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19 janvier 2005

Señales auspiciosas para Uruguay

 

Por La República
Montevideo, 19 de enero del 2005

Cuando falta menos de un mes para la asunción del Parlamento y algo más para la transmisión de mando a nivel del Poder Ejecutivo, las etapas de la transición se van cumpliendo a satisfacción y la posibilidad de un acuerdo nacional sobre temas concretos aparece cada vez más cercana.

En primer lugar, es de resaltar el hecho auspicioso de que el gobierno electo —lejos de despertar recelos anunciados por los agoreros de siempre— cuenta con el beneplácito o, por lo menos, con el vistobueno de la comunidad internacional y de los organismos financieros, al tiempo que los mercados, las bolsas, los potenciales inversores y las calificadoras de riesgo no dan muestra alguna de inquietud.

En el ámbito regional, el gobierno electo cuenta con el apoyo entusiasta de los gobiernos de los países del bloque, así como con las simpatías no ocultadas de Lagos, Chávez y Fidel Castro, lo que permite abrir una razonable cuota de optimismo en lo que tiene que ver con la consolidación de una alternativa en defensa de los intereses de la patria grande latinoamericana.

En el aspecto interno, más allá de algunas marchas y contramarchas, de algunos malentendidos y de pequeñas rispideces, no hay sombras visibles que signifiquen una asechanza o una amenaza para las relaciones interpartidarias. La postura dialoguista del doctor Vázquez en particular y de la dirigencia encuentrista en general abrió las puertas a una "entente" que el país reclama con urgencia. Haciendo gala de una generosidad de que carecieron los gobiernos posdictadura (con excepción del primer mandato del doctor Sanguinetti, cuando la izquierda tuvo representantes en AFE, Ancap, Antel y BROU), el gobierno electo —que cuenta con mayoría absoluta en ambas cámaras legislativas y que no necesita en principio apoyos extrapartidarios— tuvo la grandeza de ofrecer a los vencidos (los partidos tradicionales y el novel Partido Independiente) la posibilidad de integrar el gobierno. No se trató solamente de ofrecer cargos en los organismos estatales, sino que se franqueó la entrada al propio gabinete, a lo que los partidos de la oposición se rehusaron.

Quedó en pie la participación en entes y servicios como forma de otorgar a la oposición la facultad de ejercer el control que en todo régimen democrático es de rigor. En esto, el doctor Vázquez se diferencia notoriamente de sus antecesores y especialmente del doctor Batlle, quien sostuvo —no bien obtuvo la victoria en el balotaje de noviembre de 1999— en diálogo con la izquierda : "No me gusta mezclar las cosas ; ustedes son la oposición y a la oposición la quiero en frente".

La izquierda tiene conciencia —a diferencia del doctor Batlle— de que si bien obtuvo un triunfo inobjetable que le ha dado mayoría en el Parlamento, una buena parte del electorado (un poco menos de la mitad del país) se pronunció a favor de otras propuestas electorales ; algo similar a lo ocurrido en noviembre de 1999.

Ahora se da la oportunidad histórica de construir un gran acuerdo nacional que permita abordar los problemas cruciales que enfrenta el país y que merecen un gran debate nacional. Como hemos dicho antes, no se trata de lograr unanimidades ni consensos impensables sino de echar las bases para un entendimiento mínimo sobre la manera de rescatar al país y a su gente del pozo de miseria en que se halla sumido.

Buenas señales se emiten desde filas de la oposición. El documento con las bases programáticas del EP-FA-NM está siendo analizado por los partidos Nacional, Colorado e Independiente. El Nacionalismo ya ha manifestado su principio de acuerdo con los planteos de la izquierda y todo hace suponer que se llegará al tan necesario entendimiento.

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