Accueil > Notre Amérique > Bate, bate corazón ! Que por fin ahí va América del Sur.
Nació un torito !
Con la presencia de todos los presidentes de la región, se anunció la primera etapa de la construcción del gasoducto, con el tramo Güiria (Venezuela) y Recife (Brasil), de cinco mil kilómetros de extensión, a un costo de 11 mil millones de dólares. También se acordó la OPEP del gas y se bajó la polémica sobre biocombustibles.
Por Raúl Dellatorre
Pàgina 12. Desde isla Margarita, 17 de Abril de 2007
Con Argentina como principal aliado, Venezuela se dio el gusto ayer de lograr darles, en la reunión de ministros de Energía de Sudamérica, el puntapié inicial a dos proyectos de fuerte contenido político : el Gasoducto del Sur y la Organización de Países Productores y Exportadores de Gas del Sur. Aunque suene grandilocuente, el apoyo dado hacia ambas iniciativas por todos los ministros presentes, incluido el de Brasil, representa el respaldo político hacia el proyecto más ambicioso que están impulsando en conjunto Argentina y Venezuela y en los que aparece cada vez más comprometido Bolivia.
Recientemente, un semanario uruguayo definía al gobierno de Venezuela de una forma que se adapta perfectamente a lo que sucedió en esta "Cumbre Energética Sudamericana", después de todos los chisporroteos previos que preanunciaban una tormenta en la relación entre sus miembros. "Venezuela es como esa mina (mujer) del barrio, la más bonita, la más llamativa, la que todos desean, pero con la que ninguno quiere que lo vean por lo que puedan decir", describía aproximadamente en esos términos la revista Brecha la sensación que existe en Uruguay sobre la vinculación de ese país con el gobierno de Chávez.
En tiempos de escasez de energía y horizontes de agotamiento para los recursos no renovables, la necesidad puede más que las apariencias. Venezuela ha puesto los recursos de su subsuelo al servicio de su proyecto político, apoyado en una férrea integración con sus vecinos de la región. Ayer, el ministro de Energía y Minas de Venezuela y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, dio como ejemplo los convenios de cooperación con Argentina para describir la forma de integración que Venezuela propone. "El gas que tiene Sudamérica debe ser para el consumo y el desarrollo de Sudamérica", subrayó varias veces el ministro anfitrión durante las casi cuatro horas de reunión a puertas cerradas con sus pares regionales, en las que casi no hubo lugar para los discursos protocolares.
No fue ingenuo ni inocente que la reunión se abriera con una amplia exposición de los avances logrados en materia del proyecto del "Gasoducto del Sur", la idea calificada como "faraónica" [el ex premier español Felipe Gonzales] de atravesar Sudamérica de Norte a Sur, desde Venezuela hasta Argentina, con un caño que represente la integración física de todo el subcontinente. Esa obra "faraónica" tendrá su primera etapa en la construcción del tramo Güiria (Venezuela) y Recife (nordeste brasileño), de nada menos que de 5.000 mil kilómetros de extensión (cuatro mil en territorio brasileño) y a un costo de 11 mil millones de dólares, según estimó una fuente de la delegación argentina. Según lo expuesto por Ramírez, la obra se pondría en marcha a fines de 2009 y estaría prestando servicio en 2013.
Tampoco resultó casual que el segundo expositor fuera Julio De Vido, quien repasó los puntos de avance del acuerdo con Bolivia para licitar y construir el ’Gasoducto Nordeste’ en Argentina, por el que este país recibirá 20 millones de metros cúbicos diarios de gas, a partir de 2010 si el cronograma de obra se cumple. Con la apertura de la licitación prevista antes de los próximos 90 días y el inicio de obras programado para octubre, este emprendimiento de 1200 kilómetros y un costo aproximado de 1800 millones de dólares (incluida la planta compresora y separadora de gases en Yacuiba, Bolivia) está planteado como parte del mismo trazado que integrará la conexión Güiria-Recife al norte.
Si las dos primeras exposiciones estuvieron perfectamente calibradas, no fue menos oportuna que la tercera corriera por cuenta del ministro de Energía brasileño, Silas Rondeau, quien elogió la iniciativa y puso a Brasil en el centro mismo del desarrollo del gran "Gasoducto del Sur". "El proyecto es de gran importancia, de enorme expectativa para Brasil, al punto que se han realizado más de 50 reuniones técnicas en nuestro país ; el "Gasoducto del Sur" forma parte de nuestro proyecto estratégico", planteó con firmeza.
Carlos Villegas, de Bolivia, intervino para garantizar que su país contará con los recursos suficientes para ofrecer el gas comprometido con Argentina en el año 2010, en respuesta a los comentarios sobre una eventual caída en su producción por el parate de las inversiones tras la nacionalización de hidrocarburos.
El representante de Ecuador adhirió calificando el proyecto como el aprovechamiento de "una oportunidad histórica". Y aseguró que su país trabaja con Perú para "aprovechar al máximo el gas de nuestra área" a través de interconexiones en red.
La mayor sorpresa provino de la definición del representante del gobierno colombiano, quien se refirió al gran gasoducto como "un proyecto estratégico para nosotros", dada la necesidad de su país de integrarse con vistas a su situación en el mediano plazo. "Si en cuatro años no obtenemos resultados distintos a los actuales en nuestras exploraciones, vamos a tener dificultades de abastecimiento de hidrocarburos", advirtió. El actual desarrollo del "Gasoducto Transoceánico" con Venezuela permitirá una complementación que resultaría incomprensible desde el punto de vista de la relación política entre ambos gobiernos (Chávez y Alvaro Uribe).
El otro plato fuerte del menú estuvo en la presentación de la llamada ’OPEP del gas del sur’, una propuesta de coordinación de políticas de producción, de precios y de exportación de los países de la región en materia de gas. Hasta Brasil, al que se suponía totalmente ajeno a la iniciativa (promovida por Argentina, Venezuela y Bolivia), se pronunció en su favor. "Tenemos un conocimiento apenas inicial de la idea, pero estamos totalmente de acuerdo en su desarrollo", definió Silas. El primero y más difícil paso ya estaba dado.
Tras las expresiones generales de apoyo a la idea del ’Gasoducto del Sur’ y a una unión estratégica en torno de una OPEP del gas regional, ya se empezó a trazar la idea de un "anillo energético" más ambicioso que otras ideas anteriores : unir en un trazado a todos los países del Pacífico para cerrar un círculo con la conexión de Venezuela con Argentina. Con todos interconectados, se sueña, el gas podría fluir en cualquier sentido hacia allí donde en cada momento se necesite.
Proyectando en grande, los participantes de esta Primera Cumbre Energética Sudamericana acordaron dejar de lado las diferencias con respecto al desarrollo del biocombustible. El tema apenas apareció tangencialmente durante el encuentro, siempre en tono amable y sin doble intención. Fue el gesto de devolución al Brasil por su respaldo a las dos iniciativas que fueron eje del encuentro. Hoy será la oportunidad del intercambio entre los presidentes, con los discursos políticos y la foto de rigor para el recuerdo. Pero la letra del acuerdo ya quedó escrita.
Todos quieren a Brasil adentro
Por si faltaba polémica, Marco Aurelio García aportó lo necesario. El asesor especial del presidente de Brasil en Asuntos Externos volvió a poner el palo en la rueda del ’Banco del Sur’. "Brasil no quiere llegar cuando el plato esté frío, quiere estar adentro de la cocina cuando se prepare", ironizó, para referirse a que en las actuales condiciones, cuando Argentina y Venezuela tienen avanzado el proyecto y diseño del banco, su país no tiene interés en participar.
Dichas expresiones, que fueron interpretadas como la negativa de Brasil a participar, fueron puestas en el plano opuesto por el ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, un par de horas después. "Recibimos con beneplácito que Brasil se sume al proyecto, del que participará con pleno derecho. Brasil no entra por la puerta de atrás", le respondió, y anticipó que hoy habrá una reunión, por la mañana, entre los ministros de Finanzas de los países involucrados -incluyendo a Ecuador, Paraguay y Bolivia-, para avanzar en la formulación de la idea. "Hacia la noche esperamos poder hacer importantes anuncios", prometió.
La réplica de Cabezas al desafío que lanzó Marco Aurelio más temprano refleja las discrepancias internas que existen en el gobierno brasileño acerca del proyecto. Mientras un sector moderado del gobierno de Lula le saca el cuerpo al proyecto que desafía a los organismos financieros internacionales, otro sector busca el modo de sumar a Brasil, con sus condiciones.
El primero estaría expresado por Marco Aurelio.
El segundo, en la palabra de Guido Manteiga, ministro de Finanzas, que el último fin de semana aseguró en Washington que su país iba a ser parte del Banco. La ministra argentina Felisa Miceli también participará del encuentro de hoy por la mañana. Argentina y Venezuela han sido los mentores de la idea y autores del pre diseño del ’Banco del Sur’, cuya parición está prevista para el segundo semestre del año. La entrada de Brasil puede demorar la puesta en marcha, y la Argentina está a favor de abrir ese compás de espera si con ello logra sumarlo. La incorporación de Ecuador es casi un hecho. Bolivia, Paraguay y Uruguay son los próximos objetivos. El posible ingreso de alguno de ellos puede ser el "anuncio importante" al que se refirió Cabezas.
En otro plano, Argentina y Venezuela siguieron avanzando en el proyecto de lanzamiento de una nueva emisión, la tercera, del título de deuda binacional denominado ’Bono del Sur’.
A pesar de las públicas diferencias de criterios entre Lula da Silva y Hugo Chávez acerca del biocombustible, Brasil y Venezuela anunciaron ayer la creación de un conjunto petroquímico binacional que comenzará a funcionar a partir del 2009 en el complejo José del país caribeño. Se trata de una sociedad mixta que los venezolanos eligieron conformar con una firma privada brasileña en reemplazo de la estadounidense Exxon-Mobil. Con una inversión total calculada en 5000 millones de dólares, el acuerdo permitirá construir una planta de etileno -obtenido a partir del gas natural-, con una capacidad de producción de 1,3 millón de toneladas anuales. Esa misma planta elaborará además 1,1 millón de toneladas anuales de polietileno, 285 mil de soda cáustica y 200 mil de PVC.
La nueva firma estará integrada por la estatal venezolana Pequiven y la privada brasileña Braskem (controlada por el grupo Oderbrech-Mariani), en la cual tendrá participación accionaria de 50% cada una, aunque, según precisó Chávez ayer, Venezuela "se reserva el manejo estratégico de la empresa, porque estamos en territorio venezolano, así como el desarrollo aguas abajo de toda la cadena de los plásticos".
Los mandatarios de los países que participan de esta "Primera Cumbre Energética Sudamericana" acordaron formular un espacio común denominado Unión de Naciones del Sur, Unasur. La fórmula reemplazará la anterior Comunidad Sudamericana de Naciones, que había nacido bajo el impulso de Eduardo Duhalde, presidente provisional, y Lula da Silva entre 2002 y 2003. El replanteo busca superar el escaso o nulo desarrollo que tuvo la experiencia anterior y se monta sobre los acuerdos que se han ido generando en materia energética y de cooperación entre los países de la región.
El acuerdo, alcanzado anoche, será planteado hoy en términos generales -es decir, sin mayores precisiones en los objetivos ni en su diseño- al término de la cumbre. Uno de los puntos acordados fue que Quito será la primera sede de la flamante Unasur, y se propondría al ex presidente de Ecuador Rodrigo Borja para ocupar la presidencia. Durante el mismo encuentro de presidentes se debatió el tema biocombustibles, "pero en términos amables", expresó una fuente argentina.