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Los latinoamericanos, emigrantes "tradicionales" a Estados Unidos, se están abriendo camino en un país con el que tienen fuertes lazos históricos y culturales : España [1]
Por Pilar Marrero
Opinión, Los Angeles, 27 de noviembre de 2004
Cuando la peor crisis en la historia de Ecuador, en 1999, obligó a Magdalena Loor, una mujer separada con tres hijos, a buscar trabajo fuera de su apacible región costera del Manabí, ella pensó en dos opciones, una ’ideal’ y otra posible.
Por un lado estaba California, lugar casi mítico que idolatraba por las películas de Hollywood. Muchos ecuatorianos se estaban ya instalando allí y, principalmente, en la otra costa de los Estados Unidos.
’En realidad, mi sueño ha sido irme a California, por su paisaje, por lo que he visto en la televisión y ahora, por ese presidente (sic) que tienen, Arnold Schwarzenegger’, dice hoy en día Magdalena, rememorando. ’Pero ir para allá era muy difícil’.
Entrar legalmente a los Estados Unidos era casi imposible, especialmente en un momento en que Ecuador experimentaba el empobrecimiento más rápido en la historia de América Latina y la embajada de Estados Unidos filtraba cuidadosamente los visitantes ’legítimos’, de los que buscaban quedarse.
Pero la entrada ilegal era difícil, cara y peligrosa. Involucraba cruzar fronteras tan duras como el árido desierto de Arizona, ponerse en manos de ’coyotes’ y, aún así, la posibilidad de terminar arrestada por las autoridades y deportada, si no le costaba la vida.
La otra idea venía de una amiga, instalada desde hacía un tiempo en un lugar aún más lejano, un país en otro continente que nunca pensó poder visitar : España.
’Mi amiga estaba aquí desde hace un tiempo. Ella me dijo, cuenta conmigo’, explica Magdalena durante una entrevista, en una tarde de junio en Madrid. ’Ella me mandó el pasaje y el dinero que me pedían mostrar para entrar como turista. No pedían visa, así que fue muy fácil’.
De Ecuador a España
Magdalena no fue la única que buscó nuevos horizontes. Durante esos años de la crisis del Ecuador, un pequeño país sudamericano de 12 millones de habitantes, por lo menos un millón y medio de personas, más del 10% de la población, salió hacia el exterior.
Muchos fueron hacia los Estados Unidos, destino tradicional de los pobres de América Latina, pero otros enrumbaron hacia España, Italia y otros países de Europa, donde aún podían entrar sin visa, con menos gasto y riesgo para su vida.
’En esos años comenzaron a venir los aviones llenos a España, porque aquí, la mayoría de los países latinoamericanos no necesitaban visa para visitar’, explica Vladimir Paspuel, presidente de la Asociación Hispanoamericana Rumiñahi, una organización de ecuatorianos en Madrid. ’Lo que te pedían era que, al llegar al aeropuerto, mostraras que tenías unos 2,000 o 3,000 euros para demostrar que eras turista’.
Según Paspuel, primero salió la clase media profesional y luego comenzaron a huir los más pobres. ’Los ecuatorianos nos hemos convertido en la primera comunidad de inmigrantes en número de España’, dice este activista, un ex-profesor universitario en Quito que emigró en 2000.
En España, los ecuatorianos se han hecho sentir.
En 1998, el año anterior al estallido de la crisis, ese colectivo ocupaba un décimo puesto entre las comunidades extranjeras de España, un país de la Unión Europea cuya economía creció sostenidamente durante los años ochenta y noventa y a donde principalmente habían emigrado durante esos años personas de Europa del Este y del norte de Africa.
Hoy por hoy, los ecuatorianos son el grupo inmigrante más numeroso en ese país, superando a los que lo fueron por largo tiempo : los marroquíes, cuya llegada en precarias embarcaciones desde Africa por el estrecho de Gibraltar no ha cesado, pero se ha visto empequeñecida por la entrada de cientos de miles de ecuatorianos y otros latinoamericanos, que en su mayoría ha entrado por el aeropuerto, simulando ser turistas.
De acuerdo a las cifras de la Secretaría de Estado para la de España, de 2,000 ecuatorianos que había en 1995, se llegó a 84,000 en 2001 y a 375,000 en 2003, aunque muchos creen que la cifra real supera el medio millón, porque muchos viven y trabajan en la sombra de la ilegalidad.
¿Por qué España ?
Los ecuatorianos no son los únicos latinoamericanos que han llegado a España masivamente en los últimos años, país que se ha convertido en un destino cada vez menos atractivo para los emigrantes de diferentes regiones del mundo y, recientemente, de América Latina.
Las crisis en Argentina, Colombia y Perú han impulsado (desgraciadamente) a muchos nacionales de esos países a buscar refugio en la ’madre patria’. Los venezolanos han ido llegando con más intensidad coincidiendo con el empeoramiento de la situación económica y la tensión política. El grupo más reciente viene de Bolivia.
La inmigración fue "facilitada" en España por un boom económico de mediados de los años noventa que coincidió con una de las peores épocas de crisis económica en América Latina registrada en la historia reciente. España, además, necesitaba mano de obra joven y barata, en una nación cuyo índice de natalidad es uno de los menores de Europa. [2]
Hasta hace poco tiempo, además, España no pedía visa a los visitantes latinoamericanos que pudieran mostrar un boleto de vuelta y un par de miles de euros en efectivo para su paseo ’turístico’. Recientemente, el influjo masivo de inmigrantes de ciertos países y la presión ejercida por la Unión Europea en conjunto, ha resultado en la imposición del requisito de visa a algunos países como Ecuador y Colombia.
Ya existía un acuerdo anterior con Perú, que data de una anterior ola migratoria durante los años de la guerrilla de Sendero Luminoso en aquel país y que, desde entonces, les exige una visa de entrada.
Adela Ros, secretaria para la inmigración de Cataluña, una región del noreste de España que es actualmente la mayor receptora de extranjeros en el país, señaló en una entrevista que la razón por la cual los latinoamericanos están llegando en esas cantidades a España es porque ’creen que aquí será más fácil que en los Estados Unidos’.
’Los ecuatorianos siempre habían emigrado a Estados Unidos’, dijo Ros, quien hizo parte de sus estudios sobre inmigración en San Diego, California. ’Creen que aquí van a conseguir regularizar antes. Los bolivianos también están llegando más porque vienen sin visado y consiguen entrar muy fácil’.
Para Jessica Retis, una periodista peruana que reside en Madrid desde mediados de los años noventa y actualmente cursa un doctorado en América Latina contemporánea, otro de los factores ha sido el endurecimiento de las leyes migratorias en Estados Unidos a partir de 1996. El efecto se intensificó después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
"Aunque Estados Unidos tiene una cuota de inmigración necesaria y seguirá recibiendo cierta cantidad de inmigrantes legales e indocumentados, ha habido un cierto cierre de puertas allí’, dice Retis. ’Lo que ha ocurrido aquí es como el eco. La gente piensa : ’cerraron las puertas allá, vamos a Europa’’.
Prefieren a los latinos
Las cifras existentes -que sólo revelan la inmigración conocida y contabilizada por el gobierno español- señalan que, efectivamente, la inmigración latinoamericana a España se intensificó a finales de los años noventa y especialmente a partir del año 2001.
En 2000, por ejemplo, la mayor cifra de extranjeros empadronados -registrados en sus municipios de residencia en España - que no provenían de países de la comunidad europea eran los africanos, con 230,000 personas. En 2003, en sólo dos años, el número de nacionales de América Latina empadronados en España se había multiplicado por 5.6, hasta alcanzar el millón de personas.
Los latinoamericanos, en líneas generales, han ido a España a llenar empleos que la economía española, en plena expansión, que requieren de mucho trabajo y poca educación formal.
"Muchas mujeres trabajan como sirvientas domesticas, la mujer inmigrante ha ayudado a la española a integrarse al mercado laboral, prácticamente han llegado a substituir a la madre’, señala Paspuel sin verguenza. "Los hombres trabajan en la construcción y en Murcia y Valencia en la agricultura. En hostelería, empresas, paquetería, mensajería. Los inmigrantes están copando las bajas plazas que los autóctonos no quieren trabajar, porque son muy mal pagados".
Algunos sugieren que el estado español tomó una decisión consciente de estimular la inmigración latinoamericana, o hacerse de la vista gorda de su contínua llegada y permanencia ilegal porque estos inmigrantes, a diferencias de los africanos y particularmente los marroquíes, musulmanes en su mayoría, eran más ’afines’ culturalmente y religiosamente con la sociedad española. [3]
De hecho, hay razones para pensar que, oficialmente, estas "similitudes culturales y religiosas" se han màs que tomado en cuenta a algún nivel. En junio de 2002, el Ministerio de Defensa español escribió un reporte confidencial -que luego se filtró a los medios- que señalaba las razones por las cuales las Fuerzas Armadas españolas debían abrir sus puertas a los inmigrantes hispanoamericanos.
La primera razón obvia, era un déficit de solicitudes entre los mismos españoles que, según el informe, ’no iban a alcanzar para llenar las plazas necesarias’. La otra, más controversial, era que al recibir a latinoamericanos ’no debería haber problemas significativos de integración cultural. Los sociólogos dicen que lo que más integra a los emigrantes es la lengua y la religión’.
Aunque la lengua puede ser un factor favorable para el país receptor y también para los emigrantes, estos la citan poco como razones para llegar a ese país. El que todos los inmigrantes, incluyendo los sin papeles, tengan derecho a la atención médica gratuita, gracias al sistema sanitario universal de España, podría ser otra ventaja. [4]
Estas son, sin embargo, las razones menos citadas por los inmigrantes en las entrevistas realizadas, privando siempre la búsqueda de trabajo y de ’una vida mejor’, el no requisito de visa y los lazos familiares o de amistad con otros emigrados en el país de destino.
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España robo y mato todo lo que pudo por el oro precolombino que favoreció el renacimiento y la revolución industrial de Europa gracias a América y que luego la vació de sus economías en los ’80 - ’90 con sus multinacionales voraces y ahora absorbe todo lo que sabe leer y escribir para que le sirva de sirviente. ¡Victoria total ! Y eso gracias a que éramos parte de la familia.
El Correo
[1] y esta los recibe de maneras diferentes segun nivel de educacon, nacionalidad y color de su piel.
[2] Una vez más España vacía América para su beneficio, pero esta vez no es de oro sino de sustancia humana que se trata
[3] Eso se llama en cualquier parte del mundo racismo
[4] Sistemas de los cuales los latinoamericanos fueron despojados por las mismas multinacionales españolas en sus propios países.