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Por Jeff Cohen
ZNet.
Venezuela. Viernes 25 de Agosto de 2006.
No suelo tener en cuenta los consejos de los derechistas. Pero esta vez lo hice. Después de recibir encendidos correos electrónicos de docenas de derechistas enfadados diciéndome que debería largarme de los EEUU e ir a Venezuela, acepté su reto y volé a Caracas.
"¿Le gustaría que empezara una colecta para mandar su culo hasta allí, Camarada Cohen ?"
Lo que provocó los correos, muchas veces insultantes, fue mi columna de Internet de 2005 en la que animaba a los residentes en EEUU a comprar su gasolina en Citgo, una subsidiaria de la compañía petrolera estatal venezolana. Hice un llamamiento para un BUY-cott [1] a Citgo, en protesta por la política exterior intervencionista de Bush al tiempo que apoyaba los innovadores programas antipobreza de Venezuela. http://www.commondreams.org/views05... (El pasado invierno, Citgo lanzó un programa que proporcionó descuentos en el gasóleo de calefacción a familias estadounidenses de pocos recursos).
"Eh, imbécil, si odias tanto a América como amas a Venezuela, ¿por qué no te vas allí ?"
Estoy encantado de haber hecho caso al coro conservador. A finales de Junio, me dirigí a Venezuela con una delegación de investigación patrocinada por el respetado grupo de derechos humanos estadounidense Witness for Peace (Testigos para la paz, N. del T.). El penoso viaje cubrió mucho terreno y todos los aspectos del paisaje social y político de Venezuela. Es un país complejo, dirigido por el a veces volátil presidente Hugo Chávez, un izquierdista y duro crítico de Bush que fue elegido por primera vez en 1998.
Tan pronto como volví a casa, me dirigí a la estación de servicio de Citgo más próxima para llenar el depósito : más comprometido que nunca con enviar unos cuantos dólares a los pobres de Venezuela.
"Usted, señor, es tan poco americano como ellos"
Durante décadas, la gran riqueza petrolífera venezolana ha sido despilfarrada y acumulada por su elite de piel clara, mientras que la mayoría de los venezolanos (en su mayor parte de ascendencia indígena, africana o mestiza) vivía en una pobreza desesperada. Hoy en día, las rentas petrolíferas de Citgo y de otras partes son dirigidas a programas sociales (llamados "misiones") para beneficiar a la mayoría pobre del país. Hay una reminiscencia de los programas del New Deal de FDR (Franklin Delano Roosevelt, N. del T.)... nacidos de nuestra quiebra económica. Pero las misiones de Venezuela están alimentadas por un auge repentino : el auge del precio del petróleo, que parece que va a persistir durante años.
"Por culpa de Chávez, el comunismo está floreciendo en Sudamérica"
Por lo que yo pude ver, el capitalismo está floreciendo. Los intereses petrolíferos extranjeros continúan sacando beneficios espléndidamente del petróleo venezolano, pero ahora pagan una proporción de impuestos y regalías más justa. Así lo hacen los 80 restaurantes McDonalds de Venezuela, que fueron cerrados brevemente el año pasado bajo la acusación de evasión de impuestos.
Las compañías multinacionales y la antigua elite se están desenvolviendo bien en la Venezuela de hoy. Tan bien que algunos izquierdistas venezolanos acusan a Chávez (a pesar de su discurso sobre construir el socialismo del siglo XXI) de ser una herramienta del imperialismo corporativo.
Como otros países exportadores de petróleo, Venezuela permitió en el pasado que su economía doméstica productiva se atrofiara. Además del petróleo, producía poco ; el alimento era importado en su mayor parte. Hoy, las gentes de la áreas pobres se organizan en cooperativas productivas y agrícolas, apoyadas por préstamos a bajo interés del gobierno. Visitamos un banco federal que respalda negocios dirigidos por mujeres a lo largo y ancho del país.
Yo creo que si Chávez tiene éxito en Venezuela (un gran "si" en un país de corrupción endémica, pobreza y crimen, en el patio de atrás del superpoder de EEUU) su sistema económico se parecerá más a Suecia que a Cuba.
Lo que no da lugar a debate es que los pobres han encontrado esperanza en el gobierno de Chávez (algo por lo que es quizá el presidente más popular en nuestro hemisferio) Tan popular que los críticos de Chávez en el gobierno de EEUU y en la oposición venezolana admiten que no serán capaces de vencerle en diciembre, cuando busque la reelección.
"El problema con todos vosotros, los liberales, es que sois antiamericanos y odiáis la democracia"
La participación en la democracia está creciendo explosivamente en Venezuela, bajo Chávez. Eso es debido en parte a la polarización, pero también a que mucha gente pobre se siente con suficiente poder por vez primera para tomar un partido activo en política. Una encuesta masiva de 2005 (Latinobarómetro) llevada a cabo en 18 países latinoamericanos demostró que los venezolanos están en lo más alto de entre los que prefieren la democracia a otro tipo de gobierno, satisfechos como están de cómo funciona su democracia, y convencidos de que su país es "totalmente democrático".
"El dinero del petróleo nunca llega a los pobres... Te debe de haber pagado Chávez para que escribieras lo que escribiste"
Por toda Venezuela, es difícil no ver las nuevas inversiones en educación pública. Las escuelas están siendo mejoradas en áreas urbanas y rurales y se les requiere que ofrezcan desayunos y almuerzos, arte, música y actividades extraescolares gratis. Al contrario que en los EEUU, estos mandatos están financiados apropiadamente. El analfabetismo ha sido barrido virtualmente, de acuerdo con la UNESCO, gracias a la educación para adultos que ha penetrado los barrios más pobres.
En las comunidades pobres, las tiendas subvencionadas por el estado llamadas "mercales" venden comida a la mitad de precio que el mercado. En la capital, Caracas, miles de comedores populares subsidiados ofrecen comidas gratis todos los días de la semana a los indigentes ; nuestra delegación tenía su cuartel general en una iglesia que servía 150 comidas diarias. A lo largo y ancho del país, nuevas viviendas se estás construyendo para reemplazar las chabolas ("ranchos") en los que viven tantos venezolanos.
Miles de clínicas médicas gratuitas ("Barrio Adentro") han sido construidas dentro de barrios que nunca antes habían tenido un médico ; tantas que puedes localizarlas desde la autopista. La plantilla está compuesta en gran medida por médicos cubanos ; a cambio, Cuba recibe petróleo venezolano. Cuando preguntamos al líder de una comunidad cómo reaccionaban los residentes hacia los médicos cubanos, nos explicó que la mayoría de los médicos venezolanos no ofrecería sus servicios en barrios pobres : "A la gente en nuestra comunidad no le importa si los médicos son franceses, alemanes, canadienses, mejicanos o cubanos ; siempre que estén para ayudar".
"Vete a Venezuela y dale un beso al dictador antiamericano"
Si Venezuela es una dictadura, debe de ser la primera en la historia del mundo en la que la oposición controla la mayoría de los medios de comunicación. Y la primera en la que las manifestaciones ocurren con regularidad fuera del palacio presidencial (organizadas por varios grupos, especialmente activistas con bajos ingresos quejándose de las promesas rotas y la ineficacia del gobierno)
La disidencia está viva y en buen estado en Venezuela. Cualquier observador casual puede ver críticas anti-Chávez por toda la televisión, el medio de comunicación dominante en el país, principalmente en manos de los intereses económicos conservadores. La oposición utilizó su poder en televisión para apoyar un golpe militar de corta vida en 2002 (ataque 1), un cierre de la patronal petrolera en 2002-03 (ataque 2) y un referéndum revocatorio fallido en 2004 (ataque 3). Chávez ganó cerca del 60% de los votos de este referéndum (que fue seguido de cerca por observadores internacionales).
Los esfuerzos por derrocar a Chávez (mediante medios tanto democráticos como antidemocráticos) han estado apoyados por la administración Bush. Lo que hace irónico que la American Family Asociation (Asociación Americana de la Familia, N. del T.), un grupo religioso de ultra derecha estadounidense, haya organizado un boicot contra Citgo basándose en un engaño suyo de Internet : "El dictador de Venezuela jura derrocar al gobierno de los Estados Unidos". El titular tiende a dar la vuelta a la realidad ; Chávez no ha hecho ese juramento. Pero verdaderos creyentes de la AFA bombardearon mi correo electrónico durante meses con el engaño.
"Prueba con Jesús. Si Él no te gusta, el diablo siempre puede llevarte de vuelta… ¿Con qué grupo terrorista estás afiliado ?"
Si crees que EEUU está polarizado políticamente, no has estado en Venezuela. El proceso de destitución de Clinton a cuenta del sexo llevado a cabo por la derecha religiosa es un juego de niños en comparación con lo que ha pasado Venezuela, donde Chávez ha sobrevivido experiencias cercanas a la muerte a manos de la oposición conservadora que nunca ha aceptado su presidencia.
El columnista Paul Krugman habla de una "Nueva Guerra de Clases" en nuestro país. En Venezuela, es una guerra de clases pasada de moda. La confrontación política y mediática entre Chávez y la oposición es despiadada, personal y a puño descubierto. Mientras que los supervisores independientes de derechos humanos en Venezuela se quejan de casos aislados de intimidación de figuras de la oposición y periodistas por parte del gobierno, se burlan de las afirmaciones de que la democracia está en peligro o de que la dictadura se acerca.
Hoy por hoy Chávez es popular (sus cifras de aprobación eclipsan las de Bush), ruidoso en atizar a su base tanto contra los oponentes domésticos como contra Bush e inclinado a la hipérbole en sus horas de improvisado discurso de cada día. Ha llevado a cabo una guerra de palabras contra el imperio estadounidense y Bush, al que llama "Mr. Danger". Pero eso es cortés a la luz del Secretario de Defensa Rumsfeld comparando a Chávez con Adolf Hitler. O del Reverendo Pat Robertson que ha pedido que Chávez sea asesinado.
"Puedes escribir tus artículos sobre lo genial que [Chávez] es, pero yo sé, igual que otros verdaderos americanos, que no es un hombre bueno y que necesita que le quiten del poder lo antes posible".
Para mí, todo esto es no tanto sobre Chávez sino sobre las iniciativas sociales que ha desencadenado su gobierno. Cuando escribí sobre Venezuela por primera vez hace 14 meses, animaba a hacer una simple acción económica : llenar el depósito en Citgo de modo que nuestro dinero en el surtidor ayude a los pobres de Venezuela en lugar de a los oligarcas de Oriente Medio. Eso sigue siendo una buena idea.
En la actualidad, además animo a llevar a cabo una acción política : que nos pongamos en contacto con el Congreso para pedir que los EEUU se mantengan al margen de la contienda política de Venezuela. Es una cuestión de los venezolanos decidir. No nuestra. Los EEUU deben parar sus esfuerzos por apoyar a la oposición conservadora y parar cualquier ("National Endowment for Democracy") financiación de grupos venezolanos.
Y, por último, me quiero unir a mis críticos derechistas en una recomendación : vayan a Venezuela. Si pueden arreglarlo, examinen las transformaciones sociales por ustedes mismos. Estudien español allí. Vean las décadas de pobreza, abandono y corrupción que llevaron a la elección de Hugo Chávez (y si su gobierno está mejorando las cosas)
Hay una bonificación para cualquiera que pueda bajar hasta allí : gasolina a 18 centavos el galón (unidad de capacidad igual a 3,78 litros. N. del T.). Si no fuera porque se oye a los venezolanos quejarse de que el precio es muy alto.
Jeff Cohen es un crítico de los medios de comunicación y un antiguo experto en televisión. Su nuevo libro, Cable News Confidencial : My Misadventures in Corporate Media, puede ser encargado en http://jeffcohen.org
Go To Venezuela, You Idiot !
by Jeff Cohen *
Znet->http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=45&ItemID=10552]. July 10, 2006.
I don’t usually take the advice of rightwingers. But I did this time. After receiving inflamed email messages from dozens of angry rightists that I should get the hell out of the USA and go to Venezuela, I accepted their challenge and flew to Caracas.
"Would you like me to start a fund to ship your ass down there, Comrade Cohen ?"
What had provoked the often-abusive emailers was my 2005 Internet column urging U.S. residents to buy their gasoline at Citgo, a subsidiary of Venezuela’s state oil company. I called for a Citgo BUY-cott, to protest Bush’s interventionist foreign policy while supporting innovative anti-poverty programs in Venezuela. http://www.commondreams.org/views05... (Last winter, Citgo started a program that provided discounted home-heating oil to low-income families in the U.S.)
"Hey moron, if you hate America so much and love Venezuela, why don’t you go there ?"
I’m glad I listened to the conservative chorus. In late June, I headed to Venezuela with a fact-finding delegation sponsored by the respected U.S. human rights group, Witness for Peace. The grueling trip covered much ground and all sides of Venezuela’s social/political landscape. It is a complex country, headed by sometimes volatile President Hugo Chavez, a leftist and harsh Bush critic who was first elected in 1998.
As soon as I returned home, I headed to the nearest Citgo to fill up my tank — more committed than ever to send a few dollars toward Venezuela’s poor.
"You, sir, are as un-American as they come."
For decades, Venezuela’s vast oil wealth had been squandered and hoarded by its light-skinned elite, while most Venezuelans — largely of indigenous, African and mixed descent — lived in dire poverty. Today, oil revenue from Citgo and elsewhere is funneled into social programs (called "missions") to benefit the country’s poor majority. They’re reminiscent of FDR’s New Deal programs. . . born of our economic bust. But Venezuela’s missions are fueled by a boom — a boom in oil prices that is likely to persist for years.
"Because of Chavez, communism is thriving in South America."
From what I could see, capitalism is thriving. Foreign oil interests continue to profit handsomely from Venezuelan petrol, but they now pay a fairer share of taxes and royalties. So do the 80 McDonald’s restaurants in Venezuela, which were briefly shut down last year over alleged tax cheating.
Multinational companies and the old elite are doing fine in today’s Venezuela. So well that some Venezuelan leftists denounce Chavez — despite his talk of building "21st century socialism" — as a tool of corporate imperialism.
Like other oil-exporting countries, Venezuela in the past allowed its domestic productive economy to atrophy. Besides oil, it produced little — with food largely imported. Today, people in poor areas are organizing themselves into productive and agricultural co-ops, supported by low-interest government loans. We visited a federal bank that underwrites women-run businesses nationwide.
My guess is that if Chavez succeeds in Venezuela — a big "if" in a country of endemic corruption, poverty and crime, in the backyard of the U.S. superpower — its economic system will end up looking more like Sweden than Cuba.
What’s not debatable is that the poor have found hope in the Chavez administration — which is why he’s perhaps the most popular president in our hemisphere. So popular that Chavez critics in the U.S. government and Venezuelan opposition concede that they won’t be able to defeat him in December when he seeks reelection.
"The trouble with all you liberals is that you’re anti-American and hate democracy."
Participation in democracy is booming in Venezuela under Chavez. That’s partly due to polarization, but also because so many poor people feel empowered enough for the first time to get active in politics. A massive 2005 Latinobarometro poll conducted in 18 Latin American countries showed that Venezuelans are among the top in preference for democracy over all other forms of government, in satisfaction with how their democracy is functioning, and in belief that their country is "totally democratic."
"The oil money never gets to the poor. . . . You must have been paid by Chavez to write what you wrote."
Across Venezuela, it’s hard to miss the new investment in public education. Schools are being upgraded in urban and rural areas and are required to offer free breakfasts and lunches, arts, music and after-school activities. Unlike the U.S., these are well-funded mandates. Illiteracy has been virtually wiped out, according to UNESCO, thanks to adult education that has penetrated the poorest neighborhoods.
In poor communities, federally-subsidized stores called "mercals" sell food at half the market price. In the capital of Caracas, thousands of government-funded soup kitchens offer free lunches every weekday to the indigent ; our delegation was headquartered in a church that served 150 free lunches per day. Across the country, new housing is being built to replace shantytown "ranchos" that so many Venezuelans live in.
Thousands of free ("Barrio Adentro") medical clinics have been built inside neighborhoods that never had doctors before — so many clinics that you can spot them from the highway. These are staffed largely by doctors from Cuba ; in return, Cuba receives Venezuelan oil. When we asked a community leader how local residents reacted to the Cuban doctors, he explained that most Venezuelan doctors won’t serve in poor barrios : "People in our community don’t care whether the doctors are French, German, Canadian, Mexican or Cuban — as long as they’re here to help."
"Go to Venezuela and kiss up to the anti-American dictator."
If Venezuela is a dictatorship, it must be the first in world history in which the opposition controls most of the media. And the first in which demonstrations occur regularly outside the presidential palace (organized by various groups, especially low-income activists complaining about broken promises and government inefficiency).
Dissent is alive and well in Venezuela. Any casual viewer can see anti-Chavez criticism all over TV, the country’s dominant medium and largely in the hands of conservative business interests. The opposition used its power on TV to support a short-lived military coup in 2002 (strike 1), an employers’ oil lockout in 2002-3 (strike 2) and a failed recall election in 2004 (strike 3). Chavez won nearly 60% in the recall vote — which was monitored closely by international observers.
Efforts to bring down Chavez — through democratic and undemocratic means — have been supported by the Bush administration. Which makes it ironic that the American Family Association, a U.S. religious ultra-right group, has organized a Citgo boycott on the basis of its Internet hoax : "Venezuela Dictator Vows to Bring Down U.S. Government." The headline tends to reverse reality ; Chavez has made no such vow. But AFA true believers have bombarded my email inbox for months with the hoax.
"Try Jesus. If you don’t like Him, the devil will always take you back..... What terrorist group are you affiliated with ?"
If you think the U.S. is politically polarized, you haven’t been to Venezuela. Clinton’s impeachment by the religious right over sex is child’s play compared to what’s gone on in Venezuela, where Chavez has survived near-death experiences at the hands of a conservative opposition that has never accepted his presidency.
Columnist Paul Krugman talks of a "New Class War" in our country. In Venezuela, it’s old-fashioned class war. Political and media confrontation between Chavez and the opposition is vicious, personal and bare-knuckled. While independent human rights monitors in Venezuela complain about isolated cases of government intimidation of opposition figures and journalists, they scoff at claims that democracy is in jeopardy or that dictatorship is coming.
Today, Chavez is popular (his approval ratings dwarf Bush’s), rambunctious in whipping up his base against both domestic opponents and Bush, and prone to hyperbole in his hours of extemporaneous speaking each day. He has waged a war of words against U.S. Empire and Bush, whom he calls "Mr. Danger." But that’s polite in light of Secretary of Defense Rumsfeld having compared Chavez to Adolph Hitler. Or Rev. Pat Robertson having called for Chavez to be assassinated.
"You can write your articles about how great he [Chavez] is, but I know, as well as other true Americans, that he is not a good man and he does need to be taken out of power as soon as possible."
To me, the issue is less about Chavez than about the social initiatives his government has unleashed. When I first wrote about Venezuela 14 months ago, I urged a simple economic action : filling up at Citgo so that our money at the pump helps Venezuela’s poor instead of Middle East oiligarchs. That remains a good idea.
Nowadays, I also urge political action : that we contact Congress to demand that the U.S. stay out of Venezuela’s political contest. That’s up to Venezuelans to decide. Not us. The U.S. should stop its efforts to back the conservative opposition and cease all ("National Endowment for Democracy") funding of Venezuelan groups.
And finally, I want to join my rightwing critics in one recommendation : Go to Venezuela. If you can arrange it, examine the social transformations for yourself. Study Spanish there. See the decades of poverty, neglect and corruption that led to the election of Hugo Chavez — and whether his government is improving things.
There’s an added bonus for anyone who can get down there : gasoline at 18 cents per gallon. Expect to hear Venezuelans complaining that the price is too high.
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* Jeff Cohen is a media critic and former TV pundit. His new book, Cable News Confidential : My Misadventures in Corporate Media, can be pre-ordered at http://jeffcohen.org.
[1] Juego de palabras entre boycott=boicot y BUY-cott, donde BUY=comprar, N. del T.