Accueil > Les Cousins > Venezuela > Un laboratorio llamado Venezuela
Nuevamente la máquina golpista se ha puesto en marcha en Venezuela, si es que alguna vez se detuvo desde 1999. Sin embargo, es muy difícil creer que en Venezuela pueda pensarse dar un golpe de estado sólo con algún discurso encendido, bastante pobre por otra parte, algunos miles de activistas antichavistas y « los infiltrados » que nunca faltan apedreando algún edificio público, en este caso la Fiscalía.
Difícil de creer fundamentalmente por tres razones. En primer lugar, la unidad entre las Fuerzas Armadas y las bases populares fue cimentada desde el inicio de este proceso político y sin duda ese es el mayor legado político del comandante Chávez. En segundo lugar, la militancia popular sabe muy bien que derrocado Maduro con seguridad se van a conculcar todos los derechos y beneficios que se han logrado en los quince años consecutivos de gobierno chavista. Finalmente, quitando un insignificante grupo de ciudadanos, la gran mayoría opositora es consciente de que sus líderes arrastrarán indubitablemente al país a un estado de beligerancia que podría desencadenar hasta una guerra civil.
La masa opositora no cree en sus líderes porque año tras año, elección tras elección los han conducido a derrotas inapelables. Por lo tanto su antichavismo es una práctica íntima, doméstica, pequeña que no pasa de algún caceroleo, alguna cadena de mails y poco más. Por eso, no hay posibilidades de un golpe de fabricación venezolana, quienes lo pretenden están hilvanando, con poca sutilezas, el aporte extranjero.
Ayer el presidente colombiano Juan Manuel Santos, que no de casualidad ha sido vicepresidente de Álvaro Uribe, inició la campaña internacional que tanto esperaba la oposición venezolana, tachando al gobierno de Maduro de xenófobo y violento, acusándolo de expulsar y perseguir a los ciudadanos colombianos que viven en Venezuela. No hace mucho años este cronista presenció un acto de entrega masiva de la nacionalidad venezolana a miles de ciudadanos colombianos, la cantidad era tal que fue realizado en un estadio de fútbol y presidido por Hugo Chávez.
Es muy difícil creer que un gobierno, con la totalidad de la prensa internacional en su contra, que esperan cualquier desliz para difamar y exagerar ; que se ha caracterizado por el respeto a los derechos humanos y ha dado pruebas incontrastables de amparo a los ciudadanos colombianos, a los que la miseria endémica y la violencia enraizada, han obligado a cientos de miles a huir hacia Venezuela, cambie su paradigma respecto a sus vecinos. Por otro lado el senador norteamericano John McCain, convertido de hecho en el verdadero canciller de Washington, declaró respecto a Venezuela que los Estados Unidos debe enviar tropas de inmediato, movilizar una flota de buques a la región, y convencer a un grupo de países aliados en Latinoamérica para que conformen una fuerza militar.
Con los países aliados de Latinoamérica, seguramente está pensando en la Alianza de Pacifico (Colombia, Perú, Chile y México). En términos operativos, pretende impedir que Maduro destruya los derechos e intereses de Washington en la región. “Es hora de terminar con esta piedra molesta en el zapato y con otras en Latinoamérica y no volver a tolerar este tipo de regímenes populistas nunca más”.
Recordemos que John McCain, en su reciente paso por Ucrania, por ejemplo, ha dejado casi una veintena de muertos en Kiev. En recientes declaraciones a la cadena NBC, McCain declaró : « Hay que estar preparados con una fuerza militar para entrar y otorgar la paz en Venezuela y sobre todo garantizar y proteger el flujo petrolero hacia Estados Unidos, cuidando estos recursos estratégicos, y velando por nuestros intereses globales ». Significativamente puntualizo que agregó que « Una vez realizada la intervención militar existen líderes demócratas plenamente habilitados y preparados con el visto bueno de Estados Unidos, dispuestos a tomar las riendas en ese país, dispuestos a darles su libertad y un cambio del modelo ».
No se necesita mucho más para entender que las manifestaciones de los estudiantes en Caracas, y el resto del país, los llamados a la insubordinación del opositor profesional Leopoldo López, el macrista y mensajero de la paz Henríquez Capriles Radosky que en 2002 asaltó la embajada cubana en Caracas, nada pueden hacer de por si, y sin un marco internacional que los arrope jamás podrán voltear al chavismo esté quien esté en el gobierno.
El secretario de Estado John Kerry declaró que Estados Unidos está « profundamente preocupado » por las “crecientes tensiones en Venezuela, y afirmó que está « particularmente alarmado por los reportes de que el gobierno ha arrestado a varios manifestantes rebeldes pacíficos ». También dijo que su país se unía a la ONU, la OEA y la Unión Europea en condenar al gobierno de Maduro por dañar los intereses de Estados Unidos”.
Lo mismo se dijo de Arbenz en Guatemala, de Perón en Argentina, de Allende en Chile, de Gaddafi en Libia y al-Assad en Siria, la modesta imaginación de Kerry convoca más a la lástima que al enojo. Estados Unidos quizás intente, como en Libia, en Siria y ahora en Ucrania que la oposición haga el trabajo sucio, para luego presentarse como los grandes salvadores. UNASUR y CELAC deberán estar atentos para que lo designios belicistas de Washington y sus aliados regionales no vuelvan a instalarse en el continente.
Venezuela hoy es un laboratorio donde se puede crear para el resto de los países de la región un antibiótico que extermine cualquier intentona golpista o un virus que nos termine aniquilando.
Guadi Calvo para Hamartia
Hamartia. Buenos Aires, 19 Febrero de 2014