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2 mars 2009

La Teoría de la Resolución del Conflicto Colombiano

 

Por Alberto Pinzón Sánchez
Argenpress
. Buenos Aires, 2 de marzo de 2009

Y, aunque suene determinista o ridículamente tautológico ; el Hombre solo puede resolver aquellos problemas que el desarrollo de la Sociedad, de ese momento, le permite resolver.

Por ejemplo, el Hombre medieval no podía plantearse y menos resolver el asunto de realizar un viaje a larga distancia en avión, porque primero no tenía el conocimiento científico-técnico sobre las leyes de la gravedad y el movimiento que le permitieran planteárselo como problema a resolver, y menos aún, esa Sociedad contaba con el desarrollo de las Fuerzas Productivas y la Tecnología que le hicieran posible realizarlo. Era una simple fantasía, que se resolvía literariamente con cuentos milenarios de las mil y una noches por medio de una alfombra voladora.

Esta formulación, mirada a la luz de lo que se conoce como la actual "Teoría de Resolución de Conflictos" proyectada sobre la realidad social que se conoce como el conflicto colombiano ; me permite decir que la clase dominante y dirigente de la actual Sociedad colombiana aupada por los teóricos funcionalistas pro-norteamericanos ; ha desarrollado en la practica y a lo largo de todos estos 55 años, tres estrategias militares (manejo, transformación y exterminio), que en lugar de conducir la situación conflictiva vivida en Colombia hacia una maduración conceptual y material para solucionarla, por el contrario la ha desviado hacia su estancamiento y perpetuación, hasta poner en grave riesgo su viabilidad como país.

Primero. Durante las primeras etapas y el surgimiento de la actual confrontación armada colombiana, simplemente confiando en el poderío de sus armas (todas ellas donadas por el gobierno de EEUU), se limitó a "gerenciar, o administrar el conflicto" y a sacarle provecho de todo tipo, con la justificación de salvaguardar el Orden Público. Fueron los periodos presidenciales que van desde los espantosos bombardeos, campos de concentración, y asedios militares a las llamadas "regiones comunistas", desarrolladas a partir de 1954 por la dictadura de Rojas Pinilla, la Junta Militar liberal-conservadora, Alberto Lleras, pasando por la operación Laso en Marquetalia de Guillermo Valencia ; todo lo cual desembocó 13 años después, durante el periodo presidencial de Lleras Restrepo, en un asenso en la lucha guerrillera y el aparecimiento de otros grupos armados, los que a su vez se intentó "controlar" con operaciones clandestinas "contraguerrilleras" de muy poco dominio o ninguna discusión pública.

Posteriormente vino el famoso fraude electoral de Pastrana Borrero en 1970 y el surgimiento del M-19, otro movimiento guerrillero predominantemente urbano con golpes de mano citadinos, de muy diversos orígenes ideológicos y de clase (ex militares rojaspinillistas, militantes peronistas, desertores de las Farc, iluminados nacionalistas, socialdemócratas, y muy probablemente infiltrados del ejército), el cual uno de sus fundadores denominó como un "sancocho colombiano" y que llevó al entonces presidente Pastrana con la asesoría del Pentágono, a manejar la situación usando los eficientes métodos de tortura utilizados por las dictaduras del Cono Sur, lo que durante el siguiente periodo de Turbay Ayala y el asenso de los narcotraficantes como clase social, se conoció como el Estatuto de la Seguridad Nacional. Sin embargo todo continuó manejado y bajo control.

Con estos desarrollos teórico-prácticos en la esfera militar y en la administración del conflicto, vino en 1982 la presidencia de Belisario Betancur. La tregua con las Farc y el nacimiento de la Unión Patriótica. El extraño encono de la confrontación con el M-19, la oscura "toma" del Palacio de Justicia en 1985 y el consecuente asenso a la segunda estrategia de la Teoría de la Resolución de Conflictos : Su transformación en "conflicto interno de baja intensidad", destinada a evitar por cualquier medio una hipotética "toma del poder por los comunista y sus aliados" con los resultados ampliamente conocidos : Nacimiento de la estrategia Paramilitar del Estado, exterminio de la Unión Patriótica y desmonte calculado del M-19. Todavía nada que solucionar ni de que alarmarse. Como dijera en esa oportunidad el ya convertido en ex presidente Pastrana Borrero ¡"Como vamos, vamos bien" !

La lumpen-burguesía terrateniente surgida del narcotráfico y de la contrarreforma agraria pactada en Chicoral, aliada con el militarismo llega a su desarrollo pleno durante la presidencia del "ausente" Barco Vargas, y con suficiente poder local y regional enfrenta al siguiente presidente Cesar Gaviria, quien para lograr una nueva gobernabilidad sella un pacto de silencio tripartito entre el M-19, el partido liberal y el partido conservador, para proclamar en 1991 la constitución neoliberal y aperturista que los negocios globales del blanqueo exigían. El conflicto ya trasformado con un blanco militar seleccionado dentro del mismo pacto tripartito se escala con el simbólico bombardeo a Casa Verde. Se ha logrado la estabilidad momentánea, sin necesidad de hacer ninguna reforma pedida por las guerrillas. Todo bajo control.

El narcotráfico ha prosperado tanto que ya tiene dos carteles poderosos en Medellín y Cali, que negocian con diversos sub-carteles y se disputan al estilo mafioso los diferentes nichos de mercado. El de Cali logra infiltrar y controlar al partido Liberal colocando en la presidencia a Ernesto Samper, mientras que el de Medellín queda bajo dominio del vencedor Carlos Castaño, el capo de los Pepes aliado con la DEA y los militares. Entonces el conflicto asciende a su tercera estrategia que lleva doce años y fue lanzada por la Secretaria de Estado del gobierno Clinton, Madeleine Albrigth como "Zanahoria y Garrote, pero que en Colombia adquirió la forma mafiosa de resolver los asuntos : ¡Exterminio del adversario ! Tal y como lo acaba de reconocer una vez más (el 28.02.2009) el presidente Uribe Vélez : "Señores generales y coroneles ; a don Mario, el Yiyo, el Nito, el tío Pacho, el Paisa, y lo que quede de la guerrilla, vamos a perseguirlos en sus escondidijos extraterrestres, hasta que no quede uno solo. Ni uno solo". Como si todos los colombianos no supieran el lugar exacto de esta Tierra, donde se está peleando. Así a partir de 1997, vieron cuatro años de Zanahoria del presidente Pastrana hijo, para tomar aire, rearmarse y ganar la confrontación en una mesa de negociación sin resolver ninguna de las causas del conflicto, siguiendo textualmente el libreto descrito en el "best seller" sobre la Teoría de Resolución de Conflictos titulado "Cómo Negociar sin Ceder", del profesor Roger Fisher, editado muy a propósito por la editorial Norma de Colombia.

Obviamente la perfidia presidencial quedó al descubierto y la oportunidad de solucionar realmente la confrontación se frustró. Entonces se le da la vuelta a la estrategia y se pasa a la fase del Garrote que le ha correspondido adelantar obsesivamente, durante los ultimos 7 años con todo el poder del Estado colombiano, totalmente repotenciado por los EEUU, al presidente Uribe Vélez, según la doctrina adoptada para Irak por el secretario de Estado del gobierno Bush, D. Roumsfeld : "La publicación de nuestras bajas es cero".

Así, en medio del humo embriagador y espeso que esparcen diariamente los incensarios mediáticos y de propaganda del régimen, con "impresionantes y magnificados logros estratégicos", solo se han reconocido las bajas del enemigo guerrillero (quienes también son colombianos), con el fin de convencer a la sociedad de que la guerrilla está casi exterminada, o solo quedan algunos restos en lugares extraterrestres, aunque eso sí, cuidándose de pedir un tiempito más para su exterminio total : Otros Cuatro añitos más de Seguridad Democrática.

Pero viene la realidad-real, no la virtual creada por la propaganda a desmentir el bulo. No es solo lo que afirma tajantemente el politico ex gobernador del gigantesco departamento oriental del Meta Alan Jara, recientemente liberado por las Farc después de haber estado 6 años en su interior ; sino la pavorosa estadística de muertos militares, totalmente ignorada y ocultada por las organizaciones humanitarias y que fuera recientemente publicada en la página Web de las Farc (http://www.frentean.col.nu) como "partes de guerra del 2009", en donde además de las acciones del 9 de febrero de Cali y del Agrado en Piendamó, el Frente Oriental de esa guerrilla reconoce solamente durante el pasado mes de Enero en esa parte del país : 91 acciones de minado, 25 combates de larga duración, 150 hostigamientos, 1 emboscada, 2 helicópteros averiados, 6 guerrilleros muertos y 7 heridos. Y la espeluznante cifra de 120 militares muertos y 182 heridos, para un total de 302 bajas del la Fuerza Pública de Colombia en ese mes, que de ser ciertas, daría un promedio de 10 militares dados de baja por día. Lo cual constituye la gravísima alarma, que no estoy seguro que los analistas de asuntos estratégicos colombianos hayan notado, y es que en un conflicto de larga duración como el colombiano, todo parece indicar que la guerrilla no está exterminada, ni a punto de serlo, sino que ha logrado sobrevivir y lo que es peor, permanecer activa, ahí. Cada día que pasa es una victoria.

El conflicto armado colombiano a pesar de los ríos de tinta que se han vertido en diagnosticarlo y de una relativa toma de conciencia de algunas mentes esclarecidas, lo que lamentablemente todavía es marginal, no ha madurado completamente en su percepción social lo suficiente como para plantearse su inminente solución política. Se sigue viendo por el militarismo de la clase dirigente colombiana como una acción legal de exterminio militar contra lo que llama el narco terrorismo acorralado y a punto de exterminio, destinada a imponerle un muy cuestionado "monopolio legal o legítimo de las armas", mientras emborracha a la opinión pública con la propaganda de un "irreal" triunfalismo noticioso y oculta el oscuro despeñadero por donde rodamos creando la sensación mediática artificial adentro de Colombia y afuera, de que todo continúa y continuará en el futuro bajo control.

Y es por todo esto que vuelvo al párrafo inicial de este escrito : El Hombre solo puede resolver aquellos problemas que el desarrollo de la Sociedad, de ese momento, le permite resolver. Para añadir que la sociedad Colombiana no tiene por el momento, insumos ni técnico-científicos, de Fuerzas Productivas y Tecnología, ni supra-estructurales o de Conciencia Social, que permitan avizorar una pronta solución del sangriento conflicto que la desgarra. Entre otras cosas, y para acabar de completar, porque su llave maestra está en el Pentágono Norteamericano.

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