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DISUELVEN LA UP
Por Lucho Garzón
Desde Colombia, fecha publicación: 04/12/2002
"UP, sin personería". Así tituló en un reducido espacio el periódico El Tiempo la noticia que había producido el Consejo Nacional Electoral al quitarle el reconocimiento político a ese movimiento.
Lacónica nota que no mereció el más mínimo análisis y que más bien parecía una promoción de venpermutas en los clasificados, que un hecho que marcó y marcará la historia de nuestro país.
Sin duda es el genocidio político más atroz que se recuerde en los últimos años en el mundo; una generación de dirigentes sacrificados absurdamente; una impunidad que da vergüenza, y lo peor, una indiferencia del Estado que produce miedo. ¿Qué resultados produjeron los gestores de este aberrante hecho? Sencillamente una mayor polarización en la vida nacional y una pretendida justificación a aquellos que parten de este antecedente para la ilegalidad de sus acciones.
No comparto esta decisión del Consejo Nacional Electoral por varias razones. Una, porque no está cerrando un bar. Dos, porque ya que el Estado no se ha preocupado por esclarecer ni castigar a los culpables, por lo menos debería mantener generosamente el reconocimiento político, así ello sea un hecho absolutamente simbólico. Tres, porque hoy cursa una investigación internacional sobre estos hechos y lo mínimo es que exista un interlocutor legal. Y cuatro, por un elemento ético, pues no se entiende cómo termina extendiéndose un acta de defunción de estas características, mientras que en el interior del organismo electoral quedan dizque como representantes de la oposición y de las minorías, los movimientos de Luis Guillermo Giraldo y Gustavo Rodríguez Vargas, caracterizados como dirigentes gobiernistas.
Pero más allá del hecho, cabe preguntarse si este episodio debe clausurarse como una de las muchas noticias trágicas del país. No me corresponde atribuirme el juicio de responsabilidades de lo acontecido, pero si me siento en la necesidad de plantear algunas reflexiones. ¿Está lo que llaman establecimiento en condiciones de permitir que irrumpan nuevas fuerzas políticas? La difusión de medios tan amplia que tuvo mi candidatura presidencial y el hecho que pueda escribir y manifestarme sin restricciones a través de esta columna, diría que se ha avanzado en eso. Pero es real que aún subsisten, y con fuerza, posiciones que recuerdan métodos y actitudes propias de la Guerra Fría en donde a todo lo que se mueva hay que darle, y en donde cabe lo que Otto Morales Benítez denominó ’fuerzas oscuras’, que no lo son precisamente por su color sino por el terror.
Por otro lado me resisto a creer que el otro titular de El Tiempo, ’Ahora las Farc persiguen a la UP’ refiriéndose a los alcaldes de Arauca, corresponda a un hecho cierto. Pero lo mismo supuse cuando las amenazas a los alcaldes y concejales de todo el país y me equivoqué. Y supuse ello, porque fue precisamente un acuerdo con las Farc lo que comenzó a hacer realidad la elección popular de alcaldes, y uno no elimina lo que tan buenos resultados ha producido para la democracia y el país. Sería insólito que teniendo la iniciativa de la creación de la UP ahora fueran sus sepultureros.
Ojalá que no sean hechos premonitorios los dos titulares referenciados y no termine esto constituyéndose, no en el epílogo de un recuerdo nada grato, sino en el partidor de una violencia sin fin con repercusiones mucho más trágicas. Que los que crearon este proyecto a mediados de la década del 80 -El Estado, representado en Belisario Betancur, y la guerrilla- lo dejen existir, pues no es un proyecto microempresarial lo que está en juego, sino un símbolo de lo que nunca puede volver a pasar.
Por lo pronto, no olvidaremos y menos yo, el ’Venga esa mano país’ de Bernardo Jaramillo, la inteligencia, la chispa y el tic de Jaime Pardo Leal, las herejías de Leonardo Posada, la serenidad de Orlando Higuita, el ímpetu juvenil de Pepe Antequera y las virtudes de muchos otros que, con el debido respeto de los ateos, me están haciendo -estoy seguro- barra desde arriba.
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