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8 janvier 2007

Más crisis institucional en Colombia : Un 2007 cargado de problemas para Uribe

 

Las "cortinas de humo" del Primer Mandatario, no alcanzan para tapar la crisis que desato el escándalo de la "parapolítica". El fracaso del proceso de paz llevó a que los paramilitares vuelvan a funcionar en el territorio colombiano.

Por Matías Mongan
APM
. La Plata, Argentina, 7 de enero de 2007.

De acuerdo a algunos analistas, Estados Unidos apuesta por la conformación del eje Bogota-Lima-Santiago, para contrarrestar el movimiento de integración socioeconómica que actualmente está viviendo América Latina.

Según esta línea de pensamiento enarbolada por la Casa Blanca, Perú vendría a representar el factor político del eje. Para el ex funcionario del gobierno estadounidense, Stephen Jonson, el Presidente Alan García además de ser "El único político que se puede enfrentar a Chávez", puede llegar a ocupar el rol difusor de las políticas de libre comercio en América Latina.

A pesar de argumentar que no forma parte de la derecha, el Presidente peruano se cataloga como integrante de una "izquierda moderna" que "no cae en la demagogia de la izquierda antigua de querer darle en lo inmediato todos los derechos laborales a los trabajadores. Esos derechos hay que darlos paulatinamente, porque tienen un costo".

A pesar de estos dichos, no queda ninguna duda que García es uno de los principales defensores de las políticas de libre mercado que tanto daño produjeron en Latinoamérica -sigue "prendiendo velas" para que el congreso de Estados Unidos apruebe un nuevo Tratado de Libre Comercio (TLC) con Perú. Según su opinión, un ejemplo claro del "éxito" de las políticas neoliberales es Chile : quien desempeña el rol económico dentro del eje ideado por Washington.

Gracias a la política del miedo llevada delante por la dictadura de Augusto Pinochet, Chile abrió su economía para así permitir el ingreso de capitales extranjeros en su economía. Actualmente la nación trasandina, que depende de manera casi exclusiva de la inserción de su materia prima -por ejemplo cobre- en el mercado mundial, tiene acuerdos de libre comercio con alrededor de 54 países.

El último integrante del eje es Colombia, que viene a representar el factor militar : su función es intentar desestabilizar por la fuerza a todos aquellos gobiernos que Washington considere problemáticos. El presidente Álvaro Uribe se toma muy en serio su rol de "caballito de batalla del imperialismo", una muestra de esto es que por intermedio de su política militarista intenta atacar a al principal enemigo de la Casa Blanca en la región : Venezuela, la herramienta elegida para forzar el enfrentamiento fue la detención injustificada del corresponsal de Telesur, Freddy Muñoz.

A su vez el primer mandatario colombiano también decidió acometer contra el presidente ecuatoriano, Rafael Correa. Esta vez la técnica utilizada fue la reanudación de las fumigaciones con glisofato para intentar así erradicar "las plantaciones de cocaína del narcotráfico", en la frontera que une a los dos países.

Para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la decisión de Uribe representa una vergonzosa humareda artificial que no alcanza para encubrir los presuntos vínculos entre políticos oficialistas y paramilitares. El escándalo, se desató luego que semanas atrás los principales comandantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se mostraran predispuestos a revelar sus nexos con el poder político. Casualidad o no, justo unos días antes que declararan ante la justicia y bajo la excusa que habían intentado "fugarse", el Presidente colombiano decidió su traslado a la cárcel de máxima seguridad Itagui.

Ante está decisión, los "paras" desmovilizados decidieron romper el proceso de paz con el gobierno (que permitió que cientos de asesinos gocen de increíbles beneficios judiciales). Es más hasta algunos de ellos decidieron volver a tomar las armas : actualmente se calcula que existen en Colombia entre treinta y sesenta bandas paramilitares que aglutinan a entre dos mil y tres mil quinientos hombres. De acuerdo a un informe de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes) entre julio y septiembre de 2006 alrededor de ocho mil personas tuvieron que huir de sus casas debido al accionar de estos grupos.

Según datos oficiales, durante el 2006 ciento veintiséis integrantes de las llamadas "bandas emergentes" murieron en combates con la Policía y 797 fueron capturados, de los cuales 153 eran desmovilizados.

Sobre el tema, el senador del Polo Democrático Alternativo, Gustavo Petro, señalo que la poca eficacia del gobierno permitió que estos nuevos grupos heredaran las armas de los antiguos paramilitares. "Mientras estas organizaciones mantengan las rutas del narcotráfico vivas, pueden "re-paramilitarizar" el país en cuestión de meses", remarcó el congresista.

Por último Petro afirmó que si esto llega a suceder, el Proceso de Paz firmado con las AUC en abril de 2006 no habrá servido de nada.

Además de tener que resolver este conflicto que amenaza el futuro institucional de su gobierno, en 2007 a Álvaro Uribe le esperan más dolores de cabeza. Todavía no sabe si el Congreso de Estados Unidos va a ratificar el TLC que suscribió con Colombia. No obstante que George W. Bush le prolongó por seis meses más las preferencias arancelarias gracias a su contribución por la "lucha contra el narcotráfico", esta ayuda vital para la economía colombiana va a continuar siempre en cuando que puedan firmar el TLC antes del 30 de Junio de 2007. Esta meta sin lugar a dudas que es complicada, ya que la nueva mayoría demócrata se ha mostrado bastante crítica con respecto a los TLC que Washington acordó con el gobierno peruano y colombiano.

A pesar que la economía tuvo un balance positivo el año pasado, hay un dato preocupante que puede llegar a entorpecer los planes del Presidente Uribe : la deuda externa colombiana alcanzó los 39.566 millones de dólares, lo que representa alrededor de un 29,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) del país.

Sin lugar a dudas que las "cortinas de humo" lanzadas por el primer mandatario colombiano, no logran encubrir la incipiente crisis institucional surgida a partir del "escándalo de la para-política". Si a esto le sumamos la incertidumbre sobre el futuro del TLC, podemos afirmar que al presidente Álvaro Uribe le espera un 2007 bien cargado de problemas.

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