan seis de las diez mayores economías mundiales, que suman en total una población de unos mil millones de habitantes. Será también el estreno, en un gran evento internacional no europeo, del nuevo presidente del Gobierno español, José Luís Rodriguez Zapatero, a quien muchos participantes latinoaméricanos no conocen.

Es probable que aunque sólo sea para conversar con Zapatero, el presidente cubano Fidel Castro -quien por la antipatía que le inspira José María Aznar no acudía desde hace varios años a las cumbres iberoamericanas- esté presente esta vez en Guadalajara. De confirmarse su asistencia sería también la primera vez que cubanos y europeos se reencuentren al más alto nivel, desde la grave crisis cubano-europea de la primavera del 2003, en la que la Unión, por presión de Estados Unidos y de Aznar, sancionó a Cuba suprimiendo líneas de crédito económico y cortando programas de cooperación cultural.

¿De qué se va a hablar en Guadalajara ?

Como en todos estos grandes foros que estimulan la globalización liberal, se tratará sobre todo de comercio. Para la Europa de los negocios el objetivo es impedir que el proyecto de carácter neocolonial impulsado por Estados Unidos, ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas), dificulte el acceso de los productos europeos a los consumidores latinoamericanos.

Esta intención coincide, aunque por otros motivos, con la de los países latinoamericanos, cada vez más numerosos, que se oponen con radicalidad al ALCA.

No estará ausente la política, pero muchos (Blair, Berlusconi, Fox, Toledo y los demás ultraliberales) tratarán de darle un carácter más bien retórico. Reafirmarán el apego a la democracia y al Estado de derecho, recordarán la necesidad de un gobierno responsable que defienda los derechos humanos y que proteja a las minorías, que respete la libertad de culto, de opinión y los medios de comunicación sin hacer demasiado hincapié en los derechos sociales, económicos y culturales. Pero sobre todo insistirán en que la « modernidad » exige (??) que se acaten los imperativos de la economía de mercado.

Esos neoliberales tendrán que oír a la nueva generación de mandatarios, los neosociales, como Lula de Brasil, Chávez de Venezuela, Kirschner de Argentina, que les recordarán que 50 millones de latinoamericanos viven en la miseria extrema ; que la región presenta los mayores índices de desiguladad del planeta, y que hay un malestar en la democracia, como lo ha confirmado hace poco el informe La democracia en América Latina, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

También tendrán que escuchar las protestas masivas venidas de la calle, pues en Guadalajara habrá también una contra-cumbre a la que han acudido decenas de organizaciones altermundialistas llegadas de los dos continentes, desde Attac hasta los zapatistas, unidos todos en un solo grito :

« Agüemos la fiesta de los poderosos ».

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