Portada del sitio > Argentina > Ciencias y Tecnologías > Carta de un investigador al Presidente del CONICET
Publicamos por su interés público, una carta del doctor. Alberto Juan Solari, investigador superior del Conicet,- Profesor Emérito de la UBA, al presidente de la institución mencionada, doctor Eduardo Charreau. Solari, que forma parte de la Junta Directiva de la Sociedad Científica Argentina, pone al descubierto las falencias burocráticas del Conicet.
Buenos Aires, 25 de Noviembre de 2002
Sr Presidente del CONICET
Dr. Eduardo Charreau
S/D
Envío esta carta en relación a mi carta documento de fecha 1 de Agosto del 2002,en la que explicaba las consecuencias del incumplimiento, por parte del Conicet, del pago del subsidio aprobado para mi programa de investigación (PIP 2137). Usted ha tenido la delicadeza de contestar mi carta documento, con su misiva de fecha 8 de Agosto.
Lamentablemente, las esperanzadas referencias a tratativas en curso no se han concretado hasta la fecha en ningún aporte del Conicet ( ni de ninguna otra institución) a nuestros laboratorios.
Usted, en su carácter de investigador y Director de una Unidad Funcional, además de Presidente del Conicet, debe conocer perfectamente que un laboratorio que no ha recibido un centavo, no puede cumplimentar el Proyecto para el cual se asignaron esos fondos.
Usted, en ese mismo carácter, sabe que todo becario, investigador asistente o técnicos, de tal laboratorio desprovisto de fondos por dos años, abandonan ese laboratorio ( y quizás la investigación o la residencia en la Argentina).
Usted, en ese mismo carácter, debe saber perfectamente que líneas originales de investigación - como las que tiene mi laboratorio- son, luego de una prudente espera, tomadas por otros laboratorios de otros países, y que esas líneas de investigación se pierden definitivamente para la Argentina.
Usted, en el carácter antedicho, sabe que el suscripto, en mi carácter de investigador Superior, he tenido una trayectoria que no es común o frecuente en la Argentina, con varios miles de citaciones de mis trabajos en publicaciones especializadas.
Por otra parte, un simple vistazo a mi legajo puede demostrar que no he resultado gravoso para la Argentina, puesto que he solicitado ( y a veces recibido) modestos subsidios; no he viajado al exterior en 25 años más de una vez con fondos estatales, no dirijo un Instituto o Centro multitudinario en técnicos y becarios pagados por el Estado; no he solicitado subsidios para Reuniones ni otros gastos de consideración, y no he solicitado beneficios especiales, como tampoco lo hago ahora al pedir que el Conicet pague de una vez este adeudado subsidio.
También deseo dejar constancia del trato de que sido objeto en los últimos 13 años, por parte de los organismos del área de Ciencia y Tecnología, que, entre otros hechos, han impedido que ni siquiera fuera examinado mi trabajo por árbitros científicos, siendo excluido de convocatorias, evaluaciones y ayudas a la investigación. No puedo dejar de sentir que el Conicet que usted preside, observa con indiferencia la previsible destrucción total de mi laboratorio, de mis líneas de investigación y mis hoy escasos discípulos remanentes.
Consciente como lo soy, de que la investigación científica está subordinada a la más elemental de las éticas, no he solicitado nunca, y no lo hago en este momento tan especial tampoco, de ayudas o contribuciones que podrían destinarse a cubrir necesidades sociales urgentes y perentorias. Pero usted conoce la trascendencia que tiene la asfixia y la destrucción de un laboratorio que algo significativo ha aportado en la historia de la Medicina y de la Biología en la Argentina.
Creo que estas consideraciones le caben tanto a usted como al Directorio del Conicet. No puedo decirlo de la instancia superior, el Secretario Dr. Luna, que ha dado por respuesta el silencio.
Atentamente
Dr. Alberto Juan Solari
Investigador Superior del Conicet
Profesor Emérito de la UBA’.