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3 de junio de 2006

Y Ollanta Humala les dijo ...

"Revisaremos el contrato de Techint"

 

A pocas horas de las elecciones presidenciales, el ex comandante Ollanta Humala les dijo a los corresponsales extranjeros que piensa revisar todos los contratos energéticos de su país y criticó a las empresas argentinas Techint y Pluspetrol. Sin embargo, dijo que quería colaborar con el gobierno de Kirchner en temas de energía.

Por Carlos Noriega
Página 12
. Lima. Sábado, 3 de Junio de 2006.

Las encuestas dan como ganador a Alan García, pero en los barrios más humildes gana Humala.

En rueda de prensa con medios extranjeros, en la que estuvo presente Página/12, el candidato Ollanta Humala cuestionó duramente ayer, aunque sin mencionarlas directamente por su nombre, el trabajo que las empresas argentinas Pluspetrol y Techint vienen realizando en Perú y aseguró que de llegar a la presidencia revisará los contratos de explotación de petróleo y gas que las mencionadas empresas han suscrito con el país andino.

Humala señaló que el gasoducto construido por Techint para llevar el gas desde Camisea, una zona selvática del Cusco, hasta la costa peruana, "no tiene la calidad que todos los peruanos esperábamos y además su construcción no la pagó la empresa, sino que ha sido financiado el pueblo peruano con un impuesto que pagaba al consumo de electricidad". Humala anunció que durante un eventual gobierno suyo el contrato con el Consorcio Camisea -que integran Techint y Pluspetrol- para el transporte y explotación del gas "será revisado y cambiado".

También aseguró que se propone renegociar los contratos con las empresas petroleras, entre ellas Pluspetrol, "que extraen nuestro petróleo a un costo de ocho a diez dólares por barril y lo venden a nuestras refinerías al precio internacional. Ahora el Estado solamente participa con el cobro de impuestos. Nosotros vamos a cambiar eso para que el Estado participe en este negocio tan rentable".

En un aparte con Página/12, agregó: "Es inaceptable que siga esta situación en la que las empresas tienen grandes ganancias vendiéndonos nuestro propio petróleo al precio internacional. En Argentina no aceptarían eso. Nosotros tampoco lo aceptaremos. En el caso del gas es igual. Pluspetrol paga regalías calculadas a un precio del gas congelado al año 2000 cuando ahora es nueve veces mayor. Eso también cambiará en nuestro gobierno y tendrán que pagar impuestos según el precio real del gas".

Humala defendió su tesis de nacionalizar los recursos naturales "para que el Estado participe en mejores condiciones como socio de las transnacionales", pero se esforzó en aclarar que "esa nacionalización no significa estatización, ni confiscación de la propiedad de las transnacionales; nosotros respetamos la propiedad privada". Sobre el tema, el candidato peruano calificó la experiencia nacionalizadora de Evo Morales en Bolivia como "positiva", porque, dijo, "las empresas transnacionales no se han retirado y han aceptado negociar con el gobierno boliviano". El candidato peruano expresó su oposición al proyecto de construcción de un anillo energético impulsado por los gobiernos de Argentina, Venezuela y Brasil y al que se ha sumado Bolivia. "Me opongo a un anillo energético que implique que el Perú exporte su gas de manera natural y a cambio reciba productos derivados del gas o energía. Nosotros queremos construir un polo petroquímico en Camisea que le dé un valor agregado a nuestro gas para exportar a la región energía, fertilizantes y otros productos derivados del gas, pero no gas natural", señaló.

Humala apareció en la rueda de prensa, realizada al caer la fría tarde de ayer viernes, sonriente, aunque sin poder ocultar la tensión que llevaba por dentro.

Aunque la pregunta versara sobre otro tema, en más de una ocasión recordó las acusaciones por corrupción y violaciones a los derechos humanos que pesan sobre su rival desde cuando fuera presidente entre 1985 y 1990. En cambio, sobre las acusaciones que hay en su contra por violar a los derechos humanos cuando era capitán del ejército en 1992 prefirió no explayarse demasiado.

Al respecto se limitó a decir que "no hay ninguna acusación formal en la Fiscalía en mi contra; esas acusaciones aparecieron cuando yo ingresé en la política. No soy un asesino y tampoco un ladrón". Bajo un toldo de colores rojo y blanco, que son los de la bandera peruana, el nacionalista Humala habló con la prensa en un espacio improvisado en el jardín de la casa que ha sido habilitada como local de campaña para estas elecciones. La vivienda está ubicada en el residencial barrio de San Isidro, uno de los más exclusivos de la capital peruana y terreno prácticamente enemigo para el humalismo. Ahí, el gran cartelón con la inmensa foto de Humala que cuelga en la fachada luce como un lunar que los vecinos ven de mala gana cada vez que pasan por el lugar.

Humala también habló del presidente Kirchner, con quien aseguró tener "puntos en común". Se quejó de que la prensa peruana se haya dedicado a hablar de sus vínculos con Hugo Chávez y no haya resaltado la reunión que tuviera con el presidente argentino en Buenos Aires en enero pasado.

"Esa fue una conversación importante -aseguró- porque hablamos de una serie de programas de cooperación técnica, especialmente en temas de agricultura y ganadería, donde Argentina tiene mucha experiencia. También hablamos de buscar un equilibrio en la balanza comercial. Argentina va a ser un socio importante para nosotros, en temas energéticos, en agricultura, y también en defensa, que es un tema importante que debemos retomar con Argentina."

Antes de marcharse, les restó importancia a las últimas encuestas aparecidas ayer que dan como ganador a Alan García y reiteró su confianza en la victoria.

El Apra es un partido muy "Garcíadependiente"

El influyente partido fundado en los años ’20 por el venerable Víctor Raúl Haya de la Torre tiene fuerte presencia en la burocracia del Estado peruano, pero nunca pudo ganar una elección presidencial sin Alan García como candidato.

¿Quién será el próximo presidente? "Nosotros", dicen los apristas convencidos de que Alan García los sentará por segunda vez en la historia de este casi centenario partido en el sillón presidencial. A pesar de que los sondeos de opinión les son desfavorables, los humalistas dicen lo contrario. Siguen teniendo fe en la tendencia política de los últimos 15 años, es decir, según señala un militante humalista, "en la renovación del país a partir de nuevas propuestas lanzadas por partidos ajenos al sistema tradicional".

Lo cierto es que el esquema de la batalla presidencial peruana tiene características peculiares. Sus protagonistas son un joven partido fundado por Ollanta Humala hace menos de un año y una formación histórica que desde hace casi un siglo detenta innumerables riendas del poder pero que sólo gobernó una vez. El mismo hombre que en 1985 le dio al APRA su primera presidencia tiene a su alcance el segundo sillón presidencial. "Parece que el APRA sólo puede acceder a la presidencia con García como candidato", dice con ironía Alberto, un humalista del barrio limeño Pueblo Libre.

Observado desde el ángulo de los ejércitos partidistas, el enfrentamiento parece desigual. "El APRA es como el peronismo. Está en los poros de la piel. El Perú respira el APRA hasta en el medio del mar", dice Carlos Herrero, un militante aprista con dos generaciones en el partido fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre.

Los humalistas se sirven de ese argumento de leyenda para decir que el movimiento generado por Humala es precisamente una "estrategia espontánea cuyo fin consiste en transformar la arquitectura política del Perú". Ollanta Humala sale a las urnas con las banderas de un partido en el que nunca militó. Alan García tiene detrás una dinastía que ejerció un poder enorme. Fiscalías, Consejo de la Magistratura, educación nacional, administración: el aprismo ha sido a lo largo de las décadas un influyente actor de las sombras.

Medio Perú le dio alguna vez su voto al APRA. Humala, en cambio, recién creó el partido nacionalista en abril del año pasado. Y si hoy su marca es la minoritaria UPP creada por el ex secretario de las Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar, se debe a que Humala no obtuvo las firmas suficientes para apoyar su candidatura. La UPP le dio las suyas y Humala salió camino a las urnas.

El APRA es otra historia, grande como una Biblia. Haya de la Torre lo fundó en los años ’20 durante su exilio en México. A pesar de la enorme influencia que ejerció este notable hombre político, Haya de la Torre nunca fue electo presidente con los colores de su partido. En las elecciones del año 1962, Haya de la Torre estuvo a punto de consagrarse presidente pero un golpe de Estado le cerró el camino. Hubo que esperar casi un cuarto de siglo para que un aprista rompa el embrujo. "A García le debemos nuestra más valiosa historia, y tal vez se vuelva a repetir ahora", dice Jorge recordando la victoria de 1985.

El APRA de Haya de la Torre debe ser el partido más perseguido del Perú. En 1933 fue proscripto hasta el año 1945, cuando empezó a ocupar verdaderamente el poder detrás del trono. En 1948, un nuevo golpe militar dejó al APRA en las sombras hasta el ’56 y a su líder -Haya de la Torre- le tocó vivir el mismo destino que Alan García conocería luego del "golpe" fujimorista de 1992: Haya se refugió en la embajada de Colombia y luego vivió exiliado en ese país. García se refugió en París.

En 1963 el aprismo resurgió de sus cenizas y pactó una alianza con el mismo dictador que lo había proscripto entre los años ’48 y ’56 para bloquear así las reformas progresistas de Belaúnde.

El voto anulado viene con sorpresa

Tras el cierre de la campaña electoral llegó el tiempo de los rumores, las especulaciones, el nerviosismo y de las últimas encuestas, cuya difusión está prohibida en el Perú pero que todos buscan conseguir desesperadamente. Ayer, tres encuestadoras compartieron sus últimos sondeos con la prensa extranjera acreditada en Lima. Las tres coinciden en pronosticar la victoria de García por un margen que va desde los seis hasta los doce puntos, pero ninguno se anima a asegurar que no habrá sorpresas. Según los expertos en opinión pública, el voto anulado podría ser clave en una elección donde los dos candidatos presentan flancos débiles evidentes.

En las calles todos preguntan por esas encuestas -incluso se ha prohibido su difusión a través del mail, bajo amenaza de una severa multa- y, a falta de información real, se dispara todo tipo de rumores: que hay un empate, que Alan García ha ampliado su ventaja, que el voto nulo será muy alto o que Ollanta Humala va primero y que las encuestadoras han estado ocultando esa información.

Manuel Saavedra, director de la encuestadora CPI, advirtió a los corresponsales extranjeros que los indecisos y aquellos electores que aseguran que anularán su voto podrían inclinar la balanza hacia uno u otro candidato. "Las distancias pueden seguir acortándose y yo no descartaría un resultado estrecho", señaló.

Según Torres, la mayoría de aquellos que dicen anularán su voto están en los sectores medios y altos, que tienen temor de Humala pero no quieren votar por García por los malos recuerdos de su gobierno. "Tomando en cuenta ese dato, el voto en blanco perjudica más a García", precisa Torres, cuya encuesta final da a García como ganador por un margen de 53,8 % contra el 46,2 por ciento para Humala.

Otra encuestadora, Apoyo, pronosticó que García ganaría con el 53 % del voto válido, contra el 47 por ciento de Humala. La Universidad de Lima le dio la mayor ventaja a García: 55,9 % contra 44,1 % de su rival.

"Creo que la sorpresa (victoria de Humala) solamente podría darse si hay un voto oculto significativamente mayor del que se estima. Me parece improbable pero no lo podemos descartar", señaló Alfredo Torres, director de Apoyo. Según los sondeos a nivel nacional de las tres encuestadoras, el porcentaje de peruanos que anulará su voto fluctúa entre el 11 por ciento y el 14 por ciento, mientras que los que todavía se mantienen indecisos son entre el 6 por ciento y el 8 por ciento, en ambos casos no muy lejos del promedio histórico para elecciones presidenciales. Pero la sensación en la calle es que el porcentaje de votos nulos será mucho mayor.

Jorge, un taxista que estudió administración pero que como tiene empleo -renta ese viejo auto para ganarse la vida haciendo taxi- asegura que no le gusta ninguno de los dos candidatos. "Alan ya gobernó y fue un desastre y Humala no me gusta porque me preocupa que quiera quedarse 20 años en el poder, como quiere hacerlo su mentor Chávez en Venezuela", analiza. Haciendo un sondeo por las calles limeñas, encontramos que muchos piensan igual.

Consciente de eso, ayer García pidió a quienes piensan votar en blanco que no lo hagan "porque eso beneficia a la alternativa no democrática". Agitando los temores a un gobierno del ex comandante nacionalista, García busca que entre aquellos que piensan anular su voto finalmente el miedo a una victoria de Humala termine superando los malos recuerdos de su pasadocomo presidente, marcado por la hiperinflación, la corrupción, el crecimiento del terrorismo y violaciones a los derechos humanos.

Mañana podría terminar ganando no aquel candidato que convenció más con sus propuestas, sino el que logró meterle a la población más miedo sobre su rival.

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