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11 novembre 2003

Bolivia insurgente, una rebelión que no terminó.

 

BOLIVIA INSURGENTE

El mes pasado, Bolivia fue escenario de una extraordinaria insurrección popular que terminó con el mandato del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. El disparador de la rebelión fue un polémico plan para exportar gas a Estados Unidos a través de Chile, pero su verdadero trasfondo fue un programa de erradicación de cultivos de coca iniciado años atrás, bajo la presidencia del ex dictador Hugo Banzer Suárez, e instigado por EE.UU. En estas páginas, un relevamiento de esa historia y un reportaje exclusivo de Página/12 al líder cocalero y socialista Evo Morales.

Por Por Francesc Relea*
Chapare, Página 12, 9 de noviembre 2003

Crónicas de la guerra de la coca

La Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar), columna vertebral de la lucha militar contra el narcotráfico en Bolivia, celebró la semana pasada su 20º aniversario en la provincia de Chapare, territorio renombrado por los cultivos de coca. Los festejos tuvieron como invitado de honor al embajador de Estados Unidos. David Greenlee llegó a la base en un helicóptero militar, departió con la tropa y en su alocución dijo que en Bolivia existen dos Chapares, uno dedicado al desarrollo alternativo y productivo y otro a los conflictos, bloqueos y al tráfico de drogas. La opinión del embajador es referencia obligada en un país cuya estrategia antidroga tiene el sello de Estados Unidos hasta en el detalle más nimio.

Norteamericana es la política de erradicación de los cultivos de coca, la logística -helicópteros, aviones, transporte terrestre-, la propaganda antidroga en las carreteras y la instrucción que reciben los alumnos del centro de entrenamiento internacional antinarcóticos Garras del Valor, una Escuela de las Américas en pequeña escala. "Sin el soporte de Estados Unidos no podríamos enfrentar esta lucha", asegura el teniente coronel Jaime Cruz, comandante de la Umopar en Chapare. La ayuda estadounidense a Bolivia para la lucha antidroga fue el año pasado de 104 millones de dólares, según el Departamento de Estado, incluido el desarrollo de cultivos alternativos, interdicción, erradicación y prevención. Este es el eje de la política norteamericana en Bolivia, con una embajada gigantesca en La Paz, que tiene 900 funcionarios, la más numerosa en América latina después de México.

El fallecido presidente Víctor Paz Estenssoro vaticinó en Ginebra en 1960, que Bolivia erradicaría los cultivos de coca en 20 años, pero el país andino es todavía, después de Colombia y Perú, el mayor productor de la planta con la que se elabora el clorhidrato de cocaína. Siguiendo la carretera desde la ciudad de Cochabamba a Santa Cruz, la vegetación irrumpe con fuerza en un clima cada vez más tórrido y húmedo a medida que uno se adentra en el Chapare, en pleno Trópico boliviano. En la localidad de San Jacinto hay el primer control de Umopar. "No apoyes el transporte de percusores ilícitos para el narcotráfico", "Estamos en lucha contra las drogas. Unete a nosotros", puede leerse en dos carteles enormes, en castellano y en quechua. Hemos entrado en una zona caliente, fuertemente militarizada, donde se libra desde hace tiempo una batalla que empieza a contar los muertos. En el año 2000 los cocaleros bloquearon el país durante un mes, con el corte de todas las carreteras del Chapare. La semana pasada una bomba trampa alcanzó de lleno a un soldado y dejó ciego a otro cuando una columna se dirigía a erradicar una plantación de coca. Los militares y la embajada estadounidense acusan a los cocaleros (productores de hoja de coca) de la violencia que se ha adueñado del Chapare.

Desde 1997 el gobierno boliviano está enfrascado en el Plan Dignidad, que inició el presidente Hugo Banzer bajo el lema "coca cero" para acabar con los cultivos ilegales. Las cifras oficiales indican que desde que se puso en marcha la campaña han sido erradicadas 60.000 hectáreas de hoja de coca, lo que impidió la producción de 230 toneladas anuales de cocaína. En la región de Los Yungas, al norte de La Paz, hay 12.000 hectáreas de cultivo legal de hoja de coca, para el consumo de los pueblos indígenas, que conservan la tradición de pijchar (mascar coca) desde el período del Imperio Inca. "Los programas de erradicación han reducido a una mínima expresión la proporción de coca existente en el Chapare", explica un informe del Ministerio de Gobierno, que presenta como éxito las 123.000 hectáreas plantadas con cultivos alternativos como banana, palmito, naranja, piña, flores tropicales y maracuyá, la constitución de más de 260 empresas y asociaciones de productores y la creación de 3.900 nuevos empleos.
Más allá de las cifras, es muy difícil cuantificar la extensión de cultivo ilegal en el Chapare. Puede haber entre 10.000 y 15.000 hectáreas, coinciden varias fuentes. La DEA (agencia antidrogas de Estados Unidos) ha utilizado satélites, que no bastan para detectar la coca plantada entre la maleza y oculta en medio de arbustos silvestres, la llamada coca enchomada.

El triunfalismo del gobierno contrasta con la visión de muchos campesinos, de la Iglesia católica y de otros sectores sociales. "Diecisiete años de cultivos alternativos no han dado resultado. El dinero que distribuye la embajada norteamericana no llega a los campesinos", replica el defensor del pueblo del Chapare, Gofredo Reiniche. "Más del 70% va a reforzar la presencia militar y sólo una pequeña parte se destina al desarrollo alternativo."
La consecuencia es que muchos campesinos que prueban cultivos sustitutivos mantienen a escondidas sus plantaciones de coca. La rentabilidad de unos y otros habla por sí sola. Una hectárea de coca da unos 6500 dólares al año es muy resistente a las plagas, la planta dura entre 10 y 15 años y no exige grandes labores agrícolas. Como contraste, una hectárea de pimienta rinde 3500 dólares ; una hectárea de bananas, 3000 dólares ; y una hectárea de palmitos, 1500 dólares. Unas 11.000 familias (de unos seis miembros cada una) viven de esa nueva actividad, pero la coca sigue dando de comer a otras 40.000 familias.

Antes de llegar a Chimore, la carretera atraviesa Shinahota, una pequeña localidad con el mercado a pie de carretera, en el que la compra y venta de cocaína era prácticamente libre en los años ’80. El polvo blanco se conseguía sin dificultad en cualquiera de los puestos callejeros. Hoy sólo quedan las mujeres que venden hoja de coca. En el hospital de Chipiriri, un pequeño poblado a diez kilómetros de la carretera principal, Julia se recupera de dengue, una de las enfermedades junto a la malaria que más castiga a los pobladores de la zona. Cuenta esta campesina que los militares llegaron y erradicaron de raíz todas las plantaciones de coca. "No hay diálogo -dice en quechua-. Entran y cortan todo. Nos amenazan. En la zona donde vivo sólo había coca, nadie cultiva otra cosa".

Para llegar a Uncia, la comunidad de Julia, hay que recorrer 75 kilómetros y sortear cuatro ríos sin puentes. Eliminada la coca, los campesinos han empezado a sembrar arroz, ananá y banana, pero la tierra de Chapare, con suelos de 20 y 30 centímetros de capa útil, no es tan benevolente para estos cultivos. Los pobladores originarios eran los yuracarés, pero en los años ’80 se produjo el boom de la colonización del Chapare, procedente de los valles de Cochabamba y de las regiones mineras del Altiplano como Potosí, Oruro y Sucre. El aumento demográfico del Trópico boliviano fue de tal magnitud que los 32.000 habitantes de 1976 llegaron a medio millón en el momento cumbre de la producción de cocaína en los años 1982-83. En aquella época Chapare era un territorio al margen de la ley, donde imperaba el orden de los narcotraficantes. Eran frecuentes los ajustes de cuentas, los enfrentamientos a tiros y el aterrizaje de avionetas a plena luz del día en carreteras o pistas secundarias.

Emilio Portillo llegó de La Paz, donde trabajaba de albañil. Desconfiado de entrada, menciona la yuca y el arroz como sus únicos cultivos. Fue testigo de la llegada de los militares para erradicar la planta maldita, -"ellos no entienden nada de agricultura"-, y confiesa que nada da mayores réditos que la coca. Cuatro cosechas al año. "Están sacando todo, pero volvemos a plantar. ¿De qué vamos a vivir ?", admite en un arranque de sinceridad. Cuando irrumpió el narcotráfico, el precio de la hoja de coca subía semana tras semana. De 15 dólares la libra (medio kilo) a 500 dólares. En las épocas de mayor represión el precio suele descender, ya que los traficantes argumentan que "el trabajo" entraña mayores riesgos.
La coca del Chapare es ideal para la cocaína porque tiene el alcaloide necesario para la producción de la droga, dice el teniente coronel Freddy Melo, jefe de operaciones de erradicación. El campesino sabe perfectamente que el destino del 90 por ciento de la coca de esta región es el polvo blanco, cuya demanda en cantidad y calidad en los mercados de Estados Unidos y Europa no ha disminuido.

"¿Quién lo está financiando ?"

"Cada año que pasa entiendo menos y dudo más", confiesa el padre italiano Esperandio Rabassio, con 12 años de residencia en Bolivia, en la casa parroquial de Villa Tunari, la principal localidad de Chapare. La capacidad de movilización y resistencia de las organizaciones de los cocaleros ha dado que hablar y ha levantado innumerables rumores sobre su financiación. ¿Quién financia a Evo Morales, el líder de los productores de hoja de coca que aspira a llegar a la presidencia de la república ? El ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada lanzó la acusación : narcos, sindicalistas y cocaleros son todo lo mismo. Lo secundaron, explícita o tácitamente, los partidos tradicionales.

Se han lanzado numerosas preguntas que nadie responde, pero que han sembrado la sospecha. ¿Quién está detrás de Evo Morales ? ¿Quién es este líder que no para de viajar, que se reúne con Fidel Castro, Khadafi, Chávez, al que apoyan un buen número de ONG ? ¿De dónde sale el dinero para los campesinos que bloquean carreteras durante semanas ? "Creo que hay algo por debajo. No sé." El padre Rabassio cuenta que Morales visita poco Chapare. "Antes siempre estaba aquí. Yo lo apreciaba. Estaba con su gente, bajo el sol, la lluvia o los gases lacrimógenos. Pero después empezó a volar y a punto estuvo de ganar las elecciones." Durante la campaña para las elecciones de junio del año pasado, el entonces embajador estadounidense, Manuel Rocha, tuvo una intervención memorable al advertir de que un hipotético triunfo electoral de Morales, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), tendría consecuencias desastrosas para las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos. Heridos en su orgullo por la intromisión del nuevo virrey, muchos bolivianos que probablemente no pensaban hacerlo votaron al líder cocalero, que obtuvo el 20,94 por ciento de los votos y 35 escaños parlamentarios para su partido.

El MAS, proyecto político de los cocaleros, tiene su origen en la organización sindical : seis federaciones del trópico organizadas en unos 600 sindicatos y más de 20.000 afiliados. "El sindicato es como el padre ante la ausencia del Estado : abre el camino, construye la escuela, paga al maestro", explica Andrés Checa, vicealcalde de Villa Tunari. Actualmente, el MAS controla las principales alcaldías de Chapare. En la última crisis, Morales aseguró que su gente seguirá con la coca y amenazó al presidente Carlos Mesa con "incendiar el Chapare". "Evo se ha dado cuenta de que lo votaron no sólo los cocaleros sino otros sectores. Se siente en condiciones de desafiar", dice el padre Rabassio.

"¿Cuándo los pueblos originarios han llegado al poder ? Nunca." El vicealcalde Checa cree que ha llegado la hora de romper este esquema -"que el pueblo asuma por sí mismo el poder"- y pronostica que en 2007 el MAS ganará las elecciones.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

"El mandato de Mesa depende de nuestro respaldo"
Por Darío Pignotti

Página 12, desde San Pablo en Brasil, 9 de noviembre 2003

El desenlace de la rebelión contra el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada fue la toma del mando por su vice, el independiente Carlos Mesa. Pero se trata de un presidente débil, ya que fue ascendido por la revuelta popular y carece de base propia. Evo Morales, líder cocalero del Movimiento al Socialismo, marca los límites de ese poder.

El tiempo se acorta en Bolivia. "Si estalla otra convulsión el país termina en un golpe de Estado o una revolución, no queda más espacio para la solución pacífica", advierte Evo Morales, quien encabezó el levantamiento que el 17 de octubre último terminó con el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, sucedido por su vicepresidente Carlos Mesa. "Don Mesa debe entender que está donde está, porque lo pusieron los movimientos sociales y ellos están esperando que les cumpla las promesas que hizo en su discurso de toma de posesión : fue muy bonito, no queremos el fracaso del gobierno, pero estamos viendo que las cosas se demoran."

La semana pasada, mientras el diputado del Movimiento al Socialismo (MAS) visitaba Cuba, Otto Reich, asesor de George W. Bush sobre asuntos regionales, calificó a los líderes del "Bolivianazo" como antidemocráticos y anticipó que Estados Unidos no les permitirá llegar al gobierno. Morales contraataca : "Ellos están armando una conspiración, eso de que no van a permitirnos tomar el poder es una amenaza contra Evo Morales, cualquier cosa que pase con mi vida es responsabilidad de ese Otto... Otto Reich es que se llama ese señor, ¿no ?".

No es sencillo establecer contacto con Morales ; hace falta atravesar algunos filtros que denotan controles de seguridad. "Hemos aumentado las precauciones porque tenemos información oficial de que el Goni (ex presidente Lozada), desde Estados Unidos está planeando dar un golpe de Estado" relata Morales a Página/12, que lo entrevistó en exclusiva.

¿Puede dar más precisiones ?
 Goni (Sánchez de Lozada) sabe que el golpe de Estado es la única forma de volver al gobierno. El se está moviendo con su gente en Washington y Miami y aquí hay militares que siguen al ex ministro de Defensa Carlos Sánchez Berzain, que además tiene familiares en el ejército. Están planeando sabotear la Cumbre (de presidentes iberoamericanos) de Santa Cruz, que va a ser el 14 y el 15 de noviembre, y piensan culparnos por los disturbios, crear confusión, acusar al Encuentro Social Alternativo. Nosotros queremos que el foro sea pacífico, no haremos movilizaciones. Hemos organizando un gran acto y convidamos a los compañeros Fidel, Chávez y Lula.

Usted habló de fuentes oficiales. ¿Esto significa que el gobierno de Mesa les proporcionó la información ?
 Son fuentes buenas : unas están en Estados Unidos, otras son de acá, digamos que vienen del Palacio...

¿De la presidencia ?
 Tenemos buena información. Además sabemos que están planeando otros atentados.

¿Contra su vida ?
 La gente del anterior gobierno y sectores altos del ejército, que no fue cambiado por el presidente (Carlos) Mesa, son capaces de todo. No se puede descartar un atentado contra Evo Morales, ya quisieron atentar contra mí otras veces, la última fue el 15 de octubre en Cochabamba, no pudieron porque detuvimos a alguien que intentaba acercárseme con un revólver.

¿Usted acusa directamente a Estados Unidos de conspiración ?
 Ellos siempre están metidos. Pero Evo Morales no precisa dar pruebas, salta a la vista la política de ellos. El embajador (Manuel) Rocha defendió a Goni cuando reprimía al pueblo. Ahora este Otto (Reich) me amenaza a mí. Creo que están desconcertados, creo que todo lo que digan ellos contra mí me favorece, si sigue así Otto va a terminar haciéndome campaña internacional. Nadie les cree, Rocha y Otto ya no asustan.

Alternando con Fidel y Hugo

¿Fidel, Chávez y Lula confirmaron su presencia en el foro paralelo de Santa Cruz de la Sierra ?
 Fidel y Chávez prácticamente están confirmados, dijeron que quieren estar presentes en la concentración que haremos en el estadio Tahuichi Aguilera en solidaridad con el pueblo de Cuba y Latinoamérica.

¿Mantiene comunicación frecuente con ellos ?
 Con Fidel y Chávez estoy en contacto permanente.

¿También con Lula ?
 Debo hablar con su canciller, para saber si Lula estará con nosotros. Todavía no tenemos confirmación, será muy interesante poder escuchar a un dirigente obrero que llegó a ser presidente.

El presidente Kirchner y Lula enviaron dos mediadores (Marco Aurelio García y Eduardo Sguiglia), cuando la violencia parecía fuera de control en octubre. ¿Esa mediación impidió un baño de sangre mayor ?
 Estuve en contacto con ellos, fue importante que Lula y Kirchner se preocuparan y se ocuparan por lo que estaba pasando, estamos agradecidos por eso. En el momento en que llegaron nosotros dijimos claramente que no íbamos a dialogar nada con Goni.

En otros tiempos usted elogió al presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez. ¿Lo invitaron ?
 Está difícil la situación en Ecuador...

¿Qué conversaron con Fidel durante su reciente visita a Cuba ?
 Estuvimos hablando cuatro horas, Fidel es un hombre con sabiduría, sigue la realidad boliviana de cerca. En un momento me dijo : "Evo, los pueblos indígenas son buenos para botar gobiernos, pero ahora deben aprender a gobernarse a sí mismos." Recuerdo que en enero, cuando estuve invitado a la asunción de Lula en Brasilia, él había dicho : "Este será el siglo de los pueblos indígenas", y parece que tenía razón.

Rigoberta Menchú y Marcos

En las movilizaciones de octubre usted apelaba al "ya basta" acuñado por los zapatistas.
 La frase del Subcomandante Marcos surge solita, es una expresión de los pueblos latinoamericanos contra la cultura de la muerte que es el neoliberalismo, el lucro, el egoísmo. Pero a nosotros nadie nos baja un discurso, ni los zapatistas de EZLN, ni otros compañeros. Respeto mucho a Marcos, a Rigoberta Menchú, a la lucha de las madres de los desaparecidos y asesinados en Guatemala, a los compañeros de los Sin Tierra, de todos tomamos enseñanza, pero es una cuestión horizontal.

Entonces nadie les "baja línea".
 Se ha visto en Bolivia que cuando el pueblo se une y se organiza las cosas se consiguen, pues. No hemos terminado con el neoliberalismo, eso es un proceso que lleva tiempo, pero los compañeros ya no dicen más "venga a salvarnos Evo", ahora dicen "estamos con usted", hemos ganado confianza en nosotros. Y estamos viendo que eso también ocurre con compañeros de otros países, como Chile, Perú. Alguien me decía que también en Panamá andan con ganas de botar al gobierno.

Usted subraya la unidad, pero la articulación con Felipe Quispe (Movimiento Indígena Pachakutik) es difícil, él lo ha descalificado frecuentemente.
 No voy a polemizar públicamente con Quispe, él es un aymara como yo, por lo tanto para mí es un hermano, no hablaré sobre eso. Nuestra meta es que los quechuas, aymaras y guaraníes seamos poder, no solo gobierno. Esas cosas no se hablan, se hacen.

Quispe defiende la "autonomía" indígena, usted la "refundación" de Bolivia. ¿Esas diferencias son de programa, no sólo personales ?
 Nosotros hemos aprendido de nuestra experiencia, que es importante combinar la lucha social, la lucha política y la lucha electoral. Antes detestaba la política, pero aprendí que es fundamental saber hacer política. Esa experiencia de construcción hizo posible que el pueblo boliviano, incluyendo indígenas, profesionales, mineros, echara al símbolo del neoliberalismo y la mafia : Gonzalo Sánchez de Lozada. Creo que, junto con las mayorías nacionales, estamos comenzando a refundar Bolivia.

Repsol no, Petrobras sí

La venta de gas a Estados Unidos fue el detonante de la rebelión. ¿Comparte la política de hidrocarburos del gobierno ?
 El presidente tendrá que entender que los movimientos sociales dijimos "ya basta" al modelo neoliberal ; no vamos a seguir regalando la riqueza. Mesa no está entendiendo que no puede ser ambiguo. En octubre los quechuas, aymaras, guaraníes han muerto para que el gas sea de nosotros, para que no sigan desangrando nuestras riquezas llevándolas a Estados Unidos, a través de Chile.

Una reestatización afectaría, entre otros, a intereses de Estados Unidos y España. Repsol tiene presencia en Bolivia.
 Queremos que las empresas vuelvan a ser del pueblo, esto no quiere decir al Estado, y si eso afecta a empresas extranjeras no importa, nuestro pueblo está envalentonado, no les tememos. Si José María Aznar (primer ministro español) hace algún planteo en la Cumbre Iberoamericana le diremos que no sea "asno", que son ellos los que tienen que reparar las masacres y la explotación colonial de cinco siglos.

Petrobras también exporta gas a Estados Unidos
 No estamos contra la exportación del gas, estamos en contra de que se extraiga el recurso en bruto, que sea vendido sin ser refinado acá. Si la exportación se negocia de una forma respetuosa de nuestra soberanía, podemos estar de acuerdo.

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