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26 octobre 2003

Los grupos de presión, como el Opus Dei, buscan espacios de poder, como en la Corte Suprema de Justicia.

 

¿Qué pasó con el caso Boggiano ? La posible candidatura de la Dra. Carmen Argibay.

Por Argenpress.info

El arzobispo de San Juan, monseñor Alfonso Delgado, conspicuo miembro del grupo neofranquista Opus Dei, quedó enredado en una pelea con la senadora sanjuanina, Nélida Martín. Según noticias publicadas en varios medios, Delgado presionó a la legisladora para que votara en contra del jurista Eugenio Zaffaroni, para tratar de impedirle que entrara a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Toda la derecha argentina se movilizó en una campaña de desprestigio contra Zaffaroni.

El día que se trató el tema en la Cámara alta, la senadora no habría podido contener las lágrimas ante la situación, por un lado presionada por el clérigo y, por el otro, debió votar a favor del ingreso de Zaffaroni junto con sus compañeros de la bancada justicialista.

Delgado ha negado la situación y considera que las presiones políticas sobre la senadora fueron de parte del justicialismo y ’quizá alguien prefirió ser leal a su conciencia’.

Todo esto revela cómo, entre bambalinas, existe una fuerte pugna por los cargos en la Corte. Es natural que ello ocurra. Pero la derecha argentina nada dijo durante la década del noventa, cuando existía la denominada ’mayoría automática’ menemista, integrada, también por Antonio Boggiano, miembro del Opus Dei. Pero Boggiano, ahora, es defendido por sectores de la Iglesia Católica y por eso, casi no se habla en los medios de la participación de Boggiano en el grupo menemista o se trata de relativizarlo.

Rodolfo Barra, también del Opus Dei, se retiró, tempranamente, de la Corte, como producto del Pacto de Olivos entre Carlos Menem y Raúl Alfonsín. Pero quedaron, en la ’mayoría automática’ el recientemente renunciado Julio Nazareno, ex socio en el estudio de Menem ; Guillermo López, ahora renunciante, Eduardo Moliné O’Connor, que está en capilla y es probable que el Senado produzca su caída, Adolfo Vázquez, que está en la mira de los senadores y Boggiano, en la actualidad, con perfil bajo como para pasar desapercibido.

’Mujeres, mujeres, mujeres son las nuestras ;
mujeres peronistas, las demás están de muestra’

Así decía un simpático estribillo de la Juventud Peronista en los años setenta. El presidente Néstor Kirchner está estudiando qué mujer o cuáles mujeres integrar al alto tribunal. No caben dudas que de los nombres en danza, la Dra. Carmen Argibay es la más talentosa. Se trata de una de las mujeres que no solo llevaría a la Corte sus conocimientos científicos como jurista de fama internacional sino que es una caracterizada defensora de los derechos de la mujer.

La derecha está preocupada por una eventual designación de Carmen Argibay y realiza un insistente lobby a través de la prensa para resaltar que, como ocupa un alto cargo en el tribunal de La Haya, no podría integrarse a la Corte. Además, el lobby escandaloso ha llegado a los grandes medios. ’La Nación’ trata de dejar fuera de juego a la doctora Argibay con el argumento de la ’imposibilidad’ y ’Clarín’, insertó en la edición del día de la fecha a una nueva candidata que no figura en las listas que analiza el Gobierno. Se trata de María Angélica Gelli, profesora en el master de Derecho Administrativo en la Universidad Austral, centro del Opus Dei y profesora en los cursos sobre Periodismo de ese diario. En la Casa Rosada no deberían olvidar que Macri acaba de designar como jefe de bloque en la legislatura al opusdeísta Santiago de Estrada.

Sin dejar de reconocer los méritos científicos y jurídicos de algunas de las nominaciones en danza, como la de Aída Kemelmajer de Carlucci, lo cierto es que la Dra. Argibay tiene antecedentes técnico y jurídicos de sobra y un pasado claramente democrático, tanto que fue detenida por esa razón durante la dictadura militar.

La Argibay es abogada, realizó la carrera judicial en el Poder Judicial de la Nación hasta retirarse en el año 2001. Entre 1998 y el 2000, presidió la Asociación Mundial de Mujeres Jueces, con sede en Washington, y fue la organizadora de su versión argentina, fundada en 1993. Durante el 2000 integró junto a cinco juezas el Tribunal Internacional sobre Crímenes de Guerra de Tokio. Fue designada embajadora de la ’Campaña masiva de educación ciudadana para la prevención de la violencia contra las mujeres’, organizada por el Instituto Social y Político de la Mujer y UNIFEM. Participa habitualmente como conferencista y/o panelista, sobre temas de discriminación, violencia contra mujeres y niños, y corrupción. Es docente universitaria e integra el Consejo Académico del Instituto Superior de Estudios para la Justicia, para la carrera de postgrado en Administración de Justicia. Actualmente, se desempeña como Juez ’Ad litem’ del Tribunal Penal internacional para la ex Yugoeslavia.

El Presidente Kirchner debería insistirle a la doctora Argibay para que acepte el cargo en la Corte, porque para ella no solo es un honor sino una obligación moral, por los centenares de miles de mujeres y hombres que apoyan su candidatura.

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