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22 mai 2013

China-Africa : La liebre estadounidense y la tortuga china, una fábula de alcance mundial
Texto completo.

par René Naba *

 

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Primera parte

China-Africa : La liebre estadounidense y la tortuga china, una fábula de alcance mundial

El nuevo presidente chino Xi Jinping reservó su primer viaje oficial para África en un acto simbólico que ilustra el vigor de la rivalidad entre China y Occidente en el continente negro y la preponderancia que ya tiene China en detrimento de los antiguos amos, Francia y Reino Unido, a los que ha sustituido en dos decenios.

Otro mensaje en clave, con un valor altamente significativo, es que el dirigente chino viajó el 26 de marzo a Sudáfrica en una visita de Estado al país vencedor del apartheid antes de la cumbre de los países emergentes de los BRICS, que se celebraba al día siguiente en Durban.

Pretoria constituyó la primera etapa de una gira por África que incluía en particular el Congo Brazzaville, feudo francés en África central, donde el presidente chino estuvo el 29 y el 30 de marzo para entrevistarse con su homólogo Denis Sassou Nguesso.

Las líneas de salida : la « teoría de los anillos marítimos » de Estados Unidos y la « estrategia del collar de perlas » de China

La « teoría de los anillos marítimos »

Las grandes revoluciones de la historia raramente tienen un aniversario a fecha fija. Solo arbitrariamente podemos marcar el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el principio del despliegue mundial del imperio estadounidense y su competencia soterrada con China, cuyo punto principal de percusión tuvo como escenario África al inicio del siglo XXI, particularmente el Magreb, el poniente del mundo árabe, el flanco meridional de Europa y su punto de unión con África y más allá América Latina.

Primer continente mundial durante cinco siglos, la Europa de la segunda mitad del siglo XX sufrió, como castigo a su belicismo, la división en dos bloques separados herméticamente por un telón de acero. Desangrado y arruinado por dos guerras mundiales, con su flanco occidental bajo la perfusión financiera estadounidense del Plan Marshall y librando un combate de retaguardia frente a la revuelta de los pueblos coloniales de Asia, del mundo árabe y de África. Ese combate de retaguardia frente a La India y Pakistán, futuras potencias nucleares ; frente al mundo árabe, principal reservorio energético del planeta, y frente al continente africano, vasto yacimiento minero, marcaron el alejamiento de Europa de la magistratura suprema de la gestión de los asuntos mundiales.

La coyuntura ideal para Estados Unidos, que se lanzó a la brecha sobre las ruinas del colonialismo inglés y francés en Asia occidental y en África, aprovechando el ostracismo de la China continental comunista de Mao Tsé Tung en beneficio de la China insular capitalista del Taiwan de Chiang Kai-shek, el vencedor del Komintern.

En aplicación de la « teoría de los anillos marítimos », Estados Unidos procedió, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, a su despliegue geoestratégico según la configuración del mapa del almirante William Harrison, concebido en 1942 por la marina estadounidense con el fin de atenazar todo el mundo euroasiático, articulando su presencia en un eje basado en tres posiciones-bisagras : el estrecho de Bering, el golfo Pérsico y el estrecho de Gibraltar, con el objetivo de provocar una marginación total de África, una marginación relativa de Europa y confinar en un cordón de seguridad el « perímetro insalubre », constituido por Moscú, Pekín, Delhi e Islamabad, que alberga a la mitad de la humanidad, 3.000 millones de personas, además de la mayor densidad de miseria humana y la mayor concentración de drogas del planeta.

Heredero de Europa y testigo privilegiado de sus sinsabores, Estados Unidos acudió en dos ocasiones en el siglo XX, durante las dos guerras mundiales (1914-1918 y 1939-1945), en auxilio de las grandes democracias europeas antes de sustituirlas como potencia mundial, pero -ahí está el quid- sin aprovecharse de las aberraciones coloniales de sus ancestros europeos.

Sobre las los escombros del colonialismo francés e inglés, Estados Unidos apoyó las independencias de Marruecos y Argelia a raíz de la loca aventura tripartita (anglo-franco-israelí) de Suez, en 1956, y fue acogido como héroe por los pueblos árabes. Pero, desafiando las lecciones de la historia, EE.UU. basó su hegemonía en una colusión con las fuerzas árabes más reaccionarias y en alianzas contra natura con los principales enemigos del mundo árabe, malgastando así su capital de simpatía debido a una política errática ilustrada por la lucha implacable que libra contra el renaciente nacionalismo árabe. Segundo error fatal que permitió a China, en la década de 1960, sacar provecho y establecerse en Asia Occidental y en el norte de África, especialmente en Argelia, su más antiguo y leal aliado en la zona.

La « estrategia del collar de perlas »

Atenazada entre La india -su gran rival en Asia-, Estados Unidos -director del bloqueo de la China maoísta- y Japón -el gigante económico de Asia-, China intentó liberarse de ese dogal desarrollando la estrategia denominada « del collar de perlas ». El término se utilizó por primera vez a principios de 2005 en un informe interno del Departamento de Estado titulado « Energy Futures in Asia ».

Dicha estrategia emprendida por China para garantizar la seguridad de sus vías de aprovisionamiento marítimas hasta Oriente Medio, así como su libertad de acción comercial y militar, consiste en la compra o arrendamiento por un tiempo limitado de instalaciones portuarias y aéreas escalonadas, desde los puertos de Gwadar (Pakistán), Hambantoa (Sri Lanka), Chittagong (Bangladesh), hasta Port Sudán, vía Irán, y el perímetro del golfo de Aden para escoltar a sus barcos a través de esa zona infestada de piratas, así como en la zona Sahel-Sahara, Argelia y Libia, al menos bajo el régimen del coronel Gadafi (1969-2012), es decir, durante 43 años.

Los retos de poder : Petróleo y superpoblación sobre fondo de militarización de las rutas marítimas

De la adecuada utilización de los principios universales. El principio de la libertad de navegación en los océanos del nuevo mundo del siglo XXI [1].

Los grandes principios universales raramente responden a consideraciones altruistas y obedecen, sobre todo, a imperativos materiales. Es el caso del principio de la libertad de navegación blandido por la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII para asegurarse la supremacía marítima y en consecuencia su hegemonía comercial en todo el mundo. También ha sido así en el caso del principio de la libertad de comercio y el libre intercambio decretado por los países occidentales en los siglos XIX y XX para obligar a China a recibir mercancías occidentales en su mercado interior en nombre de la « política de puertas abiertas ». Lo mismo en el caso del « principio de la libertad de información », firmemente defendido por Estados Unidos inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial para hacerse con la supremacía ideológica en los cuatro ámbitos que configuran el poder : político, militar, económico y cultural.

El principio de la libertad de navegación, en apariencia trivial, encierra grandes retos geoestratégicos resumidos hace ya dos siglos por el contraalmirante Alfred Thayus Mahan (1840-1914) : « Quien consiga la supremacía marítima en el océano Índico será protagonista en el escenario internacional », sostenía este geoestratega de la Marina de Estados Unidos.

La previsible superpoblación de la tierra, cuya población prácticamente se duplicará en un siglo pasando de 6.000 millones de seres humanos en el año 2000 a 11.000 millones en el año 2100, es decir, más que en toda la historia de la humanidad, convertirá la búsqueda de espacios nuevos en otro desafío de la competencia mundial, en el reto de la supervivencia de la especie humana.

En este sentido la conquista del espacio es un ejemplo espectacular. El mar es más familiar para el hombre que el espacio, más íntimamente vinculado a la historia de la humanidad. La conquista de los espacios marítimos, aunque menos llamativa, no es menos metódica. Omnipresentes en la superficie terrestre, los océanos representan el 71% de la superficie del planeta, con una mención especial al Pacífico que ocupa, él solo, el 50% de la superficie oceánica mundial. Si desde la más lejana antigüedad el mar ha constituido un espacio de unión y aproximación entre los pueblos, también ha sido escenario de famosas batallas navales (Trafalgar, Sawari) y sobre todo es apreciado por los estrategas como lugar ideal de proyección de las fuerzas a distancia.

El desarrollo de la prospección petrolera en alta mar, el cableado submarino y la sobreexplotación de la pesca han convertido los océanos en un gigantesco yacimiento de recursos naturales y animales.

El 50% de la población mundial vive en una estrecha franja costera de 50 kilómetros a lo largo de las costas, y el 75% del peso del comercio mundial y el 66% de su valor están garantizados por el transporte marítimo, casi 10.000 millones de toneladas anuales.

La explotación de los recursos marítimos se ha cuadruplicado en 40 años, pasando de 20 millones de toneladas en 1950 a 80 millones en 1990. La FAO, por su parte, estima en 40 millones el número de personas de todo el mundo que viven de la economía de la pesca ; la red pesquera emplea, ella sola, a 12 millones de personas entre pescadores, técnicos, fabricantes y comerciantes.

Por otra parte, la militarización de las vías marítimas figura entre los objetivos de Washington en esa zona sin ley que conecta el Mediterráneo con el sudeste asiático y el extremo Oriente por el canal de Suez, el mar Rojo y el golfo de Adén. En ese perímetro altamente estratégico, Estados Unidos ha procedido al mayor despliegue militar fuera del territorio nacional en tiempos de paz.

El mundo árabe alberga tres de las principales vías de navegación transoceánicas, pero no controla ninguna. El estrecho de Gibraltar, que garantiza la unión entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, está bajo la vigilancia de la base inglesa ubicada en el promontorio de Gibraltar, un enclave situado en territorio español. La unión del Mediterráneo con el mar Rojo está bajo control de las bases inglesas situadas en los dos extremos del canal de Suez, las bases de Dekhélia y Akrotiti en Chipre y la base de Massirah, en el sultanato de Omán, a la salida.

Finalmente, el paso entre el golfo Pérsico y el océano Índico está bajo el férreo control del rosario de bases de la OTAN : el campamento franco-estadounidense de Yibuti, la base aeronaval francesa de Abu Dabi, el cuartel general del CENTCOM en Catar y la base aeronaval estadounidense de Diego García.

En virtud del principio de la libertad de navegación, todas las vías de paso transoceánicas, con excepción del estrecho de Bering, están bajo control de Occidente. Desde el estrecho de Gibraltar hasta el del Bósforo, Dardanelos, Malaca y Ormuz, pero China ha conseguido soslayar ese cuello de botella desarrollando su « estrategia del collar de perlas » que le ha permitido establecer un rosario de puertos amigos a lo largo de sus vías de avituallamiento llegando al corazón de Europa, con la zona franca de El Pireo.

« Fábrica mundial », en la actualidad China importa alrededor del 30% del petróleo que utiliza. Según las estimaciones de la Agencia para la Energía, en 2025 el país importará el 85% del petróleo que necesite. La ecuación energética china coloca al país en una situación de « urgencia » de aprovisionamiento que explica su nueva ofensiva en tres sentidos.

La búsqueda de bases-relevos y proveedores va acompañada de una significativo modernización de su marina con el fin de controlar las rutas marítimas que garanticen su aprovisionamiento (asegurar la ruta marítima vital vinculando los campos petroleros del golfo Pérsico con Shangai pasando por el estrecho de Ormuz, el estrecho de Malaca y el estrecho de Formosa, zona caracterizada por una fuerte presencia de las marinas estadounidense y británica).

Segunda parte

La contención euro-estadounidense de China en África y la guerra psicológica.

Gran vencedora de la Guerra Fría, la liebre estadounidense se benefició de un excepcional estado de gracia en la historia de las relaciones internacionales contemporáneas gracias a la implosión del bloque soviético, una década prodigiosa de unilateralidad que aceleró su dominio sobre zonas reticentes a su hegemonía, hasta el punto de que los admiradores interesados llegaron a considerar el siglo XXI « el siglo estadounidense » para celebrar « el destino manifiesto » de Estados Unidos.

Ciertamente la guerra del Golfo de 1990-1991 permitió a los estadounidenses plantarse en medio de los principales yacimientos petroleros del planeta, y la guerra de Kosovo en 1999 facilitó su implantación en Europa central, particularmente en Albania, considerada desde hacía mucho tiempo un bastión de la ortodoxia comunista.

Ciertamente también, en línea con sus objetivos, la guerra de Afganistán (2001) y después la guerra de Irak (2003) iban a permitir a Estados Unidos rematar su misión llegando por primera vez en su historia al Cáucaso y emplazándose en el corazón del sistema energético mundial por su dominación sobre el Golfo y su control de las vías de abastecimiento del crudo transcaucasiano.

Pero el plan perfecto ha sufrido fuertes turbulencias que han alterado el proyecto original. La guerra de Vietnam (1960-1975, con 52.000 muertos), que se superpuso a los costes de los dos principales conflictos del siglo XXI (Afganistán e Irak) de unos 3 billones de dólares, una pérdida de capitalización bursátil del orden de 2,5 billones de dólares y finalmente la crisis de la deuda europea han reducido de manera considerable el margen de maniobra del dúo atlantista sangrando su economía y reduciendo la capacidad de proyección del poder estadounidense. Así la primera potencia militar de todos los tiempos ha tomado prestado, sin darse cuenta, un esquema similar al de la Europa del siglo XX.

Frente a este gran primer conflicto del siglo XXI Europa, que quería convertirse en uno de los pivotes del tercer milenio, rápidamente se ha visto marginada por el tándem anglo-estadounidense, discreta prefiguración de la « Angloesfera », la alianza WASP (blanco, anglosajón, protestante) cuyo establecimiento preconizaron los discípulos de Samuel Huntington, el autor de la teoría del « Choque de civilizaciones », dirigida a constituir bajo la égida anglosajona un directorio de los países de civilización occidental y raza blanca (29% de la población mundial) para dirigir el « mundo libre ».

La refundación de la doctrina estratégica de la OTAN con ocasión del cincuentenario de la Alianza Atlántica, en mayo de 1999, con la adjunción de los antiguos países del bloque soviético, aparece a este respecto como una señal precursora para los partidarios de esta tesis.

Al aportar su aval militar y diplomático a Estados Unidos y subestimando su capacidad de influencia, Europa aparece con respecto a la comunidad internacional como un apéndice de EE.UU. Hasta el punto de que numerosos observadores han concluido que Europa ha abdicado de su independencia para desempeñar el papel de promontorio de Estados Unidos al otro lado del Atlántico renunciando a su antigua vocación de faro de la civilización y a su propia autonomía frente a Estados unidos para convertirse en un engranaje de la estrategia estadounidense, una « isla a lo largo de las costas de Eurasia », tomando la expresión del geógrafo Muchel Fournier.

En tándem, bajo el pretexto de los grandes principios, la injerencia humanitaria y la guerra contra el terrorismo, con la ayuda de siglas disimuladoras, el AFRICOM del Magreb, el RECAMP del África francófona o el EUFOR [2] en el centro del continente, el reparto occidental de África se lleva a cabo suavemente sobre el trasfondo de una batalla feroz por el control de las reservas estratégicas en el flanco meridional de Europa, frente a los trastornos geoestratégicos provocados por la emergencia de China en el antiguo coto privado colonial, especialmente en el norte de África y en el continente negro.

Con la excusa de la « guerra contra el terrorismo », Estados Unidos se ha dedicado incluso a establecer para el continente negro en particular un cuerpo del ejército con el nombre de « VIII cuerpo del ejército » estadounidense con el fin de completar la red militar del planeta con una presencia física operativa en todos los continentes. El AFRICOM, cuya creación se decidió en 2007, debía tener competencias sobre los 50 Estados miembros de la Unión Africana, excepto Egipto.

El redespliegue diplomático y estratégico euro-estadounidense ocurrió sobre un fondo de exacerbación de la polémica con respecto a los beneficios y los perjuicios de la colonización, su « papel positivo » y sus secuelas, las « pruebas de ADN » y los « vuelos de la vergüenza » en Francia, la « inmigración selectiva » en Europa mientras que al contrario la penetración china se hacía de una manera pacífica propulsada con el déficit estadounidense, un sólido colchón financiero de varios miles de millones de dólares de bonos del Tesoro de EE.UU., en un continente con el que China no tiene ninguna deuda colonial.

Por su impacto psicológico y sus consecuencias a largo plazo, la penetración china es comparable a la conquista árabe de la costa meridional del Mediterráneo que rompió el monopolio de la navegación y del comercio en el antiguo « Mare Nostrum » y el Atlántico sur, desencadenando en revancha las Cruzadas y la colonización del continente africano con el fin de restablecer el estatus anterior. Una penetración que ha dado lugar a una feroz guerra psicológica entre occidentales y chinos.

La guerra psicológica china-occidental

Toda conciencia surge por oposición. Occidente siempre forjó conceptos que garantizaran su dominio sobre el resto del mundo. Utilizó las la « res nullius » y « la carga del hombre blanco » para justificar las conquistas coloniales. Al principio de la libertad del comercio y de la industria incluso llegó a infligir la perniciosa « guerra del opio » a China para obligarla a abrirse al mercado europeo.

Desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se ha desarrollado toda una literatura belicista sobre el « peligro rojo » (contra el comunismo) antes de abatirse, tras la implosión del imperio soviético (1989), sobre el « peligro verde » (el Islam), jalón intermedio previo al nacimiento del actual « peligro amarillo » (China, India, Japón), debido al auge de los principales países de Asia, que culminará en 2025.

En esa fecha Occidente habrá perdido el monopolio del poder y por lo tanto su papel dirigente. Por la fuerza de las circunstancias deberá avenirse. Duro trabajo para el que constantemente impuso, duro aprendizaje de la diversidad. Avenirse con los demás componentes del planeta. Este plazo explica el frenesí de adquisición de garantías territoriales y energéticas (Irak, Afganistán, Darfur, Los Balcanes) con el fin de abordar la próxima etapa en posición de fuerza en una « estrategia de transformación de la realidad » que se reduce a una búsqueda desesperada dirigida a frenar un declive previsible por el mantenimiento de « derechos adquiridos » por medio de la fuerza.

Achacándole todos los males se ha acusado a China, simultánea y acumulativamente, de contaminar África con potenciales enfermedades por medio de la comercialización de medicamentos estropeados y de convertir el continente negro en un vertedero de residuos tóxicos. Al hacer su acusación Occidente olvida su nefasto papel en el expolio de las riquezas de África durante cinco siglos, su despoblación por la trata negrera, del orden de 15 millones de personas, o en la modificación del ecosistema africano, testimoniado en la película Le Cauchemar de Darwin ( La pesadilla de Darwin ), sobre la transformación ecológica de los lagos de Uganda por la introducción de la « perca del Nilo » para satisfacer las necesidades alimentarias de los consumidores europeos en detrimento de la fauna y la flora ugandesas, y la película inglesa The constant Gardner ( El jardinero fiel ), basada en la novela del espía en jefe británico John Le Carré [3] sobre la elección de África como campo de ensayo de sus productos farmacéuticos y basurero de los desechos tóxicos de la industria occidental.

En esa línea un periodista argelino se puso al compás de las críticas occidentales denunciando la maldad de los chinos en Argelia, la prevaricación de la clase política para conseguir mercados en Argelia y el hecho de recurrir de manera abusiva a la falsificación y al dumping. Ante lo que ese periodista consideraba una presencia invasora, el cronista del Quotidien d’Oran, Kamal Daoud, alertó de la transformación de « Argelia en provincia china » debido a las reyertas entre argelinos y chinos. « China se está convirtiendo en un imperio en Argelia. Ya tiene subcontratistas políticos y financieros. Agentes, honorables corresponsales y muchos clientes de otros lugares ». ¿Argelia una provincia china ? Casi el 95% de las falsificaciones incautadas en Argelia en 2011 eran de origen chino. Una cifra que demuestra el dominio creciente del Imperio del Medio en la economía argelina, desde el dentífrico hasta la construcción de la Gran Mezquita. Un maremoto. Las incautaciones de productos falsos registraron un aumento del 84,5% en Argelia el año pasado, pasando de 379.774 productos confiscados en 2010 a 700.000 en 2011 », aseguran los servicios aduaneros argelinos. Según las cifras de las aduanas argelinas precisamente, « los productos falsificados proceden principalmente de China (94,44%) y de Turquía (3,56%). En el país del hipernacionalismo antifrancés, el 95% de los productos falsificados procede de China », concluye en un editorial del 12 de noviembre de 2012.

La estocada secreta de China : ausencia de deuda colonial y no injerencia

Con una diplomacia comercial agresiva sin injerencia política, China ha venido a rediseñar el mapa de las influencias tradicionales « occidentales » sobre el fondo de la lucha por el control de los yacimientos petroleros comprobados o potenciales.

Una «  Nueva Asociación Estratégica África-Asia » se selló en la última cumbre China-África celebrada del 3 al 5 de noviembre de 2006, coronación de una cooperación gestada en la década de 1970 y cuyo proyecto faro habría sido el ferrocarril Tanzania-Zambia, el famoso « camino de la libertad » (TAZARA, 1976) que funciona desde hace 30 años y permitía soslayar las posiciones racistas de Sudáfrica que hacían imposible la exportación de cobre de Zambia.

Casi 200.000 chinos estarían ahora instalados en África y casi un millar de empresas chinas invirtiendo en 43 países africanos realizando así 900 proyectos de infraestructuras. 31 países han visto su deuda con China anulada por un valor en torno a 1.330 millones de dólares.

Frente a ese estrés energético, Pekín ha establecido una nueva diplomacia denominada Zouchuqu, que se traduce en « una participación el origen y en el aval petrolero internacional y en la adquisición de yacimientos por medio de participaciones en las sociedades locales para el establecimiento de bases petroleras en el extranjero para asegurar su suministro energético regular.

Los chinos están implicados en una cincuentena de proyectos petroleros en todo el continente. En 2006, el continente africano representaba el 25% del aprovisionamiento chino de petróleo (principalmente Sudán –el 6% del petróleo importado por China procede de Muglad-, Angola -30% de las importaciones petroleras de África-, Argelia y Sudáfrica) frente al 15% de mediados de los años 80.

En ese contexto, el África subsahariana, como el Magreb, se ha convertido en un escenario muy codiciado, ya que desde su intervención en Irak, Estados Unidos ha reforzado su control sobre el conjunto de los países de Oriente Medio a excepción de Irán. Con el 8,9% de las reservas mundiales de petróleo y el 11% de la producción mundial, África permite a Pekín limitar su dependencia energética (política llamada de desconcentración de los riesgos : Asia Central y Siberia ofrecen un soslayamiento del estrecho de Malacca, considerado vulnerable en una intervención estadounidense en África.

Sin embargo conviene abstenerse de cualquier « angelismo ». El posicionamiento chino obedece a cálculos estratégicos a largo plazo. Todos los países del norte de África padecen un déficit comercial con China, los productos chinos se sitúan a precios del 50% o 60% menos que en Marruecos o Túnez. Sin embargo Marruecos, y accesoriamente Túnez, son percibidos por las autoridades chinas como plazas de inversión privilegiadas en el flanco sur de Europa. Y China, para esos dos países del Magreb, se considera una alternativa real al antiguo poder colonial más intervencionista.

Paralelamente Estados Unidos ha multiplicado las iniciativas diplomáticas y militares con el fin de encajar a los países africanos en la estrategia global estadounidense. Los puntos de intervención que favorecen el despliegue rápido de las fuerzas estadounidenses se construyeron en la zona del Sahel senegalés-maliense, así como en Namibia en la frontera con Angola.

Las operaciones conjuntas con los países del Sahel se lanzaron en 2003-2004 contra el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GPS) en el marco del « programa de contraterrorismo en África ». Los ataques a los turistas franceses en Mauritania en diciembre de 2007, que acarrearon la anulación del rallye París-Dakar y su transferencia a América Latina, así como el atentado contra la embajada de Israel en Nouakchott, dan testimonio de las reticencias locales y regionales ante el despliegue estadounidense en África.

Desde 2010 China es el primer socio comercial de África, con intercambios del orden de 166.300 millones de dólares, un crecimiento del 83% con respecto a 2009. Los chinos acaban de anunciar un incremento de 20.000 millones de dólares en sus créditos a África, que forma parte de la reserva estratégica de las multinacionales.

Sesenta años después de la independencia de África, los estadounidenses y los europeos sobre el fondo de un fuerte contencioso postcolonial impagado continúan dirigiendo África por medio de sus redes políticas-comerciales y las instituciones multilaterales (FMI y Banco Mundial). Así Malí se ve obligado por el Banco Mundial a especializarse en la producción de algodón poniéndose en competencia con los productores estadounidenses que se benefician de subvenciones de la primera potencia liberal.

Por el contrario China, nada filantrópica pero infinitamente más perspicaz, se presenta ante los africanos sin deudas coloniales, sin las escandalosas prácticas de la corrupción de los Djembés y los Mallettes, la marca de fábrica de la Francáfrica. Sin pasivo colonial, paragón de la no injerencia a diferencia del vicio colonial, y con la práctica de una política de dumping o nivelación en función del poder adquisitivo local resultante del creciente empobrecimiento de la población del Tercer mundo, China continúa su progresión. Y los reveses sufridos por sus aliados en Sudán, Libia y Malí, parece que no han afectado a sus intereses ni a sus posiciones.

Anteriormente Estados Unidos vigilaba África por medio de tres comandos : Central Command (CENTCOM), cuya zona de responsabilidad se extendía sobre 27 países, de ellos siete africanos ; el comando europeo (EUCOM), su zona cubría 91 Estados, 42 africanos ; y finalmente el Comando Pacífico (PACOM), autorizado en una zona que cubre Madagascar y las islas periféricas del este del continente africano.

Aunque el deseo declarado de Estados Unidos sea llevar a cabo una guerra planetaria contra el terrorismo, la creación de un comando específico para África indica de una forma subyacente una implicación más profunda de los estadounidenses en la competición que libran las grandes potencias para conquistar los mercados africanos, en particular el petróleo, que suministran el 30% del consumo mundial.

Entre los años 2006 y 2007 el gobierno estadounidense construyó en el golfo de Guinea una base flotante compuesta por barcos de gran velocidad (swift ship) con unos 300-400 marines para la vigilancia costera a lo largo de los países costeros : Angola, Camerún, Gabón, Ghana, Guinea Ecuatorial, Libera, Santo Tomé y Príncipe, Senegal y Nigeria. Y en la década de 2010 bases de drones en Burkina Faso para la vigilancia y localización de los movimientos yihadistas en África occidental. Dicha base compartiría con Argel los datos recogidos por los drones en el norte de Malí en provecho de la intervención francesa en esa región fronteriza de Argelia.

El aparato estadounidense en el continente negro se completó en África oriental con la instalación de la base francesa de Yibuti « Le camp Lemonier », así como la base aeronaval de Diego García en el océano Índico, y el nuevo papel de gendarme confiado a Etiopía para reprimir los movimientos islamistas en la zona, especialmente en Somalia.

El posicionamiento estadounidense en Yibuti, frente al Golfo, le permite además el control estratégico de la ruta marítima que suministra un cuarto de la producción petrolera mundial y al hacerlo domina el extremo oriental de la vasta franja petrolera que atraviesa África y que ya se considera vital para los intereses estratégicos. La franja que va del oleoducto Higleg-Port Soudan (1.600 kilómetros), en el sudeste, al oleoducto Tchad-Camerún (100 kilómetros) y al golfo de Guinea en el oeste. Además un puesto operativo en Uganda da a Estados Unidos la posibilidad de controlar Sudán del Sur, donde se encuentra el grueso de las reservas de crudo sudanesas.

Tercera parte

El juego de Francia : ¿Defensa del coto en conjunto con Israel ?

La intervención francesa en Malí, en enero de 2013, refleja una estrategia de defensa del coto africano frente a la política de mordisqueo que llevan a cabo tanto China como el wahabismo por medio de las finanzas islámicas (Catar y Arabia Saudí).

Un objetivo ideal, ya que Malí constituye el mayor país musulmán de África occidental, donde han prosperado las finanzas islámicas mientras los malienses, desde hace un decenio, han girado progresivamente de Francia hacia las petromonarquías y donde China goza de un auténtico prestigio gracias a su obra de restauración del Centro de Documentación Islámica de Tombuctú.

Fue el mismo caso con el establecimiento de EUFOR [4], cuerpo expedicionario europeo encargado de interponerse entre los beligerantes en las fronteras entre Sudán y El Chad, que responde tanto a consideraciones humanitarias de los occidentales como a crear un trampolín estratégico en el centro de África próximo a la plataforma operativa de China en la zona. Un cordón sanitario idéntico al que los países occidentales quieren establecer alrededor de Irán, el otro gran proveedor de energía de China.

En ese contexto, el « redespliegue » militar francés en África constituyó una operación en dos tiempos dirigida a asociar a terceros (África, Europa, ONU) a las operaciones militares francesas en África con el fin de compartir los costes y diluir las responsabilidades conservando al mismo tiempo la dirección de las operaciones.

Una obra maestra de blanqueamiento cosmético de un reposicionamiento militar idéntico al aparato estadounidense del Golfo (Arabia Saudí, Barhéin, Catar, Kuwait e Irak) frente a Irán.

Lejanas reminiscencias de sus reveses coloniales, el activismo de Francia en Sudán, después en Libia, en Siria y en Malí, tiene el objetivo de garantizar su abastecimiento energético, sus exportaciones militares y sus centrales nucleares. De alguna manera subyacente responde al deseo de purgar su « complejo de Fachoda » [5], el desastre militar y diplomático francés sufrido en ese país frente a los ingleses en el siglo XIX durante la fase de conquista colonial que alejó permanentemente a Francia de las aguas del Nilo.

¿Malí puerta de entrada de Israel en África por medio de Francia ?

En una huida hacia delante destinada a ocultar las responsabilidades de la clase política-militar maliense en el desastre nacional que azota Malí desde hace un año, la intención es preparar al equipo dirigente transitorio de Malí en provecho de la expedición militar francesa para convertir Malí en la puerta de entrada de Israel a África.

¿Un farol ? ¿Un chantaje ? ¿Una voluntad real de comenzar una nueva política contraria a la línea tradicional de Malí, primer país africano que tras su independencia en 1960 desplegó un contingente en Argelia para firmar simbólicamente la fraternidad de armas de los pueblos oprimidos ?

¿Bajo los consejos de Francia, que se dedica metódicamente a través de sus portavoces mediáticos, Bernard Kouchner y Bernard Henri Lévy, a favorecer la secesión de Sudán del Sur para crear una plataforma operativa de Israel en el curso del Nilo ?

¿Para reeditar el antiguo escenario francés de unir los dos antiguos Sudán de la época colonial, el Sudán Francés y el Sudán inglés por medio de Sudán del Sur que precisamente costó a Francia una de sus más aplastantes derrotas en Fachoda en 1898 ?

La instrumentalización de la justicia internacional con fines políticos argumentaría en este sentido. Léase al respecto el caso del general Omar al-Bachir.

¿Una alianza con Israel ? ¿El aliado incondicional del régimen de apartheid de Sudáfrica ? La guardia pretoriana de todos los dictadores francófonos que saquearon África, desde Joseph Désiré Mobutu (Zaire-RDC) a Omar Bongo (Gabón), Gnassingbé Eyadema (Togo), Paul Biya, (presidente off-shore de Camerún), el veraneante privilegiado de las praderas suizas, e incluso Félix Houphouët-Boigny (Costa de Marfil), el presunto sabio de África que solo era sabio porque fue el mejor servidor de sus antiguos colonizadores y de sus aliados israelíes.

Israel, cuya experiencia en la colonización de Palestina le ha conducido a colonizar por todo el mundo una cantidad de tierra que supone veinte veces su superficie en detrimento de las poblaciones y del medio ambiente de los países pobres. En la República Democrática del Congo para el cultivo de la caña de azúcar ; en Gabón para el cultivo de la jatropha, necesaria para la producción de biocombustibles ; en Sierra Leona la colonización israelí representa el 6,9% del territorio de ese país del oeste de África [6].

La batalla de las aguas del Nilo y el canal Ben Gurion [7]

El nombramiento de Dov Zerah al frente de la Agencia Francesa para el Desarrollo podría dar un principio de crédito a esta hipótesis ya que la propulsión del presidente del Consistorio Israelita de París y secretario general de la Fundación Francia-Israel al estratégico puesto de dispensador de la ayuda financiera francesa a África tuvo lugar el 2 de junio de 2010, seis meses antes de la independencia de Sudán del Sur, mientras « la batalla del Nilo » sobre el reparto de las cuotas de este río africano estaba en pleno apogeo entre Egipto y los aliados africanos de Israel, Etiopía y Kenia especialmente. Al fondo se plantea el interrogante de si el cierre del coto se hará en tándem con Israel frente al « expansionismo wahabí », según la fórmula consagrada en los círculos dirigentes.

El episodio del reparto de las aguas del Nilo y la secesión de Sudán del Sur podría haber constituido la mayor hipocresía de la historia egipcia contemporánea. Para llegar a este objetivo, Israel habría llevado a cabo una estrategia doble que revelaría la codicia de los inversores egipcios y costaría a Mubarak el poder y su lugar en la historia.

Israel negoció con Egipto presionándole indirectamente, incitando a los Estados africanos a reclamar una mejora de su cuota en la repartición del agua del río, tentando a los africanos con proyectos económicos y a los inversores egipcios con promesas de interesarlos en los proyectos israelíes. En Etiopía Israel financió la construcción de decenas de proyectos para la explotación de las aguas del Nilo Azul. Malí antes de su independencia, en 1962, llevaba el nombre de Sudán francés, por oposición al Sudán inglés, el Sudán actual.

La reivindicación por parte de la secta disidente nigeriana BOKO HARAM del secuestro de siete franceses en Camerún el 18 de febrero de 2013, un mes después del inicio de la operación Serval argumenta también a favor de la hipótesis de que el movimiento ha querido enviar un mensaje subliminal a los franceses asumiendo su acción en nombre de « Jama’atu Ansarul Musilimina fi Biladi Al Sudan », literalmente el Grupo de Partidarios del Islam de Sudán ».

 Léase al respecto El reparto de la tarta africana . Para los lectores arabófonos, este enlace del diario transárabe de Londres Al Qods Al-Arabi : Malí, ¿puerta de entrada de Israel ?

El canal Ben Gurion

El acceso de Israel al perímetro de la cuenca del Nilo a través de Sudán del Sur con la ayuda francesa y estadounidense se refuerza con la puesta en marcha de la construcción de un canal que une el mar Rojo y el Mediterráneo desde Eliat. Con dos vías de navegación, una para ir y otra para volver, el canal israelí, al contrario del egipcio, competirá fuertemente con el canal de Suez y acarreará una pérdida del 50% de las ganancias egipcias, de 8.000 millones de dólares anuales a 4.000 millones.

Con un coste de 14.000 millones de dólares, la obra será financiada por un préstamo de tres bancos estadounidenses a bajo interés (1%) en 30 años. 150.000 trabajadores mayoritariamente asiáticos, principalmente de Corea del Sur, participarán en los trabajos de construcción, que durarán tres años. 50 metros más largo que su rival egipcio, el canal israelí podrá absorber los mayores barcos del mundo (300 metros de largo por 110 de ancho).

Sobre el fondo de la guerra religiosa del Islam wahabí contra la disidencia musulmana, bajo cubierta de la « Primavera árabe » (Siria, norte de Malí), semejante proyecto podría constituir, sin duda, un casus belli para Egipto y originar, si no una ruptura de las relaciones diplomáticas, al menos una congelación permanente de las relaciones entre ambos países.

El desafío esencial de la cuestión Sahara-Sahel no es de ámbito local. Concierne a la economía mundial y al nuevo reparto de las zonas de influencia entre las potencias internacionales con la entrada en escena de nuevos actores (estadounidenses, chinos, indios), que alteran el antiguo panorama colonial.

El codiciado acceso a las riquezas minerales (petróleo, gas, uranio, oro, fosfatos) que abundan en Níger, Libia, Argelia y Malí según las prospecciones más recientes, está en el centro de la batalla invisible que se desarrolla en el desierto.

Excluida del Acuerdo de Asociación Transpacífico, en vías de constitución bajo la égida de Estados Unidos, China se enfrenta además a una ofensiva, dirigida a contrarrestar su expansión, cuya señal más evidente es la congelación del financiamiento del Banco Mundial de importantes proyectos mineros chinos reforzada con una maniobra de soslayamiento dirigida a acentuar la presencia de empresas estadounidenses en la República Democrática del Congo, considerado el país más rico en material primas estratégicas del continente africano.

En un libro blanco de 2010, « Estrategia para los minerales imprescindibles para Estados Unidos », Washington abogaba, en conjunto con la Unión Europea, por la urgente necesidad de constituir reservas de cobalto, niobio, tungsteno y por supuesto coltán, imprescindibles en la composición de materiales de alta tecnología.

El 80% de las reservas mundiales de coltán se encuentran en la República Democrática del Congo (RDC-Kinshasa). Fuente estratégica esencial en el desarrollo de las nuevas tecnologías, el coltán (fusión de los términos columbio y tantalio) entra en la producción de las pantallas de plasma, teléfonos móviles, GPS, misiles, cohetes espaciales, cámaras fotográficas y los juegos de Nintendo), cuyas principales beneficiarias son las grandes empresas electrónicas e informáticas (Appel, Nokia, Siemens, Samsung).

En ese gran juego de las potencias África emerge como el campo de batalla estratégico en el que China ha puesto su línea del frente a la búsqueda de una mayor influencia mundial triplicando su comercio con el continente, adueñándose de sus recursos energéticos y, lo que es más grave para el futuro de los occidentales, asegurando la formación de las futuras élites africanas en las universidades chinas.

El nuevo humanitarismo selectivo de las antiguas potencias coloniales, que fustigan a Sudán pero consideran buenos a autócratas terribles como el chadiano Idriss Deby, igual que a su predecesor Hissène Habré, aparece poco consistente frente al peso de una China sin deudas coloniales con África y que por añadidura proporciona un importante flujo de liquidez sin contrapartida política.

El objetivo subyacente del Serval es preservar el espacio francófono, el último reducto de la potencia francesa frente al mordisqueo arabófono o chinófobo, mientras la francofonía ya está relegada al duodécimo puesto mundial por el número de hablantes (120 millones de personas), el chino ocupa el primer puesto con casi 1.000 millones y el árabe el sexto con 400 millones.

Para blanquear a Francia de sus desmanes coloniales Serval aparece en Malí, retrospectivamente, como una operación de cierre de la puerta trasera del Magreb, la última barrera frente al desbordamiento chino hacia Europa.

Cuarta parte

El paso del Rubicón por Ifriqiya

China y el Magreb central.

Argelia, el buque insignia, y la flota china en la zona Sahel-Sahara.

De los tres países del Magreb central (Argelia, Marruecos y Túnez), Argelia ocupa de lejos la posición de socio privilegiado de China, tanto por razones históricas como por afinidades políticas. Una asociación sellada en la época de las guerras de liberación postcoloniales cuando China se dedicó a romper el bloqueo occidental del cual era objeto y Argelia libraba su guerra de independencia contra el poder colonial francés. Marruecos de una manera firme y Túnez de una forma más dúctil se alinearon con el campo pro atlantista.

Un cuarto país, Libia, pasarela entre el Machreq (levante) y el Magreb (el poniente del mundo árabe), aparecía como uno de los principales tanques de petróleo de China, lo mismo que Sudán, dos países sustraídos a la preponderancia china durante la contrarrevolución árabe que siguió a la « Primavera árabe », con la secesión de Sudán del Sur en 2011, acto desencadenante de la revuelta popular de la Plaza Tahrir en El Cairo, y Libia por la intervención falsamente humanitaria de la OTAN en marzo de 2011.

El país más rico, el más desarrollado económicamente, dotado del ejército más poderoso en igualdad con Sudáfrica, su socio y hermano de armas en la lucha por la liberación de África, el más grande y por añadidura fronterizo de siete países (Marruecos, Túnez, Libia, Malí, Mauritania, Níger y RASD), Argelia ocupa una posición central en el Sahara y ambiciona estar en el centro del juego tanto más imperiosamente en cuanto que en el Sahara está en su casa y dispone de una frontera común de 1.800 kilómetros con Malí, es decir, infinitamente más metros que el total de las fronteras de Francia con sus países limítrofes (Alemania, Bélgica, España, Italia y Suiza).

Además Argelia está con Rusia, uno de los dos principales suministradores de gas a Europa occidental, la cual quiere reducir su dependencia de esos dos países situados fuera de la esfera atlantista. Última superviviente del antiguo « frente de rechazo árabe » flanqueada ahora por dos regímenes neoislamistas, Libia y Túnez, así Argelia está clavada al suelo por la cuestión separatista del norte de Malí.

Sin embargo Argelia tiene una experiencia reconocida en el terreno de la guerrilla, adquirida durante su guerra de liberación nacional, a la que se añade la experiencia en la lucha contra el terrorismo adquirida durante el decenio negro (1990-2000), pero también y sobre todo, los expertos están de acuerdo, bajo la batuta soviética durante la guerra de Afganistán (1980-1990). Por eso Argelia no debe a ningún Estado occidental el menor apoyo logístico o financiero en su guerra contra el terrorismo y por eso aparece como el país árabe menos dependiente.

Con 250.000 millones de dólares de reserva, Argelia es el segundo país árabe por la importancia de sus divisas tras Arabia Saudí. De hecho constituye el punto de articulación principal de China en la zona. Su asociación es un reflejo de la calidad de sus relaciones políticas.

Repaso detallado de las obras de China en Argelia :

  • Gran Mezquita de Argel, la mayor de África.
  • Aeropuerto internacional de Argel (Houari Boumediene).
  • Tramo centro y oeste de la autovía este-oeste en 2006 (11.400 millones de dólares).
  • Ópera de Argel, en Ouled Fayet, a 15 kilómetros al suroeste de la capital, una zona de 17.900 m2.
  • Hotel Sheraton de Argel, centro hospitalario de Orán y decenas de proyectos de viviendas sociales en Argel, Sétif, Annaba, Constantine, Orán y Rouiba.

El montante del comercio con los chinos supera los 20.000 millones de dólares, entre ellos la gran mezquita de Argel con 1.000 millones de euros. 30.000 chinos viven en Argelia, entre ellos 3.600 comerciantes y hay 567 empresas chinas.

En cuanto al petróleo, se asignó un contrato de 420 millones de euros para el desarrollo del yacimiento de Zarzaitine, en el Sahara. También se construirá una refinería en la región de Adrar, próxima a la cuenca del Sbaa. Según las previsiones de los estrategas occidentales, el África subsahariana podría sustituir a Oriente Medio como principal proveedor energético de Estados Unidos. África occidental dispone de casi 60.000 millones de barriles de reservas petroleras comprobadas. Su petróleo bajo en azufre es un crudo suave, muy apreciado por las petroleras estadounidenses.

Paralelamente a esos descubrimientos Estados Unidos ha multiplicado las iniciativas diplomáticas y militares con el fin de adherir a los países africanos a la estrategia global de EE.UU. En la zona del Sahel senegalés-maliense, así como en Namibia en la frontera con Angola, se han establecido centros de intervención que facilitan el despliegue rápido de las tropas estadounidenses.

En 2003-2004 Estados Unidos lanzó operaciones conjuntas con los países del Sahel contra el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GPS), en el marco del « Programa de Contraterrorismo en África ». Los ataques a los turistas franceses en Mauritania en diciembre de 2007, que dieron lugar a la anulación del rallye automovilístico París-Dakar y su traslado a América Latina, así como el atentado a la embajada israelí en Nouakchott dan testimonio de las reticencias locales y regionales ante el despliegue estadounidense en África.

Puerta de África a través del Sahara, dos países del Magreb, Argelia y Marruecos, fueron solicitados para acoger el cuartel general del AFRICOM. Deseoso de acogerlo, Marruecos quería un medio para el reino marroquí de perpetuar su soberanía sobre el Sahara occidental frente a las reivindicaciones independentistas de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) apoyada por Argel. Una obsesión del trono marroquí. A pesar de todo, Estados Unidos profesa siempre una preferencia por Argelia, país de nacionalismo quisquilloso cuya adhesión al proyecto habría reforzado su credibilidad.

Marruecos y Túnez : dos boyas escoltas del navío estrella Argelia

Dos países resueltamente pro occidentales, Marruecos y Túnez, aparecen en el dispositivo chino como dos boyas escoltas del navío estrella, Argelia, su principal plaza fuerte en el Mediterráneo occidental.

China-Túnez : Durante 23 años bajo el yugo del dictador Zine el Abidine Ben Alí, antiguo funcionario en el extranjero de los servicios de inteligencia estadounidenses, Túnez redujo a la mínima expresión sus relaciones con China.

El único hecho notable fue la cooperación en el ámbito ferroviario, con el suministro por parte de China de 20 trenes por valor de 133 millones de dinares (alrededor de 85 millones de dólares) para unir la capital, Túnez, a diez ciudades del interior : Béja, Jendouba, Ghardiamou, Gaafur, Dahmani, el Kef (hacia el noroeste), Mateur y Bizerte hacia el extremo norte y Sousse y Sfax.

China podría conseguir el gran proyecto de construcción del segundo aeropuerto internacional de Túnez. La ratificación de un acuerdo económico y técnico entre China y Túnez ha dado lugar a una donación de 80 millones de yuanes, es decir 19 millones de dinares tunecinos. Esta operación, que se ha hecho bajo el nuevo régimen neoislamista, ha provocado especulaciones respecto a una posible « evaporación » de ingresos, un eufemismo para designar un desvío del orden de un millón de dólares.

Sobre fondo de una tensión soterrada entre Francia y Túnez, resultado de un apoyo incondicional de París a la dictadura de Ben Alí y de las interferencias del ministro socialista del Interior Manuel Valls en los asuntos tunecinos, cualquier eventual torpeza francesa podría conducir a Túnez a adherirse más a China en detrimento de los intereses franceses.

China y Marruecos : Dos países de antiguas civilizaciones

Dos países de antiguas civilizaciones, China y Marruecos, contrariamente a las apariencias, mantienen relaciones cincuentenarias establecidas en 1958 a raíz de la independencia de Marruecos. Limitado durante mucho tiempo, el comercio entre ellos se amplió debido al ascenso de China a quinto proveedor de Marruecos por delante de Estados Unidos y Alemania. Quinta potencia económica de África, primer productor y exportador de fosfatos del mundo, en la unión del océano Atlántico y el mar Mediterráneo, Marruecos ofrece perspectivas atractivas a China que importa, desde 2011, 750.000 toneladas de fertilizantes fosfatados marroquíes al año.

Aparte de cualquier controversia, las relaciones entre China y Marruecos parece que siempre deben limitarse en razón del papel de Marruecos en el continente africano. Socio oculto de la diplomacia soterrada árabe-israelí, acróbata de vanguardia de la estrategia atlantista en África, el posicionamiento marroquí se sitúa en la prolongación de la cooperación estratégica de Estados Unidos con las petromonarquías del Golfo. En línea con esta cooperación, el reino marroquí se sitúa siempre en la vanguardia de la lucha por la defensa de los intereses occidentales en el continente africano, un combate que confunde por otra parte con la supervivencia del régimen monárquico.

Miembro del « Safary club » en el apogeo de la Guerra Fría soviética-estadounidense (1948-1989), Marruecos garantizó la protección y la supervivencia de los regímenes africanos pro occidentales, especialmente el Zaire de Mobutu y el Togo de Eyadema, con la firma de una alianza secreta, alentada por Estados Unidos, entre Arabia Saudí, que fue financiada por Francia, su estratega, y Marruecos su ejecutor.

Base de repliegue del comando estratégico francés en la época de la Guerra Fría, ese papel soterrado se manifestó por otra parte de manera brillante en la complicidad francesa en la desaparición de Mehdi Ben Barka, jefe de la oposición marroquí, así como en el papel asumido por Marruecos de basurero de los tiranos pro occidentales derrocados a quienes sus antiguos protectores decretaron indeseables ipso facto a pesar de los magníficos servicios prestados. Fue el caso del asilo concedido al presidente Mobutu de El Zaire, repudiado por Francia a la que sin embargo había servido celosamente durante casi 30 años.

Por otra parte Estados Unidos acaricia el proyecto de establecer en Marruecos el cuartel general del AFRICOM, el nuevo cuerpo del ejército asignado a África. Una elección por defecto tras el rechazo de Argelia y de Nigeria, dos actores principales del continente, de alojar el cuartel general del séptimo cuerpo del ejército estadounidense. Preocupado por diversificar sus alianzas, Estados Unidos se dirigió en primer lugar a esas dos potencias africanas emergentes, aunque la primera es blanco de acciones de tipo terrorista (Boko Haram) y la segunda de operaciones de desestabilización cíclicas.

La región de Tan Tan en el extremo sur de Marruecos, en el límite de las fronteras del Sahara Occidental, próxima a la aldea de Ras Dari, está destinada a albergar ese proyecto u otros parecidos en el futuro. Debido a su proximidad a las costas atlánticas marroquíes, el sitio ofrece facilidades para la marina estadounidense. Además de la base de Tan Tan, Estados Unidos dispone en Marruecos de la base aérea de Ben Jarir, a unos 60 kilómetros de Marrakech y la estación radiofónica de VOA (Voice of America) en Tánger.

Superviviente de una tradición colonial, el AFRICOM anteriormente estaba vinculado al comando europeo de Stuttgart en el USEUCOM (United States European Command). La región del Sahel, en particular Malí y Mauritania, constituyen una base de repliegue de los grupos yihadistas. Antes Estados Unidos vigilaba África por medio de tres comandos : Central Command (CENTCOM) cuya zona de responsabilidad se extendía por 27 países de los cuales siete son africanos ; Commandament européen (EUCOM), su zona cubre 91 Estados de los que 42 son africanos ; y finalmente el Commandement Pacifique (PACOM), que tiene autoridad sobre una zona que cubre Madagascar y las islas periféricas del este del continente africano.

¿Casualidad o desafortunada coincidencia ? Los tres países de la zona del Sahel-Sahara, Sudán, Libia y el norte de Malí, situados en la esfera de influencia china, han sido objetivos de operaciones de desestabilización a favor de la contrarrevolución árabe llevada a cabo por el campo atlantista. Malí, curiosamente a través del movimiento islamista pro catarí « Ansar Ed Dine », partidario de la religión y uno de los afluentes de al-Qaida.

Símbolo de la cooperación saudí-estadounidense en la esfera árabe musulmana en el apogeo de la Guerra Fría soviética-estadounidense, el movimiento de Osama Bin Laden tenía vocación de una dimensión planetaria, a la escala del Islam, a la medida de las capacidades financieras del reino de Arabia.

La Yihad ha tomado una dimensión planetaria conforme a la dimensión de una economía globalizada con la sustitución de los capos de la droga por las petromonarquías en la financiación de la contrarrevolución mundial. En la década de 1990 como en la de 2010 para enfrentar la primavera árabe. Si la guerra de Vietnam (1955-1975), la contrarrevolución en América Latina, especialmente en Cuba, así como la guerra antisoviética de Afganistán (1980-1989) fueron ampliamente financiadas por el tráfico de drogas, la irrupción de los islamistas en el escenario político argelino señaló la primera concretización de la financiación « petromonárquica » de las protestas populares de gran amplitud en los países árabes.

Daño colateral de las relaciones del poder, Argelia pagará el precio en cuanto que este país revolucionario, aliado de Irán y Siria, núcleo del frente de rechazo árabe, ha evolucionado a electrón libre debido a la neutralización de Egipto por su tratado de paz con Israel y la fijación de Siria en la guerra de Líbano.

Sin embargo los islamistas argelinos tuvieron mala suerte de que el despliegue de tropas occidentales –entre ellas 60.000 soldados judíos estadounidenses- en la proximidad de los Lugares Santos del Islam, en la región occidental del reino, con ocasión de la primera guerra contra Irak en el Golfo, en 1990, que los colocó en una posición inestable con sus proveedores de fondos, obligando a su líder Abassi Madani a tomar distancias de los saudíes. A título de daño colateral, el desembarco de las « fuerzas impías » en la tierra de la profecía constituirá el motivo de ruptura entre Osama Bin Laden y la dinastía wahabí.

La instrumentalización del Islam como arma de combate político, en tanto que antídoto del nacionalismo árabe antiestadounidense, a raíz del incendio de la mezquita de Al Aqsa (1969) dio lugar a un cambio del centro de gravedad del mundo árabe de la orilla mediterránea al Golfo, es decir, de los países del campo de batalla a la zona petrolera bajo protectorado angloestadounidense. Con la consecuencia de la sustitución del lema de la solidaridad islámica por el movilizador de la unidad árabe, así como la desviación de la causa árabe, en particular la cuestión palestina, hacia combates periféricos (guerra de Afganistán, guerra de los « contras » nicaragüenses contra los sandinistas) a miles de kilómetros de Palestina, y en la actualidad a guerras contra los propios países árabes (Libia, Siria) o países africanos (Norte de Malí).

Bajo el paraguas de la guerra « preventiva » contra el « terrorismo », en realidad Estados Unidos está librando de forma subliminal una guerra « preventiva » contra una amenaza china mucho más terrible. « Persiguiendo con constancia un islamismo radical humillado para fabricar un malvado presentable, los estadounidenses establecen el aparato militar y estratégico necesario para un enfrentamiento inevitable con China », sostiene Jean-François Susbielle en su libro Chine-Etats Unis, la guerre programmée, First Edition 2006. « La instalación de bases militares permanentes alrededor de China y las iniciativas geopolíticas estadounidenses con respecto a Oriente Medio se inscriben en los preparativos de una logística de guerra contra Pekín. Estados Unidos y China tienen pronto una cita con la historia », predice Jean-François Susbielle.

La desestabilización de Argelia aparece de nuevo en el orden del día de la « primavera árabe de los países occidentales », prevista a raíz de la apropiación occidental de Libia a juzgar por las predicciones de Nicolás Sarkozy, que antes de su salida de la política exclamó alegremente de forma repetida « en un año Argelia y en tres años Irán ». Argelia, igual que Irán y Siria, figura en el nuevo eje del mal diseñado por los estrategas occidentales para mantener bajo presión a los países emergentes situados fuera de la órbita occidental. Pero el posicionamiento argelino frente a la operación Serval, la expedición francesa a Malí, podría haber cambiado la situación.

« Quien tenga África tendrá Europa », dijo Karl Marx

El eje China-Europa constituye las dos extremidades de la vasta extensión continental euroasiática, el centro de gravedad permanente de la geoestrategia de la historia del planeta materializado en las rutas de la seda, del perfume, del incienso y últimamente la ruta de la droga. El norte de África constituye el segmento sur.

Tierra elegida para la subcontratación de la industria europea, Túnez alberga casi 2.000 empresas deslocalizadas de la industria mecánica y electrónica y textiles y de ropa. Emplea a 200.000 personas y exporta el 97% de su producción a la Unión Europea. En Marruecos existe la misma situación.

El Magreb central constituye un conjunto regional de más de tres millones de kilómetros y 80 millones de habitantes con la perspectiva de un incremento de un tercio de la población para llegar a 125 millones en el año 2020. Ese socio de primer orden de Europa, que bordea el flanco meridional en la unión del mundo árabe bereber y africano, ha visto siniestrada su economía por la cleptocracia, el nepotismo y el saqueo, los defectos propios de los dictadores ; y en un contexto de globalización acelerada y competencia exacerbada, por el predominio del comercio con la antigua metrópolis sobre la cooperación Sur-Sur y los intercambios interárabes y árabes-africanos.

Lo mismo que los demás países árabes, el Magreb padece la falta de un proyecto viable de sociedad, un desperdicio de energía y un autoritarismo burocrático. Un cuarto de siglo después de los aires revolucionarios que soplaron en el Magreb (1984) insuflados por un descontento popular difuso y por el marasmo económico mundial en un mundo árabe musulmán con una crisis de identidad, un nuevo impulso acaba de derribar el edificio inteligente erigido en la orilla sur de Mediterráneo destinado a eternizar la hegemonía occidental en la zona. En contrapartida, ese edificio mantuvo el Magreb en situación de mercado cautivo y lo convirtió en un aliviadero de la sociedad occidental para el turismo masivo, un taller barato para el mantenimiento de la competitividad internacional de Europa, refugio de sus jubilados al final de la vida, rampa estratégica del pacto atlántico frente a la penetración de China en África y patio trasero económico y político.

Precisamente el Magreb constituye el último dique antes del rodeo completo de Europa a África según el antiguo precepto maoísta de rodear las ciudades por el campo. Si China sale victoriosa de su partida, Francia, el eslabón débil del aparato del bloque atlantista en la zona, quedará condenada inevitablemente al papel de eslabón perdido de la dirigencia mundial del planeta ya que el Magreb, su zona de influencia durante mucho tiempo, representa el principal yacimiento de la francofonía y de la subcontratación de la economía francesa, garantía del mantenimiento de la competitividad gala.

« Para ganar una guerra se trata de no hacerla y en realidad, si es posible, librar otra batalla disimulada y ferozmente negada. El arte de la guerra consiste en conducir al adversario a través de la niebla hasta el punto en el que, en el límite del estallido del conflicto, el rival se dé cuenta de que la guerra es inútil porque ya la ha perdido. El auténtico estratega construye su política (ya que se trata de política) por todos los medios en función del tratado que impondrá a su rival permitiéndole « salvar la cara » e incluso llegando a hacerle creer que sale beneficiado », recomendaba Sun Tzu, el gran estratega chino del siglo IV a. C. en su famoso libro El arte de la guerra.

Una espiral paranoide : China, acreedora principal de Estados Unidos, poseedora de un sólido colchón de bonos del tesoro del orden de 1,8 billones de dólares, percibe anualmente casi 50.000 millones de dólares en concepto de intereses de la deuda, que China se apresura a invertir en África en una espiral paranoide que desemboca en que Estados Unidos financia la expansión china en África que pretende combatir. El mismo impulso paranoide por parte de Francia, que paga anualmente 50.000 millones de euros de intereses de su deuda colosal y se niega a eliminar la carga de la deuda africana.

Al final de una navegación centenaria, réplica lejana de la « guerra del opio » de 1840 que obligó a China a abrirse al comercio europeo, la flota del Gran Timonel, desafiando tempestades y escollos, llegó por fin a buen puerto. Y abordó victoriosamente los « Mercados del imperio » a paso de tortuga.

Seis siglos después de que Vasco de Gama llegase a China con la ayuda de su guía el navegante árabe Ahmad Ibn Majid, seis siglos después del desembarco de Marco Polo, quien obligó a China a adoptar las normas occidentales, el imperio del Medio ahora se ve y se considera el centro del mundo. En menos de dos decenios sus descendientes han lavado la humillación nacional desalojando a las antiguas potencias coloniales de su mercado cautivo de África y convirtiendo a China en la segunda potencia económica del continente. La forma china de devolver la moneda a sus rivales occidentales.

En los extremos del Mare Nostrum, una línea mediana va de Argel al puerto griego de El Pireo, la plaza fuerte china en el comercio europeo. Una línea percibida por el conjunto del planeta como la línea de demarcación de las nuevas relaciones de fuerza mundiales. Una línea trazada con tinta china. A poca distancia del Coloso de Rodas.

Hic Rhodus, hic salta  : El paso del Rubicón también se hará por el Mediterráneo Occidental, el Norte de África, el Magreb, el poniente del mundo árabe, la antigua Ifriqiya de la época romana.

Rene Naba para En point de Mire .

En point de Mire ., 17 de mayo 2013

Traducido del francés para Rebelión por : Caty R.

Licencia Creative Commons Esta obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

Notes

[1La correcta utilización de los principios universales, en particular el principio de la libertad de navegación, véase : « Lo que está en juego en el estrecho de Ormuz  » y « Justice internationale : Posture ou imposture »

[2La pesadilla de Darwin (Darwin’s Nightmare) es un documental de Hubert Sauper de 2004 sobre las consecuencias de la globalización que toma su argumento del tráfico en torno al aeropuerto de Mwanza (Tanzania), en las orillas del lago Victoria. Un pescado introducido en los años 60, la perca del Nilo (Lates niloticus), ha sustituido a gran parte de las 200 diferentes especies de pescados autóctonos (lo que ha acarreado una modificación del hábitat y la extinción de numerosas especies). Su floreciente comercio abastece desde hace casi 20 años las mesas y restaurantes de los países del Norte con exportaciones que pueden superar las 500 toneladas diarias de filetes de pescado. La perca se prepara sobre el terreno en fábricas también financiadas por las organizaciones internacionales y el 40% de la población local tiene que conformarse con alimentarse de los restos de los pescados secos. Alrededor de esa exportación masiva se desarrollan todo tipo de tráficos vinculados a una urbanización intensa y brutal (prostitución, sida, drogas). El autor sugiera que los aviones de carga (rusos o ucranianos) no vuelven vacíos y nutren el comercio de armas con destino a la región de los Grandes Lagos.

[3El jardinero fiel es una película británica (2005) adaptada del bestseller homónimo de John Le Carré, el maestro del espionaje británico. La película es el relato de las manipulaciones de la industria farmacéutica británica y su utilización de la población africana como cobaya para probar sus productos nuevos y la comercialización de sus productos estropeados.

[4A propósito de los objetivos subyacentes de la operación Serval. Léase : « Au Mali, la France joue son rag de puissance  ». Y con respecto a EUFOR, léase « El reparto de la tarta africana  ». EUFOR Chad/RCA es una operación militar de transición encargada especialmente de la protección de la población atrapada en la guerra civil en el este del Chad y el noroeste de la República Centroafricana. Su establecimiento fue decidido por la Unión Europea el 28 de enero de 2008 en el marco de la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD), con el fin de hacer frente a la crisis de Darfur en la zona fronteriza entre Sudán y el Chad. Con tres miembros, el contingente francés constituía la columna vertebral con 1.700 miembros.

[5La crisis de Fachoda. En el imaginario colectivo francés, la prueba de fuerza que enfrentó a París y Londres en 1898 permanece como el mayor revés militar y diplomático, una profunda humillación infligida por el Reino Unido a Francia en el continente africano. Este grave incidente diplomático y sus considerables repercusiones en plena fase de expansión colonial supusieron el final de las ambiciones francesas sobre Egipto y la zona del Nilo (Egipto, Sudán y Uganda) a pesar de que fue la encargada de la obra de perforación del Canal de Suez. Fachoda (o Kodok) está a 650 kilómetros al sur de Jartum, la capital sudanesa.

[6« Israel et le contrôle des terres dans le Monde » (Israel y el control de tierras en el mundo), Golias Hebdo nº 275, semana del 14 al 20 de febrero de 2013. Se refiere a un estudio de The Journal of The National Academy of Sciencies of the United States titulado « Global Land and Water Grabbing » (acaparamiento mundial de la tierra y de las aguas). Israel está a la cabeza de los países que controlan las tierras en los países pobres, seguido de Estados Unidos, Gran Bretaña y China. Según el estudio el 90% de esas tierras se encuentran en 24 países situados la mayoría en África, Asia y América Latina. En Colombia Israel ha tomado el control de una inmensa superficie para cultivar caña de azúcar. En Filipinas la proporción de las tierras confiscadas llega al 17,2% de la superficie agrícola. Desde la crisis alimentaria de 2007-2008, las empresas extranjeras se apoderaron de 10 millones de hectáreas anuales de tierras cultivables. Los nuevos cultivos se hacen a menudo en detrimento de las selvas y zonas de importancia medioambiental, amenazando su biodiversidad. Utilizan fertilizantes y pesticidas y emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Al final, el fenómeno socava las bases de la soberanía alimentaria y desvía en particular los recursos acuáticos.

[7El canal Ben Gurion, léase el periódico transárabe de Londres Al Qods Al-Arabi, 19 de marzo de 2013. Israel propone a Jordania desarrollar las zonas turísticas del río con el fin de neutralizar una eventual reacción por parte del segundo país árabe firmante de un tratado de paz con Israel. En las orillas del canal israelí se construirán sitios turísticos con hoteles de lujo, lugares de distracción con el fin de hacer un gigantesco complejo turístico que se ubicará bajo una alta vigilancia electrónica con detección láser.

Anteriormente Catar propuso a Egipto alquilarle el canal de Suez durante un plazo de 50 años por 50.000 millones de dólares para reflotar la economía egipcia. Catar se encargaría de la seguridad de la navegación, especialmente en la península del Sinaí, frente a los ataques terroristas y de esta forma tranquilizar a los israelíes.

La protección del Canal y de la península del Sinaí debían garantizarlas compañías militares privadas. Catar se proponía desplegar a Blackwater, la empresa de mercenarios estadounidenses que se hicieron famosos en Irak por esa tarea. De hecho Egipto perdería su soberanía. La idea fue inspirada por los israelíes y estadounidenses y tenía el objetivo de impedir que Egipto desplegase tropas complementarias, especialmente de aviación, en el Sinaí.

Pro el proyecto se hundió tras el segundo ataque israelí a Gaza (noviembre de 2012) y el papel desempeñado por Egipto. Estados Unidos está satisfecho del papel de prestatario de servicios del presidente egipcio Mohamed Morsi. Por otra parte, el predicador mediático Yussef Al-Qaradawi amenazó a Egipto con cortar una ayuda prometida de 20.000 millones de dólares en caso de que Morsi fracasara por las protestas contra la constitución.

Sobre el plano del campo palestino de Yarmuk, en las afueras de Damasco : Hamás, que se había beneficiado de la hospitalidad activa de Hafez y de Bachar durante 15 años, se alió con al-Qaida (alianza suní) para apoderarse del control del campo y convertirlo en un santuario de la oposición y un vivero de combatientes contra el régimen. Así Hamás cambió una alianza estratégica por una nueva alianza sobre una base sectaria, el sunismo, el único punto en común de ambas organizaciones. El saudí transnacional es un ente puramente terrorista, es decir, que practica una política de hacer daño mediante el terror mientras que el palestino se considera un movimiento de liberación nacional.

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