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Los dos se enfrentarán en la mesa de Cancún al tema imposible de la reducción de los subsidios y el acceso a mercados. Estados Unidos y Europa tienen ya un documento base para la negociación: ganan los grandes productores, pierden los pequeños, es su divisa.
Por Tania Molina Ramírez
Masiosare 295, 24 de agosto del 2003
Los dos gigantes, así sea con fórmulas distintas, subsidian a su agricultura. Los dos se enfrentarán en la mesa de Cancún al tema imposible de la reducción de los subsidios y el acceso a mercados. Estados Unidos y Europa tienen ya un documento base para la negociación: ganan los grandes productores, pierden los pequeños, es su divisa. ¿Acuerdo a la vista? No, un "mero ejercicio" para que no se diga que no estuvieron dispuestos a negociar, dicen analistas. Y es que, en realidad, los diferendos van más allá. Estados Unidos quiere que Europa levante su prohibición a los organismos genéticamente modificados (OGM). Pero aunque hubiera gobiernos europeos dispuestos a ceder, tendrían que pagar altos costos políticos. Según las encuestas, más de 80% de los europeos dicen no a los OGM
Versión libre del rapto de Europa: Andrés Mario Ramírez
"CONFIESO QUE EL COMERCIO en agricultura es uno de los temas más calientes en esta ronda (ministerial de la OMC en Cancún) , escribió hace unos días Pascal Lamy, quien, como Comisionado Europeo en Comercio será clave en las negociaciones en Cancún el próximo septiembre.
Y sí, la discusión en materia agrícola, y en general el estira y afloja en temas comerciales entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, los principales socios y rivales comerciales en el mundo, ha alcanzado elevadas temperaturas en el pasado y sobre todo a partir de la administración de George W. Bush. Pero las tensiones no se han reducido a estos rubros, como lo muestran el tratado de Kyoto, el tratado de defensa antimisiles, la Corte Criminal Internacional y la guerra contra Irak.
La gota final llegó hace unos meses con la decisión de Estados Unidos de denunciar ante la OMC a la UE por su moratoria a los organismos genéticamente modificados (OGM).
Por el bien de un continente amenazado de hambruna (Africa), insto a los gobiernos europeos a terminar con su oposición a la biotecnología... Actuando en base a miedos sin fundamento, no científicos, muchos gobiernos europeos han bloqueado la importación de todos los nuevos cultivos biotecnológicos , acusó el presidente Bush en junio.
Hay en el fondo una disputa por los mercados. Las compañías biotecnológicas estadunidenses, que dominan la industria, tienen gran interés en abrir el mercado europeo. El American Farm Bureau Federation calcula que, sin la prohibición, las compañías estadunidenses exportarían maíz con un valor aproximado de 300 millones de dólares adicionales al año.
Estados Unidos y su industria agroexportadora buscan llegar a los 370 millones de consumidores en la UE sin contar la apetitosa tajada extra de los 10 países que ingresan a la UE en 2004 (la Unión es la mayor importadora de productos agrícolas, con un valor de casi 60 mil millones de euros en 2001. Importamos de los países en desarrollo la misma cantidad que Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia y Nueva Zelanda juntos , presume el comisionado Lamy).
Para Lamy, sin embargo, las diferencias van más allá: La Unión Europea tomó la decisión política de apoyar su agricultura porque no es una actividad económica como cualquier otra. Sirve otros propósitos más allá de la mera producción. Juega un papel en conservar el medio ambiente, en la seguridad alimenticia, en el bienestar de la fauna .
El norte también es pobre
La Unión Europea es el segundo exportador mundial de alimentos. ¿Buena noticia para los granjeros? No. Los países desarrollados exportan cada vez más productos agrícolas y los pequeños agricultores son cada vez más pobres.
Desde 1992, cada año desaparecen 200 mil explotaciones familiares en la Unión Europea , dice a Masiosare Paul Nicholson, granjero y líder agrícola, integrante de Vía Campesina.
No hay país que se salve. Desde Gran Bretaña hasta Italia, los que viven en zonas rurales son más pobres y cada vez se usa menos tierra para cultivar alimentos. Se trata de una tendencia mundial que va a continuar , explica a Masiosare la doctora Lorena Ruano, profesora-investigadora de la División de Estudios Internacionales del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
El número de granjas en la UE se ha reducido mientras el tamaño de las granjas se incrementa todo el tiempo , explica a Masiosare Marita Wiggerthale, de TradeWatch en Germanwatch (una iniciativa norte-sur que busca cambios políticos estructurales en temas de comercio, especialmente relacionados a la agricultura). En Alemania, la potencia económica de la UE, los cambios han sido dramáticos. Entre 1949 y 1999, el número de granjas cayó de 1.9 millones a 428 mil 964. En este mismo periodo, el tamaño promedio de las granjas se incrementó de 7.03 a 39.9 hectáreas. El número de granjas con extensiones entre media y una hectárea cayó de 292 mil 100 granjas (1949) a 27 mil 411 (1997). En 1949, más de 4 millones de personas estaban empleadas en el sector agrícola, y en 1998 el número había bajado a 1.3 millones.
El pasado 7 de agosto, el diario inglés The Guardian publicó un artículo revelador respecto a la situación de las Islas Británicas: En 1939, había casi 500 mil granjas en Gran Bretaña, la mayoría con menos de 40 hectáreas, y casi todas trabajadas por familias. Estas granjas empleaban hasta 15% de la población. En los siguientes 30 años, el número se había reducido a la mitad y en los pasados 15 años cayó a unas 130 mil .
Hoy, se lee en The Guardian, el Reino Unido tiene la más alta concentración de propiedad en Europa ... Menos de 1% de la población es dueña de 70% de la tierra . Y el futuro no es alentador: La Asociación de Granjas Pequeñas y Familiares sugiere que dentro de una generación, menos de 10 mil personas van a decidir qué se cultiva en Gran Bretaña .
La situación de Alemania y Gran Bretaña se repite en todos los países desarrollados. Desde 1957, unas 15 millones de personas han dejado sus granjas en Francia, Luxemburgo, Alemania, Bélgica e Italia. En Estados Unidos, el número de granjas disminuyó de 6.5 millones en 1935 a menos de 2 millones hoy. Conforme se reduce el número de granjas, se incrementa el tamaño de las que quedan , se lee en The Guardian.
Paul Nicholson lo resume así: el sector agrícola en la UE está en una enorme crisis y cada vez hay un mayor rechazo de la población al modelo productivista (que pone en primer lugar la cantidad producida) .
Modelo que en un principio, como explica la investigadora Ruano, tenía su razón de ser. Tras la Segunda Guerra Mundial, la prioridad de Europa era asegurar la alimentación de su población; los europeos sabían lo que era pasar hambre, y no querían volver a vivirla. Así que se creó la Política Agrícola Común (Common Agricultural Policy, CAP). La idea era fomentar la producción , explica Ruano, así que se ligaron los subsidios a la producción . Y comenzaron a producir más y más, y a importar más alimentos para ganado. La producción de leche llegó a acaparar 60% del presupuesto de la CAP, dice Ruano. Y ello llevó a a montos de producción absurdos, que propician que haya un excedente de un tercio de la producción lechera.
Sin embargo, en los últimos años, soplan nuevos vientos. El cambio de las políticas agrícolas en Alemania a partir de 2001 implican apoyar el traslado de subsidios hacia la promoción de esquemas ambientales, el bienestar de los animales, desarrollo rural o calidad de los alimentos , explica Marita Wiggerthale. Y lo mismo está ocurriendo a nivel continental. En gran parte el cambio proviene de la presión de los consumidores y los pequeños y medianos granjeros y en muchos casos la presión proviene de una emergencia real, como la enfermedad de la vaca loca, con la que quedó demostrada la importancia de la seguridad en cuestión alimenticia. Ahora no importa tanto cuánto produzcas, sino cómo lo produces.
Y es en este terreno donde ocurren muchos de los enfrentamientos con Estados Unidos. La Unión Europea pegó el grito al cielo cuando Estados Unidos la denunció ante la OMC por la moratoria a los transgénicos. Una moratoria que el pueblo europeo obtuvo. Un estudio reciente, publicado por el Pew Global Attitudes Project, muestra que 89% de los encuestados en Francia creen que los alimentos modificados genéticamente son dañinos; en Alemania, el 81% lo cree; y en Gran Bretaña, 65%. Además, numerosos sondeos han demostrado que el 100% de la ciudadanía europea exige saber qué come explica Paul Nicholson . La Comisión Europea no tendría la capacidad de imponer el consumo de transgénicos .
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Hoy, la política común agrícola se come 51% del presupuesto de la Unión Europea (47.9 mil millones de euros en 2001), explica a Masiosare Marita Wiggerthale. La Dirección General de Agricultura es la más grande burocracia de la Comisión Europea.
La suma del subsidio que consumidores y contribuyentes europeos otorgaron en 2001 a su agricultura fue de 110 mil millones de euros (99 mil millones de dólares), dice Wiggerthale, citando cifras de la OCDE.
Mucho, sí, pero mal distribuido. 80% del total del presupuesto agrícola de la UE va dirigido a 20% de las granjas, en su mayoría, grandes, explica la alemana.
Tanto Estados Unidos como la UE subsidian fuertemente a la agricultura, dice Ruano. Por cada dólar que valen los productos agrícolas de Estados Unidos, el subsidio gubernamental es de 30 centavos; en el caso de Europa es de entre 50 y 60; y en Japón llega a los 80 centavos, explica la investigadora del CIDE. La suma de los subsidios agrícolas estadunidenses y de Europa Occidental es equivalente al producto interno bruto de Africa.
La diferencia está en el mecanismo que utilizan para subsidiar.
La UE es el principal usuario de subsidios a la exportación. En tanto, Estados Unidos otorga créditos a sus agricultores y ayuda alimenticia para deshacerse de sus excedentes (donaciones a países africanos, por ejemplo, que según los europeos para distorsionar el mercado).
Europa insiste en que sólo reducirá sus subsidios si Estados Unidos hace lo mismo con sus créditos a la exportación y se regula la ayuda alimenticia, explica Wiggerthale.
Sin embargo, añade, ambos tipos de subsidio tienen efectos desastrosos en los pequeños agricultores en el norte y el sur. La entrada de productos agrícolas con precios por debajo del costo de producción se suma Paul Nicholson es lo que lastima a los agricultores pequeños .
Y es por esto que la red Vía Campesina y muchas más organizaciones campesinas exigen que la agricultura esté fuera de todos los tratados comerciales. Quitar a la OMC y organizaciones similares de las políticas agrícolas es una necesidad, ya que las demandas de la agricultura de exportación, y no las de los hambrientos, son las que actualmente manejan la política internacional agrícola , sostiene la organización Food First.
Al fin y al cabo que, dice la investigadora Lorena Ruano, de todos modos, en agricultura, el libre mercado no opera en ningún lugar del mundo .
"Un ejercicio diplomático"
Con bombo y platillo, hace unos días, la Comisión Europea y Estados Unidos presentaron un documento conjunto, que representa el marco general para una futura negociación.
Los analistas, campesinos, activistas y funcionarios de otros países no tardaron en reaccionar. Entre muchos de ellos prevalecía la idea de que Estados Unidos y la UE ni siquiera tendrían una base para negociar, y el documento de marras encendió focos de alerta.
Sin embargo, para Ruano, el documento no deja de ser un mero ejercicio diplomático para que no se diga que no trataron de negociar .
Mientras se dilucida si son peras o manzanas, las voces de Europa desmenuzan el presunto acuerdo. Wiggerthale explica que en el documento los subsidios y los créditos a la exportación fueron colocados en un mismo nivel y que la ayuda alimenticia entraría a la categoría de competencia en exportaciones . Pero el texto no llega a reducir o eliminar el dumping de sus subsidios domésticos y de exportación (incluyendo créditos a la exportación y ayuda alimenticia), lo cual tiene efectos desastrosos para los pequeños agricultores en el Sur. No habrá una verdadera reducción sustancial del apoyo doméstico y el dumping continuará .
Y sigue: Los mecanismos de salvaguarda para los países en desarrollo, que les hubieran permitido protegerse contra las exportaciones dumping de la UE y Estados Unidos, fueron reducidos prácticamente a cero. El ya débil concepto de productos especiales fue abolido. La propuesta de muchos países en desarrollo respecto a cuáles cultivos deben ser exentados de los compromisos de reducciones no ha sido tomado en cuenta. El mecanismo especial de salvaguarda (SSM, por sus siglas en inglés) que permite a los países en desarrollo enfrentar incrementos en importación y caídas de precios sólo es contemplado para un reducido número de productos. Muchos países en desarrollo pedían un SSM para todos los productos agrícolas. Y finalmente, no hay ningún instrumento que realmente enfrente los desequilibrios en subsidios y el problema estructural del dumping. El mecanismo de reequilibrio que se quería introducir en una fase final de las negociaciones fue bloqueado por la UE y Estados Unidos .
Paul Nicholson es más duro: Es un acuerdo que defiende los intereses de Estados Unidos y la UE. Consolida sus posiciones. Defiende el modelo agroexportador, y es precisamente la importación la que destruye la capacidad productiva en el mundo. Este acuerdo es, simplemente, la reforma agrícola de la UE . O sea: Son las mismas políticas con mecanismos distintos . Y es que tienen muy claro (Estados Unidos y la UE) que si muestran estar en desacuerdo (en Cancún) la derrota tendría importantes consecuencias .
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Días antes de que se diera a conocer el documento, Pascal Lamy presumía a sus compañeros de la OMC que la UE hizo su deber en disminuir el impacto de los subsidios en una competencia justa. La UE, dijo, puede defender sus prioridades sin ruborizarse, y conminar a otros a que se sometan a la misma disciplina. Ahora queda en manos de nuestros compañeros y aquí obviamente estoy pensando en Estados Unidos y otros gran exportadores mostrar que están listos y dispuestos a dar el visto bueno a una apertura de los mercados agrícolas que beneficie a los países en desarrollo. Nuestras concesiones dependerán de las de ellos .
Lo que no menciona son las concesiones en otros rubros. La Unión Europea está dispuesta a ceder con Estados Unidos en el marco de la OMC a cambio de un acuerdo en inversiones , asegura Nicholson.
Se negocie lo que se negocie en Cancún, seguramente lo van a cacarear como el gran acuerdo, pero lo más probable es que no surja ningún acuerdo , aventura Ruano. Y es que, como afirmó el uruguayo Carlos Pérez del Castillo, quien preside el Consejo General de la OMC: Si no hay avance importante en agricultura, Cancún se cae .
Así, para los altermundialistas, lo importante ahora es no permitir que otra vez declaren victoria cuando sufren un fracaso (como en Doha), dice Peter Rosset, codirector de Food First. Si el mundo reconoce que las negociaciones fracasaron y que no sacaron nada de Cancún, se cae la imagen de inevitable de la OMC, que ha sido el mayor obstáculo para que la sociedad civil destruya a esta organización.-EcoPortal.net