Accueil > Empire et Résistance > « Gringoland » (USA) > Peligro mundial ! Estados Unidos navega entre la guerra y la crisis económica
En medio de la crisis petrolera y económica mundial, el enfrentamiento con Francia, Alemania, Rusia y China por Irak ; mientras América latina es un tembladeral de agitación y contestación, y puede estallar un conflicto generalizado con el mundo musulmán, George W. Bush le hablará a los norteamericanos.
Por Emilio J. Corbière
El martes 28 de enero, el Presidente Bush dará a conocer su discurso a la Nación. Poco tendrá que ofrecer, a la mitad de su mandato, en materia de recuperación económica. La Bolsa de Wall Street continuó cayendo por la recesión y persisten los síntomas de la depresión económica y los grandes fraudes de una docena de megaempresas y de varias consultoras, encabezadas por la Enron Comp. que ha rozado a la propia familia Bush y al vicepresidente Dick Cheney, también fraudulentas.
El jueves anterior al fatídico atentado del 11 de septiembre del 2001, la Bolsa norteamericana comenzó a desbarrancarse. El problema está en la economía y lo del terrorismo y las guerras imperiales es un agregado a la crisis.
En realidad, la política belicista de Bush se inserta en el plan de reactivación del "complejo militar-industrial", y ello, para algunos observadores, tendería a mejorar la economía. Por lo menos ya ha transferido a las empresas militares y privadas que las alimentan, la más grande porción presupuestaria desde la guerra de Vietman e, incluso, es el presupuesto bélico más importante, proporcionalmente, respecto del de la Segunda Guerra Mundial.
La propuesta económica de Bush se basa en reducir impuestos a los ricos, a los grupos más concentrados de la economía, creyendo en que eso producirá un ’derrame’ de dólares en la economía y con ello se crearán nuevos puestos de trabajo, el recupero de la industria y el fortalecimiento de la economía en crisis.
Pero si tiene poco que ofrecer a los norteamericanos en materia de presupuesto y economía, persistirá en su dialéctica de la tensión, la guerra contra Irak, destinada a apoderarse del control de los pozos petroleros de la región y mantener el fervor patriótico.
Bush tratará de bajar el duro impacto que los inspectores nucleares de las Naciones Unidas le han producido a su gobierno. La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y otros veedores sostienen que no han encontrado armamento nuclear o biológico y además solicitan más tiempo para las inspecciones.
Al mismo tiempo se apresta a tener un duro enfrentamiento con Francia, Alemania, Rusia y China en el Consejo de Seguridad, ya que estos países se oponen a todo ataque norteamericano unilateral, sin autorización de la ONU. Grandes manifestaciones en Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa y Asia, se han pronunciado contra la guerra. El Foro Social Mundial reunido en Porto Alegre, Brasil, congregó a cien mil participantes antiglobalización y antibélicos.
El Documento Santa Fe IV
Pero hay que ver bajo las aguas de la política de Bush. Saber qué dice la ideología de los estrategas de Washington. Ello nos remite al Documento Santa Fe IV de la extrema derecha del Partido Republicano escrito por Lewis Arthur Tambs y sus colaboradores, Rachel Ehrenfeld, David Foster, Sol Sanders, Gordon Summer (hijo).
Esta visión es apocalíptica y mentirosa. El discurso técnico está reemplazado por esquematismos pueriles como que el peligro actual de los Estados Unidos es China comunista, Fidel Castro y la infiltración cultural atribuida al político italiano, fallecido en 1937, Antonio Gramsci. Pero además, atribuye a la administración de Bill Clinton una actitud complaciente hacia el presunto peligro ’comunista’ y rechaza las condenas de las ’guerras sucias’ en Chile y Argentina. Ratifica su crítica a la Teología de la Liberación católica a la que considera ’procomunista’.
El Santa Fe IV reclama del gobierno de George W. Bush :
a) intervención militar inmediata a Colombia ;
b) recuperación del Canal de Panamá y demonización de China comunista ;
c) enfrentamiento a las economías asiáticas, especialmente la de China y a la de la Comunidad Europea ;
d) odio y rechazo a las políticas sobre derechos humanos de los ex presidentes James Carter y Bill Clinton. Desprecio por la defensa de los derechos humanos.
George W. Bush, que es tan mediocre como Richard Nixon pero carece de pericia para el ejercicio del gobierno, además de las guerras petroleras inserta su estrategia militar con el ’escudo galáctico antimisilístico’, destinado a satisfacer los intereses de la industria armamentista.
Lo cierto es que el programa verdadero de Bush se basa en el proteccionismo interno favorable a las grandes empresas del acero y de los agricultores y el librecambio para la periferia. Eso es el ALCA.
Su origen está signado por la dudosa legitimidad de los comicios en que fue elegido. Nunca como en las elecciones nacionales de noviembre del 2000 se patentizó tanto la podredumbre del sistema político norteamericano, basado en el fraude y en reglas anacrónicas. También desnudaron un Poder Judicial -la Suprema Corte de Justicia de la Nación- favorable al statu quo conservador.
Noam Chomsky ha sostenido que "no importa el triunfo de Bush, porque la gente no decidió nada". "Los temas sobre los cuales el mundo empresarial está de acuerdo -concluye Chomsky- no surgen en las elecciones, de manera que la gente vota por temas periféricos en los que se concentran los medios : la personalidad, el estilo, ¿se acordará George Bush dónde queda Canadá ? Esa es la manera de mantener el poder cuando no se puede controlar a la gente por la fuerza". En los comicios de noviembre del 2002, de renovación parlamentaria, donde Bush se impuso ante un Partido Demócrata desorientado y sin liderazgo, solo votó el 33% del electorado y el Partido Republicano se impuso con aproximadamente 35 millones de sufragios, sobre 280 millones de habitantes. Con esa votación menor Bush lleva adelante una guerra mundial e intenta cambiar los términos de la política internacional, favorable a una pretendida vocación imperial.
Otro hecho significativo es que el Presidente Bush, en el marco de la guerra con Afganistán y luego contra el ’terrorismo’, está empleando a ex funcionarios de Ronald Reagan, ultraderechistas de dudosa gestión anterior. Se trata de Elliot Abrams (ex asistente del Departamento de Estado, condenado por mentir ante el Congreso norteamericano sobre el financiamiento ilegal a la contra nicaragüense, condenado en 1991 y amnistiado por Bush padre) ; Roger Noriega (asesor del senador republicano Jesse Helms y redactor de la ley "Helms-Burton" anticubana) ; John Negroponte (amigo de los militares asesinos hondureños con quienes solía confraternizar) y Otto Reich (también sostenedor de la ’contra’ antisandinista).