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5 janvier 2007

Y la « Doctrina de Seguridad Nacional » parió el Batallón 601 para el plan Condor

« Mano de obra desocupada »

 

Los monstruos creados por la « Doctrina de Seguridad Nacional » no tienden a leer los clasificados en busca de empleo, prueba de ello es lo que sucede con el represor Ernesto Lorenzo, ex lugarteniente del célebre Aníbal Gordon.

Anibal Gordon

Ernesto Lorenzo, alias « Mayor Guzmán », se inició en la Triple A, « trabajó » en el ex Batallón de Inteligencia 601 perteneciente al Ejército Argentino, y llegó a lugarteniente del paramilitar Aníbal Gordon, con quien participó del robo de obras de arte en un museo de Rosario y el secuestro de Guillermo Patricio Kelly.

Por el secuestro de Kelly, Lorenzo fue condenado a seis años de prisión y salió en libertad condicional en 1991. Su jefe, Aníbal Gordon, no pudo cumplir la condena a 16 años : murió en la cárcel.

El 29 de octubre de 1995 Lorenzo volvió a ser detenido en el barrio de Belgrano, cuando circulaba en una camioneta con el Retrato de Doña María Teresa Ruiz de Apodaca y Sesma, un cuadro pintado por Goya en el siglo XVIII, valuado en más de 3 millones de dólares. La pieza había sido robada por la banda de Gordon, junto a otras obras de arte, del Museo de Arte Decorativo de Rosario, en noviembre de 1983.

El Batallón 601, pieza clave del « Plan Cóndor », fue una verdadera universidad de delincuentes, preparaba a sus miembros dilectos para la época en que no hubiera hipótesis de conflictos contrainsurgente, « de algo hay que vivir ».

Lorenzo conoció a Aníbal Gordon en Rosario. Allí los reclutó el general Otto Paladino, uno de los jefes de la Triple A, durante el gobierno de Isabel Perón. Este civil, que se hacía llamar mayor Guzmán, trabajó en el área de Inteligencia del Comando del II Cuerpo de Ejército, con sede en Rosario, durante la represión ilegal, y después desarrolló tareas de contrainteligencia durante la guerra de Malvinas.

Pero el trabajo que lo llevó a la fama fue el secuestro de Kelly, en la agonía de la dictadura militar. El 24 de setiembre de 1983, con Gordon a la cabeza, Lorenzo integró la banda en la que participaban otros paramilitares como Eduardo Ruffo, César Enciso, Marcelo Gordon y Carlos Rizzaro.

Editó en 1997 una Guía para padres y educadores, que se distribuyó en forma gratuita en las escuelas de todo el país, con consejos sobre la prevención del consumo de drogas por parte de los estudiantes. La Guía, cuya confección estaba a cargo del teniente coronel (R) José Campanella, estaba financeada, entre otras empresas, por Edcadassa, atribuida entonces a Alfredo Yabrán.

Ya había sido detenido en el 2000 por narcotráfico cuando trabajaba para otro ex agente del 601, Julio Alberto Sanguinetti, y acaba de ser capturado con la friolera de 1100 kilos de cocaína (valuada en 22 millones de euros) 700 kg. en una casa ubicada en la calle Deán Funes al 200 y otros 400 kg. en Tortuguitas.. Esta vez no es el segundo de nadie, se lo acusa de ser el jefe de la organización.

Que era el Batallón 601 ?

Fue el cerebro del espionaje ilegal de los setenta Tuvo jefes como Suárez Mason. Como sucede con la sigla ESMA, la denominación Batallón de Inteligencia 601, o el 601, propone una automática re-presentación de los peores contenidos de la memoria. La ESMA quedó consagrada como el paradigma del terrorismo de Estado en la zona de responsabilidad de la Armada durante la última dictadura militar. Sobre todo, como escenario físico de ejecución del terror. La hermética sede del Batallón, en Viamonte y Callao -había sido antes residencia del Ministerio de Guerra-, remite en cambio al núcleo del diseño y control operativo de la represión ilegal ejercida por el Ejército en esos tiempos.

Aunque la historia empezó antes.La militancia política de los años 60 ya conocía la sensación de escalofrío que producía la mención del Batallón. Cuando el viborazo -el segundo Cordobazo- puso fin a la presidencia de Juan Carlos Onganía y se supo que su reemplazante, traído desde su cargo en la Junta Interamericana de Defensa, en Washington, sería el general Roberto Levingston, bastó con saber que había sido jefe del Batallón de Inteligencia 601 para saber a qué atenerse. Aunque la dimensión exacta del papel del 601 sólo apareció una década después. Cuando se supo, por ejemplo, que por allí había pasado el general Guillermo Suárez Mason, alias Pajarito, el más poderoso de los jefes operativos del arma en la guerra sucia, como comandante del Cuerpo I de Ejército. Gran amigo de Eduardo Massera y uno de sus compañeros en la logia internacional de ultraderecha «  Propaganda Due  » (la P2), Suárez Mason fue juzgado y condenado luego por decenas de crímenes, amnistiado por Carlos Menem y, desde diciembre, detenido y juzgado por varios casos de secuestro de menores. De entre los cuadros de la unidad surgieron los elegidos, en los primeros 80, para enseñar técnicas represivas en Honduras a los contras nicaragüenses que trataban de terminar con el gobierno sandinista, en un acuerdo con la estructura de inteligencia de Estados Unidos [Negroponte].

El general Alfredo Valin, el coronel Osvaldo Ribeiro, el capitán Héctor Vergez, José Hoyas, Héctor Francés, Jorge OHiggins, Jorge de la Vega, Emilio Jason, Mario Davico son algunos de los nombres de quienes fueron a enseñar a Centroamérica.También integraba ese grupo el PCI -personal civil de inteligencia- Leandro Sánchez Reisse, complicado con varias operaciones de secuestros extorsivos y desapariciones en la Argentina y en el exterior, autor de una sonada fuga de una prisión suiza, hoy detenido en una cárcel de Gendarmería en la que departe diariamente con Luis Sarlenga, el empresario que participó de las operaciones de venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia durante el gobierno menemista.

El protagonismo del personal civil del Batallón fue una de sus características. Tanto o más conocido que Sánchez Reisse, también fue PCI de la unidad Raúl Guglielminetti, el mayor Guastavino en su alias de represor, antiguo miembro de la organización paramilitar Triple A, inspirada por el ministro de Bienestar Social del gobierno peronista de la época, José López Rega, y que actuó entre 1974 y 1976. Guglielminetti se hizo famoso cuando apareció como jefe de una oficina de inteligencia oficial paralela, la de Alem 218, cuya existencia generó una crisis en la primera etapa del gobierno de Raúl Alfonsín.

Desde hace varios años, por decisión del ex jefe de Estado Mayor Martín Balza, el Batallón había pasado a llamarse Centro de Reunión de Información (CRI). Poco antes de estos cambios, en diciembre de 1990, de su sede de Viamonte habrían salido armas usadas en el último motín carapintada comandado por Mohamed Alí Seineldín. Y nunca pudo desestimarse definitivamente, en todos estos años, la intuición de que el Batallón guardaba nutrida información original sobre operaciones y nombres relacionados con el terrorismo de Estado.

El gráfico muestra como la cadena de mando lleva directamente hasta el Comandante en Jefe del Ejército General Leopoldo F. Galtieri. El Memo es de James J. Blystone, el Oficial de Seguridad Regional (RSO) de la Embajada de EEUU en Buenos Aires y se trata de uno de los documentos desclasificados del Departamento de Estado de EEUU.

Organigrama del Batallón 601

Puede observarse que las áreas de estudio de los « grupos de tareas » no solo refieren a organizaciones guerrilleras sino a sindicatos, estudiantes y religiosos considerados peligrosos para el Batallón 601.

CPDHCorrientes

Fuente de datos : P12 del 1/11/200, Clarín del 13/02/2000, 26noticias y TN Noticias y los archivos de la National Security Archive de la Universidad George Washington.

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