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Las discusiones en Mar del Plata se entramparon cuando se enfrentaron las posiciones de los países que lideró Venezuela contra la de los Estados Unidos. Los presidentes se marcharon antes de la firma del acuerdo final.
Por Inés Flores
La República / Agencias.
Lima, Perú, Domingo 6 de Noviembre de 2005
Se temió que la cuarta Cumbre de las Américas se iría a pique ante las posiciones discrepantes de los representantes de los 34 países asistentes sobre la inclusión del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en la Declaración de Mar del Plata.
Incluso algunos jefes de Estados partieron sin que se llegara a tomar un acuerdo. El primero en partir fue el presidente de Estados Unidos, George Bush, luego le siguieron los presidentes del Perú Alejandro Toledo, y de Chile Ricardo Lagos.
Hubo hasta tres cuartos intermedios para que los dos sectores enfrentados logren acercamientos. Los países que integran el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Uruguay) y el presidente de Venezuela Hugo Chávez se oponían a que el texto final incluya el ALCA. En cambio, Estados Unidos, respaldado por México y una veintena de países del hemisferio, estaba a favor de ello.
Luego de seis horas de debate, se llegó al acuerdo de señalar en la declaración final una mención a las posiciones de apoyo y oposición al ALCA.
Colombia quedó encargada de realizar los contactos con los gobiernos del hemisferio para organizar el próximo año una reunión con miras a poner en marcha ese proyecto, lanzado hace 11 años en la primera cumbre en Miami y cuyo debate ha dividido a la comunidad interamericana.
Presidentes se fueron
Los presidentes, comenzando por el mandatario estadounidense George W. Bush, empezaron a abandonar Mar del Plata sin haber firmado documento alguno. Esa tarea quedó finalmente delegada en plenipotenciarios de los mandatarios.
Se aceptó finalmente una sugerencia del presidente argentino Néstor Kirchner, para emitir una declaración que recogiera los puntos de vista discrepantes en la cuestión del ALCA, consignando a la vez los acuerdos logrados en el tema central de la Cumbre, que era la creación de trabajo para combatir la pobreza y garantizar la gobernabilidad democrática.
El acuerdo fue anunciado por el canciller argentino Rafael Bielsa en una rueda de prensa.
"Se ha aprobado la totalidad del documento que estuvimos negociando y se despejaron todos los obstáculos que había", dijo Bielsa.
En relación con la controversia sobre el ALCA, informó que "el párrafo aprobado finalmente constó de tres partes. En la primera parte, hubo un grupo de países que no encuentra ningún obstáculo en continuar las negociaciones dentro del ALCA, según como está en este momento".
En un segundo párrafo, "Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Venezuela encuentran que no están dadas las condiciones para seguir negociando el ALCA en los términos en que está propuesto".
En tercer lugar, se aceptó una oferta de Colombia para convocar a una reunión de funcionarios para evaluar la situación general del ALCA y luego informar a sus respectivos gobiernos. Igual quedó un sabor amargo de esta cumbre.
Presidentes Toledo y Chávez se enfrentaron
En la última plenaria de trabajo de la Cumbre hubo un intercambio de palabras entre el presidente Alejandro Toledo y su homólogo de Venezuela Hugo Chávez.
Con su estilo desafiante, Chávez dijo que todos los temas de convenios de comercio internacionales son "veneno". A su turno, Toledo le pidió al mandatario venezolano que dejara de generar "ruido en las calles". También lo acusó de plantear debates que se hacían hace 40 años entre el neoliberalismo y el populismo. Minutos después, para bajar la tensión, Toledo escribió en el reverso del portavasos una nota a Chávez que decía : "Hugo, lo que te digo lo hago con cariño y por la integración". Chávez le respondió, en el mismo portavasos : "Lo mismo yo, Toledo".
Pero luego en declaraciones a la prensa, Chávez admitió que hubo una fuerte discusión con Toledo. "Nos separan diferencias radicales", señaló, tras indicar que el jefe de Estado peruano "recurre al consabido recurso de desfigurar el discurso". Luego aclaró que él no critica el comercio sino que rechaza el libre comercio porque no existe.