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Enero será un mes clave para Tabaré Vázquez. Primero se reunirá con sus socios del Mercosur y luego firmará un acuerdo con Estados Unidos. Desde las bases presionan por una política que priorice la integración regional.
Por Fernando M. López
APM. Argentina, 4 de enero de 2007.
En el gabinete del presidente Tabaré Vázquez existe una fuerte disputa de poder en torno a la política de inserción internacional que debería encarar el gobierno del Frente Amplio. En un extremo se ubica el ministro de Relaciones Exteriores, Reinaldo Gargano, con posturas favorables a la integración regional a través del Mercado Común del Sur (Mercosur). Del otro lado, aparece el ministro de Economía, Danilo Astori, que pretende capitalizar la política exterior uruguaya en pos de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, dentro o fuera del bloque regional.
Las ambivalencias de Vázquez entre las dos posiciones desde que Astori hizo rodar la idea del TLC, hace ya un año, y el peligro de una eventual ruptura con el Mercosur, motivaron a diversos sectores de izquierda a reclamar que se adopte una única postura que priorice el desarrollo nacional a partir del proceso integración sudamericano.
Por estas horas, la Mesa Política Nacional del Frente Amplio estudia la posibilidad de adelantar una semana su primera reunión de 2007, prevista originalmente para el 22 de enero, con el fin de analizar las diferencias entre Gargano y Astori antes de la Cumbre de Presidentes del Mercosur, que se llevará a cabo los días 18 y 19 de enero en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Si finalmente se decide adelantar el encuentro, el órgano político citaría a ambos ministros para realizar una discusión sobre cada una de sus posturas.
La idea de interpelar a Gargano y Astori surgió por iniciativa del secretario general del Partido Comunista de Uruguay (PCU), el senador Eduardo Lorier, quien planteó las inquietudes de las bases frenteamplistas por "los constantes ataques al Mercosur" y los "avances en los hechos" hacia un TLC con Estados Unidos. En la última reunión de la Mesa Política, Lorier aseguró que esta situación responde a "posiciones individuales que no representan a la nueva correlación de fuerzas del Frente. La nueva correlación está a favor del Mercosur y en contra del TLC".
El senador comunista se refería concretamente a la actitud de Astori tras el encuentro extraordinario del Consejo del Mercado Común (CMC) en Brasilia, al plantear en duros términos sus impresiones sobre el Mercosur. El ministro de Economía aseguró en esa oportunidad que su país "no está en condiciones de seguir adelante con alguien que viola las normas y otro que le da respuesta a esa violación, quizás violándolas también", en alusión a Argentina y Brasil, respectivamente, por los cortes de ruta en los pasos fronterizos que unen la provincia argentina de Entre Ríos con Uruguay.
Las declaraciones de Astori no sólo generaron la reacción del PCU, sino también la de otras fuerzas mayoritarias del Frente Amplio, como el Movimiento de Participación Popular (MPP), el Partido Socialista (PS) y la Vertiente Artiguista (VA), que coincidieron en separar el conflicto con Argentina por las plantas de celulosa de la relación con los socios del Mercosur por la integración regional.
"No le echemos la culpa al Mercosur de temas internos, de errores de política económica que hemos tenido en el pasado y que, en algunos casos, como en la política cambiaria, seguimos manteniendo", dijo el senador Alberto Couriel (MPP).
Todos estos sectores del Frente Amplio se ven representados en el gabinete nacional por el ministro Gargano, quien si bien no disimula los problemas estructurales del bloque que conforman Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, confía en la superación de las asimetrías y en la inserción internacional de su país a través de la integración.
Hace apenas dos días, en una entrevista con el diario La República de Montevideo, el canciller aseguró que una de sus metas para este año es "seguir trabajando en la integración plena de Latinoamérica, fundamentalmente en materia energética, en infraestructura, que se construyan vías férreas y carreteras que nos unan ; que permitan que este país aislado se comunique tanto con el Atlántico como con el Pacífico. Impulsar las negociaciones comerciales con la Unión Europea, que en el marco del Mercosur están trancadas desde hace años. Pero también profundizar los lazos con la Federación Rusa, con China, con Sudáfrica, con India...".
Sin embargo, para Astori el desarrollo de Uruguay reclama mayor urgencia y no se muestra conforme con los gestos de buena voluntad expresados por los socios más fuertes del Mercosur para flexibilizar algunas normas del bloque, como la propuesta brasileña de eliminar el doble cobro del Arancel Externo Común (AEC). Tampoco es suficiente que el CMC haya decidido duplicar la compra de productos de Uruguay y Paraguay que contengan hasta un 70 por ciento de elementos extraregionales.
La solución del ministro de Economía pasa por los tratados de libre comercio fuera del Mercosur, cuestión que planteó en la reunión extraordinaria del CMC a través de un pedido de flexibilización comercial. El rechazo de los socios mayores a permitir acuerdos de libre comercio extrazona no amedrenta, sin embargo, las metas principales de Astori hacia un TLC con Estados Unidos, que cuentan con el apoyo de los sectores económico-financieros más influyentes del país e, incluso, con la derecha conservadora.
Uno de los aliados de Astori en el gabinete, el ministro de Industria, Jorge Lepra, salió a decir sin pelos en la lengua que, desde la asunción de Tabaré Vázquez, "se han tomado medidas que demuestran que este gobierno aplica medidas más capitalistas que los gobiernos anteriores".
Estos sectores ministeriales, los exportadores ganaderos, la banca privada, los partidos Blanco y Colorado, miran por encima de la próxima cumbre presidencial del Mercosur. Su atención está centrada en el Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones (TIFA) con Estados Unidos, que se concretará el 27 de enero. La firma de ese tratado, cuyos detalles se mantienen en reserva para el conjunto del Frente Amplio, acortará el camino hacia un TLC, como ya sucedió con otros países que firmaron acuerdos similares con el país del Norte.
Algunas fracciones de izquierda del FA (Movimiento 26 de Marzo y la Corriente de Izquierda) ya anuncian movilizaciones para oponerse al TIFA, pero en los hechos será difícil revertir la decisión gubernamental.
El camino más viable para que Tabaré Vázquez defina su política en materia internacional parece ser la Mesa Política del Frente Amplio, cuyos miembros tienen la fuerza necesaria para exigir el consenso en torno de una línea que priorice la integración regional y el desarrollo soberano, por sobre aquellas tendencias que buscan profundizar la dependencia al capital extranjero.